Pedro L. Cascales López
Casa de las Cayitas, Casa de la
Inquisición, Casa Cayitas, Casa del Santo Oficio, Casa de Cayitas, Caserón de
la Calle Cartagena, Casa del Tribunal de la Inquisición… Desde hace algún
tiempo se le vienen aplicando alguno de estos nombres al edificio actualmente
sede del Archivo Histórico Municipal y Bien de Interés Cultural; pero hace ya
algunos años, aparte de no causar el interés que luego ha despertado, ese
edificio era simplemente la casa de López Pérez de Tudela o de Félix Mendaza o
de López Arias.
A raíz de la llegada a la
alcaldía de Alcantarilla de Francisco Zapata Conesa y de los inicios de los
trabajos del Plan General de Ordenación Municipal, a principio de los años
ochenta, se negoció con su última propietaria Lucía Mendaza López, residente en
Tarragona, la cesión del edificio al municipio. A ella no le gustaba el que se
nombrase al edificio como “Casa de 'las' Cayitas”, ya que ese nombre procedía de
su abuela Caya y de su tía, también Caya –nombre de claro origen latino–, y más
utilizado en Navarra que aquí, de donde procedía la familia Mendaza.
El equipo redactor del Plan respetó
ese deseo y en la documentación de ese Plan se evitó el utilizar el nombre
“Cayitas”, sustituyéndolo por el de “Casa de la Inquisición”, simplemente por
encontrarse el escudo de esa institución en su fachada, ya que se carecía de
cualquier otro dato que pudiera ser utilizado en su denominación. Con
posterioridad ha arraigado totalmente el nombre de Cayitas, por lo que
necesariamente así hay que aceptarlo: “Casa
de Cayitas”, o “Casa Cayitas”, no
“de las”.
Si hay algún edificio importante en
Alcantarilla cuyo origen y existencia sea un misterio es sin duda éste. Nada se
sabe de su promotor, su origen, y su desarrollo hasta casi finales del siglo
XIX. Los archivos municipales y regionales nada dicen o nada se ha podido
localizar, y posiblemente la respuesta a esta pregunta pueda encontrarse en los
Fondos Notariales y del Santo Oficio del Archivo General de la Región de Murcia
o en el Archivo Histórico Nacional. El trabajo está pendiente, porque hasta
ahora toda búsqueda ha resultado infructuosa.
Todo
ello ha dado lugar a que circulen rocambolescas y disparatadas historias sobre
tribunales, cárceles y tormentos ocurridos en este edificio. Todo absolutamente
falso. Ni tribunal (que estaba en Murcia, que era único, y que llegaba a
incluir hasta a Orihuela aparte de toda Murcia), ni cárceles y menos tormentos.
Pura fantasía interesada de algunos iletrados en busca de protagonismo. Y la
bibliografía seria que existe sobre la Inquisición en Murcia –aunque existe también
mucha falsedad por eso del 'copiar y pegar'– es totalmente suficiente para
desmentir tajantemente esas falsedades. No nos extendemos en este tema tan ya
profusamente tratado y publicado.
Pero
sí permanece la incógnita del origen del edificio, quién fue su promotor, cuál
fue la fecha de su construcción, qué uso tenía y como se desarrolló la vida en
él hasta finales del siglo XIX. Es un trabajo pendiente que ojalá alguien pueda
desvelar algún día encontrando algunos documentos olvidados en cualquier
archivo.
Sobre
sus últimos propietarios, sí se sabe que en el año 1870 adquiere el inmueble José López Pérez de Tudela casado con Concepción Capdepón Musera. Este
matrimonio tiene un hijo: José López
Capdepón, que fue un insigne catedrático y casó con Caya Arias Castellanos, de ascendencia navarra. De este matrimonio
nacieron dos hijas, Caya y Concepción López Arias, y mientras que
la primera no tuvo descendencia, la segunda casó con el navarro Félix Mendaza y Fernández de Pinedo,
teniendo a su vez dos hijos: Félix y Lucía Mendaza López, esta última, la
propietaria de la casa antes de pasar a poder municipal.
El edificio hacia el año 1900, cuando en él residía la
familia López Arias. Fotografía
cedida por Lucía Mendaza López. Archivo Histórico
Municipal
¿Pero
quién promovió la edificación de la casa y en qué fecha? Esto es lo que hasta
el momento se desconoce.
Sí
está claro que la mera existencia del escudo del Santo Oficio en la fachada no
implica de ninguna manera que allí existiese tribunal alguno, y ni siquiera
cárcel ni “mazmorra de tormentos”. Y sí resulta evidente que se trataba del
domicilio de uno de los llamados “familiares” del Santo Oficio, una especie de red
de informadores y receptores –a cambio– de grandes privilegios, creada por la
Inquisición como base más baja de su estructura, pero que de ninguna manera
gozaban de poderes ejecutivos, solamente ejercían la denuncia, la presencia, y
sobre todo la intimidación.
Por
lo tanto, deberíamos de centrarnos en estos “familiares” para intentar
localizar al que fue promotor de la edificación.
Escudo existente en la fachada
y que tantas fábulas ha suscitado
Y
aquí viene el problema, porque se desconoce la fecha de construcción del
edificio, y solamente por sus características constructivas podemos suponer que
fue realizado entre finales del siglo XVII y primera mitad del siglo XVIII.
Pero
sí hay algo que podría afirmarse. Su promotor no llegó a verlo terminado.
Falleció o lo enajenó antes de que la obra culminara. Más bien es lógico que
fuese lo primero. Y para ello contamos con dos indicios importantes: la
inacabada torre central y los encastres de andamios de la fachada sin eliminar.
Ese
tipo de edificio, la torre de la huerta, era una construcción característica
que siempre contaba con una torre de remate en la caja de escalera; y en este
caso esa torre no existe y en su lugar solamente se realizó una pequeña
cubierta realzada para albergar unas entradas de luz, algo atípico y
absolutamente inusual.
Alzados oeste y sur de la edificación careciendo de la
habitual
y característica torreta en la cumbre del tejado
Ningún
familiar del Santo Oficio, cuya única meta era la relevancia social y el goce
de privilegios, podía llegar a habitar un edificio tan representativo, y de tan
alto coste, sin que antes los albañiles suprimiesen los huecos del andamiaje.
De ninguna manera encaja.
Existe además otra incógnita, y es la anomalía que se detecta en el revestimiento de la fachada en el espacio comprendido entre la clave del arco de la puerta de entrada y la base del balcón de la primera planta. Esa zona parece preparada para el recibido de algún elemento. ¿Un escudo? ¿Alguna inscripción? ¿Se colocó y se quitó? ¿No llegó a colocarse?
Existe además otra incógnita, y es la anomalía que se detecta en el revestimiento de la fachada en el espacio comprendido entre la clave del arco de la puerta de entrada y la base del balcón de la primera planta. Esa zona parece preparada para el recibido de algún elemento. ¿Un escudo? ¿Alguna inscripción? ¿Se colocó y se quitó? ¿No llegó a colocarse?
Fachada de la Iglesia del convento de los Padres Mínimos,
que sabemos
inacabada (Febrero 1978, P. Cascales), y fachada de la
casa de Cayitas (Marzo 1978
P. Cascales). Ambas fachadas presentan el mismo caso: los
huecos para la sujección
del andamiaje no han sido eliminados
Y
así es como el edificio ha llegado hasta hoy. El segundo propietario que se
hizo cargo de él, seguramente con la torre sin finalizar, eliminó gastos
renunciando a terminarla y ejecutando un simple tejadillo con unas pequeñas
ventanas, y desde luego no pensando en volver a colocar un nuevo andamiaje para
solamente eliminar los huecos del anterior. Le valió todo tal y como estaba;
porque además es muy probable que tuviese que afrontar numerosos gastos para el
acabado interior del edificio. Desde luego tampoco se conoce el nombre de este
segundo propietario, pero sí se puede intentar una cierta aproximación a la
identidad del primero.
Pero hay más. Todos los datos nos
llevan a considerar de una manera sólida que la antigua vía romana que unía
Cartagena con Begastri era la actual carretera llamada Camino de los Soldados o
de la Morda hacia El Palmar, que entra en Alcantarilla con el nombre de Avenida
de Santa Ana.
