Pedro L. Cascales López
Con un especial agradecimiento a Juan Cánovas Orcajada por todo el importante trabajo documental realizado y a Salvador Mata Valera por sus fundamentales aportaciones.
Durante más de ciento sesenta años la Guardia Civil ha estado íntimamente ligada a Alcantarilla, ya que la existencia en esta población de la Comandancia de Puesto primero y Jefatura de Línea después, implicaba el que durante todo este largo período de tiempo, no solamente los guardias, sino sus familias, viviesen en Alcantarilla e incluso existiesen muchos enlaces matrimoniales entre guardias procedentes de otras poblaciones con mujeres de este pueblo, quedándose muchos de sus hijos a vivir ya aquí de forma definitiva.
El aprecio, el agradecimiento, la convivencia y la colaboración con este Cuerpo por parte de los alcantarilleros siempre fue muy grande; y cuando en algunas ocasiones se presentó la posibilidad de que la Guardia Civil abandonase la población, el malestar y las quejas de los vecinos se pusieron de manifiesto de forma inmediata.
Alcantarilla era un lugar de encrucijada de caminos, y era también un foco de atracción de personas que venían a la población buscando un trabajo que no podían obtener en sus lugares de origen; existían además dos estaciones de ferrocarril; y las zonas de actuación del bandidaje no estaban muy alejadas de la población. Resulta evidente que la presencia de la Guardia Civil representaba una enorme tranquilidad para su vecindario. No es posible tener estadísticas de actuaciones, pero no puede negarse que esa presencia de la Benemérita necesariamente evitó innumerables alteraciones del orden, muchos robos e incluso algunos asesinatos.
La historia de la Guardia Civil ha sido ya relatada de manera muy completa por ilustres y documentados historiadores, y a ellos nos remitimos, pero en esos densos e importantes trabajos no es posible contemplar la pequeña historia de cada población ni de cada Puesto de la Guardia Civil, y eso es lo que nos ocurre en el caso de Alcantarilla.
Es difícil obtener datos o relaciones completas de los servicios de este Cuerpo ubicado en Alcantarilla ya que a lo largo de la historia sus miembros han estado actuando en poblaciones cercanas, en Murcia capital, e incluso en Madrid. Resulta también evidente que el ámbito de actuación del Puesto y la Línea de Alcantarilla (cuando ésta la tuvo) excedía con mucho a este pequeño pueblo y su minúsculo término municipal, por lo que no podemos desligar la historia de la Guardia Civil de Alcantarilla con la de otros lugares, tal y como anteriormente hemos apuntado, como tampoco podemos desligarla de la historia de España, porque siempre, en mayor o menor medida existió una relación y existieron unas consecuencias. No nos es posible el consultar miles de documentos y periódicos en archivos nacionales y regionales para relatar el día a día, estamos ya en el tiempo de descuento; y por otra parte, no podemos decir que ello pudiera aportar demasiado; dejamos ese cometido a trabajos más completos. Salvando ese complejo escenario, sí podemos relatar aquellas actuaciones que tuvieron lugar en Alcantarilla, alguna de ellas muy importante históricamente hablando; así como exponer en donde se ubicaban sus diversas dependencias.
No es posible citar los nombres de los guardias civiles que pasaron por esta población, no obstante, sí podemos relacionar a algunos que fueron de los últimos Guardias Civiles de Alcantarilla. Desgraciadamente algunos ya han fallecido, da igual siguen estando, y los que sobreviven saben el aprecio de esta población hacia ellos.
Recordemos a Ángel Alvarado Jimeno, Antonio Gómez Ortiz, cabo José Crespillos Oliveros, brigada Francisco Verdejo Pérez, Sebastián López Fernández, Pedro López Jerez, Felipe Soler Osete, teniente Alonso Hernández Navarro, teniente Juan Antonio Martínez Becerra, sargento Antonio López Bravo, teniente Martín García Retamero, cabo José Vázquez Pérez, Antonio Ramos Illán, teniente Pedro Moreno Carrillo, subteniente Salomé Fernández Chacón, Eusebio López Vigueras, su hijo José López Ayala, Francisco Jiménez Jara, Manuel Piñero Rocha, Diego Pérez Cortés, Antonio Torrano Torrano, cabo Domingo Espín del Baño, sargento José María Fernández Espín, Juan Antonio Pellicer Vivancos, teniente Gabriel Madrid Martínez, Pedro Luis Alegría Cazorla, sargento Fidel Bedia Castillo, subteniente Juan Larios López, Damián Gómez Linares…, y tantos otros.
Y de forma más personal, a algunos amigos que resulta que eran, cosas de la vida, guardias civiles (y, cuidado, que de siempre se ha dicho que “el que tiene un amigo Guardia Civil tiene una moneda falsa”, ni niego ni afirmo, pero creo que esa frase la pudo inventar alguno que la había hecho negra y quería que su amigo guardia mirara para otro lado, y no miró); cito a algunos de una manera muy breve: DOMINGO QUESADA GARCÍA, del Servicio de Información, exlegionario, formalidad e integridad a toda prueba, hombre de palabra. Sus inseparables ESTEBAN LÓPEZ LÓPEZ y PEDRO GARCÍA LORCA. Subteniente FERNANDO DEL CERRO LÓPEZ que me hizo medirle el cuartel de arriba a abajo con su típico “ya sabes cómo vas a cobrar”. Era de Javalí Nuevo, cuna de muchos guardias civiles. JUAN GONZÁLVEZ LÓPEZ, Interventor de Armas, persona muy formal y competente en una labor muy delicada, atento hasta la extenuación, servidor ante todo del ciudadano, amigo siempre. Sargento JOSÉ RUBIO BLEDA, imagen clásica y popular de un Guardia Civil. Amigo sin fisuras de sus amigos y dispuesto siempre a ayudar al que lo requiriese; fiel si correspondías; si no, cuidado. Cuando fue ascendido a brigada y le visité en su nuevo destino de Villarrobledo sentí cierta rabia de ver en las condiciones en que se encontraba la Casa-Cuartel. Brigada FERNANDO MONTES JIMÉNEZ, que perteneció a la Línea de Alcantarilla, cuatro hijos, una nieta y un yerno guardias civiles, algunos de ellos ya oficiales, ¿hay quién dé más?, y SALVADOR MATA VALERA, enlace del en su día CESID y llevando el control de la Línea, por lo tanto, mejor no digo nada, porque “él se cree” que sabe tantas cosas de mí que mejor me callo. Lo dejo con su vana ilusión.
Tarjeta del brigada José Rubio Bleda ya en su destino de Villarrobledo
Y necesariamente hay que mencionar que la Guardia Civil de Alcantarilla, el pueblo de Alcantarilla, ha tenido la honra de tener entre sus guardias a un poseedor de la condecoración de la Laureada de San Fernando, la más alta condecoración del Ejército Español, que fue concedida a los defensores del Santuario de Santa María de la Cabeza.
Se trata de Juan Gonzálvez López que tenía ocho años cuando se encontraba en el Santuario junto a su madre y su padre cabo de la Guardia Civil. La historia del asedio es bien conocida, 165 guardias civiles y 50 paisanos, armados con unos pocos rifles, pistolas y escopetas resistieron durante siete meses y medio en el interior del Santuario los ataques de miles de milicianos, tanques, aviación y artillería hasta que sólo quedó un montón de escombros. El padre de Juan murió el día 28 de abril de 1937, sólo tres días antes de acabar el asedio. Lo último que hizo fue meter a su mujer y a su hijo en una de las cuevas al iniciarse uno de los diarios bombardeos. Murió en ese mismo instante al estallar una bomba tras él.
Pergamino entregado a la familia del Guardia Civil Juan Gonzálvez Almansa, caído en el asedio del Santuario de Santa María de la Cabeza (existe un pequeño error en el apellido)
Grupo de niños en el interior del Santuario de Santa María de la Cabeza. En un círculo, en el centro, Juan Gonzálvez con ocho años. La mayoría perdieron a sus padres. A la derecha Juan en la actualidad, 85 años después
Certificado de la concesión de la Laureada a Juan Gonzálvez López (se reincide en el error del apellido)
Laureada de San Fernando de bocamanga, bordada por las monjas de un convento de Úbeda en el año 1942 según las normas establecidas: hoja de laurel en oro con las fechas y el lugar del hecho
Salvador Mata Valera, Juan Gonzálvez López, Pedro L. Cascales López y Juan Cánovas Orcajada
Habría sido interesante el ver a los norteamericanos tener una “Santa María de la Cabeza” o un “Alcázar de Toledo”, por no citar el más antiguo “Asedio de la iglesia de Baler”, en lugar de “El Álamo”, que aguantó diez días y hay que ver lo que ha dado de sí. Allí, en Norteamérica, y en cualquier país, que es lo lógico, algo normal se ensalza, aquí, en España, algo grande se tapa.
Y pasamos ya a un relato general sobre los antecedentes históricos que llevaron al nacimiento de la Guardia Civil.
Para poder ubicar qué causa llevó a esa creación de la Guardia Civil, es oportuno hacer un breve resumen de los cuerpos policiales en España desde que los Reyes Católicos crearon para Castilla en el año 1476 la Santa Hermandad. Hasta esos momentos el mantenimiento del orden y persecución del crimen era tan variado como concejos y señores feudales existían. También puede resultar de apoyo el repasar en un esquema las efemérides del siglo XIX, siglo en el que se fundó el Cuerpo, y que sin duda es el siglo más turbulento y sangriento que ha existido en España y origen de muchos de los problemas que tenemos desde entonces.
La “Santa Hermandad” fue la primera organización policial centralizada y estaba compuesta por voluntarios y mercenarios que actuaban sin contemplaciones con sus espadas, mosquetes, picas y ballestas contra el bandidaje, corriendo sus gastos generalmente a cargo de los concejos que utilizaban sus servicios. No obstante, la escasez de su número y la enorme extensión del territorio a cubrir les impedía el resultar todo lo efectivos que hubiese sido deseable. Ese “llegar tarde” dio origen al conocido “A buenas horas Mangas Verdes”, ya que su seudouniforme contaba con unas mangas de ese color. Esta fuerza de la Santa Hermandad estaba inspirada en organizaciones primitivas como eran las Hermandades Castellanas de autodefensa de los ciudadanos siendo la más antigua conocida la de Toledo en el siglo XI, prácticamente existente desde la conquista de la ciudad a los árabes. Estas Hermandades recibían ya en años posteriores la colaboración de los “Corchetes” que eran unos ayudantes de los alguaciles de los concejos y que se limitaban, cuando podían, a detener y custodiar a los pequeños delincuentes. La Santa Hermandad fue disuelta en el año 1834 por el Rey Fernando VII, no sin antes caer en una cierta degradación en sus cometidos tal y como decía D. Quijote: “Venid acá, gente soez y mal nacida; venid acá ladrones en cuadrilla que no Cuadrilleros, salteadores de caminos con licencia de la Santa Hermandad”.
La Santa Hermandad en sus inicios, aunque su uniformidad fue cambiando a lo largo del tiempo y según perteneciesen a caballería, ballesteros o arcabuceros. Fue la primera policía de carácter nacional y por lo tanto podemos decir que antecesora de la Guardia Civil
Tras la Guerra de Sucesión y la llegada de Felipe V, se funda como fuerza de orden público la llamada “Milicia Nacional” formada por ciudadanos armados que tras un largo historial lucharon contra los franceses e intentaron mantener un cierto orden público hasta su disolución (por segunda vez) en el año 1876 momento en el que claramente había quedado obsoleta, demasiado politizada e inoperante tras haber tenido una importante participación en la primera Guerra Carlista.
En Aragón, Guipúzcoa y puntualmente en Andalucía, actuaba otra fuerza llamada de los “Migueletes”, que a lo largo de su historia fue disuelta y vuelta a crear en varias ocasiones debido el que a veces sus actuaciones no se diferenciaban mucho de las de los salteadores que en teoría debían detener; mientras, en Álava existían los fusileros llamados “Miñones” que aparte de la labor policial tuvieron una decidida actuación en las Guerras Carlistas hasta su desaparición en el año 1876.
Otro cuerpo formado por voluntarios civiles de probada honradez, fue el del “Somatén”, de origen medieval catalán, con su lema “Paz, paz, siempre paz”, que en todo momento colaboraron con la Guardia Civil o con el Ejército en contra del bandidaje. Llegaron a subsistir con altibajos en Cataluña y bastantes puntos del resto de España hasta el año 1978 en que fue disuelto. Recordada es su actuación en la Guerra de la Independencia en la que infringieron tres grandes derrotas a los franceses actuando como guerrilleros.
También en Cataluña, a iniciativa de Felipe V se crea un cuerpo de ciudadanos armados en escuadras, los posteriormente llamados “Mozos de Escuadra”, siendo su labor el mantenimiento de un cierto orden público. Poco a poco se oficializan, siempre bajo un carácter de fidelidad borbónica, lo que les valió puntualmente su disolución en alguna ocasión, la última en 1939 pero evidentemente por otras causas; aunque en 1952 el general Francisco Franco Bahamonde volvió a autorizar el antiguo cuerpo para dedicarlo a la protección de edificios oficiales.
En el año 1824 se crea la Superintendencia General de Policía como “Policía General del Reino”, que en sus primeros momentos no tenía más objetivo que la persecución de adversarios políticos, revolucionarios o simplemente críticos con Fernando VII sobre todo en las grandes poblaciones, para llevarlos al paredón o a la horca sin muchas contemplaciones; el mero hecho de decir en público, a veces bajo los efectos del vino tabernario, que “el rey era feo” ‒verdad irrefutable e incluso suave‒ podía ser motivo de mazmorra o algo peor.
Para el control de fronteras y costas existía el “Real Cuerpo de Carabineros” desde el año 1829, que acabó siendo absorbido por la Guardia Civil en el año 1940.
Es fácil pues comprender la delicada situación y desamparo en la que se encontraban los habitantes del medio rural así como los pequeños ‒y no tan pequeños‒ pueblos ante las bandas de delincuentes, muchos de ellos antiguos combatientes contra los franceses que no encontraban otro medio de vida. Todo ello implicaba además el gravísimo problema de la inseguridad en el libre tráfico de personas, mercancías y sobre todo el de los servicios postales por los caminos del reino.
Este siglo XIX, tan nefasto como poco conocido por la población actual en general, resulta ser sin embargo, la simiente y el origen de todas las desgracias ocurridas a los españoles en el siguiente siglo XX. En 64 años se aprobaron 5 Constituciones y un Estatuto. Existió una guerra contra un invasor francés, otra contra Inglaterra, tres guerras civiles llamadas carlistas, una guerra en América Central y del Sur y otras tres guerras en Filipinas, Cuba y Marruecos, aparte de conatos revolucionarios, levantamientos, motines, pronunciamientos y un tremendo desorden público pleno de saqueos y asesinatos con una saña que luego veríamos repetidos en la república y en la guerra de 1936. La sociedad entera sufrió una profunda transformación. Las ideas procedentes principalmente de Francia dividieron a una inculta población en dos formas de querer entenderlo todo siendo las ideas entre ellas irreconciliables, y dividiéndose a su vez en otras facciones más pequeñas basadas en matices y más matices que casi siempre implicaban el buscar la desaparición física del adversario. Es decir: acabar con el que no pensaba como los “míos”. Además, para empeorarlo todo más, y al contrario de lo que sucedía en Europa en la que comenzó una Revolución Industrial, en España siguió siendo preponderante el sector agrícola en manos de grandes propietarios, por lo que las bolsas de pobreza no acababan de desaparecer, lo que unido a la ceguera e insensibilidad de esos grandes propietarios, a la avaricia de los poderes económicos, a la vividora Iglesia, a la existencia de políticos ineptos y corruptos, y a la turba desbocada de los agitadores profesionales y revolucionarios de siempre, la situación explosiva estaba servida.
