jueves, 17 de junio de 2021

LA GUARDIA CIVIL EN ALCANTARILLA Y EL CONTEXTO HISTÓRICO

Pedro L. Cascales López

Con un especial agradecimiento a Juan Cánovas Orcajada por todo el importante trabajo documental realizado y a  Salvador Mata Valera por sus fundamentales aportaciones.

 

            Durante más de ciento sesenta años la Guardia Civil ha estado íntimamente ligada a Alcantarilla, ya que la existencia en esta población de la Comandancia de Puesto primero y Jefatura de Línea después, implicaba el que durante todo este largo período de tiempo, no solamente los guardias, sino sus familias, viviesen en Alcantarilla e incluso existiesen muchos enlaces matrimoniales entre guardias procedentes de otras poblaciones con mujeres de este pueblo, quedándose muchos de sus hijos a vivir ya aquí de forma definitiva.

            El aprecio, el agradecimiento, la convivencia y la colaboración con este Cuerpo por parte de los alcantarilleros siempre fue muy grande; y cuando en algunas ocasiones se presentó la posibilidad de que la Guardia Civil abandonase la población, el malestar y las quejas de los vecinos se pusieron de manifiesto de forma inmediata.

            Alcantarilla era un lugar de encrucijada de caminos, y era también un foco de atracción de personas que venían a la población buscando un trabajo que no podían obtener en sus lugares de origen; existían además dos estaciones de ferrocarril; y las zonas de actuación del bandidaje no estaban muy alejadas de la población. Resulta evidente que la presencia de la Guardia Civil representaba una enorme tranquilidad para su vecindario. No es posible tener estadísticas de actuaciones, pero no puede negarse que esa presencia de la Benemérita necesariamente evitó innumerables alteraciones del orden, muchos robos e incluso algunos asesinatos.

            La historia de la Guardia Civil ha sido ya relatada de manera muy completa por ilustres y documentados historiadores, y a ellos nos remitimos, pero en esos densos e importantes trabajos no es posible contemplar la pequeña historia de cada población ni de cada Puesto de la Guardia Civil, y eso es lo que nos ocurre en el caso de Alcantarilla.

            Es difícil obtener datos o relaciones completas de los servicios de este Cuerpo ubicado en Alcantarilla ya que a lo largo de la historia sus miembros han estado actuando en poblaciones cercanas, en Murcia capital, e incluso en Madrid. Resulta también evidente que el ámbito de actuación del Puesto y la Línea de Alcantarilla (cuando ésta la tuvo) excedía con mucho a este pequeño pueblo y su minúsculo término municipal, por lo que no podemos desligar la historia de la Guardia Civil de Alcantarilla con la de otros lugares, tal y como anteriormente hemos apuntado, como tampoco podemos desligarla de la historia de España, porque siempre, en mayor o menor medida existió una relación y existieron unas consecuencias. No nos es posible el consultar miles de documentos y periódicos en archivos nacionales y regionales para relatar el día a día, estamos ya en el tiempo de descuento; y por otra parte, no podemos decir que ello pudiera aportar demasiado; dejamos ese cometido a trabajos más completos. Salvando ese complejo escenario, sí podemos relatar aquellas actuaciones que tuvieron lugar en Alcantarilla, alguna de ellas muy importante históricamente hablando; así como exponer en donde se ubicaban sus diversas dependencias.

No es posible citar los nombres de los guardias civiles que pasaron por esta población, no obstante, sí podemos relacionar a algunos que fueron de los últimos Guardias Civiles de Alcantarilla. Desgraciadamente algunos ya han fallecido, da igual siguen estando, y los que sobreviven saben el aprecio de esta población hacia ellos.

Recordemos a Ángel Alvarado Jimeno, Antonio Gómez Ortiz, cabo José Crespillos Oliveros, brigada Francisco Verdejo Pérez, Sebastián López Fernández, Pedro López Jerez, Felipe Soler Osete, teniente Alonso Hernández Navarro, teniente Juan Antonio Martínez Becerra, sargento Antonio López Bravo, teniente Martín García Retamero, cabo José Vázquez Pérez, Antonio Ramos Illán, teniente Pedro Moreno Carrillo, subteniente Salomé Fernández Chacón, Eusebio López Vigueras, su hijo José López Ayala, Francisco Jiménez Jara, Manuel Piñero Rocha, Diego Pérez Cortés, Antonio Torrano Torrano, cabo Domingo Espín del Baño, sargento José María Fernández Espín, Juan Antonio Pellicer Vivancos, teniente Gabriel Madrid Martínez, Pedro Luis Alegría Cazorla, sargento Fidel Bedia Castillo, subteniente Juan Larios López, Damián Gómez Linares…, y tantos otros.

Y de forma más personal, a algunos amigos que resulta que eran, cosas de la vida, guardias civiles (y, cuidado, que de siempre se ha dicho que “el que tiene un amigo Guardia Civil tiene una moneda falsa”, ni niego ni afirmo, pero creo que esa frase la pudo inventar alguno que la había hecho negra y quería que su amigo guardia mirara para otro lado, y no miró); cito a algunos de una manera muy breve: DOMINGO QUESADA GARCÍA, del Servicio de Información, exlegionario, formalidad e integridad a toda prueba, hombre de palabra. Sus inseparables ESTEBAN LÓPEZ LÓPEZ y PEDRO GARCÍA LORCA. Subteniente FERNANDO DEL CERRO LÓPEZ que me hizo medirle el cuartel de arriba a abajo con su típico “ya sabes cómo vas a cobrar”. Era de Javalí Nuevo, cuna de muchos guardias civiles. JUAN GONZÁLVEZ LÓPEZ, Interventor de Armas, persona muy formal y competente en una labor muy delicada, atento hasta la extenuación, servidor ante todo del ciudadano, amigo siempre. Sargento JOSÉ RUBIO BLEDA, imagen clásica y popular de un Guardia Civil. Amigo sin fisuras de sus amigos y dispuesto siempre a ayudar al que lo requiriese; fiel si correspondías; si no, cuidado. Cuando fue ascendido a brigada y le visité en su nuevo destino de Villarrobledo sentí cierta rabia de ver en las condiciones en que se encontraba la Casa-Cuartel. Brigada FERNANDO MONTES JIMÉNEZ, que perteneció a la Línea de Alcantarilla, cuatro hijos, una nieta y un yerno guardias civiles, algunos de ellos ya oficiales, ¿hay quién dé más?, y SALVADOR MATA VALERA, enlace del en su día CESID y llevando el control de la Línea, por lo tanto, mejor no digo nada, porque “él se cree” que sabe tantas cosas de mí que mejor me callo. Lo dejo con su vana ilusión.

