jueves, 21 de marzo de 2019

SOBRE EL ACUEDUCTO DE LA NORIA



Pedro L. Cascales López

El alcalde de Alcantarilla Joaquín Buendía Gómez está promoviendo unas obras de desenterramiento del acueducto de la noria o de la cequeta, apareciendo así un nuevo paisaje, único, de la Huerta de Murcia. Faltan palabras.
Y esta noticia hay que leerla dos o tres veces porque cuesta creerla, llevamos muchos años, demasiados años, acostumbrados a que los alcaldes de Alcantarilla fueran noticia por otros asuntos situados a años luz de una administración “normal”; y no digamos ya el hacer algo sobre la historia de este pueblo, que todo eso era absolutamente impensable; en el granero no había ningún grano de trigo. Era inútil el buscar.
Y en estos momentos hay necesariamente que recordar, entre otros muchos, a Diego Riquelme y a Mariano Ballester, y como les gustaría a ellos el ver realizado algo que en aquellos años era una pura fantasía inalcanzable, una fantasía de la que se hablaba muy a menudo pero que no había posibilidad alguna de alcanzarla; lo único que se pudo hacer fue el zonificar esta zona como parque en el Plan de Ordenación del año 1982 para obtener el suelo y esperar años mejores, como así ha sucedido.

Pero es rara la fruta que no tiene la picadura del pájaro, y que por lo tanto procede quitar con el cuchillo la parte afectada y ahuyentar al pajarito; y todo esto viene al caso porque en los trabajos de desenterramiento se ha contratado a un arqueólogo –al parecer recomendado desde la Comunidad Autónoma– que está al frente de unas visitas guiadas que se realizan periódicamente y que además imparte sus “enseñanzas” a los funcionarios del Ayuntamiento y del Museo de la Huerta.

Pues bien, nada mejor para conocer la “picadura” que ver el escrito que a tal efecto fue presentado al alcalde el pasado día 8 de marzo. Solamente una aclaración: el nombre del arqueólogo, que no se conocía, y que aparece en los medios de comunicación, ya se sabe, se llama Juan Antonio Ramírez Águila, y es de Alhama de Murcia. Una duda menos.

Este es el escrito presentado.
 
   


AL SR. ALCALDE DE ALCANTARILLA


Asunto: Escrito dirigido a la Alcaldía. Acueducto de La Rueda


PEDRO L. CASCALES LÓPEZ, con DNI-----------------, domicilio postal a estos efectos en el Apartado de Correos nº 3, C.P. 30820 de Alcantarilla, correo electrónico info@plcascales.com ante esa Alcaldía


E X P O N E

            En el año 2004 fue editado un libro denominado “La huerta antigua del Segura” cuyo autor era D. Francisco J. Flores Arroyuelo en colaboración con D. Ángel L. Riquelme Manzanera entonces director o encargado del Museo de La Huerta, en el que se vierten las siguientes afirmaciones: “es muy posible que quedase aislado (el Cabezo del Agua Salada) por el propio Río Segura que lo circundaba por su izquierda mientras que por su derecha quedaba la rambla de La Cañá (sic) por la que en ocasiones discurrían cursos de agua procedentes del Sangonera que por allí vertía una parte de sus aguas al Segura, y que hoy está colmatada en varios metros por los aportes de tierras de aluvión de las sucesivas riadas y avenidas de dicho río durante cientos de años, y de lo que tenemos buena prueba por la profundidad de los arcos del acueducto de la acequia de nombre Alcantarilla así como a la altura de éstos a que llega” (Pág. 250).

            Es decir, según estos autores, los llamados “aluviones” que cegaban el acueducto procedían de las avenidas y riadas del Río Sangonera, y esto es algo que no tiene la más mínima veracidad ni se sostiene históricamente ni geomorfológicamente hablando.

            El Guadalentín discurría por entonces en las cercanías del caserío de La Voz Negra, y la pendiente natural del terreno discurría hacia el Segura directamente por donde ahora se encuentra el Puente de las Pilas. Su margen derecha es un terreno casi llano que solía absorber las crecidas de forma natural. Su margen izquierda estaba flanqueada por una serie de altos que marcaban la línea divisoria de aguas por la parte norte.

            Resulta absolutamente imposible que el Guadalentín o Sangonera vertiera sus aguas o parte de ellas a la vaguada de La Cañada. Es imposible que las aguas “escalaran” el cabezo de San Roque, al menos hasta ahora. Si los citados autores hubiesen consultado, aunque hubiese sido de una manera elemental cualquier mapa topográfico, habrían advertido la falsedad de lo que publicaban.

            No es esta la única falsedad e incluso disparates que sobre Alcantarilla contiene esa publicación, pero su relación se aparta del tema que nos ocupa.
            Ahora bien, con este hecho parece que se inicia para Alcantarilla una época en la que cada día ha estado surgiendo un nuevo historiador o un nuevo buscador de fama y de gloria. La lista es extensa.

            Y en los últimos días, una acción tan importante, histórica y merecedora de los mayores elogios y apoyos como es el desenterramiento por parte del Ayuntamiento del acueducto de La Noria o de La Rueda, que ojalá pudiera haberlo visto Diego Riquelme Rodríguez y otros muchos que ya no están, se está enturbiando por las declaraciones y/o actuaciones de un arqueólogo contratado para ese trabajo –se ignora por quién y cuál es su nombre– con respecto a los siguientes apartados:

A)- Dice que: “El acueducto está semienterrado por los aluviones de una rambla”.
Resulta demasiado contundente y temeraria esa afirmación; y muy grave, ya que incluso la verbaliza en visitas guiadas, con la desinformación que ello implica y que se vierte además desde la oficialidad. Esa rambla, cañada o vaguada, es una pequeña cuenca hidrográfica que nace aproximadamente en la actual estación del ferrocarril de Alcantarilla. Cruza el Huerto de los Frailes, pasa bajo el acueducto y desembocaba en el Río Segura cuando este tenía su cauce más cercano de lo que ahora está.
Su superficie total es de unos 320.000 m2, pero que pudiesen afectar al acueducto son solamente unos 250.000 m2. Su característica es el que se inicia en unos suelos formados en su mayor parte por conglomerados terciarios, para discurrir posteriormente sobre suelos sedimentarios formadores del valle fluvial del Segura y finalizados hacia el final de la última glaciación, o sea, hace unos 10.000 años.


            Es decir, la formación topográfica de esta vaguada por erosión hídrica sobre sedimentos aluviales antiguos se comenzó a producir una vez que la zona fue colmatada; pero nunca se “colmató” con posterioridad a lo anterior, por el arrastre de unos supuestos “aluviones”, ya que ese arrastre no podía existir por encontrarse la base de la vaguada fundada sobre materiales compuestos por conglomerados de alta granulometría, muy diferentes a los que aparecen en la zona, y cuyo potencial de erosión es extremadamente bajo y desde luego insuficiente para crear ningún tipo de “aluvión” de las características que tenemos en ese lugar.
            Además, tanto su escasa cuenca como el estar dotada de un perfil de equilibrio geomorfológicamente estable, falto de potencial erosivo, hacen del todo imposible que, en todo caso, esa pequeña vaguada hubiese podido aportar en muy poco espacio de tiempo los miles y miles de metros cúbicos de esos “aluviones” al que este señor hace alusión. Es absolutamente imposible y los cálculos volumétricos son elementales.

            Los sistemas hídricos existentes en el trazado de lo que luego sería el curso del Río Segura en época terciaria dieron paso, ya en época cuaternaria, a un sistema estable formado por el hoy citado Río Segura y sus afluencias, que crearon todo el valle aluvial de la Huerta de Murcia una vez que sobrepasaron, mediante rápido o cascada, la barrera orográfica ubicada en donde actualmente se sitúa el Azud o Contraparada.
            No podemos desligar el nacimiento del valle aluvial del Segura con la afección que ello tuvo para Alcantarilla, y en concreto a la zona que nos ocupa. Las áreas topográficamente más bajas se vieron colmatadas creándose una clara línea divisoria entre los antiguos conglomerados y costras calizas y las nuevas aportaciones sedimentarias, subsistiendo no obstante pequeñas zonas, como es el caso del solar de la antigua Alcantarilla, que precisamente basaban su existencia en apoyarse sobre un estrato resistente y estable a orillas del río.



            La creencia popular en una Huerta de Murcia llana y homogénea en la que el Río Segura discurre por su parte más profunda o talweg no es cierta. El vuelo fotogramétrico realizado por el Ayuntamiento de Murcia en el año 1993, con nivelaciones de hasta diez centímetros, ha permitido el realizar un plano de toda la huerta e intercalar curvas de nivel de un metro de equidistancia.

            Y ello aporta algunas conclusiones; entre ellas el poder detectar el abombamiento del valle; el observar el cauce de un río que discurre divagador dentro de un lecho entre terrazas aluviales; detectar el verdadero talweg de ese valle; observar los indicios de difluencias; y en el caso de Alcantarilla confirmar el que se trataba del único punto de todo el valle en el cual era posible el poder disponer de la doble posibilidad de construir un puente entre terrazas aluviales, debido a la estrechez del lecho, y a la vez contar con la existencia de un vado y/o puente de barcas gracias a los sotos fluviales. Y ambas opciones separadas solamente por unas decenas de metros. Un lugar único; y como tal, era el exclusivo paso de las vías de comunicación ya mucho antes de que los romanos llegaran a Hispania.

            Todo ello es apreciable en el siguiente plano y en las secciones transversales que se acompañan.     





          
              Por lo tanto, no es cierto el que los llamados “aluviones” enterraran y cegaran el acueducto de La Rueda. La vaguada de La Cañada jamás pudo crear ningún tipo de aluvión. Ni grande ni chico. El origen de esa tierra de aluvión en la vaguada hay que buscarlo en una etapa geológica muy anterior, una época en la que se terminó de formar el valle aluvial del Río Segura.

            Cuando se construyó el acueducto, esa vaguada mantenía su perfil topográfico milenario; eran terrenos de secano que no gozaban de dotación de agua para regadío de ninguna acequia. La construcción de la noria, y con ella la de la cequeta o acequia de Alcantarilla supuso el que estas tierras pudiesen tener acceso a regadío, y ello necesariamente implicaba el que los terrenos tenían que ser nivelados a traílla al igual que a lo largo de cientos de años lo habían sido miles de parcelas en toda la Huerta de Murcia.

            Con la base del plano fotogramétrico del año 1973 realizado por el Ayuntamiento de Alcantarilla (una copia de poca calidad milagrosamente encontrada pues el original ha sido destruido) se ha representado la altimetría de la zona con curvas de nivel de equidistancia de un metro a las cuales se han aplicado tintas hipsométricas para una mejor comprensión. Puede apreciarse perfectamente como los terrenos han sido desmontados y terraplenados buscando la nivelación absoluta de los mismos. Y no solamente en esta zona, también en toda la huerta de regadío, la más cercana y la más lejana.

            En concreto, la vaguada ha desaparecido y el terreno ha sido nivelado desde el Camino de Javalí Nuevo a la acequia de El Turbedal y desde la Cuesta de Mareo al Cabezo del Agua Salada. Esta nivelación prueba de manera indiscutible y contundente que los sedimentos milenarios de la zona se alteraron para poder ser susceptibles de regadío, y con ello, se cegaron parte de los arcos del acueducto.
            No hay más. Todo lo demás son solamente vanas fantasías muy alejadas de cualquier rigor técnico y conocimiento histórico.

            En los siguientes planos puede apreciarse la altimetría correspondiente al año 1973; la altimetría interpuesta histórica con el apoyo en puntos fijos; y las zonas de desmonte y terraplenado en la zona del acueducto. Realidades.  







            
         Pero existe además otro factor que no parece haberse tenido en cuenta, posiblemente por un desconocimiento elemental de la historia de Alcantarilla.
            Aproximadamente desde el año 1725 los frailes de la Orden de San Francisco de Paula, o frailes Mínimos, construyeron un muro alrededor de toda la propiedad cedida al convento por el cardenal Belluga. Este muro tenía una altura de unos dos metros y era de sólida mampostería. Subsistió aproximadamente, ya en muy malas condiciones, hasta los años sesenta del siglo XX.
            Y este muro cerraba absolutamente la vaguada. Y era doble. Por lo tanto, los pobres “aluviones”, procedentes de ninguna parte, tenían algo complicado el pasar. Y así, los cientos y cientos de toneladas de tierra que según el citado arqueólogo fueron a enterrar el acueducto, lo tuvieron que hacer de manera muy rápida y espectacular, entre 1451 y 1725. Después nada de nada. Estaban los muros. Daria miedo el ver las grandes tormentas y avenidas que arrastraban esos miles de toneladas por una rambla que no existía, dentro de una “enorme” cuenca de unos 200.000 m2 que tampoco existía. Curiosamente, en los muros del Huerto de los Frailes nunca existieron “aluviones”. Misterio.






Nos queda la incógnita, que sería muy interesante que nos aclarase el tan citado arqueólogo, de cómo se colmató el resto de la vaguada hasta llegar al río. De dónde procedían los miles y miles de toneladas de “aluviones” que terraplenaron todo.
Parece que nunca, en la historia de la geología, una vaguada tan pequeña ha dado para tanto.


B)- Dice que: “La acequia de Barreras se llama así porque había 'barro' y alfareros”.
Bien, aparte de la aparente simpleza, ya que por la misma regla de tres podríamos asegurar y jurar que la Rambla del Potrox se llama así porque había potros salvajes corriendo por ella, en vez de remontarnos a los beni-Potrox; la acequia Mayor de Alquibla o Barreras ha sido reiteradamente tratada por numerosos y solventes historiadores desde hace ya muchos, muchos años, coincidiendo todos ellos en que su nombre de Barreras tiene su origen en que durante su trayecto atravesaba las tierras de la tribu morisca de los beni-Arriras o beni-Barriras, ubicados entre la actual Puebla de Soto y Nonduermas.
Un especialista en el origen de la toponimia murciana, R. Pocklington, que se supone habrá estudiado el tema, así lo dice, e incluso lo aporta gráficamente en una de sus publicaciones.



