viernes, 1 de noviembre de 2024

LA INVESTIGACIÓN HISTÓRICA EN ALCANTARILLA

 

 

Pedro L. Cascales López

 

          Ya a lo largo de la serie de artículos en este blog y en página web, se ha tratado en varias ocasiones el tema de las publicaciones que tienen por objeto la historia de Alcantarilla. Por lo tanto, no se considera necesario incidir en ello, basta con consultar todo lo publicado hasta el día de hoy en:

http://www.plcascales.com/ y

http://historiasdealcantarilla-murcia.bolgspot.com/

Recuerdo aquellos años cincuenta en que se comenzó a descubrir, más bien a imaginar, que Alcantarilla tenía una historia que podemos llamar importante dentro de esta zona de la Huerta de Murcia, por cuanto esta población era el mayor enclave ─y lo sigue siendo─ de esa citada huerta tras la capital a partir de la época musulmana. Torres Fontes ya avanzó algo y luego se culminó con el trabajo de Salvador Frutos Hidalgo en 1973: “El Señorío de Alcantarilla” (gracias al entonces alcalde Fulgencio Pérez Artero que fue el mecenas de la publicación); y recordamos también cuando se empezó a descubrir que este pueblo tenía otra pequeña historia más cercana, y también más antigua gracias a Daniel Serrano Várez, Jesús Fernández Palmeiro y José Riquelme Marín, y por lo tanto más entrañable y posiblemente algo más atrayente en lo divulgativo.

 

Comparación gráfica hacia más o menos en el siglo XI sobre la extensión de Murcia (fundada en el 825) y de Alcantarilla (fecha incierta de fundación). Hay que tener en cuenta sobre la extensión de la capital de la existencia de numerosos huertos particulares que ocupaban el interior de las manzanas, por lo que la superficie construida y habitada puede estimarse en la mitad de la zona amurallada, siendo esto algo que en Alcantarilla no ocurría

          Y sobre esa pequeña historia hemos estado tratando a lo largo de los últimos años en formato digital, lamentando que todo ello no quedara reflejado en papel (salvo dos o tres publicaciones), ya que lo digital puede desaparecer mañana mismo y con ello puede también desaparecer, con toda seguridad, una cantidad de información e investigaciones que consideramos de una calidad y un interés inapreciable para esta población. Son miles de hora de trabajo por las que nadie ha cobrado nada, al contrario, ha costado, y bastante, sin pedir nunca nadie nada a cambio.

          Van pasando los años y los que de una manera u otra, más o menos afortunada y acertada, nos hemos dedicado a sacar adelante esta pequeña historia de Alcantarilla, ahora sentimos que todo el trabajo puede perderse y desaparecer.

          Y tras esta generación nuestra que también desaparece por simple ley de vida (mejor, porque así no veremos en lo que se está convirtiendo España), se detecta que quiere ser “okupada” ahora por simples oportunistas e insignes ignorantes que no tienen ni idea de lo que dicen y que descaradamente copian o plagian el trabajo de quién sea o se inventan cualquier cosa buscando únicamente “la foto” y el “soy yo”, con la inapreciable ayuda de las famosas y mal utilizadas “redes sociales”, así como tinglados parecidos: “asociaciones chusqueras”, algún chiringuito, cualquier “docto conferenciante”, reseñas en internet hasta con el escudo municipal, y algún colegio  que “diserta” erróneamente (algo muy grave). Repito, no saben ni lo que dicen, ni idea, pero llevan al error a muchas personas.

          Yo no sé el tiempo que me queda para poder trabajar sobre esto, pero cada día se nota que ese tiempo que se me ha dado hasta ahora de prórroga va disminuyendo. Por lo pronto vamos a ayudar, en lo poco que podamos, en el importante tema del Museo de la Conserva, al eficaz alcalde Joaquín Buendía Gómez. Alcantarilla tiene mucha suerte con este alcalde tras una época pasada de alcaldías que es mejor no recordar desde que Francisco Zapata Conesa dejó el cargo. Éste no vivía de la política y tenía que mantener a su familia. No lo olvidamos a él y todo lo que hizo por Alcantarilla.