 

Tarjeta del brigada José Rubio Bleda ya en su destino de Villarrobledo

Y necesariamente hay que mencionar que la Guardia Civil de Alcantarilla, el pueblo de Alcantarilla, ha tenido la honra de tener entre sus guardias a un poseedor de la condecoración de la Laureada de San Fernando, la más alta condecoración del Ejército Español, que fue concedida a los defensores del Santuario de Santa María de la Cabeza.

Se trata de Juan Gonzálvez López que tenía ocho años cuando se encontraba en el Santuario junto a su madre y su padre cabo de la Guardia Civil. La historia del asedio es bien conocida, 165 guardias civiles y 50 paisanos, armados con unos pocos rifles, pistolas y escopetas resistieron durante siete meses y medio en el interior del Santuario los ataques de miles de milicianos, tanques, aviación y artillería hasta que sólo quedó un montón de escombros. El padre de Juan murió el día 28 de abril de 1937, sólo tres días antes de acabar el asedio. Lo último que hizo fue meter a su mujer y a su hijo en una de las cuevas al iniciarse uno de los diarios bombardeos. Murió en ese mismo instante al estallar una bomba tras él.

 

Pergamino entregado a la familia del Guardia Civil Juan Gonzálvez Almansa, caído en el asedio del Santuario de Santa María de la Cabeza (existe un pequeño error en el apellido)

 

Grupo de niños en el interior del Santuario de Santa María de la Cabeza. En un círculo, en el centro, Juan Gonzálvez con ocho años. La mayoría perdieron a sus padres. A la derecha Juan en la actualidad, 85 años después

Certificado de la concesión de la Laureada a Juan Gonzálvez López (se reincide en el error del apellido)

Laureada de San Fernando de bocamanga, bordada por las monjas de un convento de Úbeda en el año 1942 según las normas establecidas: hoja de laurel en oro con las fechas y el lugar del hecho

Salvador Mata Valera, Juan Gonzálvez López, Pedro L. Cascales López y Juan Cánovas Orcajada 

            Habría sido interesante el ver a los norteamericanos tener una “Santa María de la Cabeza” o un “Alcázar de Toledo”, por no citar el más antiguo “Asedio de la iglesia de Baler”, en lugar de “El Álamo”, que aguantó diez días y hay que ver lo que ha dado de sí. Allí, en Norteamérica, y en cualquier país, que es lo lógico, algo normal se ensalza, aquí, en España, algo grande se tapa.

            Y pasamos ya a un relato general sobre los antecedentes históricos que llevaron al nacimiento de la Guardia Civil.

            Para poder ubicar qué causa llevó a esa creación de la Guardia Civil, es oportuno hacer un breve resumen de los cuerpos policiales en España desde que los Reyes Católicos crearon para Castilla en el año 1476 la Santa Hermandad. Hasta esos momentos el mantenimiento del orden y persecución del crimen era tan variado como concejos y señores feudales existían. También puede resultar de apoyo el repasar en un esquema las efemérides del siglo XIX, siglo en el que se fundó el Cuerpo, y que sin duda es el siglo más turbulento y sangriento que ha existido en España y origen de muchos de los problemas que tenemos desde entonces.

            La “Santa Hermandad” fue la primera organización policial centralizada y estaba compuesta por voluntarios y mercenarios que actuaban sin contemplaciones con sus espadas, mosquetes, picas y ballestas contra el bandidaje, corriendo sus gastos generalmente a cargo de los concejos que utilizaban sus servicios. No obstante, la escasez de su número y la enorme extensión del territorio a cubrir les impedía el resultar todo lo efectivos que hubiese sido deseable. Ese “llegar tarde” dio origen al conocido “A buenas horas Mangas Verdes”, ya que su seudouniforme contaba con unas mangas de ese color. Esta fuerza de la Santa Hermandad estaba inspirada en organizaciones primitivas como eran las Hermandades Castellanas de autodefensa de los ciudadanos siendo la más antigua conocida la de Toledo en el siglo XI, prácticamente existente desde la conquista de la ciudad a los árabes. Estas Hermandades recibían ya en años posteriores la colaboración de los “Corchetes” que eran unos ayudantes de los alguaciles de los concejos y que se limitaban, cuando podían, a detener y custodiar a los pequeños delincuentes. La Santa Hermandad fue disuelta en el año 1834 por el Rey Fernando VII, no sin antes caer en una cierta degradación en sus cometidos tal y como decía D. Quijote: “Venid acá, gente soez y mal nacida; venid acá ladrones en cuadrilla que no Cuadrilleros, salteadores de caminos con licencia de la Santa Hermandad”.

La Santa Hermandad en sus inicios, aunque su uniformidad fue cambiando a lo largo del tiempo y según perteneciesen a caballería, ballesteros o arcabuceros. Fue la primera policía de carácter nacional y por lo tanto podemos decir que antecesora de la Guardia Civil

            Tras la Guerra de Sucesión y la llegada de Felipe V, se funda como fuerza de orden público la llamada “Milicia Nacional” formada por ciudadanos armados que tras un largo historial lucharon contra los franceses e intentaron mantener un cierto orden público hasta su disolución (por segunda vez) en el año 1876 momento en el que claramente había quedado obsoleta, demasiado politizada e inoperante tras haber tenido una importante participación en la primera Guerra Carlista.

            En Aragón, Guipúzcoa y puntualmente en Andalucía, actuaba otra fuerza llamada de los “Migueletes”, que a lo largo de su historia fue disuelta y vuelta a crear en varias ocasiones debido el que a veces sus actuaciones no se diferenciaban mucho de las de los salteadores que en teoría debían detener; mientras, en Álava existían los fusileros llamados “Miñones” que aparte de la labor policial tuvieron una decidida actuación en las Guerras Carlistas hasta su desaparición en el año 1876.

Otro cuerpo formado por voluntarios civiles de probada honradez, fue el del “Somatén”, de origen medieval catalán, con su lema “Paz, paz, siempre paz”, que en todo momento colaboraron con la Guardia Civil o con el Ejército en contra del bandidaje. Llegaron a subsistir con altibajos en Cataluña y bastantes puntos del resto de España hasta el año 1978 en que fue disuelto. Recordada es su actuación en la Guerra de la Independencia en la que infringieron tres grandes derrotas a los franceses actuando como guerrilleros.

            También en Cataluña, a iniciativa de Felipe V se crea un cuerpo de ciudadanos armados en escuadras, los posteriormente llamados “Mozos de Escuadra”, siendo su labor el mantenimiento de un cierto orden público. Poco a poco se oficializan, siempre bajo un carácter de fidelidad borbónica, lo que les valió puntualmente su disolución en alguna ocasión, la última en 1939 pero evidentemente por otras causas; aunque en 1952 el general Francisco Franco Bahamonde volvió a autorizar el antiguo cuerpo para dedicarlo a la protección de edificios oficiales.