Ahora bien, si alguien tiene pruebas de lo contrario, que las aporte, porque aparte del chascarrillo de mezclar el barro con las barreras, hay que demostrar las cosas o al menos presentar hipótesis aceptables. Todo o casi todo es posible.
Y una cuestión que no es menor: la granulometría de los aluviones del Segura no los hace precisamente aptos para la alfarería, al contrario de lo que ocurre con los del Río Guadalentín. A los hechos nos remitimos.
Y resulta además realmente difícil el creer que una supuesta actividad alfarera pudiera dar nombre a una acequia Mayor de la huerta. No se ha detectado que un caso semejante haya ocurrido en ningún lugar. Al contrario, son una gran mayoría las acequias que deben su nombre al de las tribus o comunidades humanas que regaban de ellas o que pasaban por su territorio.

C)- Antecedentes y proyectos futuros.
Se ignora si este tan citado arqueólogo es el mismo que ha actuado en el Puente de las Pilas y que tras hacer una excavación, fuera del puente, ha asegurado que ese puente se hizo en el siglo XVIII.
No se pone en duda, e incluso se puede estar de acuerdo con referencia a la construcción existente, pero nos encontramos ante dos incógnitas:

a) Según se pudo apreciar, la excavación se hizo “fuera” del puente, no bajo las pilas o machones del mismo, se ignora si esto es un nuevo procedimiento arqueológico o que se tenía miedo a que viniese el agua, pero nos quedamos sin saber qué hay bajo las pilas.
Y el decir que una vez construidas esas pilas se salvaba el vano mediante troncos o 'tablas' –que ya tenían que ser resistentes para soportar el peso de las carretas que bajaban o subían desde el río– parece sencillamente poco o nada creíble, ya que nada se aporta que lo justifique y además tampoco resulta creíble que los antiguos, que no eran tontos, tras acometer la obra de las pilas para solucionar sin  duda el paso de una vía importante, colocaran 'tablas' en vez de hacer unos simples arcos de medio punto.

b) La actual obra del puente responde sin duda al resultado de siglos de reparaciones, más reparaciones y añadidos y más añadidos, eso resulta evidente sin realizar ninguna excavación, pero también es cierto que en ese punto, desde que se construyó la acequia Mayor, tenía que existir un puente que diera servicio al paso del vado, de la barca, o el puente de barcas, como se quiera, ya que esa vía de comunicación existía desde época romana aprovechando el bajo nivel de los sotos, en contraposición con una zona situada unos metros más hacia levante en que el estrechamiento del lecho del río lo hacía un punto apto para construir cualquier puente, fuese de madera, o fuese de fábrica (de hecho, en el año 1545 fue destruido el último puente por la riada, estando la zona sin puente durante más de trescientos años. Se usó entonces la barca y el paso por el Camino del Vado, el del Puente de las Pilas). Por lo tanto, la excavación bajo los machones hubiese sido muy esclarecedora.

En todo caso, el hecho de la restauración de ese puente ha chocado, como curiosamente ocurre en demasiados lugares de la Región de Murcia –cabría preguntarse qué está pasando a nivel regional con la actuación de determinados “técnicos”–, con un acabado de cartón piedra de puente de un Belén, un pavimento de calle peatonal y unas protecciones laterales con una albardilla muy “propia y lograda”. Y todo ello decorado con unos maceteros maravillosos. De pena. Todo el entorno hiere la vista. El Puente de las Pilas ya no existe.

Sería también muy importante el conocer si este arqueólogo es el mismo que ha manifestado que va a acometer la excavación del Cabezo del Agua Salada, porque de ser así mucho nos tememos que Alcantarilla va a ser noticia. Y que nos quedemos ahí.

Parece que a este Ayuntamiento le están metiendo demasiados goles.


Por todo lo expuesto


S O L I C I T A

1)- Que se comprueben aquellos aspectos de lo expuesto que, por no tener este ciudadano acceso a documentación oficial, pudiesen ser erróneos o inexistentes. Considerándolos en ese caso como retirados y aplicando las oportunas disculpas.

2)- Qué historial y en qué actuaciones ha trabajado el arqueólogo de los aluviones, del barro y del Puente de las Pilas (caso de ser el mismo), ya que, de coincidir con otras actuaciones de la región que han resultado polémicas –por decirlo suavemente–, sería muy conveniente que todo ello obrara en conocimiento de esa alcaldía.

3)- De quién cobra este señor: Comunidad, Ayuntamiento o empresa. De qué manera ha accedido a este trabajo: méritos o designación directa, en caso de cobrar de dinero público.

4)- Que ese Ayuntamiento, que esa alcaldía, y en su caso la concejalía de Cultura, apliquen los necesarios controles sobre quienes se manifiestan en nombre de este Ayuntamiento para evitar el que se pueda llegar, como hasta ahora ha venido ocurriendo en demasiadas ocasiones, incluso en las páginas oficiales en internet, a verter hacia los ciudadanos falsas historias sobre esta población, enturbiando innecesariamente una labor cultural municipal ejemplar.

5)- La existencia de esos controles supondría una garantía para esa alcaldía, para ese Ayuntamiento, y para la población en general, de que desde el oficialismo no se cuentan falsas historias, y no se daría lugar a que un ciudadano vulgar y corriente se vea obligado a intervenir –porque muchos hablan pero nadie hace nada– para denunciar estos hechos, con lo que ello resulta de desagradable, de empleo de tiempo, mucho tiempo, y de ampliación de la lista de “amigos”, aunque esto último sea lo que menos importe cuando se defiende la verdad y el rigor de actuaciones.

6)- Que de considerarlo conveniente le haga llegar esa alcaldía al tantas veces citado arqueólogo copia de este escrito a fin de que pudiera manifestar, llegado el caso, todo aquello que considerase oportuno.


En Alcantarilla, a 8 de marzo de 2019




SR. ALCALDE PRESIDENTE DEL ILUSTRE AYUNTAMIENTO DE ALCANTARILLA

miércoles, 20 de marzo de 2019

CARTOGRAFÍA HISTÓRICA Y EVOLUCIÓN URBANA DE ALCANTARILLA




Pedro L. Cascales López

            La Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Alcantarilla ha promovido una exposición sobre la cartografía histórica y evolución urbana del municipio a celebrar en el Archivo Histórico Municipal, Casa de las Cayitas, entre los días 26 de febrero y 26 de marzo del presente año de 2019


           

Este es el contenido de dicha exposición.


ÍNDICE

1 – ÉPOCA IBERORROMANA
2 – LA POBLACIÓN PRIMITIVA
3 – EL TÉRMINO MUNICIPAL
4 – CAMINOS A MURCIA
5 – EL AGUA: RÍO, ACEQUIAS, ALGAYDONALES, NORIA Y ACEÑAS
6 – PLANO DE AMOJONAMIENTO DEL AÑO 1728
7 – PLANO DEL CATASTRO DE LA ENSENADA DE 1756
8 – CARTOGRAFÍA DE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA
9 – PLANO DE AMOJONAMIENTO DEL AÑO 1898
10 – EL MOLINO DE LA PROVIDENCIA
11 – PLANO CATASTRAL DE RÚSTICA DEL AÑO 1923
12 – LLEGADA DE LAS AGUAS POTABLES A LA POBLACIÓN
13 – PLANO MILITAR DEL AÑO 1930
14 – CENSO DE URBANA DEL AÑO 1933
15 – LOS REFUGIOS DE LA GUERRA CIVIL
16 – EL FERROCARRIL
17 – UBICACIÓN DE INDUSTRIAS EN EL SIGLO XX
18 – PARCELACIONES Y ENSANCHES
19 – EL INSTITUTO GEOGRÁFICO
20 – CATASTRO DE RÚSTICA DEL AÑO 1960
21 – PLANO DE LA OFICINA TÉCNICA DEL AÑO 1965
22 – CATASTRO DE URBANA DEL AÑO 1972
23 – PLANO FOTOGRAMÉTRICO DEL AÑO 1973
24 – URBANIZACIÓN DE INDUSTRIAS
25 – LOS CALLEJEROS
26 – PARCELARIO GENERAL DEL AÑO 1981
27 – PLANO FOTOGRAMÉTRICO DEL AÑO 1985
28 – EVOLUCIÓN URBANA DE LA POBLACIÓN
29 – EVOLUCIÓN POR BARRIOS Y ZONAS
PUBLICACIONES, BIBLIOGRAFÍA ESPECÍFICA





1 - ÉPOCA IBERORROMANA

El primitivo solar de la antigua Alcantarilla era un paisaje casi llano dominado por unas suaves colinas y algunos ramblizos y cañadas que culminaban en un cabezo de mayor altura ahora llamado de Las Aguas.
Una de esas colinas, situada estratégicamente junto al Río Segura, fue ya utilizada desde el siglo VI o IV a. de C. hasta la llegada de Roma en que sus habitantes se vieron obligados a desalojar su poblado e instalarse en un terreno llano situado junto al cauce del entonces Río Guadalentín, en la hoy Avenida de Santa Ana. El poblado está sin excavar, y hoy por hoy, es todavía prematuro el aventurar una cronología definitiva, por lo que su antigüedad podría ser mayor.
Por ese territorio discurría una amplia rambla, luego llamada del Potrox, con un cauce importante, resto de antiguas eras geológicas. También cruzaba el terreno el cauce de un río que tenía la característica de ser causa de grandes avenidas antes de desembocar en el Río Segura: el Río Guadalentín.
El cabezo del poblado, hoy casi inapreciable y muy alterado, destacaba entonces sobre el terreno circundante en más de diez metros, mientras que su caída hacia el río era de unos veinte metros.
Por su parte sur discurría una amplia cañada que recogía las aguas desde lo que ahora es el paso a nivel y que atravesaba lo que luego sería el Huerto de los Frailes. Nada de todo ello puede percibirse hoy. Las urbanizaciones y los movimientos de tierras han desfigurado por completo este paisaje primitivo.
Las acertadas actuaciones que actualmente se están realizando en el acueducto de la noria están descubriendo el primitivo nivel del terreno antes de ser adaptado a las labores agrícolas.
La aldea contaba con una muralla y posiblemente alguna torre defensiva, y está esperando la oportuna excavación arqueológica que nos permita conocer exactamente sus características.
La llegada de los romanos supuso un drástico cambio de vida para sus habitantes, comenzando por la reubicación de su poblado.
También, por vez primera, y según parecen apuntar todos los hallazgos e indicios, los romanos iniciaron el regadío de las tierras de la Vega realizando para ello un azud en el río y dos túneles en cada margen para llevar las aguas hacia Algezares y Monteagudo. El túnel de la margen derecha desembocaba en un punto cercano a los actuales Arcos, en la Rambla de Las Zorreras, sobre la que los romanos debieron construir un acueducto para dar paso al canal que conduciría las aguas a Algezares y cuyo trazado correspondería a la actual acequia de El Turbedal.
La zona de Alcantarilla se vería por lo tanto beneficiada con agua para riego, y ello tuvo que implicar la existencia de dos o tres villas romanas ubicadas en la Voz Negra, Cabezo del Convento y actual Carretera del Javalí, aparte de una mansión o lugar de servicio para el paso por las calzadas que cruzaban la zona en sentido norte-sur y este-oeste, debiendo estar situada esta mansión entre las actuales Calle Cartagena y Calle Mayor.
Muy pocos restos han aparecido (algunos sillares, dos o tres ánforas, cerámica, ladrillos, monedas, etc), pero hay que tener en cuenta que una zona en la que la piedra para la construcción es costosa de conseguir, las edificaciones romanas, tanto de ladrillo como de cantería, fueron desde el momento de su abandono una verdadera cantera de fácil uso para la reutilización de sus materiales. 
Esta fue la vida en la zona de Alcantarilla durante más de quinientos años, aunque no desapareció repentinamente, sino que se alargó sobreviviendo hasta la llegada de los árabes.
Es conocido el párrafo del Canónigo Juan Lozano Santa que en el año 1794 dice que “Desde Alcantarilla o Cantarilla hasta el Puente de las Ovejas (junto al azud) todo es población romana. Los colladitos de su intermedio, plantío de olivos y vides, señalan la ciudad arruinada, que yace bajo esas prominencias, las cuales se ven salpicadas de tejos, ladrillos, y cascos de vasijas. Barro saguntino esparcido, y derramado, se halla aquí”


 Poblado ibérico del Cabezo del Agua Salada

La zona del histórico término de Alcantarilla en época romana


Esquema de azudes y tablestacados en el río




Planta del túnel del azud



Sección del túnel


Zonas arqueológicas



2 - LA POBLACIÓN PRIMITIVA

La población primitiva de Alcantarilla, llamada Qantara Asqaba (Puente de Barcas) por el geógrafo árabe Al-Idrisi (siglo XII), debió fundarse o comenzar su actividad hacia finales del siglo VIII o principios del XI partiendo de algún pequeño enclave ubicado en ese mismo lugar desde la época romana. Aún no existía la acequia Mayor de la Alquibla, pero casi con toda seguridad todavía se estaría utilizando el antiguo canal romano (hoy acequia de El Turbedal) que llevaba el agua al importante enclave de Algezares, por lo que el agua para riego estaba asegurada, y sus habitantes podían cultivar las tierras y también dedicarse a la arriería habida cuenta de la situación estratégica de la aldea en un importante cruce de caminos.
Uno de esos caminos era el que enlazaba Monteagudo con Lorca a través del Valle del Guadalentín, lo que implicaba el tener que sortear el paso del Río Segura que en esta época debía realizarse mediante un puente de barcas y de ahí el nombre dado a la aldea o su entorno: “Puente de Barcas”.
El incremento de la población, las interminables guerras tribales musulmanas y la llegada de los cristianos, implicaron que el puente de barcas resultara insuficiente y se procedió a la construcción de un puente de madera que subsistió hasta la destrucción de la población por una avenida conjunta de los ríos Segura y Guadalentín el 18 de octubre de 1545, día de San Lucas. Ya en esos momentos la población habría dejado de llamarse Qantara Asqaba para pasar a ser simplemente Al-Qantarat o Al-Qantaralla: “El puente”.
La llegada de los cristianos supuso también que ese nombre derivara en Cantariella o Alcantariella y de ahí pasó a la actual Alcantarilla, aunque existe otra teoría sobre este nombre de Alcantarilla cuya exposición escapa de los límites de este trabajo.
En el momento de su destrucción Alcantariella contaba con una extensión de unos 16.000 m2, 140 casas y unos 800 habitantes, que en parte emigraron y en parte construyeron la nueva población en los alrededores de la actual Iglesia de San Pedro.
Alcantariella era pues en esos momentos un importante núcleo de población, el más importante de la Vega tras la capital.
En la actualidad, los restos de sus cimentaciones se encuentran enterrados a poca profundidad, y hasta hace pocos años se encontraban por los bancales pedazos de ladrillos, cerámica y yesos. La construcción de la nueva carretera a La Ñora destrozó una buena parte del yacimiento, y posteriormente la empresa Hero también hizo desaparecer una pequeña parte de los restos de la zona oeste de la población así como las hormazas formadas con los restos de construcciones en el margen del Camino del Vado; pero aún así, qué duda cabe sobre la importancia que tendría para Alcantarilla el poder contar con la excavación de una aldea visigodo-musulmana-cristiana, posiblemente con un período de vida entre los siglos V al XVI y con un hipotético estrato romano, a lo que habría que añadir la excavación del Cabezo del Agua Salada, el Museo de la Huerta, Los Arcos y la rueda con su acueducto. Parece que merece la pena hacer una valoración de lo que todo esto puede significar.
                     