“Duelo a garrotazos”. Francisco de Goya representa en este cuadro de una manera contundente y exacta la imagen de cierta España. Dos personas enterradas hasta las rodillas se matan a garrotazos. Pero no es así toda España, es así sólo un reducido número de personas incalificables, que de una forma o de otra, en los últimos doscientos años siempre han llevado a la ruina, al desastre y la muerte a muchos ciudadanos españoles, porque para desgracia de todos, la única meta en la vida de esta gente, nutrida de avarientos embaucadores y narcisistas ignorantes, ha sido el mandar, el vivir de la mentira y llenar la bolsa a costa de lo que hiciera falta
Los reyes, que hasta principios del siglo XIX habían gobernado de manera absoluta, se encontraron con algo nuevo y muy difícil de asimilar para ellos y sobre todo para los vividores cortesanos, allegados y beneficiados; se encontraron con la Monarquía Parlamentaria: Las Cortes. Y ligado a ese cambio y a las nuevas ideas políticas, nos aparecen en este siglo los absolutistas, liberales, afrancesados, masones, carlistas, realistas, ayacuchos, serviles, progresistas, regresistas, moderados, cristinos, facciosos, contrarrevolucionarios, socialistas, anarquistas, republicanos, apostólicos, milicianos, burgueses…, y pescadores a río revuelto ‒los más peligrosos‒, ya que mayoritariamente eran los que asesinaban, saqueaban, robaban e incendiaban, todo lo cual inevitablemente solamente podía dar lugar a desórdenes, guerras civiles, torturas, robos, pronunciamientos, motines, ejecuciones, saqueos, hambruna y padecimientos sin cuento que afectaron a una gran parte de la población, sobre todo en el norte de España; y todo ello después de haber sufrido la invasión francesa con todos los desastres y derramamiento de sangre que ello supuso.
Parece conveniente exponer, como ya hemos dicho, de una manera muy breve las efemérides de este siglo XIX junto a los hechos que ocurrieron en este pueblo de Alcantarilla y así poder estimar mejor el caldo de cultivo en el que nació ‒en el que afortunadamente nació‒ y se desarrolló la “Guardia Civil”, ya que la creación de ese Cuerpo va ligada necesariamente a contrarrestar una situación de desgobierno y delincuencia, y no es posible separar una cosa de la otra. Es necesario conocer la historia para comprender la existencia y las actuaciones de la Guardia Civil, sabiendo que en todos esos hitos históricos siempre estuvo presente este Cuerpo de forma decisiva y siempre fiel a sus principios fundamentales.
La situación de la Guardia Civil no fue siempre cómoda y fácil de sobrellevar ya que en demasiadas ocasiones las órdenes recibidas estaban en franca contradicción con sus principios normativos y éticos para la que fue fundada, máxime en aquellas ocasiones en las que el poder político atentaba abiertamente contra la Patria o alentaba a las masas a la comisión de todo tipo de desmanes con la mayor impunidad y contando con el decisivo apoyo gubernamental.
Estas citas que siguen son, en esquema, efemérides del siglo XIX, antes y después de la creación de la Guardia Civil, que a partir de su fundación intervino prácticamente en todos estos hechos que en su gran mayoría fueron auténticas tragedias para esta nación; una nación dirigida casi siempre por unos gobernantes y agitadores con la boca llena a todas horas con las honrosas palabras de “rey”, “libertad”, “igualdad”, “pueblo”, “democracia”, “legalidad”, “Dios”, “derechos humanos”, “iglesia”, “constitución”, etc., cuando en realidad lo único que les importaba era su ego y su faltriquera.
La historia de España es supuestamente conocida o al menos está documentada, pero la de Alcantarilla necesita documentación, por ello, en varias ocasiones hemos comentado el expolio que a lo largo de los años ha venido sufriendo la documentación histórica del Ayuntamiento, y curiosamente esa falta de documentación y de libros de actas de sesiones, coincide sensiblemente con los periodos de los años más turbulentos del siglo XIX así como con la época de la Guerra Civil de 1936. Resulta evidente que algunos quisieron hacer desaparecer libros y documentación para intentar evitarse con ello las posibles represalias políticas e incluso penales, pero lo cierto es que esa ausencia de documentación nos priva de datos importantes sobre la historia de la Villa y en este caso de la Guardia Civil. Por ese motivo a veces nos encontramos con lagunas que obligan a plantear hipótesis o hacer deducciones a falta de poder contar con datos ciertos y concretos.
Este es el nefasto siglo XIX:
1800 – España regala la enorme Luisiana a Francia.
1803 – Año de grandes lluvias, epidemias y hambrunas.
1804 – Ocurren grandes desastres naturales de todo tipo. Guerra anglo-española.
1805 – Desastre de Trafalgar. Napoleón acaricia la idea de apropiarse del oro y la plata americana. En la absolutista corona española existe una mezcla explosiva: Carlos IV / su mujer María Luisa / el valido Godoy / el infante Fernando.
1807 – El Rey Carlos IV envía a Fontainebleau a su más que valido, Manuel Godoy a firmar junto a Napoleón el paso de las tropas francesas para atacar a Portugal conjuntamente con tropas españolas. El ignorante pueblo confiaba en que los franceses que ocupaban España quitarían a Godoy y pondrían a Fernando en el trono.
1808 – Ante la evidencia de que Napoleón no sólo quería Portugal sino también España, el pueblo, más o menos manipulado por los que querían la subida al trono del hijo de Carlos IV, Fernando (ignoraban entonces qué clase de persona era), llevan a cabo el llamado “Motín de Aranjuez” contra Godoy. La Familia Real huye a Francia y es retenida en Bayona. Carlos IV abdica en su hijo. Se inicia la que sería sangrienta “Guerra de la Independencia”. Madrid se levanta contra el invasor. Napoleón coloca como Rey de España a su hermano José y redacta una Constitución para España que jura en Bayona el voluntarioso y efímero José I Bonaparte.
1810 – Sitio francés a Cádiz. Insurrección general en toda la América Hispana ya que la invasión napoleónica había creado el ambiente y contaban con todo el apoyo y poder masónico europeo. Pero esos masones europeos y españoles, inspirados en la masonería norteamericana que hacía pocos años habían logrado la independencia de las colonias inglesas, nada se parecían a ellos ni en ideales ni en comportamientos.
1811 – Proclamación de las Provincias Unidas de Venezuela, formadas por Venezuela, Colombia y Ecuador. Argentina, Paraguay y Chile se unen al levantamiento.
1812 – En la ciudad de Cádiz se forman unas Cortes Liberales nada representativas que proclaman la 1ª Constitución Española. Dominan los masones que en realidad buscan implantar su propia dictadura, se llega a pedir la pena de muerte para cualquier diputado que pidiese reformar la Constitución. Todo esto inimaginable en Norteamérica. En estos años nacen “las dos Españas”. La Milicia Nacional formada por ciudadanos armados operantes desde la Guerra de Sucesión y que habían luchado contra los franceses, es reconocida como fuerza policial. Los franceses son derrotados por Sir Artur Wellesley, duque de Wellington, en las colinas de Arapiles.
1813 – Desaparece el Tribunal de la Inquisición. Tratado de Valençay, Napoleón reconoce como Rey de España a Fernando VII. José I Bonaparte (1808-1813) huye a Francia tras apropiarse de todo el Tesoro Real Español, hasta el punto que Fernando VII tiene que recurrir a un vestuario de atrezo teatral para un retrato. El ejército francés huye en desbandada. España, por vez primera en su historia está dividida en dos bandos: “patriotas” y “afrancesados”, origen de todo lo que después vino.
1814 – Una vez en el trono Fernando VII, con un decreto llamado “Manifiesto de los Persas”, anula la Constitución e inicia la persecución con saña de todos los que habían intervenido en su formación o se consideraba, o simplemente se sospechaba, que simpatizaban con la misma. Suprime las Cortes, diputaciones y ayuntamientos, vuelve al absolutismo total y las ejecuciones, torturas y persecuciones llenan de sangre España. Se forman sociedades secretas ‒sobre todo liberales y masones, estos últimos muy introducidos en el ejército‒ que conspiran contra el Rey. Se reglamenta la Milicia Nacional.
Real Cédula dictada por el rey sobre la persecución y castigo de los malhechores que infestan los caminos del Reino (Archivo Histórico Municipal)
Parece que ya en esta época la Milicia Nacional había decaído en su eficacia para la represión del bandolerismo, si es que alguna vez la tuvo de manera general y adecuada. De ahí que se derivara esa responsabilidad hacia los concejos. En Alcantarilla debió existir a partir de aproximadamente 1720/1740 un destacamento de esas Milicias Nacionales Lo cierto es que por el momento no se han localizado datos. Solamente sabemos que en el siglo XIX tenemos una calle llamada “del Cuartel” y que en el Catastro de la Ensenada del año 1756 nos aparece que un vecino, Antonio Escolar, tiene una casa situada en el Barrio Norte (todo el entorno de San Roque, entre Calle Mayor y Calle Mula) “que confronta por la derecha con el cuartel”.
Catastro de la Ensenada (1756) en que se cita la existencia de un cuartel (Archivo General de Simancas)
1816 – Fernando VII autoriza para Murcia un nuevo palacio de La Inquisición (manzana del antiguo Hotel Victoria, Casas de Zabálburu y actual Colegio de Arquitectos, antigua sede de los periódicos “El Liberal” y luego “Línea”).
1819 – Mueren en Roma Carlos IV y su mujer María Luisa. Las tropas españolas son derrotadas por el masón Simón Bolívar en la batalla de Boyazá, formando la que luego sería Colombia. Los ingleses apoyan militarmente a los independistas.
1820 – Las conspiraciones contra el absolutismo real producen el levantamiento del coronel masón, algo megalómano y vanidoso, Rafael de Riego en Cabezas de San Juan, contando con el apoyo de las tropas que debían partir hacia América. La Constitución es aceptada en numerosas ciudades y Fernando VII se ve perdido y la acepta con aquella célebre frase publicada en “La Gaceta”: “Marchemos francamente, y yo el primero, por la senda constitucional”. Comienza el que sería llamado “Trienio Liberal”. España se divide por primera vez administrativamente en provincias. El estado de profunda anarquía existente en las fuerzas de seguridad sobre todo en el medio rural y la descomposición, indisciplina y desorganización de la Milicia Nacional lleva al prestigioso militar Pedro Agustín Girón las Casas Moctezuma Aragorri y Ahumada, I duque de Ahumada y IV marqués de Amarillas a presentar a las Cortes el 30 de julio el proyecto de crear un cuerpo policial de “carácter nacional” bajo el nombre de “Legión de Salvaguardias Nacionales” que fue rotundamente desechado por los diputados. Este inexplicable rechazo sólo puede justificarse por dos causas: el querer algunos mantener las corruptelas partidistas y personales de la Milicia Nacional y también por la fobia de otros hacia todo aquello que significase “ámbito nacional: España” por parte de influyentes grupúsculos vascos, catalanes y asociados, que deseaban volver a sus fueros y privilegios.
En Alcantarilla ya tenemos las primeras Actas Capitulares tras la quema de los archivos municipales por los franceses. 400 años de historia de la población perdidos para siempre.
Pedro Agustín Girón las Casas (San Sebastián 1778 – Madrid 1842), que creó el germen de la que sería unos años después (1844) la Guardia Civil de manos de su hijo Francisco Javier, que sin duda habría colaborado con él en el proyecto de la Legión de Salvaguardia Nacional (Senado)
1821 – Independencia de Venezuela y otras zonas centroamericanas. Batalla de Carabobo. También se emancipan México y Perú.
1822 – Frustrado levantamiento de la Guardia Real a favor del rey y el poder absolutista. Pedro Agustín Girón y su hijo Francisco Javier se exilian en Gibraltar hasta el año siguiente. Las sociedades secretas imponen su tiranía.
1823 – Fernando VII, presionado y a la vez sintiéndose apoyado por los sectores cortesanos, económicos y absolutistas, especialmente la Iglesia, pide ayuda a la Santa Alianza, formada por Francia, Prusia, Austria y Rusia que envían a los llamados “Cien mil hijos de San Luis”. Comienza una dura represión a base de torturas y ejecuciones. Vuelve la Inquisición. Rafael de Riego es ignominiosamente ahorcado públicamente en Madrid en la Plaza de la Cebada por orden del que había dicho “que él iría el primero por la senda Constitucional”. Comienza la que habría de ser la llamada “Década Ominosa”.
El trienio liberal había traído consigo no sólo cambios en cargos y prebendas, también llegaba ese cambio a tener que habilitar el papel timbrado a cada nueva circunstancia.
Sello de papel timbrado de 1822 en que figura Fernando VII como “Rey Constitucional” – Sin tiempo para nuevos papeles, acaba el Trienio Liberal y hay que tachar en el sello del año 1823 la palabra “Constitución” – Ya con la tranquilidad absolutista del rey, nos encontramos en el año 1824 con el nuevo sello y escudo (Archivo Histórico Municipal)
1824 – Se crea la Superintendencia Superior de Policía. Quedan prohibidas “para siempre” en España las sociedades de los francmasones. Esta policía colabora con la Milicia Nacional en perseguir a “los enemigos de la Religión y el Trono”. Mientras, en la batalla de Ayacucho, América del Sur logra su total independencia al conseguirla el estado de Bolivia.
En Alcantarilla, el Ayuntamiento era el órgano competente para mantener un calabozo que se utilizaba para pequeños delincuentes o para aquellos que esperaban su traslado a otras instancias superiores; el Secretario municipal “da cuenta de los certificados dados por los Físicos acerca del estado de la habitación del calabozo hondo, y discutido acordó el Ayuntamiento que interin y hasta tanto no se redifique otra habitación en los términos que tenga la ventilación que se desea y que sea saludable y no perjudique a la salud pública, no se haga uso con ningún motivo ni pretexto de semejante calabozo, ni se encarcele en él a persona alguna, lo que se hace saber al Alcayde de estas dichas cárceles para que así lo cumpla”.
1825 – La vuelta al absolutismo había dado lugar a que los Voluntarios Realistas, una fuerza guerrillera-miliciana que había luchado siempre contra los franceses y a favor del absolutismo y cuya figura principal en Alcantarilla era José Jara García, realizara por su cuenta competencias policiales aparte de que su objetivo principal fuera el político, en unos momentos en que Fernando VII, por el cual habían dado la vida muchos de ellos, ya no los necesitaba y los considerara como enemigos a eliminar. Inició el famoso “borboneo”.
A principios de año, la situación de seguridad de los pueblos era problemática por lo que desde Murcia se dan las siguientes instrucciones:
El Alcalde notifica que la autoridad había devuelto en noviembre pasado la lista de Voluntarios y que: “de los Voluntarios admitidos hasta este día habían muchos de la extinguida partida de José Jara, mandados desarmar de orden del Rey Nuestro Señor, otros procesados criminalmente, otros en el día presos, otros mayores de sesenta o más y menores de dieciocho, y otros notoriamente defectuosos que no conviene continúen en un Cuerpo tan distinguido, que según el mismo Reglamento excluye a semejantes personas, y así que se hiciese un riguroso examen de todos ellos y aquellos que no estuviesen adornados de los requisitos prevenidos en los artículos… fuesen excluidos, pero mediante a que ya están admitidos, y muy pocos adornados de las cualidades prevenidas en los artículos… y que sí se llevara con todo pesar quedaría un corto número de Realistas, que se excluyesen todos aquellos que se conociera debían serlo, y habiendo conferenciado… se resolvió por nombres que se excluyeran y borraran de la lista a los siguientes: Juan Giménez López, Francisco Jara, Lorenzo Menárguez cadete de Milicia, Alonso Lorente, Miguel Ferrer, Francisco Díaz, Francisco Sanz Pulgar, Francisco Ortín, José Ortín, José Ortuño, Bartolomé Carrillo Osuna, José Sandoval, Bartolomé Almela, Francisco Escolar Hurtado, Pedro López, Francisco Pino, José Silla, Francisco de Paula Tomás, Francisco Almela García, Salvador Saavedra, Pedro Martínez Enarás, Luis Ortiz menor, Francisco Carrillo Muñoz, Diego Almela Cano, Juan Lucas García, Antonio Cascales Cascales, Francisco Ortigosa, Manuel Guirado, Antonio Giménez, Antonio Domingo Cerdá, Silvestre Jara, Antonio Hernández Rodríguez, Esteban Saavedra, Antonio Vivancos, Francisco Valero, Diego Vivancos, Ginés Martínez Jara, Juan Martos, Pedro Giménez, Francisco Giménez, Pedro Sanz Jara y Diego Cascales Contreras. De los cuales aquellos que en el día sí están procesados y presos resultasen después indemnes de los delitos que les imputan, en aquel caso pueden hacer sus nuevas solicitudes por medio de sus Memoriales, y entonces si fuese justo se les admita, y lo mismo a los que no tienen diez y ocho años, luego que los cumplan lo soliciten. Y atendiendo al número de los excluidos rebajado del total que habría, queda reducido solamente en el día a ciento diez y nueve Voluntarios, de los cuales los diez y ocho son de caballería y los demás de infantería. Y respecto a que es indispensable el que esta Corporación en cumplimiento de… haga la propuesta de oficiales… componerse la fuerza de infantería de ciento y un Voluntarios y diez y ocho de caballería. Por lo mismo corresponde nombrar un capitán comandante, dos tenientes y dos subtenientes para la infantería… Capitán Comandante: en primer lugar a D. Juan Francisco Gómez de Albacete, en segundo lugar a D. Pedro Sánchez Alarcón y en tercer lugar a D. Diego García Pacheco. Para primer teniente en primer lugar a D. Pedro Menárguez Martínez, Alejo Montoya Carrillo, en segundo lugar, y en tercero lugar a Salvador Hidalgo Sánchez. Para segundo teniente en primer lugar a Pedro Pérez Menárquez, en segundo lugar a D. Juan Menchón y en tercero lugar a Alonso Carrillo Martínez. Para primer subteniente en primer lugar a Francisco Sánchez Riquelme, en segundo a Pedro Carrillo López y en tercero a D. francisco Llamas. Para segundo subteniente en primer lugar a D. Juan Bernal, en segundo a Agustín Sánchez Menárguez, y en tercero a Cristóbal Guzmán González. Para la caballería nombraron a los señores primer teniente comandante en primer lugar a D. Luis Menárguez Martínez, en segundo lugar a D. Antonio Carrillo y en tercer lugar a Fulgencio Mercader…”
1827 – Ante el comportamiento de Fernando VII, los “realistas puros”, que tanto habían luchado por él, pretenden derrocarle, pero su intentona fracasa.