Ya no están Juan Torres Fontes, Daniel Serrano Várez, José Antonio Caride de Liñán, Diego Riquelme Rodríguez, Mariano Ballester Navarro… Y otros amigos como Fulgencio Saura Mira, Salvador Frutos Hidalgo y alguno que otro más tampoco está, porque sencillamente dicen “que ya están retirados”. El cuerpo manda y eso obliga, llevan razón, es inapelable. Y todo ello, aparte de tantos y tantos amigos del pueblo que nos daban datos y nos informaban de cosas. Ya no queda nadie. Y el pueblo es otro que en nada se parece al que había. Yo pienso que ha cambiado para peor, pero eso va en gustos. Antes pasaban cientos de años y el pueblo no cambiaba nada. Ahora miras por la mañana y luego por la tarde y ya tienes todo de otra manera. Desde que yo nací la población de Alcantarilla se ha multiplicado por cuatro.

          Ahora subsistimos, a trancas y barrancas, en este loco tema de narrar las cosas de la pequeña historia, Juan Cánovas Orcajada, José Riquelme Marín. Fulgencio Sánchez Riquelme (con todas sus “amenas” singladuras) y paremos de contar. No hay nadie preparado y menos interesado seriamente en investigar sobre la historia de Alcantarilla, con la salvedad de un caso que veremos más adelante.

          Hace más de sesenta años que me iba con 14 o 15 años en el autobús de “Los Nanos” al Archivo Municipal de Murcia (el único que había) a buscar cosas sobre Alcantarilla (ubicado entonces en la tercera planta del edificio de la Glorieta). Y un día el encargado del Archivo, el servicial y entrañable amigo “Moñino”, que tenía todo el archivo en la cabeza (¿fotocopiadoras, ordenadores, qué eran esas cosas?), me sacó un plano de Alcantarilla de 1728 que estaba en el legajo de Cartas Regias, mal doblado, roto, y en malas condiciones. Pero aquello era una joya prácticamente desconocida. Lo copié como pude con papel “cebolla” y un lápiz. Lo mismo que hizo el amigo Salvador años después. En otra ocasión me sacó los legajos con la fallida ampliación del término en 1822; y otras veces también me aportó algunas cosas más en las que aparecía Alcantarilla, pero que lamentablemente eran temas de escasa entidad histórica. Fueron muchas y muchas horas de copiar a mano todo ello en unas libretas. Hoy lo tenemos casi todo en internet y los archivos públicos están ordenados. Vivir para ver los inimaginables y afortunados cambios que se han producido.

Plano de amojonamiento de Alcantarilla en el año 1728 orientado al sur. Antes y después de la restauración digital

          En Alcantarilla era inútil buscar nada. El llamado “archivo” estaba en la tercera planta del ayuntamiento, con unas ventanas abiertas, las palomas con los nidos entre los legajos y todo lleno de excrementos. Sin orden ni clasificación alguna. Papeles tirados por los suelos y partes del “archivo” en casas particulares porque habían sido sustraídos del ayuntamiento ya en el siglo XX (los franceses no llegaron a quemar todo, y Diego Riquelme me dio algunos datos y nombres). Y que yo sepa, salvo una o dos excepciones anónimas, nunca han sido restituidos esos documentos. Estarán ya hace mucho tiempo en la basura. Muchas gracias. Enhorabuena.

          En estos momentos, el Archivo Municipal de Alcantarilla es otra cosa, y su necesaria ampliación está en marcha con la adquisición municipal del edificio colindante (más puntos para el alcalde Buendía y la concejalía de Cultura), ya que la llamada “restauración” de Cayitas, hecha por Toledo (¡peligro!), fue un clamoroso fiasco técnico con forjados que no podían soportar peso y un balcón, elemento fundamental de la fachada, que ha desaparecido. ¿Pero dónde está? ¿Quién se lo llevó? No es que nos encontremos ante una obra excepcional de cerrajería, pero sí es un elemento histórico que debería de estar en su sitio. Y si se ha perdido, que se haga otro igual y se coloque. Aquí están las fotos de marzo de 1979. Y si alguien argumenta que no es contemporáneo con el resto de la cerrajería de la fachada, es posible, pudiera ser, aunque lo dudo, pero eso no es un argumento como para no haberlo colocado, porque los huecos de fachada y su antigüedad está más que contrastados.