Planta de la aldea medieval

 
Aldea medieval


La inundación



Afecciones al espacio arqueológico de la aldea


 



3 - EL TÉRMINO MUNICIPAL

El solar de lo que después fue el término municipal de Alcantarilla ya vio pasar en el año 1125 a Alfonso I el Batallador, rey de Aragón y Navarra (1104-1134), en sus correrías contra los musulmanes con tropas aragonesas, normandas y bearnesas.
Entre los años 1172 y 1227 Alcantarilla se encuentra bajo dominio almohade.
Entre los años 1227 y 1237 reina en Murcia ibn-Hud.
En el año 1243 se lleva a cabo la capitulación de Alcaraz y las tropas castellanas ocupan Murcia como protectorado de Castilla bajo el mando de Fernando III el Santo.
En el año 1251 Alfonso X el Sabio entrega Alcantarilla a la Orden de Alcántara y se lleva a cabo el primer amojonamiento como territorio administrativamente independiente. NACE ALCANTARILLA. Es de suponer que este primer amojonamiento, del que no se tienen datos concretos, sería respetado en las sucesivas entregas de la aldea, siendo su extensión de 5,5 km2. Esta posesión de la Orden de Alcántara supuso el nacimiento de Alcantarilla como una entidad con un territorio, luego término administrativo independiente y topográficamente definido, que permitió el que nunca pudiese ser absorbido por la ciudad de Murcia, a pesar de que sus intentos fueron reiterados e importantes a lo largo de la historia.
En el año 1261 Alcantarilla deja de ser de la Orden de Alcántara y pasa a la corona.
En el año 1264 ocurre la sublevación musulmana.
En el año 1265 Jaime I de Aragón entra en Murcia y visita Alcantarilla.
En el año 1266 Castilla toma Murcia pero no devuelve Alcantarilla a la Orden de Alcántara, sino que queda, dentro de la partición entre cristianos y musulmanes, en la zona mudéjar regida por el rey Muhammad ibn-Hud.
En el año 1270 Alfonso X el Sabio entrega en donación Alcantarilla a su esposa Doña Violante, hija del rey Jaime I: “A la Reina la alquería que dicen de Alcántara con dccxxxv tahúllas que hacen cci alffabas (renta).
Alfonso X evitó por todos los medios el entregar grandes extensiones de suelo en el Repartimiento para evitar el florecimiento de poderes excesivos, pero evidentemente ese no era el caso de la reina, por lo que esta excepción, manteniendo los límites de la aldea que en su día se entregó a la Orden de Alcántara, supuso el que hoy en día exista Alcantarilla, realizándose el segundo amojonamiento en el año 1272.
Las 735 tahúllas donadas a la reina tenían una superficie de unos 821.730 m2. No se tiene en cuenta el suelo de pastizal y vertientes propias. Pues bien, si contemplamos que el riego se realizaba en gran parte a base de algaydonales, es decir, que la fuerza de la gravedad y de la sangre humana era condicionante, solamente podía existir regadío en el territorio situado a levante de las acequias de la Alquibla y Turbedal; y cuando medimos esa superficie nos arroja una superficie de unos 850.000 m2. Y si descontamos el terreno ocupado por el cauce del Río Guadalentín, la cifra es prácticamente de 820.000m2. Coincidencia total.
Cuando se realizó la cesión a la Orden de Alcántara, aquellos que delimitaron el territorio partieron de unos factores y criterios fijos: el molino sobre la acequia de la Alquibla, la alineación marcada en sentido norte-sur de los márgenes de los cultivos de regadío, el antiguo camino alternativo de Lorca o Camino Hondo, las vertientes recayentes a la zona de regadío y el Río Segura.
En el año 1437, las disputas entre Murcia y Alcantarilla por la posesión de las salinas llamadas de Sangonera, así como el cobro de diversos impuestos, dio lugar a realizar un tercer amojonamiento que es el primero en el cual se marcan, nombran y construyen mojones. Precisamente las disputas existentes hasta ese momento entre concejo murciano y los obispos venían producidas por la no existencia de una delimitación física aceptada por ambas partes.
La venta de Alcantarilla por parte de Felipe II a Lázaro de Usodemar dio lugar a que en el año 1581 se realizase el cuarto amojonamiento.
Llegamos al año 1728 en que se realiza el quinto amojonamiento, y esta vez lo realizan agrimensores y se realiza un plano del mismo. Un plano que es el primer documento gráfico de la historia del término de Alcantarilla y que veremos más adelante.
En el año 1820, con la llegada del período llamado “Constitucional”, se crearon algunos ayuntamientos y se modificaron los límites de otros. Alcantarilla creyó que había llegado el momento de conseguir su ya entonces anhelada ampliación del término municipal en una extensión de unos 58 km2, e incluso llegó a realizarse una delimitación con esa ampliación, el sexto amojonamiento, pero la vuelta del absolutismo llevo con ella la anulación de todos los actos realizados.
El Instituto Geográfico y Estadístico lleva a cabo en el año 1898 el levantamiento topográfico de la delimitación del término de Alcantarilla y por vez primera con aparatos topográficos, dando lugar al séptimo amojonamiento.
La ampliación de término municipal conseguida siendo alcalde Francisco Zapata Conesa, con una extensión de 10 km2, dio lugar a realizar la última delimitación u octavo amojonamiento en el año 1988.
Si exceptuamos la ampliación abortada del término municipal en el año 1820 y la definitiva ampliación del año 1988, la delimitación del término municipal no ha sufrido cambios desde el año 1251, con la excepción de dos pequeñas variaciones: una debido al cambio del cauce del río en el siglo XVIII que supuso el que pasase a Alcantarilla una extensión de suelo de unos 80.000 m2; y otra unos ligeros cambios en el amojonamiento del año 1898 en la Carretera de Mula y Puebla de Soto que implicaron el que pasase a Murcia una extensión total de unos 4.000 m2. Actualmente Alcantarilla cuenta con una extensión de término de 15,5 km2.
Alcantarilla cumple pues 768 años de vida en este año de 2019.
  


Inicialmente, hasta la construcción de la noria en el año 1451, el área regable estaba limitada al riego con portillo y algaydonal

 
La primera ampliación del término municipal, que nunca llegó a consolidarse, tenía una extensión de 58 km2 y limitaba por el oeste con los límites de Librilla por la Rambla de Belén



La ampliación conseguida en el año 1988, por la corporación presidida por el alcalde Francisco Zapara Conesa, tiene una extensión de 10 km2 y conforma el actual término municipal de Alcantarilla con una extensión de 15,5 km2



Desde su inicio y hasta hoy, el término histórico de Alcantarilla ha sufrido cuatro alteraciones de su delimitación primitiva



4 - CAMINOS A MURCIA

Lógicamente, las primeras vías de comunicación que pueden considerarse como tales, más allá de los simples senderos o veredas de paso, se inician con la dominación romana.
Por Alcantarilla pasan las vías de Cartagena a la meseta, la de Mazarrón igualmente a la meseta, y la de Monteagudo a Jaén y a Mazarrón. Estas vías son utilizadas hasta la caída del Imperio, y con ello sobreviene el cambio de sistema de transporte, pasando de los carruajes a las caravanas, tanto por cambio de mentalidad, como obligados por la circunstancias al existir unas vías deterioradas por su falta de mantenimiento.
No sabemos qué existía en el solar de Murcia anteriormente a su fundación en el siglo IX, pero sí sabemos que Orihuela ejercía el control de todo el valle del Segura bajo dominio visigodo, debiendo contar con una somera red de caminos, restos de las antiguas calzadas romanas, que unieran aquellos lugares que se consideraran estratégicos como era el caso del Valle del Guadalentín.
Por aquí discurre el llamado, ya en el siglo XV, “camino viejo de Librilla y de Lorca” que debió tener su pleno uso entre los siglos V y VIII, y que en el Repartimiento de Alfonso X en el siglo XIII sirvió de lindero sur a la delimitación de Alcantarilla.
La fundación de Murcia en el siglo IX dio lugar a que se adoptara la ruta de la margen izquierda hacia Lorca, lo cual benefició a la ubicación de Alcantarilla, que se encontraba en un lugar clave del paso del río mediante barcas o puente de madera, en función de la intensidad de las avenidas del río.
En el siglo XV adquiere preponderancia la ruta de la margen derecha, todo ello en función de que la salida de Murcia se realizase cruzando o no el río y en función también del estado del puente de la ciudad. Esta nueva ruta no afectó a Alcantarilla, ya que la aldea se encontraba en el punto de unión de ambas. También unía los nuevos lugares de La Puebla de Cascales y el lugar de Puxmarín (La Raya).
Esta vía a Murcia fue durante 500 años la ruta de unión entre ambas poblaciones y el camino de Murcia a Andalucía. Todavía es posible observar en la zona de Barriomar el trazado de esta antigua vía que fue cortada por la construcción en el siglo XIX por la actual carretera.
       

Caminos a Murcia y difluencias del Río Guadalentín
 
 
Caminos



Detalle de los antiguos caminos en la zona de Barriomar


   

5 - EL AGUA: RÍO, ACEQUIAS, ALGAYDONALES, NORIA Y ACEÑAS

Durante más de mil años, Alcantarilla basó principalmente su existencia en la del agua. Acequias, algaydonales o cigoñales, noria y aceñas ayudaron a sus habitantes en sus labores agrícolas.
Según la hipótesis de que la acequia de El Turbedal podía ser de origen romano y procedente del túnel de la margen derecha, Alcantarilla podía haber sido uno de los lugares más antiguos de la huerta junto a Monteagudo-Cabezo de Torres y Algezares-La Alberca.
En esta zona de Alcantarilla tenemos la acequia Mayor de Barreras o Alquibla (la del sur), la acequia de El Turbedal, la acequia de La Daba, la acequia de Santarén, la acequia de Benialé, y por último, la más moderna, la acequia de Alcantarilla o cequeta de la noria.
Hoy ese paisaje de acequias plenas de agua con su vegetación colindante ha desaparecido por completo. En unos pocos años ha desaparecido una cultura de decenas de siglos.
Un hito importante fue sin duda la construcción de una noria en el año 1451 y su aumento de altura en el año 1549, que supuso recrecer en un metro la altura del acueducto.
La última aceña fue construida hace ahora casi cuarenta años por el último maestro aceñero: Cayetano González Vicente para el Museo de la Huerta, pero si nadie lo remedia, pronto desaparecerá también víctima de la indiferencia. Mientras tanto, se hace a bombo y platillo el Bando de la Huerta.

                                         
 Red de acequias y ubicación de aceñas

  

Algaydonal
  


La noria y su acueducto (A. Navarro)


 Acueducto de Los Arcos (A. Navarro) 

 Acuerdo municipal para la construcción de una aceña


 Certificado sobre el acuerdo municipal

 
Planos de la aceña



Una aceña (A. Navarro)



6 - PLANO DE AMOJONAMIENTO DEL TÉRMINO MUNICIPAL DEL AÑO 1728

Nos encontramos ante el primer documento cartográfico sobre Alcantarilla. El único ejemplar existente es el depositado en el Archivo Municipal de Murcia, ya que el correspondiente a Alcantarilla fue quemado por los franceses en la Guerra de la Independencia. Refleja el quinto amojonamiento de la población.
            Se ignora el nombre de los agrimensores que llevaron a cabo el trabajo entre los días 14 y 15 de noviembre del año 1728.
            Este plano ha sido restaurado de forma absolutamente fiel al original.






7 - PLANO DEL CATASTRO DE LA ENSENADA DEL AÑO 1756

A pesar de las dificultades que representa el hecho de poder establecer una trama urbana sin contar con todos los datos, así como la existencia de algunos errores en la documentación catastral, ha sido posible el realizar una representación muy fidedigna del área urbana y el entorno de Alcantarilla en aquella fecha.

 


 Caminos, parajes y comparativo







8 - CARTOGRAFÍA DE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA

Para organizar la defensa ante el avance del ejército de Napoleón, los cartógrafos militares españoles realizaron unos planos en los que se contemplaban los caminos y acequias que podían ser susceptibles de destrucción para dificultar dicho avance. Los franceses acamparon durante tres días al norte de Alcantarilla antes de salir hacia Andalucía, aprovechando para quemar los archivos municipales, en una pira situada en la plaza de la Iglesia, por considerar que se les ocultaban víveres y pertrechos. Planos del Ministerio de Defensa.
  