No era fácil solucionar el problema de la seguridad y del orden público en una España que parecía no tener un rumbo definido, y Alcantarilla no era diferente de otras poblaciones. A mediados de año, el Ayuntamiento toma el siguiente acuerdo:
1829 – Se crea el Real Cuerpo de Carabineros de Costas y Fronteras.
1830 – Se aprueba la “Ley Pragmática” que permitía el acceso al trono a las mujeres, anulando con ello la “Ley Sálica” decretada por el Rey Carlos IV y proveniente de Felipe V. Consecuencias: decenas de miles de muertos, tres guerras civiles y miles de incendios y saqueos. Y todo porque reinara el tío o la sobrina.
1831 – Por orden de Fernando VII se fusila a José María Torrijos y 52 compañeros en Málaga tras ser engañados e intentar una revuelta. También se ejecuta en Granada a Mariana Pineda por el 'delito' de bordar una bandera y el capricho de Fernando VII.
1833 – Muere Fernando VII, el rey que en su día fuese llamado “El Deseado”. Con ello se convierte en heredera al trono su hija Isabel que contaba tres años de edad, teniendo a su madre María Cristina de Borbón-Dos Sicilias como Regente, y queda fuera de la línea sucesoria su tío Carlos María Isidro, que era el candidato del sector más absolutista y eclesiástico, bajo el título de Carlos V. La Regente proclama una amnistía para asuntos políticos. Comienza la 1ª Guerra Carlista bajo el lema de “Dios, Patria, Rey” buscando el instaurar al hermano de Fernando VII en el trono y contando con un amplio apoyo en Vizcaya, Aragón y Cataluña que veían en ello una oportunidad de lograr recuperar sus Fueros perdidos en la Guerra de Sucesión. La zona norte de España se llena de sangre. No se hacen prisioneros por parte de ninguno de los dos bandos y a los prisioneros se les llega a hacerles desprenderse de sus ropas antes de ejecutarlos para poder así después vender o aprovechar esas ropas. Eso sí, momentos antes de fusilarlos siempre eran asistidos por un clérigo para el bien de su alma.
1834 – El Presidente del Consejo de Ministros Francisco Martínez de la Rosa desarrolla un Estatuto Real basado en la Constitución de 1812 que permitía ciertas libertades bajo una Soberanía Real y unas Cortes Generales. Se declara en Madrid una epidemia de cólera morbo y las sociedades secretas hacen correr el bulo que son los frailes los que contaminan el agua, decenas de religiosos son asesinados no sólo en Madrid sino también en Zaragoza, Barcelona, Murcia y Reus.
1835 – Hay levantamientos militares en Zaragoza y Madrid que son sofocados. Juan Álvarez de Mendizábal es nombrado Presidente del Gobierno. Se produce el cerco de Bilbao por parte de los carlistas y en él muere su general, Tomás de Zumalacárregui e Imaz. Se incendian y saquean los conventos de Murcia. Se asesinan a frailes en el de San Francisco. El de La Purísima es saqueado y quemado destruyendo la imagen de La Inmaculada de Salzillo. Igualmente se saquean y destruyen el de Verónicas y Dominicos así como el de Agustinas en donde se cometen todo tipo de profanaciones destruyendo imágenes de Salzillo, Roque López y Antonio Dupar.
1836 – Mendizábal lleva a cabo la primera desamortización eclesiástica que sirve para el enriquecimiento de muchos afectos al régimen. Esta desamortización supuso uno de los mayores desastres para el patrimonio cultural español. Las iglesias y conventos eran asaltados, incendiados y saqueados destruyendo imágenes y apropiándose de todo aquello que les pudiese suponer algún beneficio.
En Alcantarilla son expulsados los Padres Mínimos del Convento de San Francisco que es saqueado, y en Murcia se saquea el de El Carmen destruyendo imágenes de Salzillo, Nicolás de Bussy, Pablo Sistori y Roque López. Se expulsan a las religiosas Isabelinas y se derriba completamente el convento (actual plaza de Santa Isabel).
1837 – Tras el “Motín de la Granja de San Idelfonso”, la Regente aprueba una 2ª Constitución Española con un contenido más progresista, otro sistema electoral y dos cámaras. Se pacifica Andalucía y Castilla de elementos carlistas neutralizando el avance sobre Madrid. En Murcia se funde, para hacer balas, la estatua de Fernando VII colocada en 1831.
1838 – Se saquea e incendia en Murcia el convento de Capuchinos en el Barrio de El Carmen.
1839 – El general Baldomero Espartero y el general carlista Rafael Maroto ponen fin a la 1ª Guerra Carlista con el “Abrazo de Vergara”, que tendría su punto final al año siguiente con la fácil toma de Morella por parte de Espartero ante el enfermo y debilitado Ramón Cabrera “El tigre del Maestrazgo”, que finalmente se refugia en Francia.
1840 – La Regente María Cristina, que se había casado en secreto con el Guardia de Corps Fernando Muñoz, es forzada por Espartero a exiliarse y sale por Valencia hacia Francia. Queda de Regente el citado general Baldomero Espartero que se hace nombrar “Príncipe de Vergara” y “Alteza Real” entre otros muchos “títulos” más. Es la primera vez en España que un militar accede a la Jefatura del Gobierno.
1841 – Las Cortes dan oficialmente la Regencia a Espartero. Fracasa el golpe de un amplio sector militar, que había luchado junto a Espartero en la Guerra Carlista, y que a instancias de los generales Leopoldo O´Donnell y Jorís y Ramón María Narváez y Campos, así como de la reina madre María Cristina desde París, asaltan el Palacio de Oriente para raptar a Isabel y alejarla de las que se consideraban malas influencias de los cortesanos y de Espartero. El levantamiento es sofocado y son ejecutados vergonzosamente insignes militares como Diego de León y Navarrete y Manuel Montes de Oca.
1842 – Estalla en Barcelona una violenta revuelta civil por causa de las pérdidas del comercio textil por la competencia de Inglaterra. Espartero ordena bombardear Barcelona desde el Castillo de Montjuich para sofocar el alzamiento. Hay muchas víctimas.
1843 – Isabel II es coronada reina a los trece años al rebajarse la mayoría de edad que estaba fijada en los dieciséis. El pronunciamiento de los generales moderados Francisco Serrano y Ramón María Narváez en Barcelona obliga a dimitir a Baldomero Espartero y disolver las Cortes tras una serie de enfrentamientos armados cerca de Madrid. El general Narváez es nombrado Presidente del Consejo de Ministros. Espartero se refugia en Inglaterra ante el temor a represalias.
1844 – La antigua Regente María Cristina vuelve a Madrid. Se disuelve por vez primera la Milicia Nacional. El general Narváez, siendo todavía presidente del Gobierno Luis González Brabo, encarga al Mariscal de Campo e Inspector General Militar Francisco Javier Girón y Ezpeleta las Casas y Enrile, II duque de Ahumada y V marqués de Amarillas, y a Ángel García-Loigorri, conde de Vistahermosa, la creación de un cuerpo para la seguridad pública a nivel nacional, según Reales Decretos de fechas 28 de marzo y 12 de abril. Anecdóticamente, el nombre original era “Guardias Armadas Sujetas al Poder Civil”, pero la reina niña Isabel dijo que para ese cometido le gustaba más el nombre de “Guardia Civil”. Y así se quedó. El general Narváez asume la presidencia del Gobierno y ya la Guardia Civil evita un atentado esparterista contra él.
Francisco Javier Girón, duque de Ahumada (Pamplona 1803 – Madrid 1869), que pudo llevar a cabo el fallido proyecto de su padre creando la Guardia Civil (D.G. de la G.C.)
Más de cincuenta años después, el republicano y liberal Benito Pérez Galdós citaría en sus Episodios Nacionales: “Y no fue su gobierno (González Brabo) de cinco meses totalmente estéril, pues entre el miserable trajín de dar y quitar empleos, de favorecer a los cacicones, de perseguir al partido contrario y de mover, sólo por hacer ruido, los podridos telares de la Administración, fue creado en el seno de España un ser grande, eficaz y de robusta vida: la Guardia Civil”.
Grabado con la uniformidad de la Guardia Civil (D.G. de la G.C.)
Cartilla del Guardia Civil aprobada por Real Orden de 20 de diciembre de 1845. En ella reza: “El honor es la principal divisa del guardia civil; debe por consiguiente conservarlo sin mancha. Una vez perdido, no se recobra jamás” (D.G. de la G.C.). Se elige el tricornio para diferenciarla de otros cuerpos
1845 – Se aprueba la 3ª Constitución Española aportando más ideas de pluralismo. Se forman los Tercios de Levante de la Guardia Civil 2º, 3º y 4º. Contaba con 14 jefes, 232 oficiales y 5.769 guardias, llegando a 7.000 en muy pocos meses repartidos en 14 Tercios. Al duque de Ahumada solamente le interesaban hombres de “honor, valor y limpia conciencia”. La Guardia Civil impide levantamientos en Madrid y Valencia, participando personalmente en las revueltas el duque de Ahumada al frente de los guardias, siendo herido por un disparo y muerto su caballo. Se destierran a muchos detenidos a Cuba y Filipinas. Ya se fusilaba menos, pero se fusilaba.
1846 – Comienza la 2ª Guerra Carlista que pretendía el trono para Carlos Luis de Borbón y Braganza con el nombre de Carlos VI, al fracasar el plan de unir en matrimonio a Isabel con Carlos Luis. Se implica de nuevo en la contienda Ramón Cabrera. Fuertes combates en Cataluña. En diversas comarcas españolas surgen levantamientos progresistas que son duramente reprimidos.
Podemos estimar que una primera pareja de la Guardia Civil llega a Alcantarilla a finales del año anterior o principios de éste, siendo la ubicación del Puesto y su alojamiento el antiguo Convento de San Francisco de Paula. No disponemos de documentación fehaciente, solamente indicios que parecen confirmar esta hipótesis.
Es lógico pensar que tras la creación de la Guardia Civil existiesen miembros de este Cuerpo de la provincia de Murcia, y que esos en principio escasos efectivos se distribuyesen según un plan trazado por el mando. Creemos que el Puesto de Alcantarilla pudo estar integrado en su fundación por una sola pareja de guardias que se vería ampliado a unas tres parejas como máximo; todo ello se desprende de actuaciones en las que no se detecta el que hubiese en la población un número de guardias superior a cuatro o seis y desde luego, en principio, una pareja a caballo. Parece ser que este Puesto pudo inicialmente pertenecer a la Línea de Murcia, pasando posteriormente a formar parte de la Línea de Mula como veremos más adelante.
El edificio del Convento había pasado a posesión del Estado tras la desamortización de Mendizábal, por lo que hasta el momento de su venta a un particular, el edificio estaba libre. Parece corroborar esta hipótesis el que no tenemos en las Actas Capitulares durante todos estos años mención alguna a ubicación o alojamientos de guardias civiles, ni gasto alguno que su presencia generase.
El Convento de los Mínimos. Óleo de Pascual Ayala (Archivo Fulgencio Sánchez Riquelme)
La Guardia Civil tuvo desde un primer momento muchos enemigos, y consideramos innecesario aclarar que solamente podían ser enemigos de la Guardia Civil dos clases de personas: los delincuentes y los revolucionarios saqueadores. Todavía no existían los rebeldes separatistas.
1847 – La Guardia Civil lleva a cabo su primera misión internacional ayudando a mantener el orden en la ciudad de Oporto.
1848 – Se produce un motín revolucionario apoyado por una parte de los militares ligados a la masonería. En Madrid se llevan a cabo duros combates. La Guardia Civil de casi toda España se centraliza en la capital para acabar con los altercados “ya que era la única fuerza eficaz en la que se podía confiar”. El levantamiento es sofocado y da paso a los inmediatos fusilamientos y los destierros a Filipinas. Ramón Cabrera entra en España y entabla algunos combates pero no consigue pasar el Ebro.
1849 – Carlos VI es detenido y acaba la 2ª Guerra Carlista tras incendiar con duros combates buena parte del norte, levante y Andalucía en los que intervino la Guardia Civil. Llegado este momento se acuerda que ese Cuerpo vuelva a su objetivo original de control del medio rural.
1854 – Desde 1843 habían existido 16 gobiernos en la llamada “Década moderada” bajo el control de Narváez. Se inicia ahora el “Bienio Progresista” con el Pronunciamiento del general Leopoldo O´Donnnell en Vicálvaro y Francisco Serrano y Domínguez en Manzanares contra la corrupción política. Madrid, Valencia, Zaragoza y otras ciudades se ven envueltas en levantamientos que hasta amenazan la vida de la reina madre María Cristina. O´Donnell y Serrano lanzan el “Manifiesto de Manzanares” para movilizar a la población civil. La Guardia Civil defiende el Palacio Real ante el asalto de las turbas. No cesan los movimientos y revueltas. Madrid es un sangriento campo de batalla. Espartero es nominalmente jefe del gobierno, pero el poder lo ostentan los militares con O´Donnell a la cabeza. Por otro lado, los caminos comienzan a ser seguros y los bandoleros ya saben que tienen frente a ellos a una fuerza eficaz e incorruptible: la Guardia Civil, muy alejada en su funcionamiento del que había sido el de las anteriores fuerzas policiales. Sin embargo, por temas políticos y temas inconfesables, se intenta hacerla desaparecer y que vuelva la Milicia Nacional. Se hacen cambios en el uniforme para hacerlo más práctico.
Hacia 1855 – Fotografía de un Guardia Civil con el primitivo uniforme de guerrera azul y pantalón blanco (D.G. de la G.C.)
1855 – Nueva desamortización eclesiástica de Pascual Madoz. Comienza un levantamiento carlista, sobre todo en Cataluña, con una gran descoordinación y dando lugar a numerosos fusilamientos.
1856 – Se redacta una nueva Constitución que nunca llega a aplicarse por lo que se llama la “non nata”. Un golpe de Estado, tras largos meses de revueltas, lleva a Leopoldo O´Donnell al poder y supone el fin de Espartero, pero la Milicia Nacional que había sido recreada, aunque muy débilmente, provoca un levantamiento que es sofocado por la Guardia Civil. Esta Milicia Nacional es desarmada y disuelta otra vez. Cae O´Donnell y entra Narváez. Hasta 1868 habrá 14 gobiernos dentro de la llamada “Reacción moderada”.
1857 – El uniforme de la Guardia Civil es nuevamente modificado. Cae el general Narváez.
1858 – Vuelve al poder el general O´Donnell y su partido de Unión Liberal.
1859 – En Alcantarilla, los 5 o 6 vecinos del caserío de la Voz Negra, en término de Murcia, se dedican a meter contrabando en el pueblo, el Ayuntamiento da cuenta al Administrador de Hacienda ante la imposibilidad de actuar por tratarse de otra jurisdicción.