Dibujo de la fachada y fotos del desaparecido balcón de la Casa Cayitas, actual Archivo Municipal

          Hoy en día existe un Archivo Regional con casi todo digitalizado, ha mejorado exponencialmente el Archivo de Murcia, y sobre todo se ha abierto casi totalmente el Archivo Catedralicio, el gran desconocido, el gran inaccesible, y que sin embargo es el que puede aportarnos muchas cosas sobre Alcantarilla, porque no hay que olvidar que esta villa perteneció al Cabildo durante muchos años. Y son unos años sobre los que hasta ahora no existía información alguna. Y además se salvó por los pelos de las quemas llevadas a cabo por los revolucionarios a mediados del XIX, y también en el XX, por los “valientes milicianos” que “cuidaban la retaguardia” durante la guerra del 36, con pingües beneficios para sus bolsillos con los saqueos, ¡y al frente que fueran los tontos!

          Pero esta apertura ha llegado tarde para mí y llegó tarde para Salvador Frutos, que para su trabajo se había recorrido otros archivos de España aparte de los de aquí. Teníamos un gran vacío documental de más de 200 años al que no se podía acceder y del que por lo tanto no se podían obtener datos.

          Ahora afortunadamente, y como más arriba se dice, el Archivo Catedralicio es accesible. Solamente podemos dar las gracias más sinceras por ello a la Iglesia y al señor Obispo, aunque nuestra generación ya ha llegado tarde a este acontecimiento. No hay que olvidar tampoco la gran labor de la Iglesia Mormona que ha digitalizado miles de libros parroquiales.

          Quedan muchas cosas que investigar sobre Alcantarilla, muchas, sobre todo de los últimos 150 años aproximadamente, ya que este fue el período en el cual Alcantarilla cambió por completo su secular modo de vida y aumentó de forma exponencial su población.

Gráfico del crecimiento poblacional de Alcantarilla. El gran incremento exponencial de habitantes a partir del año 1900 (llegada del ferrocarril y comienzo industrial) explica de manera muy gráfica las consecuencias que ello tuvo sobre muchos de los hechos ocurridos en estos últimos años en la villa y que hoy en día son ignorados por sus habitantes más jóvenes

          A modo de simple ejemplo, y de ninguna manera exhaustivo, sin pretender profundizar, podemos enumerar algunos temas como simple y modesta idea para el que quiera investigar y publicar cosas, pero ante todo que sepa lo que hay que hacer: que cuente con la oportuna y necesaria preparación técnica, ausencia de egos y protagonismos y tener un decidido deseo de entregar su trabajo a los demás sin pensar lo más mínimo en aplausos y medallas.

Estos son los temas sobre los que se podría trabajar y publicar:

          -Excavación de la primitiva Alcantarilla hasta 1545 (si se hace alguna vez)

          -Excavación del Cabezo del Agua Salada o Cerro Ibérico (se está haciendo, ¿pero se culminará algún día?)

          -Testamento de Lázaro de Usodemar (Husodemar firmaba él). Sus obras en el pueblo: hospital y ermita

          -Iglesias primitivas (puede haber sorpresas sobre este tema)

          -Las serrerías, las primeras industrias de la población

          -Correos y Telégrafos, una revolución

          -Sistema detallado de riegos y sus diversas ordenanzas históricas

          -Ubicación espacial sobre planos y evolución de los diversos comercios de la población en el siglo XX (algo ya tratado por Adolfo Hernández Hernández)

          -Escuelas del pueblo (ya tratado en parte por Juan Cánovas Orcajada)

          -Excavación y descubrimiento (que cuesta poco) del túnel romano.

          -Parcelación de rústica en 1923

          -Parcelación de rústica en 1960

          -Parcelación de urbana en 1972

          -Reproducción de la revista “Alcantarilla 68”

          -Reproducción de anuncios comerciales en la revista “Semana Santa” entre los años 1953 y 1968

          -Reproducción de temas interesantes históricos de los Boletines Municipales entre 1970 y 1976

          -Historia desconocida de Alcantarilla en su época eclesiástica

          -La fallida ampliación de término en el año 1822

          -El censo de edificios de urbana del año 1933

          -Corporaciones municipales a lo largo de la historia documentada

          -Médicos y farmacéuticos del pueblo en los siglos XIX y XX

-Las barberías del pueblo como punto de reunión y conversación diario

-Excavación del túnel de La Torrica (algo muy sencillo de hacer en el solar que queda todavía libre)

-El gran filón sin explotar de los protocolos notariales desde mediados del siglo XVI hasta el XX con miles de documentos

-Los varios tipos de mercados diarios y semanales con sus ubicaciones

-La II República y la Guerra Civil, la población, migraciones, afección a la industria y el comercio, funcionamiento municipal