 22-8-1809


 22-8-1809
 
 1810



1810



1-9-1811


1-9-1811



9 - PLANO DEL TÉRMINO MUNICIPAL DEL AÑO 1898

Este plano realizado en el año 1898 es el primer plano de Alcantarilla realizado con aparatos topográficos y siguiendo las normas de la topografía clásica. El acta de amojonamiento alteró levemente los límites del término municipal en la Puebla de Soto –Molino de La Providencia o de Miñano– y en la carretera de Mula; y en ambos casos lo fue para anexionar al término municipal de Murcia determinadas áreas de suelo. Es sin duda un documento de excepcional importancia. Se trataba del séptimo amojonamiento de la villa. 


Plano a escala 1/25.000 para el Mapa Topográfico Nacional



 Ampliación de la minuta

 
Desarrollo de los itinerarios topográficos






10 - MOLINO DE NUESTRA SEÑORA DE LA PROVIDENCIA

Si existe un lugar histórico, poco conocido y ya casi desaparecido, es sin duda el molino denominado a lo largo del tiempo como de Los Abades, del Cabildo, del Barrio, de La Providencia, de Miñano y de Caballero.
Este molino, ya citado en el Repartimiento de Alfonso X, y cuya construcción estuvo ligada a la de la acequia de la Alquibla, siempre se ha encontrado en término de Murcia hasta que a finales del siglo XIX D. Antonio Miñano agrandó sus instalaciones adentrándose en término en Alcantarilla, acogiendo a las Hermanas Salesianas, que fundaron un hospitalillo para atender a los pobres, y construyendo una ermita bajo la advocación de Nuestra Señora de la Providencia.
Esta ermita, de estilo neogótico, realizada con materiales de muy escasa calidad, se encontraba ya, cien años después y cuarenta de abandono, en un franco estado de ruina que originó su desaparición muy a pesar de todos. Sería interesante que se formase cualquier movimiento para la reconstrucción de esta ermita siguiendo su aspecto original. El suelo es municipal. 
La gran importancia de este molino a finales del siglo XIX dio lugar a que en la delimitación del término municipal llevada a cabo en el año 1898 se alterase la línea de ese término para pasar a Murcia la casa de Miñano y los almacenes del molino.
Su siguiente propietario, D. José Caballero, agrandó las instalaciones con un gran edificio edificado en término de Alcantarilla y dotado de numerosas piedras de molienda, a la vez que instaló una gran turbina generadora de electricidad con la cual suministró de alumbrado público a Alcantarilla durante muchos años.



El molino en el plano del año 1728

 Desarrollo de los itinerarios topográficos en el año 1898

 Detalle del amojonamiento


Plano del molino en el momento de su máxima expansión a finales del siglo XIX

 Planos de la ermita
 
 Fachada de la ermita

Perspectiva de la ermita y la casa de Miñano. El hospitalillo se encontraba colindante a la ermita

 Interior de la ermita


Turbina para generar electricidad

 Estado actual de la zona con la línea de término municipal entre Alcantarilla y Murcia. En amarillo el lugar que ocupaba la ermita





11 - PLANO CATASTRAL DE RÚSTICA DEL AÑO 1923

Croquis parcelario de las propiedades de suelo rústico realizado para la confección de las cartillas evaluatorias de la contribución rústica y basado en los datos topográficos obtenidos en el año 1898



    

12 - LLEGADA DE LAS AGUAS POTABLES A LA POBLACIÓN

La llegada del agua potable a la población de Alcantarilla en el año 1925 supuso un gran acontecimiento para la población. El agua se captaba de la acequia Mayor de Barreras junto a Los Arcos y se elevaba al Cabezo del Pimiento (por estar en él los secaderos de esa hortaliza), que pasó a llamarse Cabezo de las Aguas. La tubería de abastecimiento discurría por la entonces nueva carretera de Alguazas y del Javalí, Camino de Los Romanos y la carretera de Mula o del Campo, hoy Avenida de Ramón Martínez Campos, en aquellos años Jefe de la Dirección Hidráulica del Segura, para entrar al casco urbano por el Paso a Nivel. Al barrio promovido por Damián Bernal Munuera, primero planificado en Campoamor, se le asignan ya sus correspondientes redes.









     
13 - PLANO MILITAR DE LA POBLACIÓN DEL AÑO 1930
           
Plano realizado por los topógrafos del ejército en su doble faceta de interés militar y de colaboración con el entonces Instituto Geográfico y Estadístico





      

14 - EL CENSO DE URBANA DEL AÑO 1933

Desde finales del siglo XIX, en que la población inició un importante crecimiento en edificaciones, eran muy habituales los censos de edificios realizados por los “maestros” y “prácticos” de la localidad. Todos se han perdido. Solamente existe el correspondiente al realizado en el año 1933, que reúne la característica con respecto a todos los anteriores de que se realiza un croquis de la vivienda o edificio y se especifican sus usos. Contiene además datos muy interesantes sobre linderos, superficies e incluso, durante algunos años, se inscriben en sus fichas las transmisiones patrimoniales.
Se trata sin duda de una gran fuente de información sobre todo por su aspecto gráfico.
Pero como tantos documentos, este tampoco ha podido evitar la desaparición de parte de su contenido; aunque después de todo hay que agradecer el que fuese salvado del basurero hace ahora unos cuarenta años.


Antiguo Ayuntamiento, con unas dimensiones inferiores al del actual y que no lindaba con la Calle San Sebastián sino con el edificio de las escuelas


Casa de Las Cayitas, con la cuadra ocupando la hoy calle trasera


Casa de Juan Antonio López Martínez, junto al jardín, que la transmite a su hija Tiburcia (no “Triburcia) López Jara, llamada así por su abuela, y de segundo nombre Emilia, como era conocida, madre de Fausto y Juan Antonio Vicent López


Escuelas en el hoy Jardín de La Constitución, con las viviendas para los maestros dando frente a la Calle Mayor y las propias escuelas en la parte central




15 - LOS REFUGIOS ANTIAÉREOS DE LA GUERRA CIVIL

            La existencia de una base aérea, un nudo ferroviario y una fábrica de pólvoras, hacía presumir con un cierto fundamento que Alcantarilla podía verse afectada por cualquier bombardeo aéreo. Hay que tener en cuenta que en esos años los aviones, que generalmente volaban entre los 4.000 y los 7.000 metros de altura según el modelo, no contaban con visores de bombardeo ni otros elementos técnicos para garantizar la exactitud de esos bombardeos como los que ya se usaron en la Segunda Guerra Mundial pocos años después, por lo que se daba el caso de que las bombas podían llegar a caer a más de 500 metros de su objetivo.
            Esto originó el que se diseñara un plan de construcción de refugios que pudiera permitir a la población ponerse a salvo en caso de la amenaza de cualquier incursión aérea a cargo de los Junker 52, Heinkel 111 o Savoia Marchetti.
En total se proyectaron 15 refugios pero parece ser que no todos se llevaron  a cabo, y algunos de los que se construyeron no lo fueron tal y como aparecían en el proyecto.
Por testimonios directos, se sabe que al menos sí se hicieron, aunque sólo fuese en parte, los nº 2, 4, 7, 9 y 13-14-15.
En la entrada de la Calle San Antonio en la esquina con el casino o Círculo Industrial existió durante muchos años un gran badén producido por el hundimiento del suelo existente sobre la entrada del túnel al refugio.
En marzo de 1987, al realizar las obras para el gran colector de la Calle Mayor, apareció a la altura del actual Jardín de la Constitución los restos de uno de estos refugios, en concreto del nº 10-11.


Plaza del Olmo

 Plaza de San Pedro
 
 Plaza de Juan XXIII



Calles de San Antonio y Cayuela



Plaza del Convento

 Estación y fábrica de José López

 San Roque


 
 Calle del Tropel

Calles de San Antonio y Cuartel




Calle Mayor

 Cuartel de la Guardia Civil



Estación y Cabezo del Calvario



Plano general de situación de los refugios
Hallazgo del refugio nº 10 en la Calle Mayor, frente al jardín. 2-3-1987



   

16 - EL FERROCARRIL

La llegada del ferrocarril supuso para Alcantarilla el inicio de su despegue económico. La estación de Alcantarilla era un importante enclave ferroviario de maniobras y de enlace entre las líneas Madrid-Cartagena y Alcantarilla-Lorca, construida veinte años después que la primera. Hoy, esas infraestructuras, con una mayor envergadura, se han trasladado a la Estación de Nonduermas. A los indiscutibles beneficios que supuso la llegada del ferrocarril no fueron ajenas las incipientes empresas de Alcantarilla, que incorporaron la entrada de las vías férreas a sus instalaciones para facilitar la carga y descarga de mercancías.



Plano general de la máxima expansión de las infraestructuras


Fábricas que tenían acceso de ferrocarriles





17 - LAS INDUSTRIAS DE ALCANTARILLA EN EL SIGLO XX

            El inicio del crecimiento industrial de finales del siglo XIX supuso que Alcantarilla se convirtiese en un foco de atracción para todo tipo de empresas, lo que significó que a mediados del siglo XX el caso urbano de la población albergara una cierta mezcolanza de viviendas e industrias conviviendo pared por medio.
            El sector más importante, que generaba, aunque fuese de manera eventual, unos 5.000 empleos, era el de la conserva vegetal, seguido por el maderero y el del metal, a los que pronto se le unió el de la construcción y finalmente el químico.
            El concepto de “polígono industrial” no había nacido todavía, y las condiciones urbanísticas sobre usos urbanísticos todavía menos, por lo que cualquiera podía hacer una instalación industrial en donde pudiese o quisiese, sin que ello fuese nada extraordinario. Hay que tener en cuenta que en aquellos años la ausencia de vehículos particulares evitaba el que existiese cualquier impedimento al desplazamiento interno motorizado, y los camiones de transporte apenas sobrepasaban los cinco mil kilos de carga, por lo que no generaban problema alguno al discurrir por las despejadas y polvorientas calles de la población en unión de carros, motocarros, carretas, motos, bicicletas y carretones.






18 - PARCELACIONES Y ENSANCHES

Hasta que Damián Martínez Munuera proyectó a finales de la década de los años diez la construcción de un nuevo barrio en los terrenos llamados entonces “el Campo de la población, pago de Los Pasos” colindantes a la carretera de Barqueros, no había existido en Alcantarilla una iniciativa similar, limitándose la actividad urbanística a simplemente ajustar nuevos trazados de calles según iba siendo necesario, ciñéndose a los linderos de propiedad existentes.
El antiguo oficio de “sogueador” (medidor de tierras usando una cuerda con nudos) dio paso al agrimensor, al perito agrícola y al aparejador; y en el intermedio entre ellos actuaban una serie de personas “prácticas” en el oficio que podían marcar alineaciones o hacer determinadas valoraciones de suelos o de edificaciones.
A finales del siglo XIX realizan los censos de edificaciones los “prácticos” José Cánovas Solano y Juan Sáez López, siendo los maestros de obras José Gallego Bernal y Juan Pacheco Pellicer. Solamente se recurre a aparejador o arquitecto en casos especiales y desplazándose desde Murcia, ya que en la población no existen técnicos titulados.
La primera medida que podíamos llamar “urbanística” se toma en el mes de abril del año 1922 por parte del concejal Enrique López Pérez de Tudela siendo alcalde Pedro Cascales Vivancos y consistente en que fuese necesario obtener permiso para poder edificar, que se respetasen las alineaciones, que no se edificase cerrando calles y que las nuevas calles tuviesen una anchura de entre 7 y 8 metros, siendo “práctico” Antonio Cánovas Sánchez.
Tras las llamadas “Casas de Bernal” se inicia la urbanización de la zona llamada “Campo-Amor” en la que actúan como técnicos el aparejador Manuel López Sánchez Solís y el perito Ángel Riquelme Valera siendo el maestro de obras Alfonso Pacheco.
Otro técnico –un verdadero personaje– que actúa en la medición de los terrenos y ensanches de las nuevas zonas es el perito agrícola Juan López García, “Juan el périto”, que dictaba sus sentencias “inapelables” sobre el terreno y que se desplazaba en su Ford modelo T, evidentemente negro, el mismo que luego vendió al servicio de Correos.
Ya en los años sesenta actúa tímidamente en el tema de mediciones y planeamiento el arquitecto colaborador del ayuntamiento Demetrio Ortuño Yáñez, y Alcantarilla cuenta con su primer arquitecto titulado en la persona de José Jesús Pacheco Cobarro, cuya prematura muerte le impidió desarrollar sus trabajos.
A partir de los años setenta, de forma paralela al incremento de la edificación, se inicia la medición y parcelación de nuevas zonas de ensanche de la población que culmina con los trabajos de redacción del Plan General Municipal de Ordenación del año 1982, siendo alcalde Francisco Zapata Conesa, y en cuyo equipo redactor estaba el arquitecto técnico Pedro L. Cascales López, que recoge la tradición de los antiguos “medidores y prácticos” de Alcantarilla.