1860 – España se lanza a la conquista del norte de África buscando una compensación a la pérdida de las colonias en América. Tiene lugar la batalla de Castillejos ganada no sin esfuerzo por el general Prim. Se entra en Tetuán. Llega la batalla y paz de Wad-Rass acordada entre el sultán y el general O´Donnell.
1861 – Revuelta republicana. Juan de Borbón y Braganza, hermano de Carlos Luis, reclama el trono de España como Juan III.
1864 – La reina, aconsejada por su madre, llama de nuevo al general Narváez. Los progresistas se agrupan alrededor de Juan Prim y Prats, los socialistas con Pi y Margall, y los demócratas o republicanos con Emilio Castelar. La Guardia Civil sofoca un levantamiento en Madrid.
1866 – Nuevos pronunciamientos militares que acaban con fusilamientos. Gran crisis económica. Prim huye a Londres. El Perú declara la guerra a España.
1867 – O´Donnell, harto de la reina, se retira a Biarritz en donde muere. Vuelve Narváez al poder. Desde el extranjero, Prim, Pierrad, Milans del Bosch, Pavía, Sagasta y Becerra preparan la invasión por el Pirineo, algunos Carabineros de Frontera se pasan a ese bando pero todo es disuelto por la Guardia Civil.
En este año, en el padrón de Alcantarilla, uno de los pocos documentos salvados del expolio, ya tenemos datos fehacientes: el cuartel estaba ubicado en la Calle del Cura y los guardias civiles que lo ocupaban eran los siguientes:
Vicente Giles, de 30 años, casado y una hija, 1 año y 1 mes residiendo en Alcantarilla
Por lo tanto, hemos de deducir que en una fecha indeterminada entre 1861 y 1867 el Puesto de la Guardia Civil pasa del Convento de los Mínimos, a un caserón de la Calle del Cura. Y si observamos que la mayoría de los guardias anteriormente citados llevaban sobre un año en Alcantarilla, podríamos deducir que ese traslado se pudo realizar en el año 1866. En estos momentos ya es casi seguro que existiesen dos parejas a caballo.
Fachada del antiguo Cuartel de la Guardia Civil en la Calle del Cura. 1983 (PLCascalesL)
Sobre el plano catastral de urbana del año 1972 se refleja la parcela de este cuartel que tenía entrada principal por la Calle del Cura y accesoria, para los caballos, por la Calle Empedrada
1868 – Muere el general Narváez e Isabel II queda sin protección. Estalla una revolución “democrática” denominada “La Gloriosa” a cargo de los generales Juan Prim y Prats, Francisco Serrano y Juan Bautista Topete y Carballo. Duros combates en Cádiz, Zaragoza, Barcelona, Valladolid, Tarragona… La voluble Isabel II es destronada y se refugia en Francia. El general Prim entra en Madrid y comienza el llamado “Sexenio Liberal”. Carlos María de Borbón y Austria hijo de Juan III y nieto de Carlos V reclama el trono de España como Carlos VII. La situación en España es insostenible por la delincuencia y los continuos levantamientos que siempre acaban con quemas y destrucción de conventos.
1869 – Juan Prim y Prats es el nuevo jefe del gobierno. Se promulga la 4ª Constitución Española que contiene más aspectos sobre las libertades públicas y consagra la fórmula de la monarquía democrática. Se reprime una insurrección en Cuba. La retirada de la Guardia Civil de los campos para involucrarla en causas políticas en las ciudades hace aumentar el bandolerismo en Andalucía.
1870 – Amadeo I de Saboya, hijo del Rey Víctor Manuel de Italia, es proclamado Rey de España. Su reinado duraría tres años sin aceptación alguna por parte de nadie. La inestabilidad política es muy grande y en dos años se suceden seis gobiernos. Es asesinado en Madrid el general Juan Prim y Prats y posiblemente con esta muerte se cambió la historia de España. Se suprime una invasión carlista por Guipúzcoa gracias al coronel José Escoda que tras fingirse carlista derrota a los insurrectos; es lo que se llama “La Escodada”.
1871 –
Se pronuncia un nuevo levantamiento carlista que parecía contar con suficientes
apoyos, pero las fuerzas militares implicadas retroceden y el levantamiento
fracasa.
1872 – Los carlistas inician la 3ª guerra en el norte y levante propagándose después por toda España y tomando importantes ciudades. Existen levantamientos obreros y alzamientos republicanos. Los generales Arsenio Martínez Campos y Fernando Primo de Rivera derrotan finalmente a los carlistas en Cataluña. Don Carlos se despide de España con el célebre “volveré”. A partir de entonces el carlismo siguió latente en España traduciéndose ya en la Guerra Civil como “Comunión Tradicionalista”, los Requetés. Amadeo I de Saboya abandona España más que harto. En Murcia, el masón Antonete Gálvez, “generalísimo de tierra y mar”, al frente de una partida armada toma por la fuerza el ayuntamiento de Murcia dentro de un sangriento e iluso levantamiento cantonal que solamente produce desgracias.
La presencia de un grupo de guardias civiles enviados por el general Pavía siembra el pánico en el Congreso. Era el 2 de enero de 1874. Imagen parecida, pero esta vez sin salir corriendo sus señorías, ocurrió el 23 de febrero de 1981, algo más de cien años después (Colección particular. Marqués de Lozoya. Madrid)
1874 – La Guardia Civil anula una intentona legitimista de Carlos VII. Alfonso XII, hijo de Isabel II, exiliado en Inglaterra, promete una Monarquía Constitucional. El general de división Arsenio Martínez Campos lleva a cabo un pronunciamiento en Sagunto que instaura en el trono a Alfonso XII dando paso a la “Restauración Borbónica”. El Rey desembarca en Barcelona y quiere ir a Valencia en donde tiene un recibimiento delirante. Posteriormente hace una triunfal entrada en Madrid.
En Alcantarilla “se nombra Alguacil a Andrés Giménez Manzanera y para Alcayde de las Cárceles Nacionales a Diego López Molina, quien deberá ocupar la casa que para este empleo está destinada”.
Por primera vez se nombra a la Guardia Civil en las Actas Capitulares, aunque como hemos visto, sus efectivos eran de 8 guardias que tenían que cubrir un amplio territorio, por lo que se sigue recurriendo a las patrullas civiles para perseguir a los delincuentes:
1876 – Termina la 3ª Guerra Carlista con la salida de Carlos VII tras duros combates en la zona norte. Se aprueba una nueva Constitución, la 5ª, que pretende terminar con el enfrentamiento entre moderados y progresistas. Tenemos una monarquía parlamentaria liderada por los partidos Liberal Conservador de Antonio Cánovas del Castillo y Liberal Fusionista de Práxedes Mateo Sagasta. Disminuye la conflictividad obrera y desaparece la locura del cantonalismo así como el republicanismo tras su tremendo coste humano y su estruendoso fracaso. La Milicia Nacional es ya disuelta de forma definitiva. Alfonso XII demuestra ser el más inteligente de los borbones, aunque desgraciadamente tuvo que soportar la prematura muerte de su prima y esposa María de las Mercedes así como el tener una débil salud, influyendo todo ello de forma decisoria en la existencia de un reinado más fructífero.
Alcantarilla se suma al acontecimiento con un Bando de su Alcaldía:
“DON FRANCISCO PALACIOS PARRA, ALCALDE PRESIDENTE DEL AYUNTAMIENTO DE ALCANTARILLA.
HAGO SABER:
1878 – El Ayuntamiento parece tener un problema con los recaudadores y se dirige al Gobernador solicitando la colaboración de la Guardia Civil:
1879 – Pablo Iglesias Posse (1850-1925) funda el Partido Socialista Obrero Español, PSOE.
Grabado del pintor e ilustrador Juan Comba García en el que se idealiza románticamente a un Alfonso XII rodeado de huertanos afectados por la inundación
1880 – Continuó la vida en el pueblo tras la gran riada y nos encontramos en mayo de este año que algunos guardias civiles del Puesto de Alcantarilla que habían sido destinados a los Puestos de Pacheco y Fuente Álamo necesitaban ayuda para el traslado, por lo que el Ayuntamiento acordó:
También se acordó el pago de los gastos originados por un accidente:
1881 – En Alcantarilla, la venta del Convento por parte del Estado, que hemos supuesto primer emplazamiento del pequeño Puesto de la Guardia Civil, dio paso a su instalación en la Calle del Cura tal y como anteriormente hemos visto, no obstante, este nuevo emplazamiento quedaba ya pequeño con el aumento de efectivos, por lo que el Jefe de Línea de Mula, a la que pertenecía Alcantarilla, solicita ayuda al Ayuntamiento:
No parece que se utilizara la citada Posada del Sol fuera de algunos alojamientos puntuales ya que el Cuartel sigue en la Calle del Cura. Esta posada estaba situada, según José. A. Caride, en la Calle Mayor esquina al hoy denominado Callejón del Viruta; es decir se trataba de la luego llamada Posada del Viruta.
Posada del Viruta en dos apuntes del natural de Ángel Martínez fechados ambos en el año 1915, aunque por las diferencias existentes entre ellos tuvieron que ser hechos en fechas distintas. Aparecen sobre la “acera” las llamadas “Piedras de D. Emilio”, extraídas del terreno colindante y de presunto origen romano (Apuntes cedidos por su nieta África Martínez, Archivo Histórico Municipal de Alcantarilla)
1883 – Intentona republicana del general Serafín Asensio Vega que termina con casi doscientas penas de muerte. La Guardia Civil llega a tener ya una fuerza de 16.000 hombres. Crece en Andalucía la delincuencia bajo las llamadas bandas de la “Mano Negra”, mezcla de anarquismo y bandolerismo. Aumentan los asesinatos. Todo es desmantelado por la Guardia Civil.
1884 – Tenemos una nueva riada (riada de La Ascensión) esta vez extrañamente en el mes de mayo, quedando así relatada en las actas:
1885 – Muere Alfonso XII en el Palacio de El Pardo a los 28 años quedando como Regente su esposa María Cristina Habsburgo-Lorena que poco después daría a luz al futuro rey Alfonso XIII. El poder político se alterna entre Antonio Cánovas del Castillo y Práxedes Mateo Sagasta.
1886 – Nace Alfonso XIII. Y lo hace dentro de una situación política falsamente estable hasta el punto que acabaría con su salida de España y la llegada de la II República el 14 de abril de 1931.
1893 – Ya hemos comentado anteriormente el, si no desprecio, sí intencionado abandono gubernamental hacia el Cuerpo de la Guardia Civil, y uno de los aspectos más sensibles era sin duda el ningunear la existencia de las Casas-Cuartel. Por ahí querían minar la moral de los guardias y buscar su desaparición:
Y abundando en este tema, tras la dejadez del gobierno hacia la Guardia Civil, en fechas posteriores, el Alcalde comunica lo siguiente:
1894 – El edificio de la Calle del Cura que servía de cuartel a la Guardia Civil había sido vendido, y era necesario tratar con el nuevo propietario, Salvador Vivo García, por lo que el Ayuntamiento acuerda:
Pero el citado cuartel sigue con sus problemas de habitabilidad, y el 29 de marzo el Comandante de Puesto lo expone al Ayuntamiento:
Pasan los meses y de nuevo insiste el Comandante de Puesto:
Llegamos al mes de septiembre y el dueño de la Casa-Cuartel Salvador Vivo expone sus razones:
Parece que todas las gestiones resultan inútiles:
Ante la necesidad urgente de encontrar una ubicación para la casa cuartel, el Ayuntamiento hace un general llamamiento a la población en búsqueda de un edificio que reúna las oportunas condiciones, haciéndose cargo del pago del alquiler.
El problema no parece tener solución, todas las gestiones por encontrar un edificio adecuado fracasan y así llegamos a finales del mes de noviembre:
Ante la situación creada de que la Guardia Civil debía abandonar el edificio de la Calle del Cura, Antonio Soler Cámara ofrece dos viviendas de su propiedad de manera provisional para alojamiento de los guardias.
Ubicación aproximada de las dos casas cedidas a la Guardia Civil por Antonio Soler Cámara en las Calles Mayor y Rosario. Fondo: plano catastral de urbana de 1972
1895 – Guerra de la Independencia Cubana. En la guerra participa la Guardia Civil.
Terreno del médico don Emilio López Palacios para la construcción de una Casa-Cuartel de la Guardia Civil
No tardó Emilio López Palacios en acometer las obras de la Casa-Cuartel, y así, a primeros de septiembre ya estaba el edificio listo para ser ocupado:
Ya tenemos por primera vez en Alcantarilla una Casa-Cuartel de la Guardia Civil construida en un edificio diseñado para ese fin (diseño no muy afortunado, por cierto), muy céntrico y con accesos suficientes y salida hacia los campos de Sangonera. Y tenemos el día y la hora de ese acontecimiento:
Un par de meses después se oficializa el contrato de arrendamiento:
1896 - ¡A buenas horas Mangas Verdes!, le decían a la Santa Hermandad. Y eso mismo habría que decirle a la Comisión de Policía Urbana, sin duda abrumada de trabajo, que casi diez meses después de la solicitud de López Palacios para construir una casa cuartel informa sobre el expediente:
Sigue la Comisión sin dar ni una, ya que mientras habla de hacer expropiaciones, el afectado por ellas ya estaba ofreciendo los terrenos de forma gratuita al Ayuntamiento:
En julio de este mismo año el Gobernador publica un Bando en el que encarece la persecución de las armas sin licencia, el cierre de tabernas y casas de bebidas fuera del horario autorizado, las rondas nocturnas musicales, el disparo de petardos, los escándalos y todo aquello que atente contra el orden público.
1897 – Cánovas del Castillo es asesinado por un anarquista.
1898 – El siglo había comenzado con guerras y termina también con ellas. Tenemos guerra con Estados Unidos, Cuba, Filipinas y Marruecos. Mientras los políticos disfrutan en los toros y las fiestas. Puerto Rico pasa a manos de Estados Unidos. Al igual que en Cuba, en Filipinas también intervienen tropas de la Guardia Civil. ¿Cuánta sangre, cuántos muertos, saqueos, ruinas y desgracias costaron este siglo?
Había pues acabado este siglo XIX pleno, como decimos, de guerras y revueltas populares, y podría pensarse que el pueblo español estaba sediento de sangre y que manipulado y engañado por agitadores se lanzaba a la calle un día sí y otro también; y sí que esto es cierto, pero sólo en una menguada parte. Si ocurrió todo lo que ocurrió, y lo que siguió ocurriendo después, solamente tuvo un origen: la ceguera de los poderosos políticos, y de la actuación de indignos, privilegiados y potentados gobernantes, que no supieron o no quisieron salir de un sistema elitista, avariento y acaparador, explotando y originando enormes padecimientos en la población.
Muchos historiadores han escrito sobre este tema, pero posiblemente sea Benito Pérez Galdós de nuevo, en un tono más novelesco y narrativo que histórico, el que ha reflejado de una forma breve y acertada cuál era la situación que se había creado en España por parte de una culpable minoría:
Los años pasaban y la historia seguía. En 1902 el Rey Alfonso XIII llega a la mayoría de edad al cumplir los 16 años, y ya al año siguiente, en 1903, pasa por Alcantarilla camino de Cartagena, estando la estación del ferrocarril protegida por la Guardia Civil del Puesto de la población reforzada con guardias procedentes de otros puestos. Era el mes de junio:
La miseria en que vivía España en estos años llevaba a situaciones que hoy en día pueden resultar inimaginables; los ayuntamientos se hacían cargo de una asistencia sanitaria mínima de la población por medio del médico y farmacéutico titulares, aunque lógicamente esa asistencia resultaba muy deficiente por motivos obvios así como por la ausencia de tantos medicamentos que todavía no existían; y la Guardia Civil estaba además desamparada en ese aspecto sanitario mínimo hasta finales de este año de 1903:
En este año de 1903 muere Práxedes Mateo Sagasta, que junto con Antonio Cánovas del Castillo (asesinado en 1897) habían dado unos años de cierta estabilidad a España.
Al año siguiente 1904 se consigue establecer el descanso dominical para los trabajadores, ya no se trabajarían 14 o 16 horas al día durante los siete días de la semana. Sólo se haría en seis.