-Las Guerras Carlistas y su repercusión en Alcantarilla. La partida de Jara

-La construcción de la noria por parte del Cabildo (existe una publicación de Ángel Riquelme Manzanera sobre ello que habría que completar)

-Jaime I el Conquistador, Rey de Aragón, en Alcantarilla. El Repartimiento entre algunos de sus tropas que se quedaron aquí. Los apellidos (me incluyo en ellos) de los que eran procedentes de Los Pirineos, Valle de Arán y Berga, los antiguos hispano-romanos huidos desde el sur en el siglo VIII ante el avance musulmán que volvían a su antigua tierra

-Relación de fotografías de edificios de la Serie Oficina Técnica (1985-1986)

-El ferrocarril y su evolución en la villa (ya tratado en parte por Diego Tárrega Vives en un trabajo inédito y por José Antonio Gómez Martínez publicado por Ediciones Trea)

-Los caminos de Alcantarilla a Murcia entre los siglos IX y XIX

-La lucha contra el Río Guadalentín, trenques y malecón. Las riadas

-Ubicación espacial y relación de bares y tabernas en el siglo XX

-El transporte, caballerías y tipos de vehículos

-Evolución espacial de las alturas de las edificaciones entre los siglos XVIII y XXI. Densidades de la población por zonas en ese período. Tipologías constructivas

-…etc.

Este es el panorama que actualmente tenemos en Alcantarilla sobre la investigación de su historia en su más amplio sentido. Panorama que se intuye bastante oscuro en el futuro ya que las condiciones laborales, familiares y económicas de la población española no son precisamente las más adecuadas para permitir que puedan surgir quienes elijan este complicado y costoso camino cuando el problema que uno tiene en estos momentos, sobre todo la juventud, es de simple y angustiosa subsistencia, y sin trabajo ni casa. A esto hemos llegado gracias a esa maldita plaga mafiosa de vulgares delincuentes que se hacen llamar “periodistas” y “políticos”.

Sin embargo, como comentábamos anteriormente, buscando la tranquilidad y volviendo a Alcantarilla, parece que tenemos la suerte de contar con un alcantarillero, que está adquiriendo una sólida formación universitaria, y es experto en paleografía, que parece que le ha picado el mismo gusanillo que nos ha picado a otros a lo largo de estos años, o sea, el investigar y trabajar sobre la historia de Alcantarilla. Se trata de David Francisco Martínez Béjar. Siempre los que vienen detrás son mejores que los que les precedieron, tienen más posibilidades para su preparación, cuentan con una necesaria visión global, tienen acceso a cosas que antes era imposible y ya parten de una cierta base, no tienen que partir de cero como nos ocurrió a nosotros.

David está trabajando, entre otros, en los archivos de la Catedral y Regional (como simple dato, Juan Torres Fontes no pudo acceder a alguno de estos archivos), descubriendo cosas sobre Alcantarilla, que se ignoraban, dentro de los más o menos 200 años en los cuales la Iglesia fue dueña de la población. Era una etapa de la historia del pueblo que tenía lagunas precisamente por la ya citada nula accesibilidad de algunos archivos. Nos ha dado ya datos muy importantes de ese período histórico y no ha hecho más que empezar.

Fragmento de un documento del siglo XVI, de los miles existentes y ahora accesibles, que trata sobre un tema de Alcantarilla antes de su cambio de ubicación en 1545, y sobre los que en la actualidad está trabajando David

Al ser muy joven, no podemos aventurar sobre su futuro, pero David podría ser el investigador-historiador y Archivero Municipal idóneo en un futuro dadas sus cualidades y su preparación. Pero aunque esto sea algo deseable, no somos nadie para decir nada, más allá de poder aportar una opinión más o menos cualificada. Lo que sí está claro es que si esto fuese realidad algún día, Alcantarilla saldría beneficiada, esto es incuestionable. Alcantarilla necesita una persona así en su Archivo Municipal. Falta también el saber si a él pudiera interesarle.

