Pedro L. Cascales López
El
traslado de la población desde su antiguo al actual emplazamiento a partir de
octubre de 1545 supuso un cambio en cuanto a sus recursos hídricos se refiere.
En su ubicación inicial,
Alcantarilla se encontraba limitando con el Río Segura por la parte norte,
mientras que por la parte sur limitaba con la acequia mayor de Barreras a
partir de que ésta fuese construida. También la aldea o alquería limitaba con
el Río Guadalentín por el poniente, cuyo caudal en aquella época, debía de ser
apreciable si bien intermitente.
Esta cercanía a diferentes cauces le
supondría, sin duda, el poder desarrollar un sistema de abastecimiento de agua
a la población constante y abundante.
Alcantarilla medieval colindante al Río Segura, al Río
Guadalentín y a la acequia Mayor de Barreras o Alquibla
El cambio de ubicación supuso el que
ese abundante acceso a recursos hídricos se viese mermado. El único cauce que
pasaba cercano a la nueva población era la cequeta de la noria construida cien
años antes (con alguna variación posterior) y que discurría colindante y a
poniente del nuevo solar de la aldea. También se podía disponer de las aguas de
la cercana acequia del Turbedal, pero ésta discurría a unos cien metros de los
límites de la aldea por su parte de levante, y sobre todo existía el problema
de que se encontraba a una cota inferior.
Sistema hídrico de la nueva Alcantarilla con sus
acequias, abrevaderos, lavaderos y llenadores. El lavadero grafiado “moderno”
corresponde a 1916
La cequeta permitía el que las
viviendas pudieran surtirse de agua para sus pozos y sus necesidades
simplemente levantando un tablacho. Faltaban todavía muchos años para que esa
población, creciendo hacia el oeste, sobrepasara la línea de ese cauce y por lo
tanto tuviese mucho más complicado el tener acceso al agua.
No existe ninguna fuente documental
que haga mención a qué lavaderos o qué abrevaderos existían en la población
anteriormente al siglo XIX, por lo que necesariamente habremos de recurrir a la
lógica y a las costumbres con respecto al agua en la huerta de Murcia.
La cequeta discurría a cielo abierto
desde la noria hasta la pedanía murciana de Nonduermas, y solamente el paso del
tiempo dio lugar a que se cimbrase en algunas zonas e incluso, ya más
tardíamente, se llegase a edificar sobre ella hasta hacerla desaparecer por
completo.
El Callejón del Val, aparte de
corresponder al paso de esta acequia, inicialmente debió de servir para desviar
las aguas de las lluvias que bajaban desde el alto de San Roque para desviarlas
fuera de la Calle Mayor, en unos tiempos en que este callejón se encontraba en
el extremo poniente de la población.
A finales del XIX Alcantarilla se
abastecía de agua de dos formas según que las viviendas se encontrasen por
debajo o por encima del nivel de la cequeta. En el primer caso, se podía incluso
tener permiso para contar con una captación de agua para pozos, usos domésticos
y riego de huertos de la propia vivienda. En el segundo caso había que recurrir
a los lavaderos y abrevaderos públicos o bien contratar los servicios de los
aguadores que a su vez tomaban el agua de la propia acequia en los llamados
“llenadores” realizando una labor fundamental en el pueblo.
Este es el testimonio sobre uno de
aquellos aguadores:
“Mi
padre era Luis Carrillo Navarro. Veintiocho días antes de nacer murió el suyo,
mi abuelo, y al poco murió su madre. Con ocho años comenzó a trabajar en la
Posada del Viruta y luego cuidando ganados del Chico Mateo a cambio de la
comida. Él veía a los aguadores, y envidiaba su trasiego de dinero y de
actividad, por lo que sobre los diez u once años se hizo una plataforma de
madera con ocho agujeros para ocho cántaros fiados a la que enganchó una
mula que le regalaron porque ya no valía para el trabajo y a la que puso
'Jardinera'. Y como él le decía 'Jardinera' a la mula, las mujeres, cuando le
pedían agua, le llamaban 'Jardinera' a él. De ahí que nos digan 'Jardinera'. José Carrillo Blesa, 91 años. 10-10-2016”.
Resulta muy probable que anterior al
siglo XIX existiese en la cequeta a su paso por la Calle Mayor una toma de agua,
pero solamente es una hipótesis que no ha podido ser confirmada documentalmente.