Y esta vía enlazaba exactamente con
la actual Calle de los Pasos para continuar por el llamado Camino Viejo de
Pliego, pero en un momento indeterminado, su trazado se alteró a partir de la
acequia del Turbedal para, discurriendo por la citada y actual Avenida de Santa
Ana, llegar a la actual Calle Mayor de manera perpendicular por la llamada
Calle Cartagena, cuando su trazado primitivo era en ángulo agudo tal y como sucede
con la Calle de Los Pasos que es su prolongación natural.
Y curiosamente, esa alteración en su
trazado da lugar a que la nueva vía enfile directamente a la Casa de Cayitas
viniendo de Cartagena. Desde las ventanas de esa casa puede verse perfectamente
y desde mucha distancia quién se acerca o quién se aleja de Alcantarilla por
ese camino; y a la vez, ese edificio puede divisarse desde muy lejos, en un
lugar preferente: en el centro de la vía. Y si ahora es así, mucho más lo era
cuando no existía ninguna edificación aparte de la citada Casa de Cayitas. No
parece que esto sea casualidad, porque el actual trazado no responde a un
itinerario lógico pero, ¿el cambio se llevó a cabo antes de edificar la casa o
se realizó de manera simultánea a su construcción y a causa de ella? Desde
luego ese cambio tuvo que llevarse a cabo mucho después de 1545 y antes de 1740
aproximadamente, porque hubo de realizarse cuando todavía las edificaciones no
habían llegado a colmatar la zona. ¿Por qué la Calle Cartagena tiene anchos tan
dispares antes y después de su cruce con la antigua Calle de los Carros? Todo
apunta a que el tramo de la Calle Cartagena entre la Calle Mayor y la de los
Carros es de un trazado antiguo. El pueblo acababa ahí, y por ese punto llegaba
y salía el camino –antigua vía romana– hacia Cartagena. Pero a partir de la
Calle de los Carros la actual Calle de Cartagena se estrecha, porque una vez
cruzado el camino de Cartagena esa calle no debía ser entonces más que un
simple sendero agrícola.
Teniendo en cuenta que el poder de
un familiar del Santo Oficio era casi absoluto en una población como
Alcantarilla, cabe dentro de lo posible el que la construcción de la casa –o la
idea de su construcción– llevase emparejado el cambio de trazado del camino a Cartagena.
Pero con seguridad no lo sabemos ahora ni posiblemente lo sabremos nunca.
Plano base del siglo XVII. El Camino de Cartagena
discurre directo a coincidir con
la luego Calle de los Pasos. La casa Cayitas todavía no
está construida.
Plano base del siglo XVIII. El Camino de Cartagena ya ha
sido desviado por la hoy
Calle de Cartagena. La casa Cayitas ya está construida.
Actualidad. Superposición sobre la actual trama urbana de
los trazados de
las vías romanas y caminos medievales.
En los tres casos, la ubicación de la Casa de Cayitas se
encuentra marcada
con un círculo
Los
franceses destruyeron el archivo municipal, y los padrones municipales de
Alcantarilla no constan en otros archivos, aparte de que sus inicios en los
ayuntamientos hay que fecharlos a finales del siglo XVIII, por lo que no nos
valdrían.
Pero
tenemos dos fuentes en esas fechas: el Catastro del Marqués de la Ensenada
(1756), y los libros parroquiales de la Iglesia de San Pedro.
En
el Catastro de la Ensenada no existe ningún edificio de esas características y
localización entre los bienes eclesiásticos o ligados de alguna manera a la
iglesia. Por lo tanto, eliminada esa posibilidad hay que recurrir al listado
seglar de propietarios, y allí nos encontramos que en Alcantarilla existía un
solo familiar del Santo Oficio, y se llamaba José Pérez, sin indicar apellido.
La citación de José Pérez como familiar del
Santo Oficio en el Catastro de la Ensenada
Esto
parece entrar en contradicción, aunque no tanto, con lo citado por Saura Mira
en un Boletín Municipal sobre un tal Ginés Sánchez casado con Lorenza Pérez,
ambos de Javalí Nuevo que presenta documentación ante el ayuntamiento de
Alcantarilla para acceder a familiar del Santo Oficio, pero no constan más datos
ni fuentes y tampoco consta en el Catastro de la Ensenada, aunque en los libros
parroquiales aparece un Ginés Sánchez Vázquez nacido en el año 1691 y Ginés
Sánchez Martínez nacido en el año 1707, así como es citado Antonio Avilés
Carrillo como también familiar de ese Santo Oficio. También existió un pleito
–objeto de decenas de 'copia y pega'–, resuelto por sentencia real el 13-2-1745
entre familiares del Santo Oficio y el Obispado sobre la exigencia de contar
los primeros con un lugar preeminente en la Iglesia de San Pedro. Pero lo
cierto es que no sabemos si esos nombramientos fueron efectivos, ya que el
único que aparece en el Catastro, y con suficientes bienes, es el citado José
Pérez.
Al
desconocerse el segundo apellido, y ni siquiera si era nacido en Alcantarilla o
no, lo cierto es que entre el año 1650 y 1750 en los libros parroquiales de
nacimientos aparecen los siguientes 'José Pérez':
Pérez
Ayala, José, hijo de Sebastián y María – 1686 – 51vto
Pérez
Riquelme, José, hijo de Salvador y María – 1696 – 124vto
Pérez
Riquelme, José, hijo de Salvador y María – 1701 – 154
Pérez
Martínez, José, hijo de José y María – 1701 – 157vto
Pérez
García, José, hijo de Francisco e Isabel – 1727 – 150vto
Pérez
Martínez, José, hijo de Alonso y María – 1729 – 207
Pérez
Sánchez, José, hijo de Lorenzo y Josefa – 1738 – 123vto
De estas siete personas habría que
eliminar a los tres últimos, ya que no parece creíble que con 28, 26 y 18 años
respectivamente pudieran haber llegado a ostentar la nominación de familiar del
Santo Oficio y además gozar con una gran cantidad de bienes, y aun teniéndolos
por herencia, el factor edad parece insalvable.
También hay que eliminar al segundo,
ya que claramente falleció prematuramente y sus padres tuvieron un nuevo hijo
al que pusieron el mismo nombre.
Por lo tanto, caso de tratarse de
una persona nacida en Alcantarilla, el familiar del Santo Oficio relacionado en
el catastro debería ser uno de estos tres:
José Pérez Ayala, nacido en 1686, de
70 años,
o José Pérez Riquelme, nacido en
1701, de 55 años,
o José Pérez Martínez, nacido
también en 1701, de 55 años.
Y habida cuenta de los bienes
acumulados –más creíbles en el primero por la edad–, y que veremos a
continuación, y la posibilidad ya comentada de que pudiera haber fallecido
antes de ver terminada la casa que estaba construyendo; con todas las reservas,
pudiera ser que el promotor de la casa hoy llamada de Cayitas fuese José Pérez Ayala, nacido en el año 1686
sin que conste en los libros la fecha de su defunción. Todo ello sin perjuicio
de que posibles posteriores averiguaciones lo confirmen o desmientan.
Vamos a ver ahora la posible relación
de sus propiedades, como familiar del Santo Oficio, con la casa de Cayitas. Solamente
nos movemos con indicios más o menos sólidos, pero es lo único de lo que se
dispone por ahora.
Cuando
los alcantarilleros apenas contaban con una sola vivienda y algún pedazo de
tierra, José Pérez (¿Ayala?) contaba según el catastro con los siguientes
bienes y sus correspondientes valoraciones de renta:
1
- La mitad de una casa baja en la Calle Diego Lorente, confrontando por la
derecha con el dueño y por la izquierda con otra de Francisco Pérez. 14 reales
y 22 maravedíes y 2/3.
2
- La mitad de otra casa alta situada en dicha calle, confrontando por la
derecha con la de Juan Lorente y por la izquierda con el dueño. 36 reales y 22
maravedíes.
3
- Otra casa baja situada en la Calle de Mula. Confronta por la derecha con otra
del dueño y por la izquierda con la de
José Belchí. 44 reales.
4
- Otra casa baja situada en la Calle de Diego Lorente. Confronta por la derecha
con la de José Belda y por la izquierda con la calle pública. 44 reales.
5
- Otra casa baja situada en la Calle Mayor. Confronta por la derecha con la de
Francisco Cánovas y por la izquierda con la de Alonso Rodríguez. 58 reales y 22
maravedíes y 2/3.