            En el año 1824 se crea la Superintendencia General de Policía como “Policía General del Reino”, que en sus primeros momentos no tenía más objetivo que la persecución de adversarios políticos, revolucionarios o simplemente críticos con Fernando VII sobre todo en las grandes poblaciones, para llevarlos al paredón o a la horca sin muchas contemplaciones; el mero hecho de decir en público, a veces bajo los efectos del vino tabernario, que “el rey era feo” ‒verdad irrefutable e incluso suave‒ podía ser motivo de mazmorra o algo peor.

            Para el control de fronteras y costas existía el “Real Cuerpo de Carabineros” desde el año 1829, que acabó siendo absorbido por la Guardia Civil en el año 1940.

            Es fácil pues comprender la delicada situación y desamparo en la que se encontraban los habitantes del medio rural así como los pequeños ‒y no tan pequeños‒ pueblos ante las bandas de delincuentes, muchos de ellos antiguos combatientes contra los franceses que no encontraban otro medio de vida. Todo ello implicaba además el gravísimo problema de la inseguridad en el libre tráfico de personas, mercancías y sobre todo el de los servicios postales por los caminos del reino.

            Este siglo XIX, tan nefasto como poco conocido por la población actual en general, resulta ser sin embargo, la simiente y el origen de todas las desgracias ocurridas a los españoles en el siguiente siglo XX. En 64 años se aprobaron 5 Constituciones y un Estatuto. Existió una guerra contra un invasor francés, otra contra Inglaterra, tres guerras civiles llamadas carlistas, una guerra en América Central y del Sur y otras tres guerras en Filipinas, Cuba y Marruecos, aparte de conatos revolucionarios, levantamientos, motines, pronunciamientos y un tremendo desorden público pleno de saqueos y asesinatos con una saña que luego veríamos repetidos en la república y en la guerra de 1936. La sociedad entera sufrió una profunda transformación. Las ideas procedentes principalmente de Francia dividieron a una inculta población en dos formas de querer entenderlo todo siendo las ideas entre ellas irreconciliables, y dividiéndose a su vez en otras facciones más pequeñas basadas en matices y más matices que casi siempre implicaban el buscar la desaparición física del adversario. Es decir: acabar con el que no pensaba como los “míos”. Además, para empeorarlo todo más, y al contrario de lo que sucedía en Europa en la que comenzó una Revolución Industrial, en España siguió siendo preponderante el sector agrícola en manos de grandes propietarios, por lo que las bolsas de pobreza no acababan de desaparecer, lo que unido a la ceguera e insensibilidad de esos grandes propietarios, a la avaricia de los poderes económicos, a la vividora Iglesia, a la existencia de políticos ineptos y corruptos, y a la turba desbocada de los agitadores profesionales y revolucionarios de siempre, la situación explosiva estaba servida.

“Duelo a garrotazos”. Francisco de Goya representa en este cuadro de una manera contundente y exacta la imagen de cierta España. Dos personas enterradas hasta las rodillas se matan a garrotazos. Pero no es así toda España, es así sólo un reducido número de personas incalificables, que de una forma o de otra, en los últimos doscientos años siempre han llevado a la ruina, al desastre y la muerte a muchos ciudadanos españoles, porque para desgracia de todos, la única meta en la vida de esta gente, nutrida de avarientos embaucadores y narcisistas ignorantes, ha sido el mandar, el vivir de la mentira y llenar la bolsa a costa de lo que hiciera falta

            Los reyes, que hasta principios del siglo XIX habían gobernado de manera absoluta, se encontraron con algo nuevo y muy difícil de asimilar para ellos y sobre todo para los vividores cortesanos, allegados y beneficiados; se encontraron con la Monarquía Parlamentaria: Las Cortes. Y ligado a ese cambio y a las nuevas ideas políticas, nos aparecen en este siglo los absolutistas, liberales, afrancesados, masones, carlistas, realistas, ayacuchos, serviles, progresistas, regresistas, moderados, cristinos, facciosos, contrarrevolucionarios, socialistas, anarquistas, republicanos, apostólicos, milicianos, burgueses…, y pescadores a río revuelto ‒los más peligrosos‒, ya que mayoritariamente eran los que asesinaban, saqueaban, robaban e incendiaban, todo lo cual inevitablemente solamente podía dar lugar a desórdenes, guerras civiles, torturas, robos, pronunciamientos, motines, ejecuciones, saqueos, hambruna y padecimientos sin cuento que afectaron a una gran parte de la población, sobre todo en el norte de España; y todo ello después de haber sufrido la invasión francesa con todos los desastres y derramamiento de sangre que ello supuso.

            Parece conveniente exponer, como ya hemos dicho, de una manera muy breve las efemérides de este siglo XIX junto a los hechos que ocurrieron en este pueblo de Alcantarilla y así poder estimar mejor el caldo de cultivo en el que nació ‒en el que afortunadamente nació‒ y se desarrolló la “Guardia Civil”, ya que la creación de ese Cuerpo va ligada necesariamente a contrarrestar una situación de desgobierno y delincuencia, y no es posible separar una cosa de la otra. Es necesario conocer la historia para comprender la existencia y las actuaciones de la Guardia Civil, sabiendo que en todos esos hitos históricos siempre estuvo presente este Cuerpo de forma decisiva y siempre fiel a sus principios fundamentales.

            La situación de la Guardia Civil no fue siempre cómoda y fácil de sobrellevar ya que en demasiadas ocasiones las órdenes recibidas estaban en franca contradicción con sus principios normativos y éticos para la que fue fundada, máxime en aquellas ocasiones en las que el poder político atentaba abiertamente contra la Patria o alentaba a las masas a la comisión de todo tipo de desmanes con la mayor impunidad y contando con el decisivo apoyo gubernamental.

            Estas citas que siguen son, en esquema, efemérides del siglo XIX, antes y después de la creación de la Guardia Civil, que a partir de su fundación intervino prácticamente en todos estos hechos que en su gran mayoría fueron auténticas tragedias para esta nación; una nación dirigida casi siempre por unos gobernantes y agitadores con la boca llena a todas horas con las honrosas palabras de “rey”, “libertad”, “igualdad”, “pueblo”, “democracia”, “legalidad”, “Dios”, “derechos humanos”, “iglesia”, “constitución”, etc., cuando en realidad lo único que les importaba era su ego y su faltriquera.