El Rey Alfonso XIII es objeto de un atentado el día de su boda el 31 de mayo de 1906.
En 1907 el socialismo de tintes románticos va pasando a ser un partido compacto y bien dirigido con una estrategia eficaz y sin luchas internas, que gana popularidad por su oposición a la Guerra de Marruecos. Los regionalismos comienzan a apuntar veleidades separatistas en Vasconia, Cataluña y algo en Galicia. El desgobierno endémico no desaparece y Antonio Maura tiene que lidiar con la catástrofe militar de Marruecos y la revolución en Cataluña.
Alcantarilla, afortunadamente más tranquila, afronta problemas de mucha menor importancia:
Casa-Cuartel de la Calle de las Eras (PLCascalesL)
La penuria secular del Ayuntamiento en este año de 1908, y también en los anteriores y posteriores, les lleva a tener que aprobar el gasto para “comprar una bandera de España” ya que a ello les obligaba un Real Decreto de primeros de año y solamente se disponía de “una bandera del pueblo”.
La Semana Trágica de Barcelona (25 de julio a 2 de agosto) de 1909 con motivo del embarque de tropas para África, produce casi cien muertos, quema de conventos (deporte nacional), asalto a armerías, saqueos y más de cien edificios incendiados.
La Guerra de Marruecos, una guerra a la que el pueblo no ve sentido, se encuentra en una situación muy complicada ya que ninguna expectativa se cumple.
A finales de año se produce en Alcantarilla un incendio en el que actúa la Guardia Civil y así se hace constar en las Actas Capitulares:
Al siguiente año de 1910 se establece el servicio militar obligatorio, con unos listados que controla la Guardia Civil, y también se crea el sindicato anarquista CNT, Confederación Nacional del Trabajo, que lograría más adelante, en 1919, el implantar la jornada laboral de 8 horas y 48 horas a la semana.
En el año 1912 se crea el Protectorado de Marruecos, y también, en este año de 1912, el día 10 de abril, vemos por primera vez a un avión sobrevolar el cielo de Alcantarilla. Se trataba de un modelo Bleriot pilotado por el francés Léonce Garnier, que estuvo haciendo tomas y despegues en un campo acondicionado al oeste de la población, el mismo terreno sobre el que años después nacería una base aérea y escuela de paracaidistas. La multitud que se aglomeró fue enorme, desplazándose tanto desde Murcia como desde todas las poblaciones vecinas. La Guardia Civil de Alcantarilla fue la encargada de controlar el acontecimiento que fue un verdadero éxito.
Cartel anunciador de los vuelos de Garnier en Murcia a partir del día 6 de abril, Domingo de Resurrección, despegando desde un campo de Espinardo. El día 10 lo haría sobre Alcantarilla
Léonce Garnier con su Bleriot
El Ayuntamiento de Alcantarilla uniforma por vez primera a su Guardia Municipal en este año de 1913 coincidiendo con el paso por la estación del ferrocarril del Rey Alfonso XIII con dirección, como siempre, a Cartagena:
Anteriormente hemos visto el estado de las arcas municipales con respecto a la compra de una bandera, pero es que el problema era más grave, tal y como se hace constar en la sesión del 15 de mayo de 1915:
Por eso, no extraña que en septiembre de ese mismo año se discuta el siguiente acuerdo:
Ya hemos visto como en 1895 se logró el tener una Casa-Cuartel para la Guardia Civil, pero sólo era cuestión de tiempo el que este nuevo cuartel, no muy bien diseñado, y con sólo 6 viviendas, fuese insuficiente para absorber un aumento de efectivos, lo que ya ocurrió en noviembre de 1915:
El Ayuntamiento estaba mal de recursos, pero la negativa a seguir abonando el alquiler de la Casa-Cuartel, que podía significar la desaparición de la Guardia Civil del pueblo moviliza inmediatamente a los vecinos:
El Ayuntamiento rectifica y acuerda pagar el alquiler que se encontraba sin abonar:
En 1917 el reinado de Alfonso XIII se va complicando y dentro del ejército se crean unas Juntas de Defensa clandestinas que sin embargo Eduardo Dato e Iradier, Presidente del Gobierno, acaba por reconocer, con lo cual lo único que hace es facilitar el que se cree un poder incontrolado. La inestabilidad afecta también a los partidos y todo se acrecienta con los desastres en Marruecos. El 20 de julio estalla una huelga general revolucionaria en Valencia ligada al ferrocarril y el aumento de precios, con el fin último de dar un golpe de estado. La pone en marcha el PSOE, UGT y CNT y hay decenas de muertos en toda España. Se declara el Estado de Guerra y llegan a Alcantarilla numerosos guardias civiles para controlar el nudo ferroviario:
Prueba de la desidia recalcitrante de todos los gobiernos hacia la Guardia Civil es la situación en la que queda la familia de un guardia víctima de la huelga revolucionaria, sin que exista, estatalmente, ningún tipo de ayuda y haya que recurrir a las aportaciones particulares o de entidades:
Desde que en el año 1912 Garnier había volado sobre Alcantarilla, los terrenos sobre los que había despegado y aterrizado con su Bleriot no habían tenido uso, pero en el año 1919 el también francés Pierre Georges Latécoère estableció una línea postal aérea entre Francia y Marruecos eligiendo estos terrenos como campo de emergencia o asistencia técnica. Para ello contactó tanto con el Alcalde de Alcantarilla como con el Puesto de la Guardia Civil para solicitar la vigilancia de los aviones caso de tener que realizar cualquier aterrizaje de emergencia, como así sucedió en diversas ocasiones en los años siguientes. Y en estos casos, que podemos decir que eran verdaderos acontecimientos para el público, era habitual la presencia del fotógrafo “Mateo” que realizaba las oportunas instantáneas en las que no faltaban los guardias civiles del Puesto de Alcantarilla.
Aterrizaje de un avión postal (Arch. J. A. Caride)
Tras los tripulantes y el fuselaje aparece un sonriente Guardia Civil (Arch. J. A. Caride)
Los guardias civiles posan junto a los tripulantes y autoridades (Arch. B. Montes Bernárdez)
Los desastres en Marruecos van en aumento y en el año 1920 José Millán-Astray funda la Legión. El rifeño Abd-el-Krim, muy conocedor de la manera de actuar de los españoles y franceses, endurece los combates.
Al año siguiente 1921, una escisión del PSOE funda el Partido Comunista de España.
Tras el escrito presentado por los vecinos en defensa de la permanencia de la Guardia Civil en el pueblo de Alcantarilla, el ayuntamiento había reconsiderado su decisión sobre el pago de alquiler de la Casa-Cuartel, que aparece ya a nombre de otro titular:
En 1922 se declara una huelga general en Correos. El terrorismo, los desórdenes, los atentados y asesinatos no cesan, siendo objetivo principal los eclesiásticos, patronos y periodistas. La situación se va haciendo insostenible.
Llegamos a abril de 1923 y nos encontramos que Alfonso XIII pasa de nuevo por Alcantarilla, y desde luego va a Cartagena, la que había sido patria de la masonería y el cantonalismo:
La población de Barcelona, harta de desmanes, acoge el 23 de junio de una manera apoteósica al Capitán General de Cataluña Miguel Primo de Rivera y Estella.
El 13 de septiembre da un golpe de Estado y Alfonso XIII le llama el 14, nombrándole el día 15 Jefe de Gobierno. Comienza una Dictadura Militar.
Sus consecuencias políticas fueron inmediatas, y así se describe en el Acta Capitular:
Sello municipal del Ayuntamiento de Alcantarilla de esa época (Archivo Histórico Municipal)
Efectuada la votación resultó elegido como Alcalde Don Ángel Martínez Cabezón por seis votos, y a continuación el resto de la nueva Corporación.
Todos los libros fueron examinados y contabilizados, encontrándose “que el Sr. Alcalde había pagado de su bolsillo diversas facturas por no existir suficientes fondos en el Ayuntamiento”, así como que una máquina de escribir y dos de sumar existentes eran propiedad del Secretario de la Corporación.
Por primera y única vez hasta ahora, tenemos de Presidente de la Corporación de Alcantarilla a una Autoridad Militar, en este caso el sargento de la Guardia Civil Juan López Fuentes al mando de una pareja de guardias. Aquí está su firma:
Firma de Juan López Fuentes como “Sargento Presidente” de la Corporación Municipal de Alcantarilla. Actas Capitulares (Archivo Histórico Municipal)
Primo de Rivera era una persona íntegra, sin dobleces, y fiel a su Patria. Acabó con el pistolerismo y la inseguridad y llevó a cabo una serie de grandes obras públicas, algunas en Murcia, que crearon miles de empleos y que todavía utilizamos. Acabó la sangrienta guerra de Marruecos con el desembarco de Alhucemas el 8 de septiembre de 1925.
Alcantarilla, al igual que El Palmar, Monteagudo y Espinardo quedaron unidos a Murcia por calzadas adoquinadas que permitieron por vez primera unos cómodos y limpios trayectos sin charcos ni polvaredas. Vino el agua potable a Alcantarilla y se crearon escuelas y servicios en toda España. Intentó consensos políticos e incluso designó a Francisco Largo Caballero del PSOE como Consejero de Estado. Pero Primo de Rivera también quiso luchar contra la corrupción de alto nivel de guante blanco, y entre otras, esa también fue la causa de su caída. Alfonso XIII lo “bornoneó” justo al día siguiente de decir el general que a él no lo “borboneaba” nadie. Murió en Paris el 16 de marzo de 1930, 47 días después de haber sido destituido. El rey duraría solamente un año más en el trono. El hijo del general, José Antonio Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, fundaría el 29 de octubre de 1933 Falange Española, partido ajeno a la derecha caciquil, paternalista y culpable, y a la izquierda demagoga, revolucionaria y sangrienta. La Falange, estaba sustentada por sólidos fundamentos patrióticos, republicanos y sobre todo de justicia social: la defensa de los trabajadores, especialmente en las facetas de seguridad social, sanidad, salarios, y vivienda; aspectos que en buena parte se desarrollaron durante el Régimen de Franco por los ministros falangistas.
En el mes de noviembre todavía se mantenían pendientes de pago los gastos ocasionados por el paso del Rey Alfonso XIII por la estación en el mes de abril:
En mayo de 1925, se pide una bandera para la Guardia Civil. ¡A esto se llegaba!
En septiembre, una operación combinada franco-española realiza el desembarco de Alhucemas y ataca las posiciones rifeñas.
Todos los corruptos cacicones, chupócteros y logias que se ven perjudicados en sus intereses económicos con la Dictadura de Primo de Rivera, apoyados por otro sector descontento sin causa, el de los artilleros, conspiran para lograr su cese.
El pago del alquiler de la Casa-Cuartel a su propietaria Soledad López Gómez de Albacete se va incrementando progresivamente: en 1921 era de 42 pesetas/mes; en 1922 62 pesetas/mes y en 1928 la cantidad asciende a 146 pesetas/mes.
En 1929
muere la reina madre Maria Cristina. Los cortesanos que rodean a Alfonso XIII y
que antes conspiraban contra los políticos ahora lo hacen contra Primo de
Rivera.
El día 28 de enero de 1930 “dimite” el general Primo de Rivera y entra a formar gobierno el general Dámaso Berenguer. Primo de Rivera se exilia en Paris en donde muere el día 3 de marzo.
En Alcantarilla, se busca la ampliación de la Guardia Civil con fuerzas de caballería (es el primer dato específico y exclusivo de “caballería” con el que nos encontramos), presentándose el problema de que la Casa-Cuartel no podría alojar materialmente a esos nuevos refuerzos, por lo que es necesario encontrar una ubicación para ellos:
En el padrón correspondiente a este año de 1930 aparecen los siguientes guardias en el emplazamiento de la Calle de las Eras:
“En la Casa Cuartel de la calle Eras, núm. 6, vivían los siguientes guardias civiles:y los guardias
Mariano Nicolás González
José Gómez Díaz
Miguel Gómez Provencio
Roque Gómez Provencio
José Caravaca Lozano
Dionisio Egidos Alarcón
Francisco Navarro Sánchez
Juan Castellanos Navarro
Antonio Cerezo López
El 14 de abril del año 1931 llega a España la II República y Alfonso XIII sale de la nación. El nuevo régimen es acogido en España con gran ilusión por casi todas las partes, incluso Falange Española, como una solución a los conflictos que durante tantos años estaban asolando España, pero muy pronto vino el desencanto cuando se vio que en vez de luchar todos a una para solucionar los graves problemas de desigualdad y pobreza, la clase política se enzarzaba en luchas partidistas y personalistas, mientras que los desórdenes callejeros hacían inviable la convivencia pacífica. La República comenzó su estruendoso fracaso nada más nacer.
Los graves y continuos desórdenes callejeros dan lugar a que ya en mayo de ese mismo año de 1931 el Ministro de la Gobernación Antonio Maura decida crear un Cuerpo de Seguridad habida cuenta de que la Guardia Civil no estaba dotada ni era su cometido actuar en ese tipo de incidentes. Este Cuerpo de Seguridad pasaría a denominarse Guardia de Seguridad y Asalto en el mes de febrero del siguiente año. Se encarga de su dirección y organización el entonces teniente coronel Agustín Muñoz Grandes, que tras la Guerra Civil, ya como general, tendría a su cargo la División Azul en Rusia.
Nos aparece por vez primera el “Cuartel de Caballería” en la sesión del 10 de mayo de 1931, y que curiosamente se ubica en el mismo edificio que años atrás, hasta 1894, había estado el Puesto de la Guardia Civil en la Calle del Cura, desconociéndose qué paso con ese edificio en los años intermedios.
Y por vez primera nos llega el alquiler de la casa de la Calle del Cura, siendo los titulares Félix y José Legaz Saavedra, y parece que este dato nos aporta la fecha de comienzo de actividad de este cuartel, que podría haber sido sobre el 20 de julio de 1931, ya que “se presentó la cuenta del alquiler del Cuartel de Caballería de la Guardia Civil correspondiente a los diez últimos días de julio y agosto y septiembre del actual año, importante cuatrocientas treinta y siete pesetas con cincuenta céntimos”.
En este año o inmediatos sucesivos la propiedad del Cuartel de Infantería de la Calle de las Eras pasa de Soledad López Gómez de Albacete a José Abellán Romero.
Hoja catastral del Cuartel de Infantería de la Calle de las Eras (Archivo Histórico Municipal)
Hoja catastral del Cuartel de Caballería de la Calle del Cura (Archivo Histórico Municipal)
Los nuevos aires republicanos ya se dejan también sentir en el Ayuntamiento de Alcantarilla, y en el mes de febrero de 1932 tenemos sus primeras y tan características manifestaciones:
La situación en España se vuelve muy preocupante: desgobierno, atentados, muertos entre patronos, obreros, sacerdotes, guardias…; se intenta infructuosamente volar el Cristo de Monteagudo.
El 10 de agosto de este año de 1932 el general José Sanjurjo Sacanell da un precipitado golpe de estado. El golpe triunfa en Sevilla pero fracasa en Madrid. Sanjurjo es detenido y condenado a muerte, pero la condena es conmutada por cadena perpetua. Al final se le amnistía y se refugia en Estoril.
Los hechos se precipitan: en octubre se aprueba la Ley de Incautación de los bienes de Grandes de España, algunos de ellos precisamente promotores de la I República, y todo ello para hacer una “gran reforma agraria” que nunca se hizo.
En enero de 1933 el Teniente Coronel Jefe de la Guardia Civil de la provincia visita los acuartelamientos de la población y felicita al Ayuntamiento.
En agosto, el concejal Enrique Alemán hace suyo el asunto del Cuartel de Caballería en cuanto a que ese Cuerpo presta sobre todo sus servicios en varias diputaciones del colindante Ayuntamiento de Murcia, a fin de que, lógicamente, ese Ayuntamiento colabore en el mantenimiento de esa fuerza aunque se encontrase ésta acuartelada en Alcantarilla, para lo que propone hacer las oportunas gestiones ante el citado Ayuntamiento de Murcia e incluso ante el Gobierno Civil.
Para “complicar” más las cosas para el Ayuntamiento, en septiembre, el Puesto de Alcantarilla es elevado a Cabecera de Línea (hasta este momento el Puesto de Alcantarilla había pertenecido a la Línea de Mula), abarcando tanto el pueblo como pedanías colindantes de Murcia (Las Sangoneras, La Ñora, Nonduermas, Era Alta, Puebla de Soto, La Raya, El Palmar y Corvera) y Librilla.