6
- Otra casa baja situada en la Calle Del Horno. Confronta por la derecha con la
de Diego Serrano y por la izquierda con otra del dueño. 44 reales.
7
- Otra casa alta situada en la Calle del Horno. Confronta por la derecha con
otra de dueño y por la izquierda por la Calle. 132 reales.
8
- Otra casa baja situada en dicha Calle del Horno. Confronta por la derecha con
otra del dueño y por la izquierda con la de Pedro Hernández. 29 reales y 9
maravedíes.
9
- Otra casa baja situada en dicha Calle del Horno. Confronta por la derecha e
izquierda con el dueño. 29 reales y 9 maravedíes.
10
- Otra casa alta situada en la Calle del Raso. Confronta por la derecha con la
de Herederos de Juan Cascales. 88 reales.
11
- Otra casa alta situada en dicha Calle del Raso. Confronta por la derecha con
otra del dueño y por la izquierda con la de Lorenzo Carrillo. 88 reales.
12
- Otra casa alta. Confronta por la derecha con otra del Convento de las
Mercedarias de Murcia y por la izquierda con la de Francisco Martínez. 102
reales y 22 maravedíes y 2/3.
13
- Un Parador situado en el Barrio del Norte. Confronta por la derecha con la
casa de Antonio Riquelme y por la izquierda con otra de Pedro Menárguez. 44 reales.
14
- Otra casa baja. Confronta por la derecha con otra de Ginesa Carrillo y por la
izquierda con otra del dueño. 36 reales y 22 maravedíes y 2/3.
15
- Otra casa alta. Confronta por la derecha e izquierda con otras del dueño. 75
reales y 9 maravedíes.
16
- Otra casa baja. Confronta por la derecha con la de Silverio Sandoval y por la
izquierda con otra del dueño. 40 reales.
17
- Otra casa baja. Confronta por la derecha e izquierda con otras del dueño. 44 reales.
18
- La tercera parte de una fanega de sembradura de secano de segunda calidad en
el sitio de las Heras. Linda por levante con Obra Pía, norte con Andrés
Pujante, poniente con Matías Pacheco y sur con Alonso Pacheco.
19
- Tres fanegas y media de sembradura de secano de segunda calidad en el sitio
de las Heras. Linda por levante con Lorenzo Carrillo, norte con Camino de
Pliego, poniente con José Rocamora y por el sur con Camino de Cuesta Blanca.
20
- Dos tercios de fanega de sembradura de secano de segunda calidad en el sitio
de las Heras. Linda por levante con casas de la población, norte con Esteban
Saavedra, poniente con Matías Pacheco y por el sur con Juan Carrillo.
21
- Una fanega y un cuarto de sembradura de secano de segunda calidad en el sitio
de las Heras. Linda por levante con vereda de las eras, norte con Andrés
Pujante, poniente con Matías Pacheco y sur con Alonso Pacheco.
22
- Una barraca de ocho andanas en el partido de Chantre Cavero. Derruida.
23
- Cuatro tahúllas de moreral de regadío de primera calidad en el sitio de
Chantre Cavero. Linda por levante con Antonio Tomás, norte con Juana Cascales,
poniente con Juan Martínez y sur con Ginés Sánchez. A portillo.
24
- Tres cuartas de moreral de regadío de primera calidad en el sitio del Fondón,
riego de la noria. Linda por levante y norte con Pedro Pujol, por poniente con
acequia del Turbedal y por el sur con Ánimas.
25
- Una casa baja sita en la Calle del Yelo. Confronta por la derecha con la de
Mateo Muñoz, por la izquierda con otra de Francisco Cayuela. 58 reales y 22 maravedíes.
26
- Otra casa alta sita en la Calle de los Huertos. Confronta por la derecha con
la de Francisco Saavedra y por la izquierda con otra de los herederos de Alonso
Cascales. 44 reales.
27
- Otra casa baja sita en el Barrio del Norte. Confronta por la derecha con la
de Bárbara Cascales y por la izquierda con otra de Sebastián Almela. 22 reales.
28
- Dos tahúllas de labradío de regadío de portillo de segunda calidad en el
sitio de Chantre y Cavero. Linda por levante y norte con Andrés Pujante, por
poniente con José Pérez y por sur con Pedro Aranda.
Tal
acumulación de propiedades en una población como Alcantarilla no puede ser en
buena lógica consecuencia de una herencia, porque ello implicaría el traspasar
a sus padres el misterio de cómo llegaron a poseer semejante patrimonio en un
pueblo de escasos caudales. Por lo tanto, se abre la hipótesis de que la
posesión de estos bienes tuviera alguna relación con su cargo de familiar del
Santo Oficio, ya que las principales fuentes de ingresos de esa entidad eran
precisamente las confiscaciones de bienes a los condenados; y aunque era el rey
el que recibía la mayor parte, a nadie puede escapar el hecho de que en el
camino, esas confiscaciones sufrían las convenientes mermas en pago de
comisiones y privilegios.
José
Pérez estaba pues perfectamente en disposición de poder ejecutar una obra de la
envergadura como la de esta casa que nos ocupa (Cayitas) y que tan alejada
estaba de las posibilidades económicas del resto de los habitantes de
Alcantarilla.
La
duda se encuentra ahora en saber si esta casa puede encontrase dentro de la
relación catastral teniendo en cuenta ubicación y renta.
Eliminamos
en primer lugar los suelos agrícolas y la barraca, nº 18, 19, 20, 21, 22, 23,
24 y 28.
Eliminamos
las edificaciones ubicadas en el llamado Barrio del Norte u otras calles
conocidas de la población, nº 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 13, 25, 26 y 27.
Eliminamos
las edificaciones de planta baja, nº 9, 14, 16 y 17.
Nos
quedan las nº 10, 11, 12 y 15 como posibles Casa de Cayitas.
Veamos
cada una de ellas:
nº
10 – Calle del Raso. Linda por la derecha con casa de Herederos de Juan
Cascales. Nada dice del lindero izquierdo ¿era huerta o campo, o era él mismo?
Renta de 88 reales.
nº
11 – Calle del Raso. Linda por la derecha con él mismo y por la izquierda con
casa de Lorenzo Carrillo. Renta de 88 reales. ¿Lindaba con la anterior?
nº
12 – No da ubicación. Linda por la derecha con casa de las Mercedarias y por la
izquierda con la de Francisco Martínez. Renta de 102 reales, 22 maravedíes y
2/3. Es la de mayor renta.
nº
15 – No da ubicación. Linda por derecha e izquierda con él mismo. Renta de 75
reales y 9 maravedíes.
Visto
lo anterior estamos en manos de los errores cometidos en la confección del
catastro, ya que en la nº 10 no especifica el lindero de la parte izquierda y
en las nº 12 y 15 no señala ubicación.
Podemos
sin embargo eliminar la nº 12 porque dice lindar por ambos lados con otras
edificaciones y este no es el caso para el edificio que nos ocupa.
Por
lo tanto, solamente existe la posibilidad de que la hoy Casa de Cayitas pudiera
ser la nº 10 o la nº 15. No podemos saber cuál era o si era alguna de las dos, o
ninguna de ellas, pero sí sabemos que la posibilidad es real. Existe. No
aparecen datos en contrario que invaliden la hipótesis de que el promotor de la
Casa de Cayitas pudiese ser José Pérez Ayala, no existe catastrado otro
edificio en esa zona que cumpla con los requisitos necesarios.
Casa nº 10
Casa nº 15
Y si la casa estaba en construcción
avanzada fue catalogada en el catastro, pero posiblemente su propietario no
llegase a verla terminada. El nivel de renta también nos indica que era una
construcción de una cierta importancia.
Por
lo tanto, a falta de documentación que pruebe lo contrario, podría considerarse,
con todas las reservas, que el promotor de la Casa de Cayitas fue José Pérez
Ayala, familiar en Alcantarilla del Santo Oficio, nacido en el año 1686 y
fallecido poco después del año 1756.
A partir de aquí se abre un
paréntesis en donde no existen datos por el momento de las personas que
ostentaron la titularidad del inmueble hasta que llegamos al año 1870 tal y
como anteriormente se ha expuesto.
Y es en el año 1941, tras la Guerra
Civil, cuando la casa pasa a propiedad de Caya
y Concepción López Arias, casada
con Félix Mendaza y Fernández de Pinedo.