El maestro Salvador Frutos Hidalgo, Pedro L. Cascales López y David F. Martínez Béjar el 22-10-2024 en una primera toma de contacto de David con el amigo Salvador

Para terminar, se considera que sería interesante para la divulgación de la grande y pequeña historia de Alcantarilla, que el alcalde Joaquín Buendía Gómez y la concejalía de cultura a cargo de Petra Carrillo Guzmán valoraran la posibilidad de editar una revista, que podría ser quincenal, y en la que se contemplasen los temas históricos de Alcantarilla, los ya publicados en cualquier medio (que hay riesgo de desaparición) y los que están por publicar por futuros investigadores de la población, que sin duda es de desear que aparezcan. Esto fue algo que modestamente, y más solo que la una, intentó José Antonio Caride de Liñán, siendo evidente que para él solo, sin ninguna ayuda, el tema era inviable poderlo sacar delante de forma indefinida. Pero José Antonio Caride ya tuvo esa visión. No le olvidamos.

Sería algo asequible a toda la población teniendo en cuenta que muchas personas no acceden a los sistemas digitales, y además se evitaría que toda la información publicada en esos medios digitales hasta estos momentos pudiese desaparecer cualquier día. Y además estas cosas no es lo mismo verlas en un ordenador, y no digamos ya en un teléfono, que impresas en papel. Son muchas las personas que nos lo dicen. Nos estamos pasando con lo digital y se está creando una generación de bobalicones con el móvil en la mano todo el día mientras el cerebro mengua de tamaño, de neuronas y de razonamiento. Sólo se les agrandan los dedos de acuerdo con la evolución humana.

El precio de esta publicación podría ser apto para todas las economías y su venta cubriría suficientemente los gastos de edición teniendo en cuenta que no existirían derechos de autor, ya que esos currantes no cobran ni un duro de los de antes. E incluso, podría incorporarse algo de publicidad (que sería hasta muy interesante para el futuro) como nos ha ocurrido con las antiguas revistas de “Semana Santa”. O sea, que la parte económica no es un problema, al ayuntamiento no le costaría absolutamente nada.

Como dato indicativo, podemos decir que el acceso a los artículos históricos sobre Alcantarilla en internet ya pasa de las 130.000 entradas (blog y web), siendo aproximadamente el 20% de fuera de Alcantarilla. Países como Estados Unidos (sobre todo los estados del oeste, especialmente Texas, Nevada y California), Irlanda, Francia, Alemania, Reino Unido… e incluso ¡Singapur! (con unas 3.000 entradas), así como otros muchos lugares, prácticamente de todo el mundo, son asiduos consultores de estos artículos históricos. Ayer, cuando me encuentro escribiendo el borrador de todo esto, día 18 de octubre de 2024, hay 223 entradas de Estados Unidos sobre un total de 937 en lo que va de mes. Posiblemente sean alcantarilleros, murcianos o simplemente españoles, que por una u otra causa han emigrado y quieren seguir en contacto con las cosas de su tierra, o bien, como así consta porque se han puesto en contacto con nosotros, se trata en bastantes casos de universidades e investigadores interesados en algún tema concreto.

Joaquín y Petra (dos puntos): Por favor, estudiar esto, no olvidarlo; es muy fácil el hacerlo y la rentabilidad cultural es muy grande sin costar dinero. Muchos vecinos lo agradecerán y nadie puede verlo mal ni criticarlo. Y eso hoy en día es algo muy importante.

No nos queda más que rendir un agradecimiento y un recuerdo a Juan Torres Fontes, Diego Riquelme Rodríguez, Daniel Serrano Várez, José Antonio Caride de Liñán y tantos amigos que nos aportaron sus conocimientos, sus memorias y sus trabajos, tanto de palabra como por escrito.

 

 

 

 

martes, 29 de octubre de 2024

LA TABERNA DE "PERICO EL GUINDILLA"

 

Pedro L. Cascales López

 

          Alcantarilla siempre ha sido, desde su fundación junto al Río Segura, un encuentro de rutas de bastante importancia, ya que en ese lugar se cruzaban los caminos que discurrían por todo el valle del Segura-Guadalentín hacia Andalucía con los que unían la costa, antigua Cartagena y Mazarrón, con el interior de la península.

          Inherente a estas rutas, y ya desde época romana, necesariamente debían encontrarse edificaciones destinadas a dar servicio a los viajeros, comerciantes, militares y a sus correspondientes carruajes y caballerías, pero solamente podemos deducirlo por pura lógica porque no nos ha llegado ninguna fuente y ni siquiera restos que pueda aportarnos datos fidedignos, más allá de las “piedras de don Emilio”, algún ánfora y pedazos de cerámica.