Prácticamente todos los miembros de la Corporación coinciden en que no corresponde a este Ayuntamiento de Alcantarilla asumir los gastos de alquiler del Cuartel de Caballería, presentando el Alcalde la siguiente moción:
Mientras, la solicitud verbal realizada por el teniente se oficializa:
El 29 de octubre de este año de 1933 se presenta en el Teatro de la Comedia de Madrid Falange Española.
Llegamos al año 1934 y en la primera sesión municipal:
El mes de febrero se presenta con problemas generalizados, Alcantarilla no puede evitar el verse salpicada de esos problemas que recorren España:
La idea que ya venía manejándose en el Ayuntamiento sobre construir un nuevo cuartel para la Guardia Civil con la suficiente capacidad para albergar todas las necesidades lleva al Alcalde a desplazarse a Madrid en el mes de marzo para llevar a cabo las oportunas gestiones:
Este año 1934 pasaría a la historia como el de un golpe de estado fallido. El 5 de octubre el PSOE, la UGT, el PCE, la CNT y la FAI declaran una Huelga General Revolucionaria en toda España para asaltar el poder siguiendo el ejemplo de Rusia habida cuenta de que las urnas les eran sistemáticamente adversas. Francisco Largo Caballero dice que “había que alcanzar el socialismo abandonando la vía parlamentaria”. La Constitución de 1931 tenía que ser abolida. España es un polvorín, sobre todo Asturias, Castilla y Barcelona, en donde Luis Company al frente de Izquierda Republicana declara el estado catalán. La revuelta pretende formar un ejército rojo, provocar duras represalias y justificar entonces la toma del gobierno, pero la huelga no es uniforme, la inmensa mayoría de la población no apoya el golpe, ya está harta. En Barcelona hay miles de muertos; pero es en Asturias, en donde los revolucionarios tienen acceso a todo tipo de armas, incluso cañones, por lo que el enfrentamiento es más sangriento. El presidente Alejandro Lerroux, del Partido Radical, declara el Estado de Guerra y los generales López Ochoa, Franco y Goded al frente del ejército y efectivos de la Guardia Civil se enfrentan a los golpistas, Oviedo es arrasado e incluso desde el mar los buques bombardean a los rebeldes; mueren sólo en Asturias unos 120 militares, guardias civiles y de asalto. Las víctimas civiles se cuentan por miles.
En Alcantarilla hay un refuerzo de guardias civiles, se solicita iluminar las fachadas del cuartel ante el temor de asaltos nocturnos. Se abona al mesonero Pallarés el importe del alojamiento de los refuerzos de la Guardia Civil desplazados a la población.
Vuelta momentáneamente a una tensa calma y a principio de 1935 el concejal Enrique Alemán vuelve a insistir en el cobro al Ayuntamiento de Murcia por el caso del alquiler de la casa en donde se ubica el Cuartel de Caballería.
Mientras, el Alcalde sigue apostando por la opción de la construcción de un nuevo cuartel, aunque sus gestiones no son todo lo fructíferas que hubieran sido de desear:
Llega 1936 otra vez con aires revolucionarios. Se forma el Frente Popular. En las elecciones se impide votar a los que se sospecha no ser “afectos”. Las masas se adueñan de las calles. En algunos colegios se impide matricularse a algunos niños “por ser sus padres desafectos a la república”. Volvemos a tener incendios, saqueos, asesinatos, daba la sensación de que socialistas y comunistas estaban pidiendo a gritos una guerra civil para así llegar “justificadamente” al poder, algo que las urnas no les daban.
La llegada del alzamiento militar del 18 de julio de 1936 supuso para la Guardia Civil el mayor problema al que tenía que enfrentarse desde su fundación. La envergadura de ese levantamiento y el odio acumulado por ambas partes durante demasiado tiempo, había creado un potencial de destrucción muy superior a todo lo que se conocía del anterior siglo. Por un lado la Guardia Civil tenía que obedecer las órdenes recibidas, y por otro lado era testigo mudo de que quien daba esas órdenes vulneraba todo lo vulnerable, por lo que el principio de autoridad quedaba en entredicho y anulaba la obediencia debida, llevando a España a un desastre irreversible. Los hechos que habían venido ocurriendo desde la llegada de la república, que casi nadie pudo haberlos imaginado, eran intolerables y estaban siendo sufridos por una gran mayoría de una asustada población que se veía silenciada y perseguida.
En Alcantarilla se destruyen en la Iglesia de San Pedro el Sagrado Corazón de Jesús a tamaño natural (autor desconocido); Nuestro Padre Jesús Nazareno (de Salzillo); la Virgen de la Aurora, de tamaño natural (de Salzillo); San José, también a tamaño natural (autor desconocido); la Virgen del Rosario (autor desconocido); el Cristo del Consuelo, que al ser metálico fue troceado y arrojado a la basura (recompuesto después por Juan Lorente Ocaña en los Talleres de Aviación y hoy colocado en la capilla del cementerio); el retablo completo del siglo XVI fue destruido, así como el órgano y todo objeto religioso, y la iglesia de San Pedro se utilizó como garaje para los coches requisados a sus propietarios por parte de los políticos, el PSOE, el PC, la UGT, la FAI, la UHP y la CNT.
En el convento de San Francisco se echa a la hoguera un San Francisco de Paula de Salzillo; una Virgen de la Salud (autor desconocido) que ya estaba en la iglesia de la antigua Alcantarilla junto al río en el siglo XV, y otras imágenes sin catalogar.
Se saqueó también el Convento de las Hermanas Salesianas, la ermita particular de Ángel Galindo Caballero y la casa del sacerdote don Elías Martínez Mercader.
El caso de la Ermita de San Roque es más siniestro, ya que en ella fueron encerradas todos aquellas personas que el Comité Socialista-Comunista de Alcantarilla consideraba que eran patronos o comerciantes y que no eran “afectos” a la República según el citado Comité. En total unas 40 personas que estuvieron allí encerradas e incomunicadas durante unos ochenta días hasta que fueron trasladas ante el temible Tribunal Popular. Durante su estancia en la ermita fueron obligados a “con picos y palas destruir los altares”, “sacar los escombros a las calle siendo apedreados por la chiquillería”, “echarles gasolina diciéndoles que los iban a quemar vivos”, “tenían marcas en el suelo de las que no podían moverse bajo amenaza de pegarles un tiro”, “colocarles la pistola en la nuca amartillándola y riéndose al decirles que les iban a saltar los sesos”, “impidiéndoles dormir”, “preguntando continuamente que dónde tenían el armamento”, “decir de llevarlos al Potrox para fusilarlos”, “matar a los curas porque así irían a la Gloria”, “continuos maltratos de palabra y obra a algunos que acababan con costillas y huesos rotos”, “exigiendo continuamente dinero y saqueando sus casas particulares”. (Documentación de la Causa General).
No hay constancia de intervención de ninguna fuerza pública, de donde se deduce la orden tajante del Gobierno Civil de “no intervenir para que el pueblo diera rienda suelta a sus legítimos valores democráticos”, como era lo habitual.
Tampoco escapó Alcantarilla a los asesinatos incontrolados cuyos autores, con absoluta impunidad, nunca fueron molestados por autoridad alguna.
Pero posiblemente el crimen más execrable fue el realizado sobre un seminarista que se trasladaba a Murcia tras ver a su madre:
No hay constancia de intervención alguna de la Guardia Civil ni que siquiera conocieran el hecho o que alguien les avisara.
Sobre estos sucesos de Alcantarilla, tenemos también el testimonio del maestro armero del Ejército Republicano, Agustín Baños “el Romanero”.
Otro día, como yo sabía conducir, vinieron a verme (…) para que los llevara a detener a un cura que venía en el tren de Lorca, pero yo me olí algo raro y les puse la excusa de que estaba citado en Murcia y que no podía. Luego me enteré de lo que había pasado. No hay palabras.
Me incorporé a la 97 Brigada Mixta y salimos para Madrid, al Puente de Arganda, y comenzaron los enfrentamientos. Un día tres “Pavas” (Junker JU-52) nos bombardearon y salí vivo de milagro, hubo muchos muertos. Las bombas nos caían por todos lados. Reparé 3 ametralladoras rusas (él dice máquinas) Maxim en sólo 4 días cuando el comandante me había dado 15 y salimos para el frente de Garabitas, Puerta de Hierro y el Clínico en Madrid. En uno de los ataques en el Puente de Los Franceses tuvimos muchas bajas y me ordenaron a mí recoger las documentaciones de los caídos. No se lo deseo a nadie.
Un día desmontando espoletas de bombas sin explotar tuve un accidente en las piernas, no grave, pero me imposibilitaba para andar bien. Yo pensé entonces pedir un permiso e irme a Madrid para casarme con una mujer que había conocido allí, porque la guerra se veía perdida y si no lo hacía así la cosa iba a ser difícil. Tuve suerte y el médico me dio 29 días, el máximo que se podía dar a un oficial, salí para Madrid, me casé y me traje a mi mujer al frente alojándola en una casa en donde había varias mujeres de oficiales, en Mas de Jacinto (…).
A los ocho días de llegar a Alcantarilla estábamos cenando toda la familia, ya que mi mujer había podido venir de Madrid, cuando se presentó el Egidos y de malas maneras me dijo que tenía que acompañarlo. Me llevó al sótano de la casa de Juan Antonio López en donde había varias personas, y al día siguiente, una pareja de la Guardia Civil me trasladaron a Murcia en donde, a la vista de mi expediente, en vez de ir a la cárcel me llevaron a un convento en el Plano de San Francisco.
Agustín Baños con Pedro L. Cascales López. Fotograma de un vídeo realizado el día 4 de abril de 1984 que dura 62 minutos. En este vídeo cuenta Agustín sus andanzas en la guerra y los hechos anteriormente relatados de Alcantarilla que ocurrieron pocos días antes de incorporarse al ejército. En sus manos la pistola Tokarev TT-33 a que se alude en el texto y que era una joya en aquella época. Sobre la mesa un fusil Mauser 7x57 de la primera serie fabricada en Berlín en el año 1893, usado desde Cuba y Filipinas hasta la Guerra Civil, y que según certificado del Museo del Ejército es el mejor conservado de los seis ejemplares existentes
Corroborando el testimonio de Agustín Baños tenemos las declaraciones en comparecencias del Consejo de Guerra en mayo de 1940 de los miembros del PSOE local que evitaron el asalto. En la declaración, entre otras similares, de Santos Herrero López se contiene lo siguiente: “Que cuenta con 33 años, es aserrador mecánico y presidió la Casa del Pueblo para evitar que se apropiaran de ella los comunistas, que fue vicepresidente de la colectividad del ramo de la madera aunque no intervino directamente en su formación y todo se llevó a cabo de acuerdo mutuo entre patronos y obreros. Que no ha intervenido nunca en ninguna algarada ni movida y que en unión de sus compañeros del ramo de madera impidieron que fuera asaltada la Iglesia de San Roque en la que se encontraban detenidos más de cien individuos”.
A finales de 1936 tanto la Guardia Civil como la Guardia de Seguridad y Asalto se integraron en un solo cuerpo policial: “La Guardia Nacional Republicana”. Con ello se aseguraba el poder político un mayor control sobre las fuerzas policiales.
El 20 de noviembre es asesinado en Alicante José Antonio Primo de Rivera, y casi a la misma hora también es asesinado en Madrid por la espalda el líder anarquista Buenaventura Durruti. Los dos eran personas íntegras fieles a unas ideas que podía estar equivocadas o no. La Falange incluso había adoptado los colores negro y rojo del anarquismo.
Murcia, tan cercana a Alcantarilla, sufrió en su patrimonio muchos daños irreparables ante la pasividad de las autoridades que dejaron actuar a las turbas porque todo era “una viva expresión del pueblo 'democrático' que se sentía liberado tras la llegada de la República y su lucha contra el fascismo”. Mientras, las fuerzas del orden seguían teniendo orden, especialmente la Guardia Civil, de mantenerse acuarteladas sin intervenir.
El Cronista Rafael Montes Bernárdez narra al detalle algunas muestras de estos criminales acontecimientos en su reciente libro “Destrucción del patrimonio arquitectónico de la ciudad de Murcia. 1712-2012” (Editor Diego Marín, 2021), siendo esto algo, que como el propio autor reconoce, no ha tenido la suficiente atención y publicación por parte de los historiadores, posiblemente por un deseo de pasar página y olvidar, pero la realidad es que ese espacio que se ha ido dejando vacío, está siendo actualmente arteramente ocupado, falseando la verdad e intoxicando a las nuevas generaciones, describiendo la época republicana como una etapa idílica “democrática” de paz y trabajo con la que acabó un malvado y asesino dictador mediante un golpe de estado, una Guerra Civil y una “ferocísima” represión, aunque nunca se detalla y explica el porqué. Si eso fue así, que expliquen cómo fue posible que la mayor parte del pueblo español, harto ya de políticos, desórdenes, saqueos y asesinatos, apoyaran abiertamente el levantamiento militar buscando de una vez el poder vivir en paz.
Qué mejor que la narración del citado cronista Montes Bernárdez, con referencias de C. González Martínez, José Ballester y Fª. Baño Martínez, para hacernos una pequeña, muy pequeña idea, de lo que ocurrió en aquellos días y lo que supuso para los honrados habitantes de Murcia que no pudieron huir. Y todo esto ocurría exactamente a los cien años de haber ocurrido otros hechos similares tal y como anteriormente hemos relatado.
Solamente se conocen dos actuaciones para impedir incendios y saqueos: la de los bomberos, que fueron obligados por la turba y milicianos a retirarse y la de la Guardia Civil y el Ejército, que solamente intervino cuando recibió la orden del general Francisco Zubillaga que pasó del Gobernador Civil. Posiblemente en el dispositivo también intervinieron guardias civiles de Alcantarilla, pero lo cierto es que ni la Guardia Civil ni el ejército eran fuerzas antidisturbios. La norma era tres disparos de advertencia al aire y si no surtían efecto sencillamente disparar contra la turba agresiva y armada a discreción. Sobre esto ya existía experiencia, y en varias actuaciones de repeler a las turbas y evitar saqueos y asesinatos se habían producido auténticas carnicerías.
“EL DESASTRE DESTRUCTIVO DE 1931 A 1938
ARCHIVOS Y BIBLIOTECAS DESTRUIDOS
ESCULTURAS, PINTURAS Y RETABLOS
DESTINO DE LOS EDIFICIOS ASALTADOS
CUERPOS PROFANADOS
EDIFICIOS RELIGIOSOS DESTRUIDOS
Tenemos además un testimonio con un gran interés histórico por ser relatado por su protagonista y que refleja perfectamente el estado de salvajismo y terror que se vivía en Murcia y en la mayoría de las poblaciones.
¿MEMORIA HISTÓRICA? SÍ, PERO PARA TODOS. Editorial Plataforma 2009.
Entre los condenados a muerte, estaba el primer Jefe Provincial de la Falange murciana, Federico Servet Clemencín, varios falangistas de la provincia, otras personas cuyo delito era tener una posición económica acomodada y el Párroco de la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, D. Sotero González Lerma, en la que yo había sido bautizado. Años después, mi padre me dijo que en el poco tiempo que había actuado en el Tribunal Popular, sólo había votado con bola negra a favor de la pena de muerte solicitada por el Fiscal dos veces: una, la de Federico Servet, por orden expresa, tajante e inexorable de su partido (el PSOE) y, otra, en un juicio posterior contra un miliciano de la FAI que había violado a una mujer y matado a un cabo y a un Guardia de Asalto cuando fueron a detenerlo, veredictos que fueron ratificados por la sección de Derecho del Tribunal. Mi padre conocía a Federico desde que eran muchachos, casi niños. No eran amigos, pero se caían bien y se respetaban. Por ello, cuando terminó el juicio, mi padre se acercó al que acababa de votar su muerte y empezó a decirle: “Federico, lo siento mucho…” Sin dejarle terminar, Federico le interrumpió: “No te preocupes, Joaquín, yo hubiera hecho lo mismo contigo, dame un cigarro”.