Cuatro años antes, en 1937, en plena
guerra, se da la circunstancia de que el “Comité de Enlace del Partido
Socialista y Comunista de Alcantarilla” emite una circular de búsqueda y
captura de Félix Mendaza y de algunos industriales de la población que habían
abandonado Alcantarilla ante el aviso de amigos del PSOE de que les iban a dar
“el paseo” en el Puerto de la Cadena, por lo que ayudados por esos mismos
amigos, habían llegado hasta Inglaterra y de allí a formar parte del Ejército
Nacional, estando sus industrias incautadas y administradas por “comités
revolucionarios” de personas que, sobre todo, no habían ido a luchar al frente.
Circular del Comité del Partido Socialista y Comunista de
Alcantarilla
Pasaron los años y fallecidas las
hermanas Caya y Concepción López Arias, la propiedad pasó a manos de los hijos
de la segunda, Félix y Lucía Mendaza López, que se ausentaron
de Alcantarilla quedando el edificio abandonado. Félix era heredero de la mitad
del huerto y Lucía de la otra mitad más la casa.
Fotos aéreas comparativas. A la izquierda fotografía de
Julio Ruiz de Alda del año 1929,
y a la derecha fotografía de la empresa Paisajes
Españoles de 18-8-1968
Vista aérea del huerto y la casa. 6-12-1965. P. Cascales
Vista aérea del huerto y la casa. 11-8-1973. P. Cascales
Una vez ausentes, y pasados los
años, los propietarios consideraron que la ruina del edificio se acentuaba y
que no cabía otra posibilidad que derribarlo y construir tanto en su solar como
en el huerto anexo, teniendo contactos con algunos promotores de la población,
pero el 30 de noviembre de 1976, la Comisión Provincial del Patrimonio
Histórico-Artístico inicia un expediente sobre el edificio, para su declaración
como Edificio Histórico Local, por lo que cualquier actuación en el entorno
requeriría la aprobación de esa Comisión o de la Dirección General del
Patrimonio Artístico y Cultural (BOE de 4-1-1977), aunque esta protección era
del todo insuficiente porque en todo caso afectaba únicamente a mantener la
fachada.
Mientras, el edificio seguía cerrado
y la ruina aumentaba ayudada por las humedades y el vandalismo. La noticia
salta a la prensa y durante todo ese año 1977 son varios los artículos y las
opiniones que se publican al respecto en los diarios La Verdad y Línea de la
prensa provincial.
Fachada del edificio. Agosto de 1977.
P. Cascales
Panorámica desde el cruce con la Calle San Sebastián.
Agosto 1977. P. Cascales
Con fecha 22 de agosto, el
arquitecto técnico de urbanismo del Ayuntamiento de Murcia Pedro L. Cascales
López –el que esto suscribe– presentó un escrito al Ayuntamiento de
Alcantarilla solicitando que de acuerdo con la ley se controlase la composición
estética de las fachadas de los edificios colindantes, que se reordenase la
manzana, ya que el entonces Plan de Ordenación vigente para nada contemplaba el
valor histórico del edificio, así como que se tuviese en cuenta la vegetación
de grandes árboles y palmeras existentes, para lo cual se aportaba un estudio
volumétrico y unos planos de ordenación (algo prácticamente igual a lo que
finalmente resultó) en los que se mantenía, como no podía ser de otra manera,
los derechos volumétricos de la propiedad pero se creaba un jardín y el
edificio pasaba a propiedad municipal.
Ese mismo mes, el PSOE solicita que
se adopten las medidas necesarias para conservar el edificio, porque su
situación es alarmante.
Desde el Camino de la Voz Negra, la tapia del huerto
infundía un aire de misterio. Agosto 1977. P. Cascales
Uno de los dos grandes nogales que rodeaban la casa.
Agosto de 1977. P. Cascales
Entrando desde la Calle Mayor por la Calle Cartagena, al
acercarse
a la casa destacaban los grandes nogales del huerto, y al
fondo, todavía estaban las ruinas de las viviendas
adosadas
a la casa mientras que por encima sobresalía la fachada
de la
fábrica de la Esencia de los Hernández Pagán
Agosto 1977. P. Cascales
Agosto 1977. P. Cascales
Casi un año después, en el mes de
julio, es la Delegación Provincial del Ministerio de Cultura la que remite un
escrito al Ayuntamiento en el que solicita que se le informe del estado en el
que se encuentra el edificio y las medidas que el Ayuntamiento ha adoptado para
su conservación.
Pero a finales del año 1978 salta la
alarma cuando la maquinaria comienza a arrancar todo el arbolado del entorno.
Estos hechos aparecen en la prensa y por el momento nogales y palmeras se
salvan de su desaparición. Había que comprender que tanto los propietarios de
esta finca como otros muchos propietarios y constructores de Alcantarilla
llevaban demasiados años sufriendo un parón en la edificación por culpa de un
Plan de Ordenación inaplicable y sin que se pudiese poner solución al problema
de la noche a la mañana por parte del ayuntamiento.
La situación era muy complicada
tanto para el ayuntamiento como para los propietarios de la casa y huerto de
Cayitas. Por un lado, Cultura exigía al ayuntamiento que asumiese las medidas
oportunas para impedir la ruina del inmueble, pero esto no era algo tan
sencillo de ejecutar como de decir, era un asunto complicado técnicamente y muy
costoso para una entidad que en aquellos años no disponía de los fondos
necesarios como podría ser en la actualidad. Y por otro lado la propiedad
tampoco podía asumir grandes gastos en algo que estaba catalogado por Cultura,
que no tenía salida comercial, y cuya única solución era el que la
administración se quedara con el inmueble. Pero el problema estaba en cómo
hacerlo, al no existir un planeamiento urbanístico adecuado que pudiese ser
marco para una negociación entre ayuntamiento y propiedad.
Plano del huerto con la ubicación de nogales y palmeras
en mayo de 1980. P. Cascales
Fachada sur de la casa. Se aprecian los restos de
las terrazas que tenía la casa con vistas al huerto.
Diciembre 1978. P. Cascales
Diciembre 1978. P. Cascales
Fachadas de mediodía y de poniente. En esta última
aparece la
puerta y balcón que recaían al callejón. Diciembre 1978.
P. Cascales
Conjunto de palmeras y nogal junto a la casa.
Diciembre 1978. P. Cascales
Nogal junto a la tapia al Camino de la Voz Negra.
Al fondo destaca la fachada de la fábrica de La Esencia.
Diciembre de 1978. P. Cascales
Pareja de palmeras junto a la tapia al Camino de
la Voz Negra. Diciembre de 1978. P. Cascales
Marcas de los golpes de una pala a los troncos
de los nogales. Diciembre de 1978. P. Cascales
Margen de poniente de la finca, de algo más de metro y
medio de altura. En este margen se hallaban muchos restos
ibéricos que encontrábamos junto a Daniel Serrano.
Diciembre de 1978. P. Cascales
Toda la zona del huerto fue objeto de extracción de
arcillas para
los cercanos tejares en una época indeterminada,
posiblemente a
mediados del siglo XIX, por lo que muchos restos ibéricos
desaparecieron quedando solamente algunos de ellos
en el margen medianero de la propiedad. Estas arcillas
procedían
del Río Guadalentín. Puede apreciarse el desmonte
realizado
en las curvas de nivel de la parte izquierda
Vista hacia poniente del huerto. Al fondo el margen medianero,
y en el centro hacia la derecha, tras las palmeras, las
casas de la Calle Hurtado
Lorente en donde se encontró el vaso griego. Diciembre
1978. P. Cascales
Vista general del huerto con los limoneros arrancados.
Todavía permanecen
los nogales y las palmeras. Diciembre de 1978. P.
Cascales
El alcalde Fulgencio Pérez Artero
era un hombre con muy buena voluntad y deseos de hacer lo mejor para su pueblo,
pero su tiempo de mandato coincidió con unos momentos muy difíciles
políticamente hablando, y para más desgracia, en el tema del urbanismo puede
decirse que no tuvo suerte, o mejor dicho, tuvo toda la suerte en contra.
En primer lugar, cuando llegó a la
alcaldía se encontró con un Plan Comarcal de la Huerta de Murcia en el que
estaba incluida Alcantarilla y que simplemente eran un par de planos y unas
ideas generales difusas e inconcretas, con un nivel técnico muy somero, de casi
imposible aplicación, y con un desarrollo totalmente nulo en cuanto a normativas,
alineaciones, volumetrías, etc. Todo ello amenizado con innumerables contradicciones y omisiones.