Plano de alineaciones para ubicar la construcción de la Iglesia de La Asunción. Manuel López Sánchez Solís


Parcelario y alineaciones de la zona de Campoamor



Dibujo para la urbanización de la plaza frente a la Iglesia de La Asunción

 Plano general de alineaciones de la zona de Campoamor


 

Parcelario del Huerto de los Frailes. 1946



Fábrica de José López Martínez. 1953



Dibujo y comentario sobre la urbanización de la zona de Cabezo Verde. Juan López García



Parcelario y alineaciones de la zona de Cabezo Verde y Cabezo de las Aguas. Juan López García. 1968



Parcelario de la zona de Cabezo Verde. Pedro L. Cascales López. 1967


Parcelación de la fábrica de José López Martínez. Juan López García y Pedro L. Cascales López. 1968


Fábrica de conservas de Hernández Pagán o de La Esencia. Pedro L. Cascales López. 1980


Fábrica de conservas de Cobarro. Pedro L. Cascales López. 1985



   
 
19 - EL INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL

            España carecía a mediados del siglo XIX de una cartografía adecuada, y la casi totalidad de los ayuntamientos no contaban con una documentación fiable sobre la delimitación de sus términos municipales. Así, ya en el año 1857 se intentó crear el que se llamó “Mapa de España” a escala 1/25.000, encargando el proyecto al coronel Carlos Ibáñez e Ibáñez de Íbero (1825-1891) que tuvo muchos problemas con los poderes fácticos para poder llevar a cabo su misión. El 12 de septiembre de 1870 se crea el Instituto Geográfico colocando al frente del mismo a Ibáñez de Íbero y adoptando el nombre, desde 1873, de “Dirección de Estadística y del Instituto Geográfico”.
            Nombres que irían cambiando a lo largo del tiempo: “Instituto Geográfico Catastral y Estadístico”, “Instituto Geográfico y Estadístico”, “Instituto Geográfico y Catastral”, y desde el año 1977 “Instituto Geográfico Nacional”.
La historia del Instituto en todos esos años es tan compleja como interesante. La creación de un Mapa Nacional a escala 1/50.000, a causa de multitud de problemas ajenos, se convirtió en una epopeya que tardó en finalizarse más de cien años, pero el Instituto Geográfico sorteó todos esos escollos y posiblemente por esa lucha ajena a cualquier interés que no fuese la cartografía, ese organismo fue adquiriendo un prestigio que no sólo mantiene sino que aumenta cada día desde entonces.
Alcantarilla está incluida en la hoja nº 933 del Mapa Topográfico Nacional a escala 1/50.000 (1 mm = 50 m) que a su vez se divide en cuatro hojas a escala 1/25.000 (1 mm = 25 metros).
Las normas del Instituto establecen que a cada hoja se le da el nombre del núcleo urbano de mayor número de habitantes situado en ella; y así, en el año 1941, que es cuando se realiza la primera edición de esta hoja nº 933, el núcleo con mayor número de habitantes era Alhama de Murcia, con unos 11.000 habitantes, frente a los 9.000 que entonces tenía Alcantarilla. Esta situación cambió en ediciones posteriores ya que Alcantarilla superó ampliamente a Alhama de Murcia en número de habitantes, cambiando así el Instituto la denominación de la hoja.  
Esta primera edición de la hoja nº 933 del año 1941 corresponde a la edición alemana, realizada por el “Spanien 1:50.000 Deutsche Heereskarte”, apoyándose en los trabajos topográficos ya realizados por el Instituto Geográfico desde el año 1898.
Esta base cartográfica fue utilizada por el Ejército para la confección de su primer Mapa Director a escala 1/25.000 en el año 1948.
En sucesivas ediciones, tanto el Instituto Geográfico como el Ejército ya fueron actualizando la cartografía hasta el día de hoy en que esa actualización se realiza cada cuatro años, a la vez que se dispone de las fotografías de los correspondientes vuelos.



Instituto Geográfico. Mapa a escala 1/50.000. Hoja nº 933. 1ª edición del año 1941 realizada por la Spanien 1/50.000 Deutsche Heereskarten alemán


Cartografía Militar. Mapa a escala 1/25.000. Hoja nº 933-I. Edición única. Años 1948/1954


Cartografía Militar. Mapa a escala 1/10.000. Hoja nº 933-I-NE. Edición única. Año 1963




Cartografía Militar. Mapa a escala 1/50.000. Hoja nº 26-37 (933). 3ª edición de los años 1968/1983

 Instituto Geográfico. Mapa a escala 1/25.000. Hoja nº 933-II (cambia el número de los cuadrantes: el I es ahora el II). 1ª edición. Años 1980/1989

 Cartografía Militar. Mapa Militar de España. Mapa a escala 1/50.000. Hoja nº 26-37 (933). 1ª edición del año 1996



Instituto Geográfico. Mapa a escala 1/25.000. Hoja 933-II. 2ª edición del año 2001




Instituto Geográfico. Mapa a escala 1/50.000. Hoja nº 933. 1ª edición digital del año 2007



Comparativo de las sucesivas ediciones del Instituto Geográfico y de la Cartografía Militar
 Primer mapa del Instituto Geográfico en el que aparece Alcantarilla realizado por la Spanien 1/50.000 Deutsche Heereskarte en el año 1941



Unión de las hojas de Cartografía Militar nº 933-I y 934-IV del año 1948 (datos de 1941) Puede observarse el tamaño de Alcantarilla en relación con el de Murcia


Unión de las Hojas de Cartografía Militar nº 933-I-NE y nº 934-IV-NO del año 1963. Puede observarse el tamaño de Alcantarilla en relación con el de Murcia, y las zonas de ensanche de esta última población hacia el norte


Instituto Geográfico. Mapa a escala 1/25.000. 1ª edición digital del año 2003. Mapa temático de la Huerta de Murcia. En amarillo el término municipal de Alcantarilla







20 - CATASTRO DE RÚSTICA DE 1960

            Este es el último catastro de rústica de la población de Alcantarilla realizado por el Instituto Geográfico antes de que esas competencias pasasen al Ministerio de Hacienda.




          
            

21 - PLANO DE LA OFICINA TÉCNICA DEL AÑO 1965

En unos momentos en los que ya se vislumbraba un desarrollismo urbanístico importante para los próximos años, el arquitecto Demetrio Ortuño Yáñez, arquitecto municipal-colaborador del ayuntamiento, confecciona en su estudio de Murcia un plano general de la población que pretendía englobar todas las iniciativas de ensanches y establecer un cierto criterio en esos nuevos espacios urbanos.
Lo llama, de forma técnicamente no muy acertada ni ortodoxa, “Plan de Ordenación de la ciudad de Alcantarilla”, cuando a lo máximo que podía aspirar era a un estudio de alineaciones, siendo esto algo que tampoco consigue.
El plano carece de estudios de campo y se limita a copiar planos más antiguos como debió de ser el plano del proyecto de alcantarillado del año 1944 (que se encuentra desaparecido pero no por esta causa), y no corrige las variaciones ocurridas con el paso del tiempo. Así, sigue manteniendo la cequeta sin entubar por la calle San Sebastián, no cambia la planta del ayuntamiento manteniendo la antigua, no rectifica las manzanas que habían sufrido alteraciones, equivoca la ubicación de diferentes actividades, etc. También se observan importantes distorsiones en la planta geométrica de manzanas y otros elementos representados, por lo que nos encontramos ante un plano que no se corresponde con la realidad al encontrarse distorsionado de entrada en su base topográfica.
Sí contiene algo muy interesante como es la localización de actividades comerciales, pero con numerosos errores y omisiones, por lo que sus datos deben ser contrastados y no ser aplicados como cosa cierta. El centro comercial y social detectado queda determinado claramente en el tramo de Calle Mayor limitado por el paso a nivel y la Iglesia de San Pedro, siendo la actividad comercial en el resto del casco urbano prácticamente inexistente.
Tampoco establece nuevas alineaciones en zonas de ensanche por lo que parece que su idea original de un posible “plan de alineaciones” no se lleva a efecto y todo se limita a representar lo ya existente.
No obstante, se trata de un plano muy importante para la historia de la población, tanto por la toponimia, como porque se trata del primer plano de todo el casco urbano realizado con una idea que podríamos llamar de “iniciativa urbanística”, cuando ya estaba Alcantarilla incluida en el llamado Plan de la Huerta del año 1962, siendo alcalde Diego Riquelme Rodríguez, que no resultó más que una exposición de intenciones vagas, contradictorias e inaplicables, obligando a un nuevo ayuntamiento presidido por Fulgencio Pérez Artero a asumir por su cuenta la redacción de un Plan de Ordenación en el año 1973 a cargo de una empresa madrileña, que resultó un absoluto fiasco y sumergió a la población en un problemático estado de anarquía urbanística hasta que se aprobó un nuevo Plan General en el año 1982 redactado por un equipo procedente de la Oficina Técnica de Gestión Urbanística del Ayuntamiento de Murcia, siendo alcalde Francisco Zapata Conesa, que todavía está vigente, porque después de unos diez años de proyectos, planos y publicidad en los medios informativos, parece que todavía no se ha sido capaz de aprobar la revisión del Plan General realizado en ese año de 1982 e incorporar el nuevo suelo objeto de la ampliación de término del año 1988. 







22 - CATASTRO DE URBANA DEL AÑO 1972

Excepcional plano del catastro de urbana de la población realizado por el vecino de Alcantarilla y funcionario del Servicio Catastral de Hacienda D. Agustín Pineda Enríquez.






23 - EL PLANO FOTOGRAMÉTRICO DEL AÑO 1973

Nos encontramos posiblemente ante el plano más importante en la historia cartográfica de Alcantarilla, seguido por el plano de 1898.
Cuando se produjo el fracaso urbanístico del Plan de la Huerta, la corporación presidida por el alcalde Fulgencio Pérez Artero acordó realizar un Plan Municipal de Ordenación específico de Alcantarilla, y como trámite previo, la empresa adjudicataria del trabajo, encargó la realización de un vuelo y la confección de un plano general del término a una escala adecuada, que en este caso se consideró la escala de 1/2.000 como la adecuada, es decir, que cada milímetro del plano representase 2 metros sobre el terreno.
El resultado fue el disponer de un plano excepcional, a color, con curvas de nivel de equidistancia de un metro, alturas de edificios, patios, acequias, brazales, cercados, vías férreas, sendas, caminos…, y todo ello en nueve hojas sobre soporte de poliéster muy resistente.
Además, todavía no había llegado la época del desarrollismo urbanístico, por lo que el plano representa con todo detalle unas zonas que en la actualidad serían irreconocibles y que gracias a esta documentación pueden conocerse. Además, al tratarse de una fotografía aérea, Alcantarilla queda en su totalidad representada en un solo instante, sin existir los inevitables cambios temporales por zonas que se habrían producido de haberse tratado de un levantamiento topográfico convencional.
Este plano sirvió de base para la redacción del Plan General del año 1975, así como para el del año 1982, y desde este mismo momento hay que iniciar los trabajos de restauración necesarios para subsanar los daños que se le infringieron.








24 - LAS URBANIZACIONES DE LAS INDUSTRIAS

La aprobación del Plan General del año 1982 trajo consigo la implantación de las cesiones y los aprovechamientos contemplados en la Ley del Suelo a fin de que aquellos suelos de una cierta extensión no fuesen colmatados sin contribuir a las necesarias cesiones de suelo para dotaciones, tanto de espacios libres como equipamientos colectivos que puedan ser necesarios para la nueva población que se genera.





  
25 - LOS CALLEJEROS
            A finales del Régimen del general Francisco Franco pareció cundir un fuerte impulso de efectuar cambios de antiguos nombres de calles por el de políticos menos que más relacionados con Alcantarilla. Ello dio lugar a que la entonces tranquila Policía Municipal se encontrase a veces en dificultades para identificar el nombre de una calle de la que ni siquiera habían oído nombrar, por lo que le pidieron a Pedro L. Cascales López que les hiciese un callejero que les pusiese al día.
            Este callejero fue el primero que se hizo de la población y apareció en enero del año 1979. El reparto fue gratuito.
            Tras el cambio político y una nueva vuelta de tuerca con el cambio de los nombres de las calles, el alcalde Francisco Zapata le pidió a Pedro Cascales que hiciese un callejero que recogiese todos los abundantes cambios que se habían producido y que traían de cabeza a carteros, repartidores y ciudadanos en general después de una década de continuos cambios. Este nuevo callejero vio la luz en el año 1986 y al igual que el anterior se repartió de manera gratuita a la población.
            La ampliación de término en el año 1988 obligaba el dar a conocer los límites y el contenido de esa ampliación de territorio, y así, en el año 1999, Pedro Cascales hace un nuevo callejero oficial que también se repartió gratuitamente y que sería el último de esas características.
            A partir de los años noventa se realizaron varios callejeros de carácter comercial que usaron la cartografía de los callejeros oficiales.
            Estos callejeros son sin duda un interesante aporte a la toponimia histórica local, tan acostumbrada a estar tan vapuleada constantemente.



Portada del callejero del año 1979

 Plano del callejero


Portada del callejero del año 1986  


Plano del callejero
 


Portada del callejero del año 1999
  
  Plano del callejero



 

26 - PLANO PARCELARIO DE RÚSTICA Y DE URBANA DEL AÑO 1979
            Entre la documentación necesaria para la redacción del Plan General Municipal de Ordenación del año 1982 existía un plano que contemplaba el tejido parcelario del municipio a fin de poder ajustar los diferentes sectores y unidades de actuación, ofreciendo a la vez una visión de conjunto de todo el término.






27 - EL PLANO DE 1985
            La Comunidad Autónoma realizó a principios de la década de los años ochenta una importante actividad encaminada a la obtención de una cartografía adecuada de toda la Región basada en la escala 1/5.000 para el suelo rústico y de 1/500 para los núcleos de población.
            De esta manera Alcantarilla consiguió un plano del casco urbano con una definición nunca obtenida hasta entonces de 1 metro cada 2 milímetros.


Plano del entorno de la Casa de las Cayitas




28 - EVOLUCIÓN URBANA DE LA POBLACIÓN

Serie de planos en los que es posible apreciar el crecimiento de la población de Alcantarilla a lo largo de su historia en función de su crecimiento demográfico

Nº 1 - Época iberorromana

La llegada de los romanos supuso el que el poblado encastrado del Agua Salada tuviese que ser abandonado y sus habitantes realojados en otro poblado de “puertas abiertas” en el llano y junto al entonces cauce del Río Guadalentín.
Los hallazgos arqueológicos que se han salvado de la destrucción y de la reutilización de materiales –que fue mucha–, parecen indicar que en el término de Alcantarilla existieron dos villas romanas –más la colindante de la Voz Negra–; una mansión –lo que sería una venta actualmente– al servicio de las calzadas; un emplazamiento militar de vigilancia junto al río; un puente sobre el río de fábrica o madera sustituible por barcas; un acueducto para que el canal procedente del azud del río salvase la Rambla de las Zorreras y un canal para regadío que llevaba el agua hacia en importante enclave de Algezares-La Alberca.
El territorio estaba atravesado por importantes vías de comunicación: la de Monteagudo a Lorca y Begastri; la de Susaña (Mazarrón) hacia la meseta central y la de Cartagena hacia esa misma meseta así como hacia Begastri.
El trazado geométrico de esas calzadas se mantiene intacto excepto en el tramo de la unión de la Calle de Los Pasos con la Avenida de Santa Ana y la pequeña alteración que últimamente se ha realizado del llamado Camino Viejo de Pliego que era la calzada hacia Begastri.