Antes he calificado de asesinato el fusilamiento de Federico Servet y los otros condenados a muerte, porque los acontecimientos de aquel domingo, día 13 de septiembre de 1936, en plena Feria de Septiembre murciana (con corrida de toros por la tarde) me marcaron para toda la vida. Por la mañana, muy temprano, me despertó el ruido de muchos camiones, llenos de hombres y mujeres huertanos, de los que algunos hacían sonar las caracolas, como cuando avisaban de que venía la riada, y otros gritaban “U.H.P. la cabeza de Servet”. Esta muchedumbre, más la que iba entrando por otros accesos de la ciudad, se concentró ante la Cárcel Provincial, porque “alguien” había hecho correr el rumor de que el Gobierno iba a indultar a los condenados a muerte, “y el pueblo estaba dispuesto a tomarse la justicia por su mano” (reseña de los periódicos locales). De la prisión avisaron al Gobernador Civil que la multitud iba a asaltarla y, para “resolver la situación”, la máxima autoridad provincial dispuso que se fusilara a los condenados allí mismo, en el patio de la cárcel, y que se abrieran las puertas para que el pueblo comprobara que se había cumplido la “justicia popular”. Estas órdenes se ejecutaron inmediatamente, a pesar de que el Gobernador sabía perfectamente que las sentencias no se habían aprobado por el Gobierno y que, de acuerdo con la legalidad vigente, cuando en las resoluciones de los Tribunales Populares figuraban penas de muerte, se remitía copia literal ‒por telegrama urgente‒ al Gobierno por conducto del Ministro de la Guerra, quien a su vez vista la sentencia decretaba o no su conmutación. Por consiguiente, la ejecución fue completamente ilegal porque no contaba con el preceptivo “Enterado, cúmplase” y, en teoría, ¡sólo en teoría, claro!, alguna pena de muerte se podría haber conmutado por reclusión perpetua. Por eso no hubo ejecución, sino asesinato, y, además, el permitir la entrada de las hordas en la cárcel que profanaron, mutilaron y se ensañaron ferozmente con los cadáveres, es una dejación de autoridad que transforma, al que no reacciona como es su obligación, en un miserable y criminal de la peor especie.
Yo lo vi, cuando todavía no había cumplido nueve años, y, desde entonces, aborrecí al sistema político que azuzaba, alentaba o permitía esas atrocidades. Que la primera autoridad provincial, ceda ante la presión del populacho, si es que no la provocó con unos intencionados rumores, la deslegitima y convierte en un rufián de la peor especie a quien, teniendo el remedio en su mano, lo permite. Y no hay incontrolados que valgan. Han pasado casi 70 años y lo tengo retratado en mi mente como si lo estuviera viviendo otra vez: A media mañana de ese nefasto domingo estaba yo jugando en la calle cuando vi y oí venir a un vociferante gentío, que parecía arrastrar algo con unas cuerdas de las que tiraban hombres y mujeres. Con la curiosidad y agilidad propias de un niño, me acerqué y lo que vi me hizo vomitar y ponerme enfermo. Era un cuerpo sanguinolento hecho jirones del choque con los adoquines del empedrado, que venían arrastrando desde la cárcel, a unos dos kilómetros desde donde yo estaba. Recuerdo que se adivinaba que estaba en ropa interior de felpa, con calzoncillos largos y camiseta de mangas largas. Cuando me recuperé (ninguno de aquellos viragos intentó detenerme para que no viera lo que una criatura no debe ver, ni tampoco me hicieron el menor caso cuando devolví y caí inconsciente al suelo), me fui a casa llorando. Mi madre me consoló y cuando vino mi padre le preguntó que cómo se toleraba que se cometieran esas salvajadas. Casi no respondió porque estaba avergonzado y eso que, en aquel momento, no sabíamos que al cadáver que yo había visto, el de D. Sotero González Lerma, cura párroco de la Iglesia del Carmen, le habían cortado los testículos, se los habían puesto en la boca, y las piltrafas que quedaban de su maltrecho cuerpo, las colgaron de una farola de brazo colocada en la pared de su iglesia, las rociaron con gasolina y les pegaron fuego, después de que un “heroico” miliciano le cortara una oreja y se metiera en una taberna para que se la hicieran a la plancha y comérsela acompañada de un vaso de vino.
Mi padre se dedicó en cuerpo y alma a librar de la injusticia de aquellos tiempos a todos los que pudo, y lo sé no sólo porque me lo dijeran años después, sino porque tengo mi evidencia personal, por manifestaciones de los propios interesados, de que salvó la vida, amparó de la persecución y libró de la cárcel, a muchos perseguidos (*).
Orden de búsqueda dictada por el Partido Socialista y Comunista de Alcantarilla
Membrete
Búsqueda de “elementos peligrosos”, “enemigos del nuevo Régimen y de la clase trabajadora”
Firmas de los miembros del comité
El autor relata luego como su padre renunció a su puesto en el Tribunal Popular y fue a trabajar al campo de concentración de Totana, un lugar de relativa paz, en donde le llegó el final de la guerra, por lo que dijo a todos que huía en un barco desde Alicante (la gran farsa de que desde Alicante se iba a evacuar a todo el que quisiese fue la última gran mentira de los políticos hacia todos aquellos que con buena o mala fe les habían apoyado. No había barcos para esa evacuación, todos fueron detenidos y recluidos en el campo de concentración de Albatera. Mientras, los políticos huían por vía aérea a Argelia desde Novelda o Totana con sus abultadas maletas).
La familia se trasladó a Alcantarilla: “A los pocos días, vino una hermana de mi padre y nos llevó a todos a Alcantarilla, a la casa de mis abuelos. Esta casa, situada enfrente de la estación de MZA, era muy grande, y mis abuelos tenían allí una Casa de Huéspedes”. Poco después se trasladaron a Murcia y todos los hermanos comenzaron a trabajar en distintos oficios. “Uno de los favorecidos por mi padre ofreció que yo volviera a empezar el Bachiller y en mis ratos libres, llevara la cuenta de los cupones de las cartillas de racionamiento de la panadería que tenía (…). Jamás sufrí la menor discriminación y siempre fui tratado como un muchacho más de los de mi generación, sin ningún tipo de recriminaciones y, menos todavía, humillaciones o vejaciones. Entre mis compañeros de bachillerato, que empecé en octubre de 1940, había una parte de hijos de asesinados (con o sin juicio, es decir, de personas a las que les habían dado el típico “paseo”, hasta los ejecutados según sentencia, pasando por los oficiales de Marina y Guardias Civiles del tercio de Albacete, que habían sido arrojados vivos al mar, de dos en dos, con una bala de cañón al cuello, en Cartagena, desde los barcos prisión “Río Sil” (10 asesinados cuando los llevaban al penal y 57 tirados al agua) y “España nº 3” (152 hombres que los llevaron a popa, amarrados de dos en dos y lastrados fueron arrojados al agua, según el informe del entonces Comandante Militar de Marina del puerto de Cartagena al Comandante General del Arsenal. Otro grupo (de compañeros de colegio) hijos de perseguidos con más o menos intensidad; otro grupo, el mayoritario, de hijos de profesionales, comerciantes y huertanos, que no habían tenido más intervención en la guerra que la obligada por las movilizaciones y, finalmente el grupo más pequeño: los que éramos hijos de los vencidos (…).”
Relata a continuación su apacible época de estudiante y de cómo se enteró de que su padre no había huido sino que estaba escondido en Alcantarilla en casa de sus padres: “Leía, escuchaba la radio, tomaba mucho café y fumaba más que una máquina (…) nadie fuera de la familia lo sabía y para no despertar sospechas, lo veíamos turnándonos los domingos, yo hablé con él de todo lo divino y lo humano y mucho de política. Obviamente le comenté mi descubrimiento de José Antonio, del que él sólo conocía que era hijo de Don Miguel Primo de Rivera, que era el fundador de la Falange y que Indalecio Prieto, su ídolo, lo apreciaba mucho, pero, naturalmente, no sabía nada de su doctrina. Le hice leer el discurso del cine Madrid y su testamento y quedó impresionado por su altura intelectual y humana. Me dijo que su condena a muerte era inevitable porque lo había ordenado Moscú (…)”.
Era ya el año 1948, y: “Mi padre, harto ya de su encierro decidió salir de él pasara lo que pasara. Le preparamos una documentación a su verdadero nombre y su fotografía, y una noche tomó el correo Cartagena-Madrid en Alcantarilla, y se vino a trabajar, como encargado a una tienda de lámparas eléctricas sita en la Puerta del Sol, al principio de Arenal (…). En esta tienda estuvo año y medio aproximadamente, y confiando en que no había pasado nada quiso volver a Murcia (…). Una vez más, uno de sus innumerables favorecidos le contrató como encargado de una fábrica de conservas de Alcantarilla, a donde todos los días iba y regresaba en autobús. Así estuvo más de un año y, naturalmente, sabiéndolo todo el mundo y sin que nadie se metiera con él.
Se inició el Consejo de Guerra con la Sala absolutamente llena de amigos y favorecidos de mi padre, por nosotros y algún otro allegado, destacando entre todos el Catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad de Murcia, Don Salvador Martínez-Moya, Subsecretario de Justicia en el gobierno de Lerroux al que mi padre, jugándose el tipo, había conseguido que le conmutaran la pena de muerte por cadena perpetua, y que con su apasionada y lúcida intervención como testigo, contribuyó mucho a aclarar los hechos.
José Ataz siguió su vida trabajando en el bufete de Martínez Moya y curiosamente junto a Ramón Servet, el hijo mayor de Federico, existiendo entre ellos una estrecha amistad; pero éste, desengañado de la política, por no estarse llevando a cabo la labor social de la Falange por la que su padre había muerto, se fue de España y nunca regresó. Cuando murió Joaquín, el padre de José, al entierro asistió Manuel, el otro hijo de Federico Servet, fundiéndose los dos en un largo abrazo.
A finales de los años sesenta Juan de Contreras y López de Ayala, IX Marqués de Lozoya (1893-1978) escribía lo siguiente en su “Historia de España”:
Este es un simple esquema del caótico desarrollo gubernamental de esa república.
Presidentes del Consejo de Ministros
1º - 14-04-31 a 14-10-31 – Gobierno Provisional Constituyente - Niceto Alcalá Zamora, de Derecha Liberal Republicana, en coalición con 7 partidos. Se aprueba la 6ª Constitución Española.
En total la República había tenido 26 gobiernos en algo más de ocho años, y hasta la guerra, casi todos los jefes de gobierno eran masones.
El 1 de abril de 1939 la guerra había terminado, y Franco decidió disolver la Guardia Civil. Motivos: sobre todo los sangrientos hechos de Barcelona, en los que la actuación de la Guardia Civil fue decisiva, y que acabaron con el fusilamiento del general Manuel Goded Llopis y otros militares el 12 de agosto de 1936 en los fosos del Castillo de Monjuitch.
El Decreto estaba en la mesa listo para firmar, pero el general Camilo Alonso Vega, a la sazón Director General de la Guardia Civil, se lo quitó de la cabeza a Franco argumentando la gran labor que la Guardia Civil estaba realizando contra el “maquis”, una invasión guerrillera por el Pirineo que causaba más molestias que otra cosa, en una acción quijotesca alentada desde fuera, desde la tranquila retaguardia, por el comunista estalinista Santiago Carrillo Solares que enviaba a sus “camaradas” directamente al matadero haciéndoles creer que “se podía derrotar a Franco porque el pueblo español se pondría inmediatamente de parte de ellos”.
Nunca había estado la Guardia Civil tan cerca de su desaparición, aunque es muy posible que más que nada influyese en la decisión de Franco el hecho de que la inmensa mayoría de las fuerzas de la Guardia Civil había apoyado el alzamiento del 18 de julio; y no sólo eso, sino que muchos de ellos que estaban en la zona roja fueron asesinados sin más y otros sufrieron históricos asedios con diferentes desenlaces como ocurrió por ejemplo con El Alcázar o Santa María de la Cabeza.
España entró en un período de tranquilidad social y seguridad ciudadana que no había tenido desde el siglo XVIII. La llegada de la República pudo haber sido el momento ideal para acabar con los desastres y salvar a España, pero gobernada por unos políticos ineptos solamente agravó más la ya peligrosa situación.
Por el contrario, las herramientas de Franco eran sencillas pero muy pragmáticas, y estaba claro que no habían otras opciones: él, como todos los de su generación sabía los desastres que habían asolado a España a lo largo de tantos años. Sabía la catadura de la “clase política” y en sus planes no tenían cabida ninguno de esos políticos, fuesen de derechas, de centro o de izquierdas. Había que adoptar medidas drásticas si no se quería caer en los mismos errores. Primero había que pacificarlo todo, para lo que era necesario el que la nación entera estuviera unida, sin política, para solucionar juntos los problemas, empujar todos en el mismo sentido y poner en marcha, sobre todo, unas medidas sociales efectivas. Todos los esfuerzos utilizados en luchas partidistas había que suprimirlos y dedicar todo ese inútil esfuerzo a una causa común. Y desde luego, lo primero que había que hacer era acabar con la inaceptable e indecente pobreza generalizada. La Guerra Civil de 1936 no había comenzado en ese año, había comenzado mucho antes, en 1814 con la primera represión de Fernando VII ‒y es curioso como este hecho no se suele relatar‒. Desde entonces, en todo ese largo espacio de tiempo, en España había existido una sola, continúa y sangrienta guerra civil, con unos comportamientos del poder no sólo inaceptables sino criminales, con golpes de estado y pronunciamientos un día sí y otro también. Y todo esto ya era demasiado para cualquier pueblo. El pueblo quería poder vivir, quería paz y quería progreso, y todo lo demás ya llegó un momento que le daba igual. Y se llenó de esperanza dando un gran apoyo a un nuevo régimen que parecía que iba a poner fin a tanta locura y a tanto indeseable. De no haber sido así, de no haber contado con ese apoyo de una gran parte de la población, que no podía vivir en paz, que estaba harta de políticos, una gran necesidad de tranquilidad, esperanza y de vivir mejor cada día, Franco no habría durado mucho en el poder. También resulta innegable el reconocer el enorme tacto político y desprendido hacia su persona de Francisco Franco, con un “saber hacer” poco habitual en un dictador militar. Bastantes ejemplos de fracasos en ese aspecto tenemos desde los inicios del siglo XIX.
Se suprimieron libertades individuales, la libertad de prensa, los partidos políticos, las huelgas, las reuniones, las asociaciones, y sobre todo la masonería y el comunismo. Y la sola presencia de un Guardia Civil infundía respeto, algo que desde su fundación no había pasado en tan alto grado. Se tenía ya suficiente experiencia de lo que ocurre cuando a las “sagradas” libertades se les da un uso que es canalizado y monopolizado para un beneficio propio por políticos, agitadores profesionales y poderes en la sombra.
Pasados unos pocos años desde el fin de la contienda, la población solamente buscaba el tener una prosperidad económica: tener vivienda propia, poder comer todos los días de sobra, colegios para sus hijos, tener trabajo, seguridad social, sanidad pública, pagas extraordinarias, seguridad en la calle y los hogares, tener ahorros, hijos en la universidad, obras públicas, servicios…, y luego vinieron los electrodomésticos, la moto, el 600 y las vacaciones. Se había creado la clase media española. La nación era otra aunque todavía faltasen muchas cosas por hacer. España había caído desde 1814 en un pozo demasiado profundo.
En Alcantarilla se reanudan algunos de los temas que la guerra había dejado aparcados, y uno de ellos era el de la Casa Cuartel para la Guardia Civil. En agosto de 1939 el Alcalde informa a los concejales:
El día 7 de febrero del año 1940, siendo alcalde Ángel Galindo Caballero, José Abellán Romero, que había comprado el Cuartel de la Guardia Civil a María Soledad López Gómez de Albacete en el año 1931, vende al Ayuntamiento de Alcantarilla el citado Cuartel por el precio de 23.000 pesetas. Esta compra significaba un gran acierto porque se terminaban los problemas que durante más de setenta años estaba generando el alojamiento y ubicación de un Cuartel de la Guardia Civil en la localidad.
Con esta compra, el Ayuntamiento, Alcantarilla, tenía ya asegurado al menos este lugar como Cuartel de Infantería y seguía teniendo en arriendo el antiguo Cuartel de Caballería en la Calle del Cura.
Vinieron después los años de privaciones y de lenta recuperación económica, de las cartillas de racionamiento, de aislamiento internacional, y también del regreso a sus casas y trabajos desde las cárceles o campos de concentración de aquellos que no llevaban a cuestas delitos graves o que eran de escasa entidad, había prisa por vaciar cárceles y que todo volviera a la normalidad lo antes posible. Los indultos eran habituales en cada consejo de ministros.