Se optó entonces, con toda lógica,
por encargar un Plan de Ordenación propio de Alcantarilla y para ello se
adjudicó el proyecto a una empresa de Madrid, pero después de varios años el
ayuntamiento se encontró con un documento que, aunque técnicamente era muy
superior al anterior, también resultaba muy deficiente y en algunos casos
llegaba a ser prácticamente inaplicable. Además, en el año 1976 había sido
publicada la nueva Ley del Suelo que establecía nuevos conceptos sobre el
urbanismo que se había de aplicar. Sin embargo, la redacción de este Plan tuvo
de positivo que Alcantarilla pudiese contar con una plano fotogramétrico de
todo el término municipal a escala 1/.2.000 que hoy es un documento de un gran
valor.
El agobio que urbanísticamente vivía
Alcantarilla en aquellos momentos era muy grande por falta de un planeamiento
adecuado y de un marco legal en donde moverse, a lo que había que sumar la
presión de los grupos políticos que se preparaban para optar al ayuntamiento en
las cercanas elecciones del año 1979.
El alcalde Fulgencio Pérez se
encontraba pues en un callejón sin salida. En aquellos momentos, el caso de Cayitas
era simplemente un problema más de las decenas de casos que se amontonaban en
la mesa de la alcaldía.
Ante esta situación de verdadero
caos, el ayuntamiento acordó convocar un concurso para redactar un nuevo Plan
de Ordenación, el tercero en unos diez años, y poder contar así, de una vez,
con la necesaria herramienta para poder trabajar y solucionar problemas, y que
se encontrase además adaptado a la nueva Ley del Suelo. Y todo ello con unas
elecciones locales a la vista en las que se suponía que resultaría ganador el
partido de Unión de Centro Democrático UCD de Adolfo Suárez.
Al concurso se presentaron tres
equipos, uno apoyado por el ayuntamiento, otro casi desconocido y un tercero
formado por técnicos de urbanismo del Ayuntamiento de Murcia que era el
preferido por el PSOE, o sea, por el presumible candidato a la alcaldía
Francisco Zapata Conesa.
El concurso fue limpio y al final
fue este equipo el que obtuvo mayor puntuación a pesar de la preferencias del
ayuntamiento, y de inmediato se comenzaron a elaborar los oportunos trabajos de
planeamiento, trabajos que, por otra parte, ya se encontraban bastante
adelantados en algunas zonas por el que esto suscribe, ya que se confiaba
plenamente en que se obtendría la concesión.
El asunto de Cayitas, sobre todo por
la existencia de un edificio en ruinas, fue un tema que se abordó de forma
inmediata; y lo que había que hacer se sabía perfectamente, solamente había que
poder plasmarlo bajo el amparo de una normativa legal.
Detalles de la fachada del edificio. Enero 1979. P.
Cascales
Fachada de la casa. Marzo 1979. P. Cascales
Fachadas de mediodía y de levante junto con los restos de
las antiguas
casas adosadas a la edificación. Marzo 1979. P. Cascales
Esquina SO del edificio con el anexo que tenía adosado.
Al fondo la Calle de Cartagena. Marzo 1979. P. Cascales
Detalles de la fachada. Marzo 1979. P. Cascales
Detalle de la cerrajería de los huecos.
Marzo 1979. P. Cascales
Fachadas de poniente y mediodía. Marzo 1979. P. Cascales
Ya ha desaparecido el muro de cerramiento al camino de
La Voz Negra y queda en solitario uno de los dos nogales.
Al fondo la fachada de la fábrica de conservas de los
hermanos
Hernández Pagán o de La Esencia. Marzo 1979. P. Cascales
Panorámica desde el extremo suroeste del huerto. Se está
procediendo al acopio de tierra para subir el nivel del
suelo.
Marzo 1979. P. Cascales
Panorámica desde el extremo opuesto al anterior. Marzo
1979.
P. Cascales
Dibujo de Fulgencio Saura Mira
Vista aérea de la zona. Junio de 1979. P. Cascales
Plano del Plan de Ordenación, el huerto se
incluye en una Unidad de Actuación en donde se
ordenan los volúmenes y se definen los espacios libres.
Se marcan expresamente los nogales y las palmeras
Las elecciones, contra todo pronóstico,
fueron ganadas por el PSOE, siendo proclamado alcalde el 19-4-1979 Francisco Zapata
Conesa (sobre este hecho puede verse en este mismo blog “Constitución del
Ayuntamiento de Alcantarilla en el año 1979”).
Uno de los primeros asuntos que como
alcalde tuvo que solucionar Francisco Zapata, dado el estado de ruina del
inmueble, la repercusión que el tema había tenido en la prensa, el daño que se
estaba causando a la familia propietaria y el interés municipal en que la Casa
de Cayitas se conservase y pasase a uso público, fue el solucionar
definitivamente este problema. Para ello se estableció contacto con la familia Mendaza López y pronto se mantuvo
una reunión, ya que dentro de los trabajos del Plan de Ordenación, el tema de
la casa y huerto de Cayitas era algo que hacía tiempo se encontraba
perfectamente estudiado y definido técnicamente.
A
ese primer contacto promovido por el alcalde Zapata acudieron los dos hermanos
Lucia y Félix Mendaza López así como el arquitecto técnico Pedro L, Cascales López
como miembro del equipo redactor del Plan General de Ordenación Municipal.
No
era una reunión normal entre administradores y administrados ya que Francisco
Zapata Conesa acababa de llegar a la alcaldía por el partido 'socialista' y eso
era algo que en aquellos momentos en España causaba en amplios sectores una
cierta “prevención” (ya hemos visto lo ocurrido en 1937), pero toda esa “prevención”
quedó disipada desde los primeros momentos cuando Zapata –sincero, llano y
creíble– explicó claramente su postura de respeto a la legislación urbanística,
de respeto a los derechos de la propiedad, y sobre todo que el problema se
solucionase con el pleno acuerdo y satisfacción de ambas partes y lo antes
posible.
De
forma inmediata, por la parte técnica, se fue perfilando exactamente los
aprovechamientos, alineaciones, alturas, delimitación de unidad de actuación,
etc.; el huerto de Cayitas tendría idéntico aprovechamiento que el resto del
suelo que se encontraba en su misma situación urbanística, 1,2 m2/m2
de edificación sobre el área contemplada en la Unidad de Actuación
correspondiente. Que más o menos eran las aspiraciones de la propiedad en
cuanto al aprovechamiento comercial.
Otra
cosa era el tema de la casa, un edifico catalogado y de alto interés histórico
para Alcantarilla (protección que sería incrementada con fecha 24-7-1982, BOE
21-9-1982, Real Decreto 2330/1982) que tenía un solo propietario (Lucía
Mendaza) y no cabían más que tres posibilidades: incluirlo en la Unidad de
Actuación y sumar su valor en gastos de urbanización (previo cálculo del mismo,
y sin duda alto), algo muy problemático para la propiedad de cara a la venta
del suelo, como luego veremos, ya que previamente existía como gasto de
urbanización el construir el jardín; directamente adquirirlo (algo igualmente
problemático, en este caso para el ayuntamiento); o recurrir a la expropiación (algo
más complicado todavía y muy largo de resolver y justificar).
Existía
no obstante una solución técnica, simple y rápida, pero que debía de contar con
la aprobación y colaboración de la propiedad. Se le expuso el caso a esa
propiedad que se mostró conforme con ello. La cifra de la superficie construida
de la casa se incluiría dentro de la Unidad de Actuación, aunque la casa
quedaba fuera de ella, aumentando con ello el aprovechamiento de la Unidad y
siendo ya un tema a resolver entre ambos hermanos propietarios la partición de
suelo o mantenimiento en proindiviso teniendo en cuenta el incremento de
derechos correspondiente a Lucía Mendaza. El ayuntamiento tuvo acceso así, de
manera inmediata a la propiedad de la Casa de Cayitas sin coste alguno y, sobre
todo, con el total acuerdo de la propiedad.
Titular del diario La
Verdad de 16 de abril de 1980
El
asunto de la casa de Cayitas, tras demasiados años de polémica, había
terminado, no existirían más titulares de periódicos sobre el tema, o al menos
eso se pensaba en aquellos momentos. El edifico ya era propiedad municipal.