            La historia de España es supuestamente conocida o al menos está documentada, pero la de Alcantarilla necesita documentación, por ello, en varias ocasiones hemos comentado el expolio que a lo largo de los años ha venido sufriendo la documentación histórica del Ayuntamiento, y curiosamente esa falta de documentación y de libros de actas de sesiones, coincide sensiblemente con los periodos de los años más turbulentos del siglo XIX así como con la época de la Guerra Civil de 1936. Resulta evidente que algunos quisieron hacer desaparecer libros y documentación para intentar evitarse con ello las posibles represalias políticas e incluso penales, pero lo cierto es que esa ausencia de documentación nos priva de datos importantes sobre la historia de la Villa y en este caso de la Guardia Civil. Por ese motivo a veces nos encontramos con lagunas que obligan a plantear hipótesis o hacer deducciones a falta de poder contar con datos ciertos y concretos.

            Este es el nefasto siglo XIX:

            1800 – España regala la enorme Luisiana a Francia.

            1803 – Año de grandes lluvias, epidemias y hambrunas.

            1804 – Ocurren grandes desastres naturales de todo tipo. Guerra anglo-española.

           1805 – Desastre de Trafalgar. Napoleón acaricia la idea de apropiarse del oro y la plata americana. En la absolutista corona española existe una mezcla explosiva: Carlos IV / su mujer María Luisa / el valido Godoy / el infante Fernando.

            1807 – El Rey Carlos IV envía a Fontainebleau a su más que valido, Manuel Godoy a firmar junto a Napoleón el paso de las tropas francesas para atacar a Portugal conjuntamente con tropas españolas. El ignorante pueblo confiaba en que los franceses que ocupaban España quitarían a Godoy y pondrían a Fernando en el trono.

            1808 – Ante la evidencia de que Napoleón no sólo quería Portugal sino también España, el pueblo, más o menos manipulado por los que querían la subida al trono del hijo de Carlos IV, Fernando (ignoraban entonces qué clase de persona era), llevan a cabo el llamado “Motín de Aranjuez” contra Godoy. La Familia Real huye a Francia y es retenida en Bayona. Carlos IV abdica en su hijo. Se inicia la que sería sangrienta “Guerra de la Independencia”. Madrid se levanta contra el invasor. Napoleón coloca como Rey de España a su hermano José y redacta una Constitución para España que jura en Bayona el voluntarioso y efímero José I Bonaparte.

En Bailén, el general Francisco Javier Castaños derrota a las tropas francesas marcando un cambio de signo bélico no sólo en España sino en Europa. Napoleón viene a España y entra en Madrid con la intención de “meter en cintura” a los españoles. Se desarrollan sangrientas batallas contra los franceses, tanto por parte española como inglesa. El incalificable Fernando VII “felicita” a Napoleón por sus victorias. Los guerrilleros juegan un papel fundamental en la derrota francesa.

            1810 – Sitio francés a Cádiz. Insurrección general en toda la América Hispana ya que la invasión napoleónica había creado el ambiente y contaban con todo el apoyo y poder masónico europeo. Pero esos masones europeos y españoles, inspirados en la masonería norteamericana que hacía pocos años habían logrado la independencia de las colonias inglesas, nada se parecían a ellos ni en ideales ni en comportamientos.

           1811 – Proclamación de las Provincias Unidas de Venezuela, formadas por Venezuela, Colombia y Ecuador. Argentina, Paraguay y Chile se unen al levantamiento.

            1812 – En la ciudad de Cádiz se forman unas Cortes Liberales nada representativas que proclaman la 1ª Constitución Española. Dominan los masones que en realidad buscan implantar su propia dictadura, se llega a pedir la pena de muerte para cualquier diputado que pidiese reformar la Constitución. Todo esto inimaginable en Norteamérica. En estos años nacen “las dos Españas”. La Milicia Nacional formada por ciudadanos armados operantes desde la Guerra de Sucesión y que habían luchado contra los franceses, es reconocida como fuerza policial. Los franceses son derrotados por Sir Artur Wellesley, duque de Wellington, en las colinas de Arapiles.

Alcantarilla es saqueada por los franceses por tercera o cuarta vez; pero en esta ocasión queman todos los archivos municipales. Decían los franceses que venían a traer la modernidad, la cultura y la libertad a un pueblo atrasado. Pero eso sí, primero robando todo lo robable por toda España.

            1813 – Desaparece el Tribunal de la Inquisición. Tratado de Valençay, Napoleón reconoce como Rey de España a Fernando VII. José I Bonaparte (1808-1813) huye a Francia tras apropiarse de todo el Tesoro Real Español, hasta el punto que Fernando VII tiene que recurrir a un vestuario de atrezo teatral para un retrato. El ejército francés huye en desbandada. España, por vez primera en su historia está dividida en dos bandos: “patriotas” y “afrancesados”, origen de todo lo que después vino.

            1814 – Una vez en el trono Fernando VII, con un decreto llamado “Manifiesto de los Persas”, anula la Constitución e inicia la persecución con saña de todos los que habían intervenido en su formación o se consideraba, o simplemente se sospechaba, que simpatizaban con la misma. Suprime las Cortes, diputaciones y ayuntamientos, vuelve al absolutismo total y las ejecuciones, torturas y persecuciones llenan de sangre España. Se forman sociedades secretas ‒sobre todo liberales y masones, estos últimos muy introducidos en el ejército‒ que conspiran contra el Rey. Se reglamenta la Milicia Nacional.

            La situación política y sobre todo la extrema pobreza en ciertos sectores de la población dan a lugar a que prolifere el bandidaje. En muchos casos sus autores son antiguos guerrilleros e incluso militares que habían combatido contra los franceses y que acabada la guerra se veían sin medios de vida.

Real Cédula dictada por el rey sobre la persecución y castigo de los malhechores que infestan los caminos del Reino (Archivo Histórico Municipal) 

            Parece que ya en esta época la Milicia Nacional había decaído en su eficacia para la represión del bandolerismo, si es que alguna vez la tuvo de manera general y adecuada. De ahí que se derivara esa responsabilidad hacia los concejos. En Alcantarilla debió existir a partir de aproximadamente 1720/1740 un destacamento de esas Milicias Nacionales Lo cierto es que por el momento no se han localizado datos. Solamente sabemos que en el siglo XIX tenemos una calle llamada “del Cuartel” y que en el Catastro de la Ensenada del año 1756 nos aparece que un vecino, Antonio Escolar, tiene una casa situada en el Barrio Norte (todo el entorno de San Roque, entre Calle Mayor y Calle Mula) “que confronta por la derecha con el cuartel”.