          Sí sabemos que ya en época musulmana la actividad económica de la población estaba basada en la agricultura y en la arriería, y sus caravanas y cáfilas, como protección ante asaltantes, abastecerían de diversos productos, especialmente los agrícolas, a las poblaciones situadas a unos cien kilómetros a la redonda, volviendo esas caravanas a la población con mercancías existentes en esos lugares de destino. Existía pues el porte y el reporte.

          Y aparte de esas necesarias ventas o posadas para transeúntes existían algunos establecimientos más modestos para atender al agricultor tras su dura jornada en la huerta, o bien en los días festivos, o bien a aquellos que, ya mayores, sencillamente pasaban el día en ellos merecidamente.

          Durante muchos siglos esta fue la pequeña historia de estos locales en esa ya importante población hasta que a partir del siglo XVIII, con el crecimiento del núcleo urbano, comenzaron a proliferar, modestamente, las llamadas tabernas, aunque no podamos disponer de datos concretos gracias a los señores e ilustrados franceses que quemaron los archivos municipales.

          Ya en el siglo XIX la posada más importante, con gran patio para carruajes y caballerías, era la denomina “Posada del Sol” que luego pasaría a ser la “Posada del Tío Viruta” ubicada en la Calle Mayor esquina al callejón denominado también como Viruta, y situada entonces a las afueras de la población. Y frente a ella, en el solar que luego ocuparía el bar de Mateo o “Bar Perú” se encontraba la “Posada del Águila”, aunque de muchas menores dimensiones que la anterior. En fecha muy posterior, y ya pasadas las vías, se encontraba otra gran posada, la de “San Antonio”, entre la actual carretera, hoy Calle Mayor, antes Calvo Sotelo, y la actual calle Ángel Galindo (antiguo Camino de Lorca), y cuya cercanía al ferrocarril le reportaba bastante clientela por aquello del cambio de trenes. Existían además algunas casas particulares que alojaban viajeros, militares o guardias civiles en caso de necesidad; y poco a poco surgieron nuevas posadas y tabernas.

          No es objeto de estas breves líneas el contemplar la historia de estos establecimientos, sobre los cuales puede obtenerse alguna información, no mucha, pero interesante, en las Actas Municipales. No obstante, no nos resistimos a reproducir un comunicado a principios del año 1825 en el que un vecino de Aspe, llamado Antonio Cánovas, ofrece suministrar al ayuntamiento el vino que se consuma al precio de 13 reales (imaginamos que sería el precio de la arroba, 16´133 litros). Se acepta por el ayuntamiento siempre “que el vino sea bueno”. Para su venta hablan de una casa sita en la Calle Mayor que linda por levante con otra casa de Ginés Carrillo, por mediodía con la citada Calle Mayor y por poniente con la calle pública llamada de La Palmera y por el norte con la casa de Bartolomé Castillo. Su ubicación está muy clara, no existen dudas.

          Pero nuestro objetivo es en este caso la llegada a Alcantarilla, procedentes de la Puebla de Soto, de la familia Ballesta Manzano, “los Guindilla”, compuesta por tres hermanos Perico, José y Antonio.

          Ellos significaron, más o menos en los dos últimos tercios del siglo XX, un importante “refuerzo” en el sensible sector de las tabernas. Su atención al cliente, la calidad de sus vinos, sus excelentes tapas, gracias a sus mujeres, su “caer bien” y su atención a los “perroquianos”, fueron una referencia obligada en el pueblo; un pueblo en el que la existencia de “bares” prácticamente no existía. Solamente existían “las tabernas” como lugar de encuentro y de “consolación”. Eran los lugares del “dónde vamos”, y del decir “vamos a ver” a Pepe, a Antonio o a Perico, sin dejar ni mucho menos en el olvido las importantes tabernas ya existentes en el pueblo y que gozaban de un más que merecido prestigio, como la de la “Nena del Rincón” en la Calle de Los Pasos, que en palabras de un personaje como Pedro Herrero “El Chuquel” era la que mejor vino tenía. Y si lo decía el amigo Herrero es que eso era totalmente cierto.