Titular del diario Línea
de fecha 26 de junio de 1982
Dibujo de Fulgencio Saura Mira
Titular del diario Línea
de fecha 28 de julio de 1982
Llegado este momento, se buscaron
las oportunas ayudas para restaurar completamente el edificio y destinarlo a un
uso de equipamiento público.
Se encargó el proyecto de
restauración al arquitecto de Alcantarilla Andrés Terol Díaz, y prácticamente
fue necesario vaciar completamente el edificio, aunque como luego se verá,
posiblemente se cometió un fallo de libro a la hora del tipo de forjado que se
decidió emplear, aparte de otros detalles, como es el caso de la escalera, ya que
posiblemente no se restauraron de la manera adecuada. Y sobre todo suprimir el balcón existente en la fachada.
Puerta de entrada. Foto: Juan Cánovas Orcajada.
Archivo Histórico Municipal
Puerta de paso desde el vestíbulo a la caja de escalera
completamente alterada en la restauración
Archivo Histórico Municipal
Caja de escalera. Arriba la ventana para luces de
escalera.
La primitiva escalera de bóveda ha sido sustituida en la
restauración por simples tramos de apoyo planos.
Archivo Histórico Municipal
Estado de uno de los forjados de la planta baja.
Archivo Histórico Municipal
Otro de los forjados.
Archivo Histórico Municipal
Construcción del nuevo forjado en la planta segunda.
Archivo Histórico Municipal
Forjado de la última planta. Posiblemente este no era
el tipo de forjado que habría que haberse utilizado, y no
ha sido posible localizar los planos del proyecto de
ejecución
(hay quién dice que no existe) para poder conocer los
datos
de carga de ese forjado como algo fundamental para saber
qué usos pueden darse
al edifico y cuáles no.
Archivo Histórico Municipal
Pero en año 1987 Francisco Zapata
renunció a seguir en la alcaldía y le sustituyó como cabeza de lista, por
descarte de otros, Pedro Manuel Toledo Valero. Y ya las cosas no iban a ser
igual, no podían ser igual, ya que ocurre a menudo que llegan a ostentar cargos
públicos personas cuya capacidad política no es convergente con las necesidades
que implican el cargo que les ha caído en suerte –nunca mejor dicho– representar.
Parece además que sobre la Casa de Cayitas
existe un mal fario, y aunque este no es el lugar para tratar temas de ese
contenido, es inevitable el confirmar que eso parece ser así. Existen pruebas
de ello. De que todos los que actuaron negativamente contra la propiedad, de
una forma o de otra, antes o después, se vieron afectados. Lo mismo que también
existen pruebas de que cosas que no son explicables ocurren de puertas para
adentro. Da la sensación de que la “Casa” se venga de los que atentan de una
forma o de otra contra ella o su entorno.
Llevaba Toledo de alcalde apenas un
par de meses cuando ya de entrada, sin solicitar informe técnico alguno y de
una manera absolutamente irregular, incluye en los presupuestos del año 1988 la
realización del “Parque de las Cayitas”. Y así, el día 21 de marzo de 1988 se
reúne la Comisión de Gobierno formada por el alcalde Pedro M. Toledo Valero y
los teniente de alcalde Alfonso Guirao Pérez (“el Marrias”), Juan Diego Toledo
Valero, José Marín Navarro (el de las máquinas), José Domingo Cubillana
Herrero, José Antonio Ferrer Cano (concejal de urbanismo) y Alfonso Fernández
Porras, actuando como secretario Jesús García Navarro (un abogado de Murcia
amigo de Toledo).
Y en esta comisión, en su punto
segundo se aprueba por unanimidad la construcción del citado “Parque de las
Cayitas”.
Por decreto de alcaldía (no de
urbanismo) el día 14-10-1991 se aprueba una certificación de obra (nº 604, hoja
40 del listado de resoluciones y decretos) del “Parque Cayitas” por importe de
4.299.340 pesetas.
También por decreto de alcaldía (se
insiste, no de urbanismo) el día 5-11-1991 se aprueba “declarar la forma de
contratación directa de la construcción del Parque Cayitas” (nº 760, hoja 53) y
el siguiente día 7, por decreto de alcaldía (nº 761) se aprueba el Pliego de
Condiciones para la construcción del citado Parque de Cayitas.
Y el día 18-11-1991 un nuevo decreto
de alcaldía (nº 787, hoja 55) adjudica la obra de construcción del Parque de
Cayitas a D. Mateo Martínez Martínez por importe de 12.317.050 pesetas.
De libro. El alcalde Pedro Manuel
Toledo Valero, a iniciativa propia, sin que sus compañeros de corporación
supuestamente tengan la más mínima idea, aprueba una certificación de obra
antes de que la obra se realice, ni exista pliego de condiciones, ni exista
contratista, y hay un técnico que firma una certificación de una obra que no
existe. Luego aprueba un pliego de condiciones. Divide el importe para que
cuele administrativamente y a continuación le adjudica la obra directamente a
una empresa determinada elegida por él. Todo ha durado 34 días. Un genio. De la
torpeza, desde luego, porque posiblemente con todo ello había despertado al
“mal fario” de la Casa de Cayitas.
Esa Casa de Cayitas tenía varios
“pretendientes” una vez restaurada, uno de ellos el destinarla a una difusa
“Casa de la Juventud”, o una “Casa de la Cultura”, pero antes de darle un uso
más o menos definitivo ocurrieron unos hechos que confirmaban ese “mal fario” a
que anteriormente se ha hecho alusión. El 5 de octubre del año 1995 el diario
regional “Diario 16” lanzaba a toda
página un titular que volvía a convertir a este edificio en noticia, y como no,
para desgracia de Alcantarilla.
Titular de Diario
16 de fecha 5 de octubre de 1995
Este día, en un artículo sobre la
urbanización del huerto de la casa se decía, entre otras cosas, lo siguiente:
“Bajo el mandato del socialista Pedro Toledo, desembolsó
del erario municipal 17 millones de pesetas para contratar las obras de
urbanización del jardín de Las Cayitas, que según la Ley del Suelo debió abonar
el propietario (promotor) de las parcelas”.
“Los terrenos fueron
adquiridos por la empresa PROYCO de la que es socio Fernando López García,
hermano del entonces secretario
particular y hombre de confianza de Toledo, Santiago López García”.
“Así, PROYCO se hizo con los
terrenos en 1991 libres de gastos de urbanización, excepto de la Calle Hurtado”.
“¿Por qué la comisión de
Gobierno acuerda urbanizar por su cuenta y exonerar de dicho gasto a los
propietarios cuando la Ley del Suelo especifica que son estos o los
constructores quienes tienen la obligación de 'costear los gastos de
urbanización y efectuar las cesiones de terrenos destinados a viales y
dotaciones'”.
“¿Por qué la comisión de
Gobierno desatiende la ley y las normas del PGOU y vuelve a compensar
doblemente a los propietarios al exonerarlos esta vez de los costes de
urbanización si ya se les había otorgado mayor volumen de edificabilidad? Y si
es así, ¿a cambio de qué fue?”
“Pedro Manuel Toledo alega
que el jardín era necesario construirlo con urgencia por su proximidad a la
Casa de la Inquisición, que se rehabilitaría para albergar la Casa de la
Cultura. Toledo cree además que el exonerar de gastos de urbanización a los
propietarios se debe a la compensación por ceder la Casa de la Inquisición”.
“Toledo, por no recordar, no
recuerda ni el nombre del que entonces era su concejal de Urbanismo, que
precisamente presentó la moción a la comisión de Gobierno”.
“(Las
normas) permitían al ayuntamiento en caso
de necesidad acometer las obras de urbanización sin tener que esperar a que se
edificara antes; siempre, eso sí, que el coste fuera después cargado al
propietario o promotor”.
“¿Por qué entonces corrió el
Ayuntamiento con los gastos?”
“¿Por qué esa actuación
“precipitada” de la comisión de Gobierno?”
El
día 11 de octubre se presenta ante la Fiscalía del Tribunal Superior de
Justicia de Murcia una denuncia de 56 páginas contra la actuación llevada a
cabo en el jardín de Cayitas firmada por el exarquitecto técnico de
planeamiento del Ayuntamiento de Murcia y exjefe de urbanismo del Ayuntamiento
de Alcantarilla Pedro L. Cascales López, el mismo que esto suscribe.