Catastro de la Ensenada (1756) en que se cita la existencia de un cuartel (Archivo General de Simancas)

1816 – Fernando VII autoriza para Murcia un nuevo palacio de La Inquisición (manzana del antiguo Hotel Victoria, Casas de Zabálburu y actual Colegio de Arquitectos, antigua sede de los periódicos “El Liberal” y luego “Línea”).

            1819 – Mueren en Roma Carlos IV y su mujer María Luisa. Las tropas españolas son derrotadas por el masón Simón Bolívar en la batalla de Boyazá, formando la que luego sería Colombia. Los ingleses apoyan militarmente a los independistas.

            1820 – Las conspiraciones contra el absolutismo real producen el levantamiento del coronel masón, algo megalómano y vanidoso, Rafael de Riego en Cabezas de San Juan, contando con el apoyo de las tropas que debían partir hacia América. La Constitución es aceptada en numerosas ciudades y Fernando VII se ve perdido y la acepta con aquella célebre frase publicada en “La Gaceta”: “Marchemos francamente, y yo el primero, por la senda constitucional”. Comienza el que sería llamado “Trienio Liberal”. España se divide por primera vez administrativamente en provincias. El estado de profunda anarquía existente en las fuerzas de seguridad sobre todo en el medio rural y la descomposición, indisciplina y desorganización de la Milicia Nacional lleva al prestigioso militar Pedro Agustín Girón las Casas Moctezuma Aragorri y Ahumada, I duque de Ahumada y IV marqués de Amarillas a presentar a las Cortes el 30 de julio el proyecto de crear un cuerpo policial de “carácter nacional” bajo el nombre de “Legión de Salvaguardias Nacionales” que fue rotundamente desechado por los diputados. Este inexplicable rechazo sólo puede justificarse por dos causas: el querer algunos mantener las corruptelas partidistas y personales de la Milicia Nacional y también por la fobia de otros hacia todo aquello que significase “ámbito nacional: España” por parte de influyentes grupúsculos vascos, catalanes y asociados, que deseaban volver a sus fueros y privilegios.

            En Alcantarilla ya tenemos las primeras Actas Capitulares tras la quema de los archivos municipales por los franceses. 400 años de historia de la población perdidos para siempre. 

Pedro Agustín Girón las Casas (San Sebastián 1778 – Madrid 1842), que creó el germen de la que sería unos años después (1844) la Guardia Civil de manos de su hijo Francisco Javier, que sin duda habría colaborado con él en el proyecto de la Legión de Salvaguardia Nacional (Senado)

            1821 – Independencia de Venezuela y otras zonas centroamericanas. Batalla de Carabobo. También se emancipan México y Perú.

            1822 – Frustrado levantamiento de la Guardia Real a favor del rey y el poder absolutista. Pedro Agustín Girón y su hijo Francisco Javier se exilian en Gibraltar hasta el año siguiente. Las sociedades secretas imponen su tiranía.

            En Alcantarilla, en septiembre de este año se recibe en el Ayuntamiento el siguiente comunicado:
            “Asimismo se leyó un oficio del Sr. Jefe Superior Político de esta Provincia de fecha cuatro del actual en que se demanda el que por parte de esta Villa se recorra frecuentemente y en particular en los Días de Correos, el Camino General de Andalucía hasta Librilla, con el objeto de evitar en lo sucesivo se repitan los robos hechos al conductor de la Posta en estos últimos días, en el intermedio de camino desde aquí hasta Librilla, y en su virtud, Acordamos, se conteste a su Señoría que ese servicio se hará con la mayor puntualidad, por manera que por nuestra parte los malhechores sufrirán una persecución continúa”.

            1823 – Fernando VII, presionado y a la vez sintiéndose apoyado por los sectores cortesanos, económicos y absolutistas, especialmente la Iglesia, pide ayuda a la Santa Alianza, formada por Francia, Prusia, Austria y Rusia que envían a los llamados “Cien mil hijos de San Luis”. Comienza una dura represión a base de torturas y ejecuciones. Vuelve la Inquisición. Rafael de Riego es ignominiosamente ahorcado públicamente en Madrid en la Plaza de la Cebada por orden del que había dicho “que él iría el primero por la senda Constitucional”. Comienza la que habría de ser la llamada “Década Ominosa”.

            El trienio liberal había traído consigo no sólo cambios en cargos y prebendas, también llegaba ese cambio a tener que habilitar el papel timbrado a cada nueva circunstancia.

Sello de papel timbrado de 1822 en que figura Fernando VII como “Rey Constitucional” – Sin tiempo para nuevos papeles, acaba el Trienio Liberal y hay que tachar en el sello del año 1823 la palabra “Constitución” – Ya con la tranquilidad absolutista del rey, nos encontramos en el año 1824 con el nuevo sello y escudo (Archivo Histórico Municipal)

            1824 – Se crea la Superintendencia Superior de Policía. Quedan prohibidas “para siempre” en España las sociedades de los francmasones. Esta policía colabora con la Milicia Nacional en perseguir a “los enemigos de la Religión y el Trono”. Mientras, en la batalla de Ayacucho, América del Sur logra su total independencia al conseguirla el estado de Bolivia.

            En Alcantarilla, el Ayuntamiento era el órgano competente para mantener un calabozo que se utilizaba para pequeños delincuentes o para aquellos que esperaban su traslado a otras instancias superiores; el Secretario municipal “da cuenta de los certificados dados por los Físicos acerca del estado de la habitación del calabozo hondo, y discutido acordó el Ayuntamiento que interin y hasta tanto no se redifique otra habitación en los términos que tenga la ventilación que se desea y que sea saludable y no perjudique a la salud pública, no se haga uso con ningún motivo ni pretexto de semejante calabozo, ni se encarcele en él a persona alguna, lo que se hace saber al Alcayde de estas dichas cárceles para que así lo cumpla”.

Había que tener el calabozo en perfectas condiciones, ya que ante los avatares políticos que existían, era mejor así. Nunca se estaba seguro de quién podía estar dentro y quién fuera en el transcurso de unos pocos días.

            1825 – La vuelta al absolutismo había dado lugar a que los Voluntarios Realistas, una fuerza guerrillera-miliciana que había luchado siempre contra los franceses y a favor del absolutismo y cuya figura principal en Alcantarilla era José Jara García, realizara por su cuenta competencias policiales aparte de que su objetivo principal fuera el político, en unos momentos en que Fernando VII, por el cual habían dado la vida muchos de ellos, ya no los necesitaba y los considerara como enemigos a eliminar. Inició el famoso “borboneo”.