Nº 2 - 1545

Es muy posible que el puesto militar de vigilancia romano en el paso del río derivase con el tiempo en un agrupamiento de varias viviendas con una cierta entidad que, con la llegada de los árabes y el crecimiento de los regadíos, dieron lugar a una población que llegó a tener en el momento de su desaparición 140 casas y unos 800 habitantes que basaban su economía en la agricultura, la arriería y el servicio a los caminos.
Desde el año 1451 existía una noria que facilitaba los regadíos de la zona.
Este poblado fue destruido por una avenida conjunta de los ríos Guadalentín y Segura quedando solamente en pie la iglesia del lugar al tratarse de una obra sólida y resguardada por unos muros.
La población se trasladó a los alrededores de la actual Plaza de la Iglesia o de San Pedro, por encima de la cequeta que venía de la noria instalada unos cien años antes y cuyo cauce discurría entonces un poco más abajo que el actual hasta que en el año 1549 se elevó el cauce y se trasladó a su trazado actual.
Esta aldea, cuyo primer nombre conocido es el de Qantara-Askaba (puente de barcas) era ya de fundación anterior a los árabes como prueban sus términos latinos. A lo largo del tiempo, con la construcción y destrucción de varios puentes, la aldea pasó a llamarse Al-Qantara, Al-Qantariella y Alcantarilla, olvidando su pasado de puente de barcas aunque éste paso estuvo vigente hasta finales del siglo XIX en que se construyó el llamado “Puente de la Pólvora”.
Los trazados de las antiguas calzadas romanas seguían vigentes aunque lógicamente la trama viaria se incrementó con nuevos caminos, sendas y veredas..
El Río Guadalentín ya hacía tiempo que se había intentado domesticar cambiando su curso sin mucho éxito, lo que precisamente dio lugar a la destrucción del poblado, por lo que posiblemente ya en esa época, aparte de los necesarios trenques por la parte alta de las actuales Tejeras, se construyera lo que luego se llamó “El Malecón” que consistía en un grueso y alto dique de tierra a todo lo largo de la Avenida de Santa Ana para intentar contener las aguas. 



Nº 2a - 1550

El pueblo ya se ha trasladado a su nueva ubicación, formando un anillo alrededor de la iglesia siguiendo el nivel de la pequeña elevación en la que se ubica, así como a lo largo del camino de Lorca, casi con toda seguridad antigua calzada romana y hoy Calle Mayor.
La cequeta ya discurre a un metro de más altura, por lo que el nuevo pueblo queda bajo su cota y pueden tener el agua en la puerta de sus casas. La construcción de este nuevo pueblo significa que muchos de los alcantarilleros que huyeron de la inundación comiencen a volver, y así la población inicia un palpable aumento de habitantes.
El solar de la antigua población sirve de cantera para la reutilización de materiales y se mantiene únicamente en pie la iglesia que luego pasaría a ser “Convento de la Virgen de la Salud”.


Nº 3 - 1756

La recuperación económica que trajo la llegada de Felipe V llegó también a Alcantarilla aumentando significativamente la población. La arriería había perdido fuerza en beneficio de la agricultura y en menor grado de la ganadería. Se crean rápidamente nuevos barrios en la parte alta de la población, entre la antigua ermita de San Roque y el Camino Real a Lorca ya conocido entonces como Calle Mayor. A primeros de siglo ocurre el importante hecho de la llegada de los frailes Mínimos de San Francisco de Paula a Alcantarilla, que tras instalarse inicialmente en la antigua iglesia de la población junto al río, construyen su inconcluso convento y cercan su famoso huerto.
Los algaydonales habían prácticamente desaparecido a la par que aumentan en gran número las aceñas; se viven unos años de auge de la agricultura en el que siempre había sido conocido “como el mejor lugar de la huerta”.



Nº 4 - 1898

En la segunda mitad del siglo XIX comienzan en Alcantarilla los grandes cambios: en la década de los sesenta llega el ferrocarril Cartagena-Madrid y veinte años después tenemos la línea Alcantarilla-Lorca. A la sombra de estas infraestructuras se inicia la llegada a la población de las industrias madereras procedentes de la Sierra de Segura, a las que siguen años después las instalaciones de conservas vegetales y algunas de jabones y trefilería.
Ante ese despegue industrial llegan a Alcantarilla buscando trabajo una gran cantidad de personas procedentes de la parte alta de Granada, zonas colindantes de Almería y sobre todo de La Unión y de Mazarrón ante la caída de la minería.
Curiosamente, de todas las principales empresas que se instalan en el pueblo, solamente hay un promotor con orígenes alcantarilleros, procediendo los demás de todas partes de España y evidentemente de la cercana Murcia, lo que parece indicar que Alcantarilla era un buen lugar para vivir e invertir.
La llegada de estos miles de personas genera de manera inmediata el problema de la vivienda; y ante su escasez, se forman núcleos de cuevas en el Cabezo del Bolo, El Losar y el Cabezo del Calvario.
 El casco urbano se había ido colmatando llegando así hasta las vías del ferrocarril pero sin traspasarlas. La agricultura de regadío sigue siendo todavía el motor de la economía, pero el comercio minorista aparece con gran fuerza.
Este incremento demográfico y económico conlleva la necesidad del transporte de viajeros a Murcia y otras cercanías, fomentándose así el gremio de tartaneros y hace su aparición el “tan esperado y moderno” tranvía, en principio arrastrado por caballerías y posteriormente electrificado, ya que el sistema de vapor no llegó a funcionar adecuadamente.


Nº 5 - 1929

El siglo XX avanza y con ello la instalación de nuevas industrias en Alcantarilla. A las serrerías pronto se le suman las conserveras, que durante muchos años fueron el gran motor de la economía de Alcantarilla creando miles de puestos de trabajo hasta el punto de tener que recurrir a autobuses para traer trabajadores de poblaciones cercanas.
Alcantarilla cuenta con dos importantes líneas de ferrocarril, una carretera nacional, varias carreteras comarcales, una línea de tranvía con Murcia, numerosas industrias y una fecunda huerta. El crecimiento de la población, iniciado cincuenta años antes, sigue su ritmo imparable.
Al inicio de la década de los veinte se lleva a cabo la primera urbanización planificada de la población, promovida por el maestro constructor de Alcantarilla Damián Bernal Munuera, que crea un nuevo barrio colindante con el camino de Barqueros cuyo eje fue durante muchos años la llamada Calle de Bernal y ahora de La Fuente, porque en ella se instaló una fuente pública a mediados de esta década cuando llegó el agua potable a la población desde el Cabezo de las Aguas.
Sin planeamiento, comenzaron a edificarse los inicios de la carretera de Mula y de la carretera de Lorca de una forma tímida, mientras que el casco antiguo, rodeado de huerta, tiende a respetar a ésta y no ofrece crecimiento significativo. Las cuevas siguen existiendo e incluso aumentando su número con nuevos emplazamientos. El primer campo de “football” se instala frente al hoy Hogar del Pensionista y tenemos una pista de tenis en el camino de Puebla de Soto junto a la acequia de La Daba, en terrenos de Hero.


 Nº 6 - 1946

Mientras que los alrededores de huerta del casco antiguo permanecen intactos, la población sigue su crecimiento en la parte llamada “el Campo”, por la carretera de Mula y la de Barqueros, al norte del barrio construido por Damián Bernal.
Por la parte de Javalí Nuevo ya se colmatan dos manzanas dentro del término de Alcantarilla.
La población ya presenta la implantación de diversas industrias en su ensanche. Es una época de progreso lento pero constate. La carretera de Lorca comienza a edificarse sobre todo con almacenes de diversos usos y se construyen tres manzanas de viviendas protegidas para ir acabando con el problema de la vivienda existente en la población.
Se cuenta ya con un campo de deportes en los terrenos en los que hoy se encuentra la Plaza de Abastos de Campoamor. Las Tejeras comienzan un tímido arranque y el ferrocarril irrumpe en el interior de varias industrias.
En estos años ya la industria crea más empleo que la agricultura y ello se traduce en que el crecimiento demográfico se incremente.

   
Nº 7 - 1956

En estos años el principal acontecimiento urbanístico es el inicio de las obras para la construcción del desvío la población. Los domingos por la noche el tráfico de los escasos coches que circulaban por la Calle Mayor es casi imposible habida cuenta de la gran afluencia de personas paseando a lo largo y ancho de la calle, de fachada a fachada, del paso a nivel a la plaza de abastos.
Pero las obras del desvío sufren un parón a la altura del ferrocarril y esas obras permanecen detenidas demasiado tiempo, estando el paso cortado por unos grandes bidones cargados de arena.
Por la carretera de Barqueros los edificios llegan ya a ese desvío, así como por la carretera de Lorca, mientras que el interior de la zona permanece vacío. Ya se está construyendo la Iglesia de la Asunción de Campoamor que aparece como un edificio aislado.
A las tres manzanas de viviendas protegidas ya construidas anteriormente para paliar el problema de la vivienda se suma ahora la construcción de otras dos manzanas colindantes a las anteriores, por lo que el problema de la vivienda comienza a desaparecer.
Las Tejeras crecen lentamente y el barrio de Vistabella es el que sufre una mayor expansión, si bien a base de pequeñas industrias.
Las edificaciones de Javalí Nuevo siguen aumentando en el término de Alcantarilla llegando ya a la segunda manzana.


  
 
Nº 8 - 1968

Esta década es la del inicio de las grandes transformaciones de la población. La parte de Campoamor, al norte y sur de la carretera de Lorca, va formado rápidamente su estructura urbana.
El problema de las cuevas prácticamente desaparece cuando se culmina la construcción de un nuevo barrio entre la carretera de Barqueros y el Camino de la Silla así como dos pequeñas manzanas junto al nuevo campo polideportivo que se encuentra en sus inicios.
La carretera de Mula adquiere protagonismo con la llegada de la Escuela de Formación Profesional, el citado polideportivo y un par de nuevas industrias.
Vistabella no crece lo suficiente al ver ese crecimiento restringido al llegar a un parcelario de unas mayores dimensiones que no están en el mercado.
Las Tejeras crecen rápidamente, y en la carretera de Javalí Nuevo nace el barrio de Cabezo Verde, en una mezcla de vivienda y pequeña industria o taller.
La huerta se sigue manteniendo en los límites del antiguo casco urbano, que prácticamente están inalterables. Esa huerta, casi un jardín, se mete dentro de la población y las acequias todavía llevan un agua abundante y poco contaminada. Las tabernas albergan por la noche a una gran multitud de huertanos, obreros, comerciantes y buscavidas en una interesante mezcolanza en la que todo el mundo se conoce y todo el mundo se saluda entre botella y botella de vino que el tabernero de turno saca de grandes barriles.




Nº 9 - 1978

Se va colmatando la parte de poniente de la población con la excepción de la zona de Vistabella. Las Tejeras siguen su lento crecimiento al igual que el barrio de San José obrero.
La zona de Cabezo Verde permanece algo estancada mientras que en la zona de Javalí Nuevo ya se llega a la tercera manzana en término de Alcantarilla.
Junto a la Rambla de Las Zorreras se construye un polígono industrial, y la carretera de Mula permanece estable.
Lo que si experimenta un cambio histórico es la urbanización del antiguo Huerto de los Frailes, realizándose las primeras edificaciones dando fachada a la calle Madrid o antiguo camino de Castilla.
La merma a la huerta comienza ya a aparecer en el Camino de la Piedra y Avenida de Santa Ana; y en la carretera de Murcia se lleva a cabo la urbanización de Florentino Gómez.
Las cuevas ya han desaparecido de la población aunque algunas no se hayan destruido todavía. Al final se han construido casi quinientas viviendas sociales.





Nº 10 - 1986

Se van colmatando los barrios de Campoamor, Las Tejeras y Vistabella, a la vez que crece hacia el sur el barrio de San José Obrero.
Otras zonas quedan paralizadas en tanto no se tenga aprobado el nuevo planeamiento urbanístico
La huerta se va mermando en la calle de San Sebastián, Camino de la Piedra y Avenida de Santa Ana, pero ese no es problema de la destrucción de la huerta, ya que esa propia huerta es la que comienza a desaparecer de manera alarmante a un gran ritmo, y las parcelas abandonadas aumentan rápidamente.
Ya existe la estación de mercancías de Nonduermas, lo que significa que Alcantarilla pierda todo el protagonismo ferroviario que llevaba ostentando desde la década de los años sesenta del siglo XIX, o sea, cien años.



Nº 11 - 2002

La aprobación de la nueva normativa urbanística, la ampliación del término y la bonanza económica dan lugar a que la población sufra grandes cambios y se incremente en un gran porcentaje la construcción de viviendas.
            Todo el núcleo que engloba el desvío prácticamente se colmata con la excepción de unas pequeñas zonas en La Torrica. El ensanche de la Avenida de Murcia comienza su ejecución, a la vez que se colmatan los solares de antiguas fábricas.
La ampliación de término supone incluir ya como propias algunas zonas colindantes como es el caso del barrio de El Llano. También San José Obrero se colmata y en lo mismo ocurre con el barrio de Cabezo Verde. Cada vez queda menos suelo libre en la delimitación de lo que era el antiguo término municipal.
Las infraestructuras también sufren importantes cambios, ya que nos encontramos con una autopista por la parte de poniente con un largo túnel bajo San José Obrero, y con un desvío de la población que comienza a ser desdoblado en un primer tramo a partir de la Avenida de Murcia.
El ferrocarril, que en otros años fue motivo de bonanza económica, va poco a poco desapareciendo y ya solamente queda una estación abandonada y unos trenes que pasan de largo. 
La única industria conservera que queda da el salto al otro lado de ese desvío con un gran edificio logístico que conlleva una explanación de terrenos que puede haber afectado a los restos arqueológicos de la antigua Alcantarilla junto al Puente de las Pilas.
Y por último, la huerta entra en un proceso ya irreversible de desaparición y las parcelas abandonadas se incrementan sin cesar.