Y
el día 13 siguiente tenemos este nuevo titular:
Titular de Diario
16 de fecha 13 de octubre de 1995
Este día se publicaba lo siguiente:
“El
ex alcalde de Alcantarilla, Pedro Manuel Toledo Valero, y 13 personas más,
entre ellas funcionarios, arquitecto y técnicos municipales, han sido
denunciados por presuntos delitos de prevaricación, cohecho, malversación de
fondos públicos, complicidad y encubrimiento, por su presunta implicación en
distinto grado en la financiación irregular de las obras de urbanización del
jardín de Cayitas, costeado por el Ayuntamiento con 17 millones de pesetas”.
“Implicados:
Pedro M. Toledo. Ex alcalde, por prevaricación, malversación de fondos públicos
y posible cohecho en relación con PROYCO.
José
Antonio Ferrer Cano. Ex teniente de alcalde y concejal de Urbanismo por presunta prevaricación,
complicidad y encubrimiento para la comisión de un delito.
Comisión
de Gobierno que votaron a favor: Alfonso Guirao Pérez, Juan Diego Toledo
Valero, José Marín Navarro, José Domingo Cubillana Herrero y Alfonso Fernández
Porras, por presunta prevaricación, complicidad y encubrimiento.
Jesús
García Navarro. Abogado asesor del Ayuntamiento por presunta prevaricación,
complicidad y encubrimiento para la comisión de un delito al actuar como
secretario de la comisión de Gobierno
Santiago
López García. Secretario particular y persona de confianza de Toledo, hermano
de uno de los socios de PROYCO, como posible inductor y mediador necesario para
la presunta comisión de un delito de cohecho y cómplice y encubridor de otros
delitos de prevaricación, encubrimiento y malversación.
Secretarias
en funciones. Auxiliares administrativos que desempeñaban funciones de
secretarias municipales, como posibles responsables del informe jurídico
preceptivo ligado a la licencia de urbanización, así como la adecuación a la
ley de los acuerdos municipales.
Elvira
Badenes Navarro. Arquitecta municipal desde 1988. Responsable de los informes
técnicos que la ley señala y que “no consta que existiesen”, como presunta
autora de un delito de prevaricación, complicidad, encubrimiento y cohecho con
relación a PROYCO.
Empresa
PROYCO y su arquitecto Javier Mancilla Millón, que “no consta que incluyera en
los proyectos la partida de urbanización”, como presunto cómplice y encubridor.
Administrador
de la empresa PROYCO. Posible responsable de un delito de cohecho”.
La corporación municipal decide actuar tal y como lo
recogen las
páginas del mismo diario con fecha 25 de octubre
“El alcalde Lázaro Mellado
solicitará la creación de una Comisión Especial de Investigación relacionada
con la posible financiación irregular de la urbanización y construcción de la
zona verde del denominado Jardín de Cayitas. Un informe de los servicios
jurídicos del ayuntamiento señala la posible nulidad del acuerdo adoptado por
la comisión de Gobierno bajo el mandato de Toledo. La comisión de investigación
será creada. Según el actual alcalde Lázaro Mellado, “ante las grandes dudas
que al grupo municipal popular y a esta alcaldía le han suscitado estas
gravísimas denuncias sobre la construcción de este jardín y por los datos que
del informe jurídico que ha recibido el teniente de alcalde de Urbanismo se
desprenden”.
Diario
16 de
fecha 26 de octubre
“El PSOE apoya la gestión de
Toledo en el jardín de las Cayitas. Nosotros tenemos plena confianza en Toledo
mientras que no se demuestre lo contrario”.
Noviembre de 1995, en las obras del jardín de Cayitas
aparecen
los carteles de la empresa promotora. Al menos el cartel
transmite
algo positivo y habla de “Parque de Cayitas”. Sin “las” y
“parque”.
Algo de agradecer. P. Cascales
Jardín de Cayitas. Una obra que tanto revuelo originó y que
sin embargo
tuvo una vida muy breve, al parecer por fallos de diseño
que produjeron
algunos accidentes y que no acababa de ser aceptada por
los vecinos. Los
nogales había sido secados y arrancados así como un buen
número de
palmeras. El mal fario. Noviembre de 1995. P. Cascales
Diario
16 de
fecha 21 de noviembre
“El
ex edil de urbanismo dice “no recordar mucho” sobre Cayitas”.
“El ex teniente de alcalde
de urbanismo del Ayuntamiento de Alcantarilla, el socialista José Ferrer Cano
ha manifestado a la comisión de investigación del jardín de Cayitas “no
recordar muchos aspectos de este tema”.
La nota municipal dice que
Ferrer Cano “tomaba como una muletilla lo que decían los informes técnicos
sobre los costes de urbanización” y que está convencido de que “hubo que haber
hecho otro tipo de tramitación. Teníamos prisas en hacer el jardín, ya que iba
en nuestro programa electoral y era un compromiso que había que cumplir”. Ante
la comisión investigadora también declaró el antecesor de Toledo, Francisco
Zapata, que estuvo en la alcaldía desde 1979 a 1987, aclaró que se
responsabiliza de lo que hizo bajo su mandato y nada más, y respondió “que
nunca se habló con los propietarios nada respecto a los costes de la urbanización.
Nunca negocié con la familia propietaria de los terrenos, ni con la empresa que
construyó las viviendas posteriormente, yo no llevé esas negociaciones.
El jardín y la decisión de exonerar
de gastos de urbanización a los propietarios fue realizada bajo el mandato de
Toledo”.
Diario
16 de
fecha 22 de noviembre
Diario La Verdad de
fecha 3 de diciembre
“El ayuntamiento detecta
firmas falsificadas en la adjudicación de unas obras.
La comisión de investigación
del ayuntamiento de Alcantarilla ha detectado irregularidades en los
expedientes presentados por las empresas constructoras.
Los propietarios de las constructoras
“Martínez”, “Cerezo” y Hernández” fueron convocados por la comisión para aclarar
esas irregularidades en una reunión en la que el primer empresario no acudió.
Mientras que los dos últimos declararon que nunca habían realizado las ofertas
presentadas al ayuntamiento. Según estos, propietarios de las empresas “Cerezo”
y “Hernández” en los escritos presentaban sus respectivos anagramas
fotocopiados y sus firmas falsificadas, por lo cual se mostraron “muy sorprendidos
y confusos de que pudieran obrar en ese expediente unas falsificaciones que
utilizaran sus empresas y nombres.
La comisión optó por citar
de nuevo al propietario de la empresa “Martínez” y requerir la presencia del
anterior equipo de gobierno socialista.
El jardín fue contratado el
pasado 20 de mayo en dos fases, una por importe de 15,6 millones de pesetas y la
segunda por 12,3 millones, cantidades en las que superaron sus ofertas las
empresas “Cerezo” y “Hernández”, mientras que fueron exactas a la cantidad
fijada las de la constructora “Martínez”. Esta empresa no realizó ninguna baja
al precio fijado por la Corporación”.
Diario La Opinión
de fecha 3 de diciembre
Diario
16 de
3 de diciembre
Diario
16
5 de diciembre
“El PSOE se retira de la
comisión de investigación de Cayitas por creerla un juicio sumarísimo al PSOE.
Acusa de “pervertir la
legítima actuación de la misma intentando obtener rentabilidad política a costa
de interpretar una farsa”. Para “engañar a la opinión pública de Alcantarilla
haciéndoles creer que la gestión municipal socialista ha sido un cúmulo de
irregularidades. La ambición ciega de llegar al poder les hace emplear
cualquier tipo de método sin importarles el daño que pueden hacer”.
El PSOE no acudió a la
última sesión de la comisión en la que se encontraron indicios de
irregularidades en las ofertas de las empresas constructoras que habían mostrado
que sus anagramas y firmas habían sido falsificadas en el ayuntamiento”.
Diario La Opinión de
6 de diciembre
Diario
16
de 12 de diciembre
“La fiscalía investiga las
irregularidades de Cayitas. El denunciante, traslada ahora al fiscal jefe del
TSJ la presunta falsificación de firmas así como que recoge sospechas fundadas
de que estas irregularidades podrían extenderse a otras contrataciones
realizadas de forma directa por el ex alcalde Pedro M. Toledo y que, de ser
ciertas, afectarían a un buen número de obras realizadas en toda la población”.