En Alcantarilla, la Guardia Civil sigue en su cuartel de la Calle de las Eras y parece que también en el de la Calle del Cura pero por poco tiempo. La delincuencia había desaparecido prácticamente y ya las patrullas a caballo no tenían sentido y se solían utilizar bicicletas. Las parejas de guardias hacían sus rondas por las calles y recorridos rurales dentro de un marco de total tranquilidad, y es de suponer que el número de efectivos en la localidad disminuyó. También el Puesto de Corvera, que había pertenecido a la Línea de Alcantarilla dejó de serlo, y unos años después dejó de serlo el Puesto de Librilla.
Poco se puede relatar por lo tanto de esos años. Sí que tenemos un informe del 24 de octubre del año 1952 en el que el conocido maestro de obras de Alcantarilla Andrés Cánovas dice de la necesidad de reparar todo el tejado del Cuartel de Caballería, por lo que en ese año todavía podría encontrarse en funcionamiento. O eso suponemos, porque no se han localizado más datos que confirmen esa suposición ni de que el arreglo se llevase siquiera a cabo. Lo cierto es que ya a mediados de la década de los cincuenta no existían efectivos en esa casa de la Calle del Cura. Tenemos por lo tanto un vacío en estos años sobre la suerte que corrió ese antiguo cuartel.
Lo que sí seguía en proyecto era el de hacer una nueva Casa-Cuartel que acogiera a las fuerzas de la Guardia Civil, siendo esto algo a lo que el Ayuntamiento no había renunciado. Ya en años anteriores se había pensado en la opción de un solar en la carretera de Lorca (después Avenida de Calvo Sotelo y después Calle Mayor) propiedad del Ayuntamiento, pero ese lugar se había utilizado para la construcción del Matadero Municipal, por lo que surgió la opción de los terrenos del antiguo cementerio municipal de El Salvador en la Calle Madrid, en esos momentos Calle del general Sanjurjo.
Puede consultarse: http://historiasdealcantarilla-murcia.blogspot.com/2020/10/los-cementerios-de-la-villa.htmlEl Ayuntamiento, presidido por el alcalde Juan Martínez Beltrán se volcó en el proyecto y el 20 de febrero de 1959 tiene entrada en el ayuntamiento el siguiente escrito:
Escrito de entrada al Ayuntamiento el 20 de febrero de 1959 (Archivo Histórico Municipal)
Y el 2 de mayo de ese mismo año, el Boletín Oficial de la Provincia publica el correspondiente Edicto para iniciar el largo proceso burocrático de la construcción del cuartel:
“Boletín Oficial Provincia Murcia. 2 Mayo 1959. Pág. 545.
Aún tendrían que pasar cinco años, 1964, hasta que el Consejo de Ministros aprueba el proyecto de la realización de la obra:
“DECRETO 3306/1964, de 8 de octubre, sobre construcción de casa-cuartel para la Guardia Civil en Alcantarilla (Murcia)
Publicación en el Boletín Oficial del Estado de la construcción de la Casa-Cuartel de la Guardia Civil de Alcantarilla (Archivo Histórico Municipal)
Con fecha 26 de octubre de 1964, el mismo Boletín Oficial de la Provincia publica el proyecto de la Casa-Cuartel realizado en el año 1961 por el arquitecto Manuel Sáinz de Vicuña García Prieto.
Las obras se inician de inmediato con la sorpresa de la aparición de restos humanos en el solar, señal inequívoca de que la llamada “monda” del mismo, realizada en enero / febrero de 1936, no había sido la adecuada.
Obras del nuevo cuartel de la Guardia Civil. 6-12-1965 (PLCascalesL)
Mientras, los guardias viven sus últimos días ubicados en el antiguo Cuartel de Infantería que ya en estas fechas cumplía sus 70 años de existencia.
Cuartel de Infantería. Un anónimo guardia mira desde el patio el paso del avión. 6-12-1965 (PLCascalesL)
Cuartel de Infantería ya abandonado poco antes de su derribo. 18-8-1968 (Foto Paisajes Españoles)
La Guardia Civil ya se encontraba instalada en su nueva Casa-Cuartel que poco a poco se iba acondicionando según las necesidades: construcción de trasteros, garajes, pavimentado del patio, jardinería…
Mensualmente, para poder cobrar los haberes todos los integrantes del cuartel y los que se encontraban en situación de reserva y tenían su domicilio en Alcantarilla, se hacia una relación de mayor a menor por empleos, llamada Revista de Comisario, a la que le daba el visto bueno el Alcalde de Alcantarilla, con lo que se daba fe de que esa persona “estaba vivo” ese día uno de ese mes.
El cuartel a falta todavía del bloque posterior para garajes y viviendas. 11-8-1973 (PLCascalesL)
Plano catastral de urbana de 1973
En 1975 muere Francisco Franco siendo la fecha oficial de su muerte la del 20 de noviembre, curiosamente coincidiendo con el aniversario de los asesinatos de José Antonio Primo de Rivera Sáenz de Heredia y de Buenaventura Durruti Dumange.
El 1 de octubre de 1978 llega a Alcantarilla la Policía Armada (luego Policía Nacional) y la Comisaría se instala de manera provisional en las antiguas escuelas de la Calle Ruiz Carrillo (antigua Calle de la Amargura). La dotación la forman 1 teniente, 2 sargentos, 4 cabos y 29 policías. La Guardia Civil se ve descargada en parte de sus servicios en Alcantarilla casco urbano. Ha estado unos 133 años prestando sus servicios en la población.
Y solamente tres de meses después, el 28 de diciembre, se aprueba en las Cortes la Constitución Española, la 7ª.
La Casa-Cuartel en junio de 1979. Ya está construido el edificio trasero para garajes y viviendas. (PLCascalesL)
Tenemos el hecho curioso de que el Duque de Ahumada tenía unas propiedades en Cehegín y cerca de Alcantarilla, en la carretera de Barqueros, en donde sus nietos heredaron una finca a la que solían venir en los veranos en las décadas de los setenta y ochenta del pasado siglo. Esta finca estaba pues dentro de la jurisdicción del Puesto de la Guardia Civil de Alcantarilla. El mundo es muy pequeño.
El 23 de febrero de 1981, en una España azotada por el terrorismo, se da un golpe de estado incruento que nunca se supo quién ideó ni organizó, pero en el que al final quedó un Guardia Civil como imagen del mismo para la historia. El teniente coronel Antonio Tejero Molina tomó el Congreso de los Diputados cuando todas sus señorías estaban reunidas y sentadas. Tras su fracaso, esta vez no hubo fusilamientos como siempre había ocurrido en los años del XIX, pero en lo que sí se coincidió con lo de aquellos pasados años, fue en que fueron juzgados, condenados y cumplieron condena sólo “de los sargentos para abajo”.
El Cuartel de Alcantarilla seguía siendo Cabecera de Línea, por lo que se encontraba totalmente operativo.
Fotografía del año 1985. Pedro Carrillo. Serie oficina técnica (Archivo Histórico Municipal)
En julio de 1988 se proyectó llevar a cabo una serie de reformas en el cuartel para lo cual el subteniente Fernando del Cerro le encargó a Pedro L. Cascales la realización de un plano del mismo. Existían 17 viviendas en total, cuartos trasteros, garajes; y el pabellón de entrada constaba en su planta baja de despacho y oficina del Jefe de Línea, despacho del Comandante de Puesto, Intervención de Armas, guardia de puertas y almacén.
Pero la existencia de la Guardia Civil en Alcantarilla llegaba a su fin:
Pabellón de entrada del cuartel. 29 de julio de 2013 (Juan Cánovas Orcajada)
En nada se parece la actual Guardia Civil a aquella que no tenía donde dormir ni le daban asistencia médica, y hacía ya mucho tiempo que el riesgo de su desaparición ya no existía.
Y en España, tras ochenta años de tranquilidad, ahora parece que algunos que no tienen pajolera idea de nada o que sencillamente su catadura intelectual y moral les debería haber impedido el estar donde están, quieren volver a épocas pasadas, escribir una falsa historia, usando siempre como arma la mentira y apareciendo revestidos de una teatral y rabiosa ansia de no se sabe qué venganza, así como de un revanchismo que tampoco se sabe muy bien de donde les nace, ya que muchos de sus padres o abuelos fueron falangistas o derechistas que vivieron muy bien y progresaron lo indecible con un Francisco Franco al que adoraban, y que gracias a ello han vivido como han vivido sus hijos y nietos.
Parece que los políticos, si es que los hay, deberían decididamente centrarse en políticas sociales reales y no populistas ante los graves problemas que están apareciendo para miles y miles de familias; también en una reforma de la Ley Electoral para que el voto de un ciudadano no valga cuatro veces más que el de otro y acabar así con tanto chantaje de unas ínfimas minorías basurales que se ha permitido que manden en todos los españoles; y en un Código Penal justo que evite que los delincuentes se rían en su cara de una Guardia Civil y de una Policía Nacional cuyo serio, enorme y profesional trabajo va casi siempre a parar a la basura hundiendo en el desamparo y en el hartazgo a todos los ciudadanos honrados que son la inmensa mayoría.
Y no hay que preocuparse ni darle importancia al “quitarle eso inmediatamente”, de algún político, al final pasará lo que matemáticamente se deduce que tendrá que pasar.
La Virgen del Pilar en su Basílica de Zaragoza, patrona de la Guardia Civil, con los emblemas y distintivos del Cuerpo de esa Guardia Civil (D.G. de la G.C.)
BANDERAS, ESCUDOS Y EMBLEMAS
Respecto a los escudos, hemos de remontarnos a los Reyes Católicos que fueron los primeros monarcas que hicieron figurar en su escudo, pleno de rigor heráldico, la representación de todos los territorios pertenecientes a la corona de España, incluyendo los cuarteles de Aragón-Sicilia. Todo ello sobre el águila de San Juan y bajo el escudo las insignias de Fernando y de Isabel: el yugo y el haz de flechas apuntadas hacia abajo.
Lo mantuvo su hija, y su nieto Carlos I le añadió el águila bicéfala del Sacro Imperio Romano Germánico más los motivos correspondientes de los diferentes territorios heredados de su padre en Europa, así como la Cruz de Borgoña. Añade además dos columnas laterales con referencia a los territorios de ultramar con la leyenda “Plvs Vltra”
Felipe II tuvo que eliminar el águila bicéfala germánica pero no añadió el águila de San Juan originaria de sus bisabuelos los Reyes Católicos, suprimió las columnas y añadió los nuevos territorios incluido Portugal en un escusón central.
El escudo se mantuvo con ligeras variantes durante el reinado de los Austrias hasta la llegada de Felipe V. Este rey suprime lógicamente el escusón de Portugal, Flandes y El Tirol e incorpora un escusón central con las tres flores de lis borbónicas en oro sobre campo azul.
Carlos IV incorpora las armas de su madre, las de los Farnesio, pero su hijo Fernando VII utiliza un escudo ovalado partido con solamente las armas de Castilla y de León.
Durante este reinado llega la Guerra de la Independencia y es rey José I Bonaparte que a pesar de su corto reinado le da tiempo a diseñar un nuevo escudo que rompe con los modelos anteriores. Divide el escudo en seis cuarteles: Castilla, León, Aragón, Granada, las dos columnas con un hemisferio, y Navarra, que por primera vez aparece en el escudo de España. El escudete central es ocupado por un águila en oro sobre campo azul de los Bonaparte.
Vuelve Fernando VII que junto con su hija mantienen el escudo ovalado hasta la llegada de la revolución de 1868, que se limita a recuperar el escudo de José I pero con sólo cuatro cuarteles: Castilla, León, Navarra y Granada, cambiando la corona real por una mural y sacando las columnas del cuartel inferior derecho al exterior.
Nombrado Amadeo I de Saboya Rey de España adopta el escudo anterior con la corona real lógicamente y añadiendo el escudete central con la cruz blanca de los Saboya sobre fondo rojo.
La llegada de la breve I República significa el acoger el escudo anterior eliminando la corona real, la corona del león ¡pobre!, las de las columnas y utiliza también el escudo de cuatro cuarteles más Granada y las dos columnas en el exterior, todo “coronado” con una corona mural.
De aquí hasta la llegada de la II República se sigue usando el mismo escudo cambiando únicamente el tipo de corona, y de nuevo, con la llegada de esa república se vuelve a colocar la corona mural.
Franco opta por una representación heráldica que incide en la unidad de España, que ya en esos momentos había comenzado a ser un molesto e innecesario problema. Mantiene en esencia el escudo nacido con José I y modificado en 1868 que era básicamente el que había tenido más aceptación, pero le añade el águila de San Juan de los Reyes Católicos precisamente para dejar clara la defensa de esa unidad. En la parte superior, coloca la leyenda de “Una Grande Libre”, y las columnas son coronadas.
La llegada del régimen democrático nos trae un nuevo escudo que puede decirse que es idéntico al de Amadeo de Saboya con las solas excepciones del cambio del escusón de la Casa de Saboya por el de los Borbones, manteniendo las columnas coronadas del escudo de Franco. Y desde luego, el inocente león de León mantiene su histórica corona que ya había recuperado con Franco.
Composición con las banderas y los escudos existentes durante la existencia de la Guardia Civil. En el centro, dos guardias civiles a caballo que perfectamente podríamos imaginarlos cruzando un vado del Río Guadalentín. Óleo de Augusto Ferrer-Dalmau Nieto para el libro de Lorenzo Manuel Silva Amador “Sereno en el peligro”
Dentro de la heráldica, la utilización en los escudos nacionales de las figuras de animales está muy extendida, siendo el águila, junto al león, la más utilizada. En la actualidad, hasta cuarenta países la tienen en sus escudos nacionales.
Comenzando por los estandartes de las águilas del Imperio Romano que recorrieron medio mundo y dieron paso a la cultura occidental, ya en la Edad Moderna la primera nación en representar el águila en su escudo fue España de manos de los Reyes Católicos, el águila de San Juan, aunque anteriormente ya aparecía en los escudos de los hijos de Fernando III el Santo de Castilla, así como también aparecía en el escudo de Navarra antes de adoptar las cadenas que rememoraban la victoria de la batalla de las Navas de Tolosa, aunque exista quien difiera de ese origen.
Y mientras que otros países la iban incorporando a su heráldica, aquí se suprimía en 1981 al considerar que el águila era “franquista” y “preconstitucional”, cuando el escudo de España con el águila de San Juan ya hemos visto que pertenecía a los Reyes Católicos y luego aparece en la primera página de la Constitución de 1978. Difícilmente puede ser “preconstitucional”. Evidentemente todo era una tonta y burda excusa, ya que lo que en realidad representaba el águila era la unidad de España, y queramos o no, eso no era “políticamente correcto” en esos momentos y menos ahora.
Se suprime también la leyenda de “Una Grande Libre” con referencia a España. Está claro que en eso se llevaba una abrumadora razón.
Y también se suprime el yugo y las flechas; el yugo de Fernando que representa al trabajo en los campos, y las flechas de Isabel con referencia a la unidad, el aunar esfuerzos, ya que también resulta evidente que los Reyes Católicos tenían fuertes connotaciones falangistas.
Primera página de la Constitución Española del año 1978
Mientras, el águila luce en los escudos de Estados Unidos, Alemania, Rusia, Egipto, Polonia, Méjico, Albania, Moldavia, Panamá, Emiratos Árabes, Irak, Jordania, Rumania, Armenia, Serbia… etc.; y Puerto Rico mantiene en su escudo la corona real española, la Y y la F de Isabel y Fernando, y el yugo y el haz de flechas que llevaba el escudo español.
Representaciones diversas del escudo de los Reyes Católicos
Desde la fundación de la Guardia Civil su emblema se resumió en una letra G entrelazada con una letra C y sobre ellas la corona real.
Emblemas de la Guardia Civil desde su fundación a la actualidad
Monumento a Lincoln con los lictores en los soportes de los apoyabrazos
ADENDA
Esta noche, día 27 de septiembre de 2024, ha fallecido JUAN GONZÁLVEZ LÓPEZ, el último superviviente de la gesta de la resistencia del Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza, y a muerto en paz, perdonando todo, pero con el dolor de cómo va España.
Nunca te olvidaremos Juan. ¡Viva España!
No hay comentarios:
Publicar un comentario