       

Nº 12 - 2015

            La crisis hace que la expansión constructiva sufra una brusca retención, y así algunas zonas urbanizables quedan a medio ejecutar o bien no se comienzan, aunque ya en estos momentos puede decirse que el suelo urbano de Alcantarilla está ejecutado casi en su totalidad.
            Se colmata Vistabella, que era la última zona de Campoamor que quedaba con unas cuantas zonas libres, y hasta la hondonada del Potrox se va cubriendo de naves y viviendas, al igual que también se incrementa la zona industrial en el desvío, entre las carreteras del Javalí y de Mula, así como en esta última carretera.
            El barrio de Cabezo Verde acaba prácticamente colmatado, así como Las Tejeras, el Huerto de los Frailes y La Torrica.
            El milenario Cabezo de las Aguas pierde su fisonomía ante el ataque de las máquinas que trazan los viales de una urbanización residencial según un proyecto municipal de los años ochenta, que sirvió además para que la zona no fuera arrasada al usarse como cantera para las obras de la autovía. Lo pagó el Cabezo del Ángel de Javalí Nuevo, que perdió así su paisaje característico.
            A estas alturas ya puede certificarse la muerte de la huerta, el abandono de parcelas es imparable y parte de esa huerta ya simplemente se utiliza para edificaciones unifamiliares aisladas.
            El suelo edificable en Alcantarilla se encuentra ya bajo mínimos al no haberse acometido actuación alguna en la zona norte de la ampliación de término. Ahora, el reto es dotar a la población de un sistema adecuado de infraestructuras viarias que permitan la fluidez del tráfico y la fácil intercomunicación entre todos los sectores de la población, así como su interconexión con el polígono industrial y los accesos y salidas de la población. Y todo ello sin olvidar el ferrocarril. Un ferrocarril al que se le recibió con grandes vítores y fiestas y al que se le despide ahora con manifestaciones en su contra. Es la vida.
            Las mismas diferencias que se observan entre los planos de los años cuarenta o cincuenta y el actual son las que existen entre las sociedades de entonces y de ahora. Un mundo.


Nº 13 - Altimetría

El plano de altimetría con curvas de equidistancia de un metro es un documento muy útil para múltiples aspectos.
La topografía permite el confirmar o desechar algunas hipótesis o afirmaciones históricas. Su juicio es inapelable, porque ya se sabe que las aguas van a los hondos, nunca ladera arriba como algunos pueden pretender.
El plano de altimetría hay que estudiarlo despacio, con detenimiento, observando cada detalle, y así podrá deducirse por dónde debía pasar un camino, en dónde podría haber existido una construcción, por dónde corrían las aguas; en resumen, se puede ver cómo era Alcantarilla hasta que las características de su solar fueron borradas del mapa.



Nº 14 - Hidrografía

Consecuente con el plano de altimetría tenemos el de hidrografía: qué cursos de agua cruzaban este espacio físico, qué ramblas, qué ramblizos, qué vaguadas, cuantas colinas o cabezos formaban las líneas divisorias de aguas; por donde se establecían las líneas de máxima pendiente, por dónde afluía el Río Guadalentín. Ambos planos contienen una gran cantidad de información.



 
29 - EVOLUCIÓN URBANA POR BARRIOS Y ZONAS

1 – Huerto de los Frailes
2 – Casco antiguo
3 – Campoamor
4 – Zona de la Estación de Lorca
5 – Carretera de Mula
6 – Zona de Martínez Campos
7 – San José Obrero
8 – Cementerio
9 – Cabezo Verde
10 – La Torrica
11 – Fábrica de Hero
12 – Avenida de Murcia
13 – Límite con Javalí Nuevo

HUERTO DE LOS FRAILES
El antiguo y emblemático sector del Huerto de los Frailes, ubicado en una amplia vaguada, se mantuvo como zona agrícola, primeramente mixto de secano y de regadío, hasta la década de los sesenta en que se cedió un suelo para la construcción de un instituto, también se construyeron dos naves industriales junto al desvío y se comenzó la construcción de viviendas en su lindero oeste o Calle Madrid.
Con anterioridad, a mediados de la década anterior, el trazado del nuevo desvío de la población discurrió por su parte norte de forma paralela a la ya existente Carretera de la Pólvora, que aún continua con su trazado original.
Tras los problemas surgidos con el plan de urbanismo de los años setenta, la prevista urbanización del huerto sufrió una paralización y se iniciaron unas largas consultas de consenso con los propietarios de cara a la redacción del nuevo plan del año 1982 para establecer un modelo de ordenación de volúmenes diferente al previsto inicialmente, aumentando la altura de las edificaciones y con ello las cesiones de suelo.
En la actualidad, sobre su entorno se ubican un instituto, tres colegios y un jardín público.



CASCO ANTIGUO
El caso antiguo de la población va creciendo desde sus momentos iniciales en el sentido de ocupar aquellos terrenos menos productivos y desde luego no susceptibles de poder tener acceso al riego con las aguas de la cequeta, significando la Calle de San Sebastián como una barrera a su desarrollo por la parte este, mientras que la población se desarrollaba por la parte norte hasta llegar al camino de Mula.
            Tras sobrepasar las edificaciones la Calle de San Sebastián, el segundo cinturón era el Camino de La Piedra que también acaba superado en unos momentos en los que ya la explotación agrícola de la huerta nada importaba económicamente hablando.



   
CAMPOAMOR
Hace solamente cien años nada existía de la zona de la población situada al oeste del ferrocarril. Al inicio de la década de los años veinte, como ya anteriormente se ha dicho, el maestro de la construcción Damián Bernal Munuera construye el primer barrio de la zona compuesto de doce manzanas de viviendas con una calle como eje central denominada entonces Calle Bernal, que luego pasó a llamarse Calle de La Fuente, luego Calle Matías Montero, y ahora nuevamente Calle de La Fuente, designándose inicialmente las otras calles con letras del alfabeto.
A continuación comienzan de forma tímida a realizarse construcciones mixtas de viviendas y de industrias en la carretera de Lorca, iniciadas con la construcción de tres manzanas de viviendas protegidas, a las que siguió la construcción de otras dos manzanas –las llamadas casas del ministro José Solís– en unos momentos en que se abordó de forma decidida el problema de vivienda que existía en Alcantarilla
La construcción de la iglesia de la Asunción supone un acelerador para la zona que poco a poco se va colmatando ante la oferta de un suelo muy accesible, pocas trabas burocráticas y una economía en alza de forma lenta pero continua. Podía adquirirse un solar a un precio muy asequible, cualquier maestro de obras asesoraba o colaboraba, toda la familia ayudaba a ratos en los días festivos a la construcción, los materiales se podían conseguir fiados, y eso de la hipoteca sonaba a chino. Un sueldo, a veces dos, y cualquier ingreso suplementario por pequeño que fuese, era suficiente para poder llegar a tener una vivienda en planta baja y con un buen patio. Luego los hijos, cuando eran mayores, efectuaban las elevaciones de planta para su vivienda. Y hasta a veces se pagaba una pequeña multa al ayuntamiento.



  
ESTACIÓN DE LORCA
Esta es una de las zonas de desarrollo urbanístico más complejo, si no la que más, ya que en ella se encuentran dos fábricas de maderas, una de conservas, una zona militar y unas estructuras ferroviarias.
La fábrica de maderas de Galindo fue la primera en urbanizarse para uso residencial en una forma muy propia de aquellos años, con una ocupación abusiva de suelo, viales insuficientes y ninguna contribución a los necesarios equipamientos públicos de dotaciones que esa construcción de viviendas conllevaba. El resultado no podemos decir que fuera el idóneo ni mucho menos, pero hay que decir dos cosas, una, que a todo ello fue ajena la familia Galindo, y otra que en aquellos años este sistema era el normal, cualquier perspectiva sobre las cargas que luego repercutirían sobre el ayuntamiento y los propietarios colindantes ni siquiera se pensaban. Todo Campoamor y otras zonas de la población se urbanizaron bajo esos conceptos.
Casos distintos tenemos en las fábricas de Cobarro y de Pérez Almagro; y además el sector contó con la suerte de tener acceso a los terrenos de las antiguas instalaciones militares ligadas a la base aérea, lo que supuso el poder cumplir con los estándares de dotaciones en una zona muy colmatada.
La supresión de la línea férrea de Lorca ha supuesto también el romper la línea curva marcada por la vía férrea y establecer una trama de ordenación que poco a poco va enlazando con la zona sur del casco urbano tal y como contemplaba el Plan de 1982.


  

CARRETERA DE MULA
            Antes y después de la construcción del nuevo cementerio en el año 1914, la carrera de Mula era lo que se llamaba “el campo de la población”; una zona “muy alejada”, aunque más sicológicamente que físicamente.
            La construcción del polideportivo en la década de los sesenta comenzó a dar a esta zona un cierto empujón y varias industrias comenzaron a instalarse en ella, culminando con la construcción de la Escuela de Formación Profesional y la Clínica San José.
A partir de ahí se ha ido produciendo un incremento de industrias y se ha ampliado el polideportivo municipal.



MARTÍNEZ CAMPOS
            La Avenida de Martínez Campos, en donde comenzaba antiguamente el llamado “campo” de la población, fue la primera en tomar el testigo puesto por Damián Bernal con la construcción de su barrio de La Fuente; así, la zona entre la Carretera de Barqueros y la Avenida de Martínez Campos se colmata rápidamente e incluso “salta” la avenida y se comienza a edificar la parte de levante de la zona de Vistabella en su límite con la carretera de Javalí Nuevo o Camino de Los Romanos.
            Esta zona de Vistabella es la más tardía en consolidarse al estar el suelo de su parte de poniente en manos de unos propietarios que inicialmente no pensaron en la opción de urbanizar sus propiedades, aunque sí se cedieron los terrenos para un nuevo grupo escolar que ya se mostraba muy necesario.
            La franja junto al ferrocarril, que albergaba algunas industrias, y entre ellas la pionera en las serrerías, la de José Precioso, que tuvo el primer coche de Alcantarilla y necesitó traer un “chauffeur” de París para conducirlo, sirve para zonas de equipamientos y de construcción de nuevas viviendas protegidas.
            La colmatación ha llegado con la ubicación del citado grupo escolar y la construcción de viviendas en los solares que quedaban libres.


    
SAN JOSÉ OBRERO
El problema de la vivienda seguía siendo acuciante en Alcantarilla a finales de la década de los años cincuenta; y al principio de la década siguiente se inauguró un nuevo barrio de viviendas protegidas, formado por diez manzanas, alrededor de las cuales pronto se comenzaron a edificar nuevas viviendas teniendo un crecimiento progresivo hasta ahora. Con la construcción de estas viviendas y dos bloques más, uno junto al campo polideportivo y otro en la Calle Madrid, prácticamente desapareció el problema de la vivienda en la Alcantarilla de aquellos años.





EL CEMENTERIO
En el año 1915 se inauguró el nuevo cementerio tras ocho años de trámites y ante el grave problema por el estado de colapso en el que se encontraba el antiguo cementerio de la Calle Madrid, llamado de El Salvador, que fue construido en la década de los años sesenta del siglo XIX.
El nuevo cementerio, denominado de San Pedro Apóstol, ha sido objeto de tres ampliaciones a través de su historia.





CABEZO VERDE
El despegue de esta zona se inicia a principios de los años sesenta con la construcción de alguna granja y de alguna industria para a continuación iniciarse el marcaje de unas calles siguiendo los linderos de las propiedades y muy en contra de la idea inicial del perito Juan López García, siempre a la greña con el arquitecto municipal Demetrio Ortuño Yáñez.
Pronto la zona se convirtió en una amalgama de viviendas y pequeños talleres que aconsejó establecer una zona de usos mixtos, aplicando a las industrias una serie de medidas correctoras.
A principios de los setenta se construyó un polígono industrial junto a la Rambla de las Zorreras, en donde ya estaba instalada como primera industria la cooperativa formada por los obreros de la fábrica de Galindo que habían perdido su empleo con motivo del cierre y embargo de la fábrica.
Los criterios de que esta zona se dedicara a zona industrial dio lugar a que también se clasificase para ese uso la parte derecha de la carretera del Javalí según la política municipal en aquellos años basada en la creación del máximo empleo posible tras la caída de las industrias madereras y conserveras.
En esta zona se encuentra el llamado Cabezo Verde, o Cabezo del Pimiento o Cabezo de las Aguas, lugar en donde en el año 1925 se construyeron las balsas y filtros para abastecer de agua potable a la población.
Hoy el barrio de Cabezo Verde alberga desde grandes industrias hasta viviendas unifamiliares aisladas en una mezcla poco conflictiva.
Por último, en esta zona, en el cruce de la carretera del Javalí con el desvío se encontraba la emblemática almazara de Don Ginés, lamentablemente desaparecida.






LA TORRICA
Este barrio parece que debe su nombre a la torre que existía en él, refugio de malhechores que actuaban en la jurisdicción de Murcia y que mandó derribar el emperador Carlos I. Existen indicios de que lindando con la Calle Mula se encontraba el hospital que mandó edificar Lázaro de Usodemar, y hasta hace pocos años existían unas ruinas que parecían probarlo.
El caserío de La Torrica era un entorno clásico de la huerta de Alcantarilla y por esa razón el urbanismo ha mantenido su antiguo trazado, sin embargo, lo que no ha podido evitarse es que desaparezca un trozo de huerta que posiblemente sea el más histórico de la población, junto a El Turbedal, el acueducto de la cequeta, las aceñas, el abrevadero luego lavadero de la Calle Mula, la noria y la acequia Mayor.
Las importantes y acertadísimas acciones del actual ayuntamiento de desenterrar y elevar a su verdadera magnitud el acueducto de la noria permiten albergar la esperanza de que esta zona adquiera el lugar histórico y paisajístico que le corresponde. El que después de tantos años de desprecio cultural se esté realizando esta obra resulta ilusionante y todavía increíble.