La destrucción de los archivos por los franceses nos impide conocer también
este hecho.
De una manera o de otra, el sistema
de abastecimiento de agua a la población no debió tener muchas variaciones
desde la creación de la nueva población hasta que llegó el siglo XX. Hay que
tener en cuenta que, una vez llegado este siglo, en solamente unos 20 años
cambió todo lo que había durado 400 años.
Las Actas Capitulares y la tradición
oral (junto con la memoria personal todavía viva) permiten conocer qué sistema
de abastecimiento existía en Alcantarilla en esos finales del XIX y principios
del XX. En total existieron 4 puntos de servicio y abastecimiento: en la Calle de
la Cuesta y colindantemente en la Calle Mula (dos); en el Camino Real al salir
de la población, en la acequia del Turbedal (el Turbial, en lenguaje de la
calle) y en la Calle San Sebastián solamente como lavadero. Fuera de la
población, y para servicio de los transeúntes por el Camino Real, existía un
pequeño abrevadero, que no lavadero ni llenador, incompatibles por no ser agua
corriente, en el Puente de las Pilas.
Denominador común en todos ellos y a
lo largo de los años eran las quejas por la suciedad del agua a causa de los
desaprensivos, tanto agricultores como propietarios de negocios que
consideraban los cauces como una cloaca cuando ese agua se utilizaba incluso
para beber. Poco ha cambiado esa mentalidad desde entonces. No hay remedio. La
condición humana miserable, mezquina y potencialmente asesina, siempre está
presente. Las quejas de los vecinos de El Palmar y zonas limítrofes sobre la
contaminación de las aguas era algo cotidiano ya que ellos utilizaban esa agua
de la cequeta y del Turbedal para beber. Pero es que incluso los propios
aguadores que cargaban sus cántaros o pipas en la cequeta y en el Turbedal se
quejaban ya de ello. Habría entonces que imaginar en qué condiciones estaba el
agua de esos cauces una vez que dejaran la población de Alcantarilla. Terreno
abonado para el cólera y otras graves enfermedades sin contar las no mortales y
de incidencia casi diaria (ver “Año 1887. La traída de las aguas potables a Murcia" en www.plcascales.com)
Ya se ha comentado que la parte alta
de la población era abastecida por aguadores que, bien en carretones, bien en
carros con cántaros o bien en carros con grandes pipas (que daba lugar a quejas
de los herederos de la rueda que les decían que cargaran en acequias de mayor
caudal), servían el agua a las viviendas de la población. Estos aguadores
tomaban el agua en los llamados “llenadores” existentes tanto en la cequeta
como en el Turbedal.
Abrevadero de El Turbedal según fotografías de 1930, 1968
y actual. Este abrevadero, que tenía una bajada para las caballerías, era
siempre motivo de disputa con los vecinos de El Palmar, que se surtían de agua
potable de esta acequia. También existía queja porque por el brazal existente a
todo lo largo de la Calle Mula llegaban hasta este punto las suciedades desde
el lavadero de La Boquera cuando se eliminó el de la Calle de La Cuesta. Este
abrevadero quedó integrado dentro de los terrenos de Hero
La situación del llenador y
abrevadero del Turbedal aparece clara, pero no así la del correspondiente a la
cequeta, ya que parece que existieron dos ubicaciones, pero la falta de Actas
impide conocer este hecho con seguridad. Posiblemente aparezcan en un futuro
documentos que nos lo aclaren
De siempre existió un lavadero que
llamaban “de la Calle de la Cuesta”, pero no ha sido posible localizar
documentación alguna que pruebe su exacta ubicación, solamente en el Acta de
31-10-1897 se dice que “los vecinos de la
calle de la Cuesta se quejan de que el agua se encharca en la calle porque el
lavadero impide que las aguas salgan a la calle Mula”. Esto implica que el
lavadero debía encontrase en esa calle, en el tramo comprendido entre la cuesta
y la Calle Mula, y dentro de ese tramo, solamente hay un trecho de unos cien
metros en el que la cequeta discurre por esa calle, porque luego, siguiendo el
nivel del terreno, cruza la manzana para salir a la calle de La Palmera.