 

Fotografía enmarcada que tenía Perico el Guindilla y que por lo tanto debía tener una especial importancia para él. Aparece una desconocida taberna y sentados en la puerta unos desconocidos clientes. No sabemos más. Por un fallo inexplicable no le preguntamos a Perico qué taberna era y quienes eran esas personas. Mea culpa

 

Audio de una grabación de mayo de 1980. Fulgencio Saura Mira y el que esto suscribe se sientan con Pedro Herrero Ruiz “El Chuquel”, verdadero personaje de este pueblo, perteneciente a una importante familia de comerciantes de alimentación, apreciada y querida por todos. Su hermana fue la fundadora de la Administración de Loterías “Las Vías” en la Calle de Los Pasos. En esta grabación (que ha costado bastante trabajo restaurar y hacer audible) Pedro hace un recorrido general por las tabernas del pueblo como “mayor entendido” del tema – 16 min 6 seg

 

Cafetera de cobre a la que hace alusión Pedro Herrero que estaba en la diminuta taberna “La Caja de Mixtos” junto al que luego fue Estanco de Rafael. Su pequeño mostrador tenía una altura de más o menos un metro y medio. En el compartimiento pequeño se echaba el anís y en el grande el café. Era un lugar muy frecuentado por los pilotos rusos que estaban en la Base Aérea durante la guerra (PLCascalesL)

          Vamos pues a centrarnos en Perico “el Guindilla”, que fue el primero de los hermanos Ballesta Manzano (Pedro, Pepe y Antonio) en venir a Alcantarilla. Es además algo obligado por una cuestión de disponibilidad de fuentes gráficas.

          Antonio tenía el local de más capacidad, en la calle de Los García, luego estaba Perico, que llenaba la calle San Sebastián con sus mesas en la época estival, y la más pequeña pero no por eso de menor movimiento, estaba la de Pepe en la Calle Mayor.

          Perico fue, como ya hemos dicho, el primero en venir a Alcantarilla y se instaló en la Calle de Los Carros, entre las calles de San Sebastián y Moncada. Luego en otro local en la Calle de La Cuesta y finalmente en su lugar definitivo en la Calle de San Sebastián pared por medio con la “Casa Consistorial”, esa “Casa” que el recordado amigo policía municipal Alfonso Egidos les dijo un día a unos viajeros, que preguntaban por esa “casa”, que Alcantarilla era un pueblo pequeño y que esa “casa” tan importante debía estar en Murcia. Que fueran y preguntaran allí.

 

Situación de las definitivas tabernas de los tres hermanos “Guindilla” (Plano Catastral de Urbana de 1972 de Agustín Pineda Enríquez)

 

Edificios de las tabernas de Pepe (Calle Mayor), Perico (Calle San Sebastián) y Antonio (Calle Los Garcías). Fotos de Pedro Carrillo “Rogelio” en 1985 para la Oficina Técnica Municipal

          La pequeña historia de estas tabernas y de los hermanos Ballesta Manzano “los Guindilla” ya ha sido tratada por el amigo Fulgencio Saura Mira, prolífico e importante pintor e hijo de pintor, y también en su día Secretario del Ayuntamiento de Alcantarilla, en un tiempo que parece que fue ayer, pero que ya han pasado bastantes décadas.

          Fulgencio hacía sus “pinitos” sobre la historia de Alcantarilla, y en el año 1981 publicó su trabajo “Por las tabernas de Alcantarilla”, en el que a lo largo de 180 páginas nos relata sus vivencias por las tabernas del pueblo y sus conversaciones con los protagonistas, que adorna con su particular estilo, que tendía siempre más hacia lo literario y poético que hacia lo estrictamente histórico.

Fulgencio Saura Mira, abogado, Secretario Municipal de Alcantarilla, cronista histórico, Académico de la Academia de Alfonso X el Sabio, prolífico pintor y, sobre todo, una excelente persona

 

Portada del libro “Por las tabernas de Alcantarilla” 1981, de Fulgencio Saura Mira

          Cuando inició Fulgencio su recorrido por las tabernas para recabar datos y entrevistar a sus protagonistas le acompañé en algunas ocasiones portando una voluminosa grabadora de audio y una pesada máquina de fotografías reflex Asahi Pentax que llamaba la atención (¡igual que ahora, que llevas cámara y vídeo en el bolsillo y encima obtienes mejores resultados!) a fin de poder reproducir las antiguas y generalmente deterioradas fotografías que nos mostraban, y también en alguna ocasión, grabar en audio las manifestaciones de taberneros y clientes, especialmente de Perico “El Chuquel” (reproducido más arriba), para poder facilitar luego la redacción de los textos. Y ni que decir tiene que estábamos obligados, muy a nuestro pesar, que conste, a probar toda la variedad de vinos que nos recomendaban los dueños de las tabernas y algún que otro asiduo cliente, amigo, o “perroquiano”.