A principios de año, la situación de seguridad de los pueblos era problemática por lo que desde Murcia se dan las siguientes instrucciones:

“Debía haber ronda efectiva todas las noches que rondase y vigilase el Pueblo para evitar el que hubiese ningún alboroto ni escándalo por las calles, para lo que se debían turnar diariamente todos los señores de este Ayuntamiento como encargados de la tranquilidad pública, acompañándole a cada uno de los individuos los Alguaciles y Realistas de este Pueblo, para lo cual se formase una lista, siendo el comandante el individuo que le tocase por turno, y mediante a que los señores que se compone esta Corporación es su número el de ocho, y ser los días de la semana siete, y que el señor Presidente tiene el cargo de Juez de Policía, desde luego fórmese el turno principiando por el Sr. Alcalde Segundo para mañana domingo y así sucesivamente por el orden de regidores, diputados y síndicos, hasta el sábado, y por este orden todas las semanas que vayan trascursando, acompañando a cada uno de dichos señores el Alguacil Mayor y ministros guardando el orden correspondiente, y también se citaron para que acompañasen todas las noches el número de Voluntarios Realistas que correspondan por séptimas partes y que se encuentren en el pueblo, y en defecto de estos puedan también valerse de algunos otros vecinos honrados de este Pueblo”. 

El Alcalde notifica que la autoridad había devuelto en noviembre pasado la lista de Voluntarios y que: “de los Voluntarios admitidos hasta este día habían muchos de la extinguida partida de José Jara, mandados desarmar de orden del Rey Nuestro Señor, otros procesados criminalmente, otros en el día presos, otros mayores de sesenta o más y menores de dieciocho, y otros notoriamente defectuosos que no conviene continúen en un Cuerpo tan distinguido, que según el mismo Reglamento excluye a semejantes personas, y así que se hiciese un riguroso examen de todos ellos y aquellos que no estuviesen adornados de los requisitos prevenidos en los artículos… fuesen excluidos, pero mediante a que ya están admitidos, y muy pocos adornados de las cualidades prevenidas en los artículos… y que sí se llevara con todo pesar quedaría un corto número de Realistas, que se excluyesen todos aquellos que se conociera debían serlo, y habiendo conferenciado… se resolvió por nombres que se excluyeran y borraran de la lista a los siguientes: Juan Giménez López, Francisco Jara, Lorenzo Menárguez cadete de Milicia, Alonso Lorente, Miguel Ferrer, Francisco Díaz, Francisco Sanz Pulgar, Francisco Ortín, José Ortín, José Ortuño, Bartolomé Carrillo Osuna, José Sandoval, Bartolomé Almela, Francisco Escolar Hurtado, Pedro López, Francisco Pino, José Silla, Francisco de Paula Tomás, Francisco Almela García, Salvador Saavedra, Pedro Martínez Enarás, Luis Ortiz menor, Francisco Carrillo Muñoz, Diego Almela Cano, Juan Lucas García, Antonio Cascales Cascales, Francisco Ortigosa, Manuel Guirado, Antonio Giménez, Antonio Domingo Cerdá, Silvestre Jara, Antonio Hernández Rodríguez, Esteban Saavedra, Antonio Vivancos, Francisco Valero, Diego Vivancos, Ginés Martínez Jara, Juan Martos, Pedro Giménez, Francisco Giménez, Pedro Sanz Jara y Diego Cascales Contreras. De los cuales aquellos que en el día sí están procesados y presos resultasen después indemnes de los delitos que les imputan, en aquel caso pueden hacer sus nuevas solicitudes por medio de sus Memoriales, y entonces si fuese justo se les admita, y lo mismo a los que no tienen diez y ocho años, luego que los cumplan lo soliciten. Y atendiendo al número de los excluidos rebajado del total que habría, queda reducido solamente en el día a ciento diez y nueve Voluntarios, de los cuales los diez y ocho son de caballería y los demás de infantería. Y respecto a que es indispensable el que esta Corporación en cumplimiento de… haga la propuesta de oficiales… componerse la fuerza de infantería de ciento y un Voluntarios y diez y ocho de caballería. Por lo mismo corresponde nombrar un capitán comandante, dos tenientes y dos subtenientes para la infantería… Capitán Comandante: en primer lugar a D. Juan Francisco Gómez de Albacete, en segundo lugar a D. Pedro Sánchez Alarcón y en tercer lugar a D. Diego García Pacheco. Para primer teniente en primer lugar a D. Pedro Menárguez Martínez, Alejo Montoya Carrillo, en segundo lugar, y en tercero lugar a Salvador Hidalgo Sánchez. Para segundo teniente en primer lugar a Pedro Pérez Menárquez, en segundo lugar a D. Juan Menchón y en tercero lugar a Alonso Carrillo Martínez. Para primer subteniente en primer lugar a Francisco Sánchez Riquelme, en segundo a Pedro Carrillo López y en tercero a D. francisco Llamas. Para segundo subteniente en primer lugar a D. Juan Bernal, en segundo a Agustín Sánchez Menárguez, y en tercero a Cristóbal Guzmán González. Para la caballería nombraron a los señores primer teniente comandante en primer lugar a D. Luis Menárguez Martínez, en segundo lugar a D. Antonio Carrillo y en tercer lugar a Fulgencio Mercader…” 

            1827 – Ante el comportamiento de Fernando VII, los “realistas puros”, que tanto habían luchado por él, pretenden derrocarle, pero su intentona fracasa.

No era fácil solucionar el problema de la seguridad y del orden público en una España que parecía no tener un rumbo definido, y Alcantarilla no era diferente de otras poblaciones. A mediados de año, el Ayuntamiento toma el siguiente acuerdo:

 “Juntos y congregados para tratar del grave descumplido de sus obligaciones y considerando que el buen orden, sosiego y tranquilidad pública de este vecindario es el primer objeto al que deben dirigirse sus principales atenciones, deseosos que tengan la más perfecta observancia la observación de la leyes concernientes a los expresados fines desde luego decretan y mandan observar en completa medida los preceptos siguientes. Que ninguna persona y cualquier condición parezca ande vagando por las calles sumando con armas de ninguna clase bajo la pena o multa que tengan a bien imponerle y lo demás que previenen las leyes en estos casos. Que ninguna persona que blasfemara el Santo nombre de Dios, de la Virgen y sus Santos, echase maldiciones oprobiosas en palabras oscuras o escandalosas se le exigirá la multa según las circunstancias del caso. Se encarga muy particularmente y a todos y cada uno de los vecinos procuren guardar en el templo la mayor compostura presentándose en él con la debida decencia y que en sus puertas e inmediaciones no se forme ningún grupo de gente al entrar o salir de celebrar los Divinos Oficios, bajo la multa que haya lugar en derecho. Los padres de familia cuidarán que sus hijos salgan de sus casas no se detengan en las calles ni plaza ni armen riña, ni tiren piedras, ni causen escándalo alguno, no haciendo igualmente concurran a la enseñanza de primeras letras por mañana y tarde. Que desde las diez de la noche en adelante no salga de su casa ninguna persona de cualquier clase o condición que sea sin el permiso correspondiente, y si por alguna urgencia le fuera indispensable nos dará parte de haberlo ejecutado luego que se lo analizan las circunstancias bajo toda responsabilidad. Que no puedan reunirse en ningún punto de esta jurisdicción personas algunas sospechosas de afectar al gobierno del Rey nuestro señor con armas vistas según está establecido. Asimismo se prohíben las juntas clandestinas y nocturnas teniendo entendido que al efecto se vigilarán con la mayor escrupulosidad en las casas y sitios sospechosos y se procederá contra los autores, cómplices y sus bienes que inspiren desconfianza a este honrado vecindario con tales gestiones aunque el resultado de ellas no produzca males positivos. Que siendo frecuente el abuso de trabajar en los días festivos, desde hoy en adelante ninguna persona podrá hacerlo con excusa ni pretexto alguno sin la licencia del Reverendo Cura Párroco y nuestro premiso bajo la pena que previenen las leyes. Siendo continuados los excesos que se cometen por los ganados en el distrito de esta jurisdicción, sépase viene a los dueños y pastores que el haga daño o sea denunciado será castigado con el razón de la ley. Con lo que se concluyó este Acuerdo que firmarán dichos señores los que saben de que certifico”.

            1829 – Se crea el Real Cuerpo de Carabineros de Costas y Fronteras.

            1830 – Se aprueba la “Ley Pragmática” que permitía el acceso al trono a las mujeres, anulando con ello la “Ley Sálica” decretada por el Rey Carlos IV y proveniente de Felipe V. Consecuencias: decenas de miles de muertos, tres guerras civiles y miles de incendios y saqueos. Y todo porque reinara el tío o la sobrina.

            1831 – Por orden de Fernando VII se fusila a José María Torrijos y 52 compañeros en Málaga tras ser engañados e intentar una revuelta. También se ejecuta en Granada a Mariana Pineda por el 'delito' de bordar una bandera y el capricho de Fernando VII.

            1833 – Muere Fernando VII, el rey que en su día fuese llamado “El Deseado”. Con ello se convierte en heredera al trono su hija Isabel que contaba tres años de edad, teniendo a su madre María Cristina de Borbón-Dos Sicilias como Regente, y queda fuera de la línea sucesoria su tío Carlos María Isidro, que era el candidato del sector más absolutista y eclesiástico, bajo el título de Carlos V. La Regente proclama una amnistía para asuntos políticos. Comienza la 1ª Guerra Carlista bajo el lema de “Dios, Patria, Rey” buscando el instaurar al hermano de Fernando VII en el trono y contando con un amplio apoyo en Vizcaya, Aragón y Cataluña que veían en ello una oportunidad de lograr recuperar sus Fueros perdidos en la Guerra de Sucesión. La zona norte de España se llena de sangre. No se hacen prisioneros por parte de ninguno de los dos bandos y a los prisioneros se les llega a hacerles desprenderse de sus ropas antes de ejecutarlos para poder así después vender o aprovechar esas ropas. Eso sí, momentos antes de fusilarlos siempre eran asistidos por un clérigo para el bien de su alma.       

            1834 – El Presidente del Consejo de Ministros Francisco Martínez de la Rosa desarrolla un Estatuto Real basado en la Constitución de 1812 que permitía ciertas libertades bajo una Soberanía Real y unas Cortes Generales. Se declara en Madrid una epidemia de cólera morbo y las sociedades secretas hacen correr el bulo que son los frailes los que contaminan el agua, decenas de religiosos son asesinados no sólo en Madrid sino también en Zaragoza, Barcelona, Murcia y Reus.

            1835 – Hay levantamientos militares en Zaragoza y Madrid que son sofocados. Juan Álvarez de Mendizábal es nombrado Presidente del Gobierno. Se produce el cerco de Bilbao por parte de los carlistas y en él muere su general, Tomás de Zumalacárregui e Imaz. Se incendian y saquean los conventos de Murcia. Se asesinan a frailes en el de San Francisco. El de La Purísima es saqueado y quemado destruyendo la imagen de La Inmaculada de Salzillo. Igualmente se saquean y destruyen el de Verónicas y Dominicos así como el de Agustinas en donde se cometen todo tipo de profanaciones destruyendo imágenes de Salzillo, Roque López y Antonio Dupar.

            1836 – Mendizábal lleva a cabo la primera desamortización eclesiástica que sirve para el enriquecimiento de muchos afectos al régimen. Esta desamortización supuso uno de los mayores desastres para el patrimonio cultural español. Las iglesias y conventos eran asaltados, incendiados y saqueados destruyendo imágenes y apropiándose de todo aquello que les pudiese suponer algún beneficio.

En Alcantarilla son expulsados los Padres Mínimos del Convento de San Francisco que es saqueado, y en Murcia se saquea el de El Carmen destruyendo imágenes de Salzillo, Nicolás de Bussy, Pablo Sistori y Roque López. Se expulsan a las religiosas Isabelinas y se derriba completamente el convento (actual plaza de Santa Isabel).

            1837 – Tras el “Motín de la Granja de San Idelfonso”, la Regente aprueba una 2ª Constitución Española con un contenido más progresista, otro sistema electoral y dos cámaras. Se pacifica Andalucía y Castilla de elementos carlistas neutralizando el avance sobre Madrid. En Murcia se funde, para hacer balas, la estatua de Fernando VII colocada en 1831.

            1838 – Se saquea e incendia en Murcia el convento de Capuchinos en el Barrio de El Carmen.

            1839 – El general Baldomero Espartero y el general carlista Rafael Maroto ponen fin a la 1ª Guerra Carlista con el “Abrazo de Vergara”, que tendría su punto final al año siguiente con la fácil toma de Morella por parte de Espartero ante el enfermo y debilitado Ramón Cabrera “El tigre del Maestrazgo”, que finalmente se refugia en Francia.

            1840 – La Regente María Cristina, que se había casado en secreto con el Guardia de Corps Fernando Muñoz, es forzada por Espartero a exiliarse y sale por Valencia hacia Francia. Queda de Regente el citado general Baldomero Espartero que se hace nombrar “Príncipe de Vergara” y “Alteza Real” entre otros muchos “títulos” más. Es la primera vez en España que un militar accede a la Jefatura del Gobierno.