Un
simple ejemplo adjuntado en la denuncia a la fiscalía, para no extendernos:
Con
fecha 15 de diciembre de 1989 el arquitecto Javier Mancilla Millón firma una
certificación de obra terminada del jardín de Vistabella por valor de
25.000.000 de pesetas.
Con
fecha 24 de enero de 1990 el notario D. Carlos Peñafiel de Río, en acta
notarial, “hace constar expresamente que las obras de dicha plaza se reducen a
una somera cimentación realizada en tres de los cuatro linderos”, adjuntando
fotos y descripción completa.
Seguimos
con Cayitas, pero antes dejar constancia que el ayuntamiento gobernado por el
PP siendo alcalde Lázaro Mellado, nombró hijo adoptivo a Pedro M. Toledo Valero
(es natural de Cuevas de Almanzora), le puso su nombre a una calle y, cómo no,
su retrato cuelga en la planta noble del ayuntamiento. Hoy por mí y mañana por
ti. España.
En
el año 1996 se decidió ubicar la biblioteca pública municipal a cargo de María
José Gómez Guillén en la Casa de Cayitas, y allí permaneció hasta el año 2013
en que se trasladó a un edificio mucho más apto y funcional para ese fin y
poder acoger así el gran número de usuarios que se incrementa día a día, lo que
no hubiese sido posible en la anterior ubicación de Cayitas.
Fotografía aérea de 10 de noviembre de 2002.
La Biblioteca Municipal está ubicada en el edificio en
esta fecha. P. Cascales
Fotografía aérea de 10 de noviembre de 2002.
P. Cascales
En el mes de diciembre del año 2015
se trasladó a esta Casa el archivo municipal tras deambular por distintas
ubicaciones, y a cuál de ellas más inadecuada e insuficiente. En la actualidad
se ha limitado el archivo, por problemas de espacio y de forjados, al llamado
Archivo Histórico, permaneciendo el resto de documentación en la planta baja de
su anterior ubicación. Pero eso no quiere decir que en esa planta baja no sigan
depositados documentos de hasta el siglo XIX, por lo que el riesgo de deterioro
o desaparición es demasiado importante y alarmante.
El huerto y Casa de Cayitas en la actualidad. El famoso
“Parque” de Toledo ha
pasado a la historia, pero consiguió que Alcantarilla
saliera en la prensa encabezando
en Murcia la lista, la negra lista, que una llamada
“clase política” ha creado en España.
P. Cascales. 8 de abril de 2019
Cartel existente en la fachada de la Casa de Cayitas.
Se desconoce al autor del texto de este cartel, pero
esa casa no parece que fuera nunca del Santo Oficio, y
menos
Tribunal de la Inquisición. También es dudosa la fecha
del siglo XVIII.
Sí acierta en que es Bien de Interés Cultural y de que
ahí
está ubicado el Archivo Histórico Municipal
Fotos comparativas del huerto y Casa de Cayitas en los
últimos
y trascendentales momentos de su historia. 1977, 1979 y
2019
EL FUTURO
Con permiso de ese mal fario que
parece rodear la casa y al que tanto hemos hecho referencia, nos vamos a
permitir hacer una proyección sobre lo que actualmente es la Casa y lo que
sería deseable que fuese ya, y que fuese en un futuro, habida cuenta de que por
fin su actual uso parece ser del agrado de los 'custodios espirituales' de ese
entorno. Por lo tanto tranquilos en ese aspecto. No obstante, no puede evitarse
que cosas que en su momento se hicieron muy mal, repercutan ahora, muchos años
después, cuando parece que las aguas han vuelto a su cauce.
La Casa como sede del Archivo
Histórico Municipal puede considerarse que es idónea, pero solamente lo es por
ahora, porque su situación no es sostenible a la vuelta de unos pocos años. El
tema de los archivos municipales va cada día teniendo más importancia. Su uso
es mayor y sus responsabilidades también, y muchas personas vienen a consultar documentos o acuden a entregar
esos documentos o fotografías u objetos; pero eso sí, seguirán haciéndolo si
observan que el servicio que existe es serio y adecuado. En caso contrario
ocurrirá lo que había venido ocurrido siempre hasta que se ceó el archivo y desde que los franceses quemaron lo que había, y es que cada cual tenga en su casa lo que quiera sin importar el objetivo común, acabando todo al final en la basura.
No puede ser que poblaciones muy
inferiores en población e historia a Alcantarilla cuenten con unos archivos
municipales dotados de unas instalaciones y un personal que aquí suenan a
quimera. No puede ser que un archivo municipal sea “ese sitio para guardar trastos
y papeles”.
Y
para ir avanzando en lograr ese objetivo de contar con una instalación y un
servicio adecuado, tenemos que solucionar una serie de problemas:
1.-
Se desconoce la capacidad de carga de los forjados y por lo tanto la
posibilidad de almacenar documentación de archivo es muy limitada. Este tema
hay que aclararlo de forma definitiva. No puede existir un archivo con sus
dependencias vacías porque no se sabe si el suelo va a aguantar el peso de
estanterías y legajos.
2.-
El archivo municipal de una población como Alcantarilla no puede estar dividido
en dos locales muy distantes entre sí y que cada vez que hace falta un
documento haya que coger un vehículo y desplazarse a un bajo que además tiene
problemas de filtraciones de aguas fecales. Y roturas ya han ocurrido.
3.-
Este servicio necesita como mínimo, aparte del puesto de archivero/a municipal
un funcionario/a con titulación para el manejo de documentación. Es básico. Es lo mínimo.
4.-
No es adecuado ni causa buena imagen para quien visita el archivo el que la
puerta de acceso al edificio, de madera y paineles, no tenga una segunda puerta
de cristal para poder permitir que esta puerta de madera se encuentre abierta y
no cerrada, y de que pueda mantenerse la climatización adecuada en el edificio.
No puede ser que haya que llamar a un timbre y que desde la planta superior
tenga que asomarse al balcón la archivera municipal a ver quién es y bajar a
abrir la puerta subiendo y bajando escaleras, ¿cuántas veces al día?, son
bastantes, ¿qué deja de hacer mientras?, ¿es esto serio?
5.-
El ayuntamiento debe reflexionar y tomarse muy en serio que es necesario
unificar el archivo en una sola dependencia y para ello hacer las oportunas
averiguaciones para ver la posibilidad y la forma de que el edificio colindante
con la Casa Cayitas por su parte norte pase a propiedad municipal, se derribe y
se construya un edifico que se integre con el ya existente, con una estructura
adecuada que soporte la carga, pudiendo así unificar el archivo, ser capaz de
absorber todo lo que se avecina en los próximos años y poder contar con
ascensor y accesos para minusválidos. Ayudas existen para eso, pero hay que
pedirlas. Hay que moverse. Con moverse la centésima parte que para las fiestas
sobra. O esto se lleva a cabo o dentro de unos años la Casa Cayitas tendrá que
desaparecer como archivo municipal porque no podrá ser operativo. Habrá que
buscar otro emplazamiento.
6.-
El archivo municipal no puede ser que cuente con menos medios que cualquier
otra oficina municipal. Debe dotársele de un utillaje mínimo absolutamente
necesario como un escáner adecuado y qué menos que ¡un archivador de planos! Que
hasta eso falta.
Confiemos
en el alcalde, en los concejales, en la corporación municipal, en todos; y
confiemos también en que el mal fario, como parece, haya desaparecido o que en
el peor de los casos no tome venganza contra los que tratan mal a la "Casa".
Adenda.
D. Ricardo
Montes Bernárdez ha tenido la deferencia de adjuntarme con fecha 9-11-2019 un interesante
artículo sobre la Casa de Cayitas publicado en la revista Nayades nº 2, páginas 57 a 62, al cual me remito en internet. Se trata
de un completo e importante trabajo sobre las diferentes propiedades de las que
esa edificación ha sido objeto, a la vez que incide, una vez más, en la serie de
falsedades que sobre ese edificio se han vertido y se siguen vertiendo. Entre todos,
poco a poco hay que ir desmintiendo todo aquello que falsea la historia de Alcantarilla.
Bienvenidos sean todos estos trabajos basados en el rigor y en el trabajo serio
de investigación.
Un trabajo minucioso y serio del que se sacan consecuencias dignas de tener en cuenta. Felicito al autor y pido a las autoridades que no las echen en caso roto.
ResponderEliminarExcelente artículo de nuestro patrimonio
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