LA FÁBRICA DE HERO
Desde el inicio de su actividad en el año 1909, en manos de la compañía “Champagnes et Fréres” (“Los Champanes”), la fábrica de conservas Hero es la única que ha podido subsistir al contar con capital extranjero y no tener que depender de los bancos españoles.
Esporádicamente estuvo inactiva en los primeros años de su existencia, hasta su compra por la compañía suiza Lenzbourg en el año 1921 y pasar a denominarse “Hero”, por las iniciales de sus propietarios Henckell y Roth. Su crecimiento más importante se llevó a cabo en la década de los años ochenta, en los que negoció con el ayuntamiento, y no sin polémica, se le entregó a la empresa los terrenos de la carretera de la Puebla, antigua vía romana y antiguo Camino Real que cruzaba Alcantarilla. Posteriormente, sus instalaciones han cruzado el desvío de la población con los almacenes del producto terminado y salida de expediciones.






AVENIDA DE MURCIA
La creación de este sector de suelo urbanizable fue la primera operación de envergadura en que se ocupó masivamente un suelo de huerta muy consolidada.
Era la inequívoca señal de que esa huerta ya estaba condenada a muerte, y además la población necesitaba su expansión urbana en una zona que ya se estaba rodeando de construcciones con un mayor o menor orden urbanizador como es el caso de la urbanización “Florentino Gómez”.  Además, el trazado del vial que une la Avenida de Murcia con la Avenida de Santa Ana ha supuesto el iniciar lo que debe ser en un futuro el “desvío sur” de la población, descongestionando el interior del casco antiguo y evitando grandes rodeos innecesarios.



   
EL LÍMITE CON JAVALÍ NUEVO
La expansión de Javalí Nuevo, constreñida por el Cabezo del Ángel y el Río Segura pronto tuvo su salida en una franja paralela al término de Alcantarilla, que sobrepasó desde un primer momento con unas manzanas de viviendas entre la carretera de Alguazas y la vía férrea, pero siempre conociendo cuál era el límite municipal. Sin embargo, a partir de los años noventa, el Ayuntamiento de Murcia se ha adentrado con un sector urbanizable en territorio de Alcantarilla sin que al parecer este hecho fuese detectado por los servicios técnicos municipales de este último ayuntamiento.







PUBLICACIONES y BIBLIOGRAFÍA ESPECÍFICA

Sobre el tema específico de la cartografía y evolución urbana de Alcantarilla puede consultarse:

“EL SEÑORÍO DE ALCANTARILLA” de Salvador Frutos Hidalgo
“HISTORIA DE ALCANTARILLA” de Salvador Frutos Hidalgo
“LAS SENTENCIAS SOBRE EL AMOJONAMIENTO DE 1437” de Salvador Frutos Hidalgo
“TOPOGRAFÍA Y EVOLUCIÓN URBANA DE ALCANTARILLA” de Pedro L. Cascales López
“LAS CHIMENEAS INDUSTRIALES DE ALCANTARILLA” de Pedro L. Cascales López
“LA PRESENCIA ROMANA EN ALCANTARILLA” de Pedro L. Cascales López
“LAVADEROS Y ABREVADEROS DE ALCANTARILLA” de Pedro L. Cascales López
“EL TRANSPORTE DE VIAJEROS EN ALCANTARILLA” de Pedro L. Cascales López
“ALCANTARILLA EN EL SIGLO XVIII” de Fulgencio Sánchez Riquelme
“ALCANTARILLA EN ÉPOCA ROMANA” de Daniel Serrano Várez
“NUEVOS YACIMIENTOS EN ALCANTARILLA” de Daniel Serrano Várez
“ALCANTARILLA DE LA PREHISTORIA AL MEDIEVO” de Daniel Serrano Várez
“EL ENTORNO HISTÓRICO DEL MUSEO DE LA HUERTA” de Daniel Serrano Várez
“PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA EN ALCANTARILLA” de Daniel Serrano Várez
“DOS NUEVAS NECRÓPOLIS IBÉRICAS EN MURCIA” de Manuel Jorge Aragoneses
“POR LAS TABERNAS DE ALCANTARILLA” de Fulgencio Saura Mira
“NORIAS, ACEÑAS, ARTES Y CEÑILES EN LA VEGA DEL SEGURA” de María Elena Montaner Salas
“EVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA DE ALCANTARILLA” de María del Carmen Cremades Griñán
“REFERENCIAS DE ANTIGUOS TEMPLOS DE ALCANTARILLA I y II de Diego Riquelme Rodríguez
“PATRIMONIO CULTURAL DEL CASCO ANTIGUO DE ALCANTARILLA” de Mónica López Sánchez y María Griñán Montealegre
“POR LAS CALLES DE ALCANTARILLA” de Ángel Palazón Cerón
“MEMORIAS DESDE LA BARRERA” de Diego Tárraga Vives
-“EL FERROCARRIL DE ALCANTARILLA A LORCA I y II” de José Antonio Gómez Martínez
“CONVENTO DE SAN FRANCISCO DE PAULA” de Pedro Montesinos Ortuño
“ALCANTARILLA DEL FIELATO PARA ARRIBA” de Adolfo Hernández Hernández
“LOS TRANVÍAS DE MURCIA” de Sánchez Vintró, Olaizola Elordi y Gómez Martínez


Y en internet, diversos artículos en:


Nota informativa

En defensa del rigor y del derecho de los habitantes de Alcantarilla a tener acceso a una información histórica veraz, hay necesariamente que advertir que en estos últimos años, al igual que ocurre en la sociedad en general, sobre la historia de Alcantarilla y su evolución urbana se han estado difundiendo en diferentes medios escritos y audiovisuales, por parte de personas que se arrogan supuestos conocimientos, una serie de falsas afirmaciones sobre determinados hechos, o bien han realizado plagios de publicaciones alterando y haciendo suyo su contenido, presentando cosas sabidas como grandes descubrimientos o simplemente propagando falsedades, siguiendo un patrón que solamente parece corresponder a unos deseos de protagonismo absolutamente incompatibles y alejados de lo que es el trabajo serio, riguroso y generalmente anónimo, de quienes calladamente investigan y trabajan muchas horas, días, meses y años, sin buscar nada a cambio, con el único interés de que el pasado histórico sea cada vez más conocido de una forma lo más extensa y veraz posible.

Todo esto, que no pasaría de ser una cómica anécdota, se convierte en un problema para esta población de Alcantarilla, cuando desde fuera, cualquier medio informativo que tenga una cierta difusión se hace eco de alguna de estas falsedades, pasando así de un medio menor a otro mayor, e incluso llegando a tener acogida en organismos oficiales poco escrupulosos a la hora de adoptar como suya una determinada información, como ya ha ocurrido y está ocurriendo en demasiadas ocasiones. Y cuando llegamos a este punto, la pura y zafia falsedad ya se ha convertido en historia “oficial”. El daño ya está hecho, y sus consecuencias son realmente graves.

Así,

–Por encima de Los Arcos nunca ha pasado una calzada romana. No tiene sentido un viaducto sobre una simple rambla cuando a doscientos metros, precisamente por donde pasa el “Camino de los Romanos”, puede cruzarse esa misma rambla cómodamente. Además, ese punto de Los Arcos carece de conexiones con la red viaria romana detectada. No tiene continuidad alguna. Y la solera de mampostería encontrada es la propia de un acueducto medieval, no de una calzada romana.

–Alcantarilla, de ninguna manera, debe su nombre al Puente de Las Pilas, la población es más antigua que el puente. Ni a él iban las mujeres del pueblo a hacer “la colada” cuando disponían de lavaderos en la cequeta junto a sus casas.

–El acueducto de la noria no es romano sino que fue construido más de mil años después, cuando se colocó la noria, y fue recrecido cien años después en 5 palmos (un metro). Resulta disparatado el decir que el hallazgo de una moneda romana en uno de sus arranques implica que esa construcción es romana. Buena parte del acueducto fue artificialmente semienterrado por los agricultores con la traílla (ahora felizmente desenterrado) y esa moneda, como cualquier otro objeto, fue posiblemente desplazado desde los alrededores del actual Cabezo del Convento en donde sí es posible que existiese una construcción en época romana. 

–El acueducto de la cequeta no hace curvas extrañas desde su parte norte a causa de que era un canal romano. Hace un simple quiebre para poder cruzar los más perpendicularmente posible la acequia de El Turbedal. Además, el corto tramo norte es de fecha de construcción más tardía que el largo tramo sur.
 
–La acequia de Barreras no se llama así porque junto a ella hubiesen alfareros, sino por el nombre de la tribu morisca que habitaba en el espacio de la hoy Puebla de Soto (“El Barrio”)-La Raya-Nonduermas. Los “beni-arriras” o “beni-barriras”. Además, la granulometría de los arrastres del Segura es incompatible con la alfarería. No valen. No así las arcillas del Guadalentín, que sí contienen una granulometría óptima.

–La Calle Mayor nunca ha sido una rambla, topográficamente es imposible, y jamás se la ha denominado “Calle Nueva”. La Calle Nueva era en el siglo XVII la actual Calle del Tropel, a partir de la cual fue creciendo un nuevo barrio, el “Barrio Norte”.

–La chimenea de Florentino Gómez no se dejó de “recuerdo”, se derribó.

–En La Voz Negra no podía regarse con las aguas de la acequia Mayor elevada “con medios artesanales”; un algaydonal no puede elevar el agua los 9 metros de diferencia de cota, eleva como mucho un par de metros, aparte de existir unas ordenanzas de la huerta que cumplir. Y la Voz Negra contaba además con las aguas del Río Guadalentín, no necesitaba las del Segura.

–El Camino de la Silla no se llama así por la familia de ese nombre, que no existía por entonces (siglo XVI) en Alcantarilla, sino por la definición orográfica del paraje por dónde discurre: una silla o sillada.

–La ermita o convento de la Virgen de La Salud, antigua iglesia de la antigua Alcantarilla, jamás estuvo junto al Agua Salada, estaba junto al Puente de Las Pilas.

–La antigua Alcantarilla nunca estuvo en el Cabezo del Agua Salada ni en La Torrica, ni entre el Agua Salada y el Puente de las Pilas. Además, por esta última zona pasaba el río y posteriormente era un soto inundable.

–La jurisdicción territorial de Alcantarilla es una cosa y el núcleo poblacional otra. No deben confundirse intentando buscar a la población un antiguo emplazamiento que nunca existió, ni puede afirmarse “que se preguntaba a testigos dónde estaba (la población) Alcantarilla” en el año 1437. Es absurdo.

–Alcantarilla nunca ha sido el término municipal más pequeño de España antes de su ampliación, ocupaba el puesto 278. Y resulta cómico y manipulador el hablar de que tiene una “densidad de población de las más altas del mundo”.

–Alcantarilla nunca estuvo entre las acequias de El Turbedal y La Daba.

–El túnel de la Contraparada no es la acequia de la Alquibla, es otra cosa, y no puede ser “descubierto” porque nunca ha estado perdido.

–La Inquisición no tenía “casa” ni “mazmorra de torturas” en Alcantarilla. La actual Casa de Las Cayitas o de doña Caya López, antes de Enrique López Pérez de Tudela, la debió mandar construir un “familiar” de esa institución, posiblemente don José Pérez o su padre a finales del siglo XVII o principios del siglo XVIII, que colocó el escudo en la fachada por tener derecho a ello, y posiblemente fue quién promovió el cambiar el trazado del camino de Cartagena, que se alineaba con la Calle de Los Pasos, para que coincidiera con la casa y además desembocara perpendicularmente a la Calle Mayor.

–La fábrica de conservas de Esteva nunca fue la primera de Murcia; sí lo fue de Alcantarilla; de Murcia fue la quinta. Por orden de antigüedad las fábricas de Alcantarilla fueron: Esteva; Nicolás Gómez Tornero; Florentino Gómez Tornero; Champagnes Fréres (Hero); Pedro Cascales; Sala, Navarro y Verdú (Cobarro); Manuel Hernández; Juan Antonio López (La Esencia, Hernández Pagán); Francisco González (Gambín); Jesús Caride; Pellicer y Silla.

–No se puede abastecer a un canal de las dimensiones de la cequeta con algaydonales o cigoñales a partir de la Daba, harían falta al menos diez de ellos trabajando ininterrumpidamente. Hubiera sido más fácil el colocar una pequeña noria en la Daba. No tiene sentido.
 
–Alcantarilla nunca ha limitado con Librilla y encima tener una superficie “total” de “800.000 m2”, cuando desde un principio su extensión territorial era de 5,5 km2; y para limitar con Librilla serían necesarios unos 60 km2. Los 800.000 m2 que se refieren en los documentos, ya desde Alfonso X, corresponden al “área regable”, no al término municipal.

–El Guadalentín nunca pudo rellenar la vaguada del acueducto de la rueda. Entre el cauce del río y esta vaguada hay una barrera topográfica (que incluye el Cabezo de San Roque) de 9 metros de altura. Las aguas de ese río habrían tenido que ir “hacia arriba” por su margen izquierda mientras tenían toda su margen derecha con pendiente “hacia abajo”. Y todo ello en los últimos siglos. El relleno existente no es pues por “aluviones” naturales sino el resultado de nivelaciones hechas por los agricultores con las traíllas para obtener suelos aptos para el regadío a “manta”, y de ahí los desniveles de más de dos metros que existían en los márgenes de la hoy calle de Ntra. Sra. De la Salud y del médico Cástulo Sanabria.
 
–La Calle de Madrid era el Camino de Castilla, no “del castillo”.

–Es disparatado decir que “el segundo escalón” de la actual parroquia de San Roque se encuentra al mismo nivel que la veleta de la torre de la catedral de Murcia; le faltan “sólo” 70 metros, basta sumar…, etc.

–Y sería también deseable el que se evitasen deplorables vulgarismos solo admisibles en el habla coloquial pero que no son adecuados en los temas escritos. Dos solos ejemplos: se debe decir La Cañada, no “La Cañá”; y se debe decir el Agua Salada, no el “Agua Salá”. Estas cosas sobran, no vienen evidentemente a cuento.

Pedro L. Cascales López
Febrero de 2019