Ni en los planos, ni en la foto de
Ruiz de Alda, ni en la tradición oral se encuentra nada, salvo cierta arboleda
delatora, por lo que, de haber existido este emplazamiento habría sido
sustituido, hacia los años 20, por el que ocupaba el llenador en la Calle Mula,
llamado de La Boquera (nombre que en la población se le solía dar a la cequeta).
Ubicaciones del llenador de agua (1968 y actual) en la
Calle Mula y Cuesta. En la fotografía de la izquierda todavía es posible
distinguir el llenador de agua para los aguadores
Calle de la Cuesta en la parte cercana a la Calle Mula
(1963). A la izquierda, en azul, trazado de la cequeta y ubicación del
lavadero. A la derecha vista del mismo lugar desde la parte interior. En
amarillo, parte del antiguo lavadero. Este patio pertenecía a D. Ginés el Cura
y después a Miguel Cascales. Por el lugar en el que circula el coche siempre existían
grandes charcos por acumulación de aguas cuando llovía hasta que se pavimentó
la calle
Al entubarla, se cambia el trazado de la cequeta para
centrarla con la calle, por lo que eran almacenes de Miguel Cascales. En la
foto de la derecha se aprecian los restos del antiguo llenador de La Boquera
Cerca de la Calle Mula (1982), la cequeta deja su antiguo
cauce, entre los muros, y pasa a discurrir entubada por la hoy Calle del médico
Antonio Soler
De hecho, a principios de 1916 un informe
del inspector municipal de sanidad Pedro Legaz Pérez certifica que “el lavadero de la Calle de la Cuesta”
no reúne condiciones y produce lodazales y barrancadas “en la calle”, siendo necesario echar grava. El lavadero tiene 21
metros de largo dando servicio a 6.000 almas (no habla de abrevadero ni de
llenador). El ayuntamiento acuerda que se construya otro lavadero en la Calle
San Sebastián y que “se repare éste”.
Parece no existir duda, por lo tanto, de que el lavadero se encontraba en la
Calle de la Cuesta, y que en la Calle Mula existía el llenador llamado de La
Boquera, de unos 6 metros de largo, que prácticamente ha sobrevivido hasta los
años 70 sirviendo de lavadero para muchas mujeres que acudían a él a lavar ropa
y menaje una vez que sus funciones como llenador habían dejado de existir. Yo
mismo he conocido el paso de esas mujeres a media mañana o a media tarde con
barreños en la cabeza o calderos en las manos portando la ropa o los platos al
lavadero. Y recuerdo los nombre de muchas de ellas.
Ubicación de acequias, lavaderos, abrevaderos y
llenadores sobre fotografía de 1946 y plano de 1981
Unos tres meses después del acuerdo
municipal se pasa factura de la construcción del nuevo lavadero y de la
reparación del “existente” por valor
de 792 pesetas, y que los 70 eucaliptus plantados (es de suponer que en varios
lugares) los ha regalado Francisco Tortosa dueño de la Voz Negra.
No obstante, sí que encontramos
probado que a finales de los años veinte no existía lavadero alguno en la calle
de la Cuesta, pero es que resulta que en aquellos años ya tenemos que
Alcantarilla contaba con una red de agua potable que, desde le Cabezo de las
Aguas, antiguo Cabezo Verde, daba abastecimiento a la población, por lo que previsiblemente
el lavadero de la Calle de la Cuesta y el lavadero de la calle de San Sebastián
fueron suprimidos. No así el llenador de la Calle Mula, que permaneció en
activo hasta casi los años 70 como anteriormente ya se ha referido.
El lavadero de la Calle de San
Sebastián estuvo en funcionamiento muy poco tiempo por lo ya aludido de que
Alcantarilla fue dotada de una instalación de aguas potables que llegaba a la
mayoría de las viviendas, instalándose además fuentes en la parte alta de la
población.
La actual Calle de la Fuente,
antigua Calle Bernal, antigua Calle Matías Montero, se llama así por esa razón.
La llegada de esas llamadas aguas
potables a Alcantarilla la veremos otro día.
Lavadero de la Calle de San Sebastián. Fotografías de
1930, 1968 y actual. En la primera se aprecian los árboles que siempre
acompañan a los lavaderos y a los abrevaderos. Los edificios de esa zona quedaron
retranqueados por ese motivo
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