          Ahora, cuando ya han pasado casi 45 años de la publicación de ese libro de Fulgencio, hemos rescatado audios y documentos gráficos que complementan ese trabajo, con la dedicación expresa de todo ello a los hijos y nietos de Perico y su mujer Antonia, siempre en la sombra, pero siempre, junto a su nuera Milagros, como un motor imprescindible para el funcionamiento del local. Muchas gracias a las dos por todo lo que hicieron por estos pobres hambrientos y sedientos.

          Reproducimos, por su indudable interés algunos párrafos interesantes de ese libro. Saura Mira los adorna siempre dentro de su peculiar estilo; repito, Fulgencio era, es, una persona de una particularidad sensibilidad, y sobre todo un excelente amigo. Este pueblo de Alcantarilla tiene una deuda de gratitud hacia él por la búsqueda y rescate de muchos documentos históricos que no sé de dónde los sacaba, así como por sus numerosos comentarios sobre las cosas de esta villa, citando en este libro a tantos y tantos amigos que ya se han ido.

                SAURA MIRA:

 


Perico hijo tras el mostrador de la taberna. Tras él, las lejas con sus antiguas botellas. Marzo de 1977 (PLCascalesL)

 

Audio de una grabación de Perico “el Guindilla” en mayo de 1980 con Fulgencio Saura Mira y Pedro L. Cascales López – 11 min 3 seg

 

            SAURA MIRA:

 

Perico subido en el carro en Puebla de Soto con su mula “Capitana”

 

En Molina del Segura camino de Jumilla. El primer carro es el de Perico y detrás va “el Placeta”

 

En Jumilla, en la puerta de la posada “La Fuensanta”. Perico con sus animales de tiro “Platera”, “Castaña” y “Capitana” en las varas

 

Apunte de Saura Mira sobre la anterior fotografía

                   SAURA MIRA:

 

 

Dibujo de Saura Mira de un carro cargado de barriles

                SAURA MIRA:



“El Colorín” con su blusa y faja sentado en su mesa con el cigarro frente al plato de michirones, habas y la imprescindible botella de vino – Marzo de 1977 (PLCascalesL)

 

“El Colorín” y “el Lirón” en su mesa y con Pedro Cascales junto a los barriles de Perico – Marzo de 1977

                    SAURA MIRA:



Ginés “el practicante”, que trabajaba en la Fábrica de La Pólvora y era el terror de la chiquillería cuando se ponía a preparar sus agujas, y Pedro Mellado, que se juntaba con Rafael Menárguez haciendo negocios y necesariamente siempre se pasaba muy buenos ratos con ellos – Marzo 1977 (PLCascalesL)

 

Apunte de Saura Mira de la taberna de Perico

 

Perico con dos de sus nietos, Pedro, el hijo de Perico y los “perroquianos” “el Colorín”, “el Lirón”, Pedro Cascales, Pepe Guillamón “el de los seguros” y su hermano Bienvenido – Marzo 1977

 

La familia Ballesta, con Pedro hijo, su mujer Milagros y los nietos de Perico – Marzo 1977

 

Perico con su mujer Antonia y su nieta – Marzo 1977

 

Película Super8 de 1979, en la que aparece toda la familia “Guindilla”, Perico, su mujer Antonia, su hijo Pedro con su mujer Milagros y sus hijos, Juan Pedro de la fábrica de “La Esencia”, Pedro del Rincón de Seca y Pedro Cascales. Un montón de “Pedros”

 

Milagros Florenciano, mujer de Pedro – Diciembre de 1997 (PLCascalesL)

 

Paco “El Veneno” con Juan Carlos “de la papelería”, otro amigo “perroquiano”, y Salvador “el Reguera” – Diciembre de 1997

 

Paco “el Veneno” con su compadre Joseíco y con Pedro Cascales – Diciembre de 1997

 

La ya viuda de Perico, Antonia Menárguez junto a la chimenea – Diciembre de 1997 (PLCascalesL)

 

En la puerta de la taberna, ya con otros aires y otras metas. Aquella antigua época había pasado. Mateo “el Jardinero” y Paco “el Gallo” en la puerta de la taberna – Julio de 1999 (PLCascalesL)

          Podemos decir que esa humilde y larga historia de las tabernas de Alcantarilla y de todas las poblaciones había ya desaparecido para siempre. Una pérdida irreparable, como tantas cosas.