            1841 – Las Cortes dan oficialmente la Regencia a Espartero. Fracasa el golpe de un amplio sector militar, que había luchado junto a Espartero en la Guerra Carlista, y que a instancias de los generales Leopoldo O´Donnell y Jorís y Ramón María Narváez y Campos, así como de la reina madre María Cristina desde París, asaltan el Palacio de Oriente para raptar a Isabel y alejarla de las que se consideraban malas influencias de los cortesanos y de Espartero. El levantamiento es sofocado y son ejecutados vergonzosamente insignes militares como Diego de León y Navarrete y Manuel Montes de Oca.

            1842 – Estalla en Barcelona una violenta revuelta civil por causa de las pérdidas del comercio textil por la competencia de Inglaterra. Espartero ordena bombardear Barcelona desde el Castillo de Montjuich para sofocar el alzamiento. Hay muchas víctimas.

            1843 – Isabel II es coronada reina a los trece años al rebajarse la mayoría de edad que estaba fijada en los dieciséis. El pronunciamiento de los generales moderados Francisco Serrano y Ramón María Narváez en Barcelona obliga a dimitir a Baldomero Espartero y disolver las Cortes tras una serie de enfrentamientos armados cerca de Madrid. El general Narváez es nombrado Presidente del Consejo de Ministros. Espartero se refugia en Inglaterra ante el temor a represalias.

            1844 – La antigua Regente María Cristina vuelve a Madrid. Se disuelve por vez primera la Milicia Nacional. El general Narváez, siendo todavía presidente del Gobierno Luis González Brabo, encarga al Mariscal de Campo e Inspector General Militar Francisco Javier Girón y Ezpeleta las Casas y Enrile, II duque de Ahumada y V marqués de Amarillas, y a Ángel García-Loigorri, conde de Vistahermosa, la creación de un cuerpo para la seguridad pública a nivel nacional, según Reales Decretos de fechas 28 de marzo y 12 de abril. Anecdóticamente, el nombre original era “Guardias Armadas Sujetas al Poder Civil”, pero la reina niña Isabel dijo que para ese cometido le gustaba más el nombre de “Guardia Civil”. Y así se quedó. El general Narváez asume la presidencia del Gobierno y ya la Guardia Civil evita un atentado esparterista contra él.

Francisco Javier Girón, duque de Ahumada (Pamplona 1803 – Madrid 1869), que pudo llevar a cabo el fallido proyecto de su padre creando la Guardia Civil (D.G. de la G.C.)

            Más de cincuenta años después, el republicano y liberal Benito Pérez Galdós citaría en sus Episodios Nacionales: “Y no fue su gobierno (González Brabo) de cinco meses totalmente estéril, pues entre el miserable trajín de dar y quitar empleos, de favorecer a los cacicones, de perseguir al partido contrario y de mover, sólo por hacer ruido, los podridos telares de la Administración, fue creado en el seno de España un ser grande, eficaz y de robusta vida: la Guardia Civil”.

Grabado con la uniformidad de la Guardia Civil (D.G. de la G.C.)

 

Cartilla del Guardia Civil aprobada por Real Orden de 20 de diciembre de 1845. En ella reza: “El honor es la principal divisa del guardia civil; debe por consiguiente conservarlo sin mancha. Una vez perdido, no se recobra jamás” (D.G. de la G.C.). Se elige el tricornio para diferenciarla de otros cuerpos

1845 – Se aprueba la 3ª Constitución Española aportando más ideas de pluralismo. Se forman los Tercios de Levante de la Guardia Civil 2º, 3º y 4º. Contaba con 14 jefes, 232 oficiales y 5.769 guardias, llegando a 7.000 en muy pocos meses repartidos en 14 Tercios. Al duque de Ahumada solamente le interesaban hombres de “honor, valor y limpia conciencia”. La Guardia Civil impide levantamientos en Madrid y Valencia, participando personalmente en las revueltas el duque de Ahumada al frente de los guardias, siendo herido por un disparo y muerto su caballo. Se destierran a muchos detenidos a Cuba y Filipinas. Ya se fusilaba menos, pero se fusilaba.

            1846 – Comienza la 2ª Guerra Carlista que pretendía el trono para Carlos Luis de Borbón y Braganza con el nombre de Carlos VI, al fracasar el plan de unir en matrimonio a Isabel con Carlos Luis. Se implica de nuevo en la contienda Ramón Cabrera. Fuertes combates en Cataluña. En diversas comarcas españolas surgen levantamientos progresistas que son duramente reprimidos.

            Podemos estimar que una primera pareja de la Guardia Civil llega a Alcantarilla a finales del año anterior o principios de éste, siendo la ubicación del Puesto y su alojamiento el antiguo Convento de San Francisco de Paula. No disponemos de documentación fehaciente, solamente indicios que parecen confirmar esta hipótesis.

            Es lógico pensar que tras la creación de la Guardia Civil existiesen miembros de este Cuerpo de la provincia de Murcia, y que esos en principio escasos efectivos se distribuyesen según un plan trazado por el mando. Creemos que el Puesto de Alcantarilla pudo estar integrado en su fundación por una sola pareja de guardias que se vería ampliado a unas tres parejas como máximo; todo ello se desprende de actuaciones en las que no se detecta el que hubiese en la población un número de guardias superior a cuatro o seis y desde luego, en principio, una pareja a caballo. Parece ser que este Puesto pudo inicialmente pertenecer a la Línea de Murcia, pasando posteriormente a formar parte de la Línea de Mula como veremos más adelante.

El edificio del Convento había pasado a posesión del Estado tras la desamortización de Mendizábal, por lo que hasta el momento de su venta a un particular, el edificio estaba libre. Parece corroborar esta hipótesis el que no tenemos en las Actas Capitulares durante todos estos años mención alguna a ubicación o alojamientos de guardias civiles, ni gasto alguno que su presencia generase.

El Convento de los Mínimos. Óleo de Pascual Ayala (Archivo Fulgencio Sánchez Riquelme)

            La Guardia Civil tuvo desde un primer momento muchos enemigos, y consideramos innecesario aclarar que solamente podían ser enemigos de la Guardia Civil dos clases de personas: los delincuentes y los revolucionarios saqueadores. Todavía no existían los rebeldes separatistas.

            Pero no todos los delincuentes eran asaltacaminos, que en su mayoría eran personas lanzadas al bandidaje por pura y dura necesidad. Existían otros que eran personas “ilustrísimas” y “excelentísimas” con altos cargos en los gobiernos, y estos, sin dar la cara, intentaron siempre poner todos los obstáculos posibles al Cuerpo de la Guardia Civil ya que no podían controlarlo tal y como hacían con la Milicia Nacional.
            De ahí el que continuamente se buscara amargar la existencia personal de los guardias utilizando todas las tretas posibles, desde exigirles el pago de su uniformidad “porque era muy cara” hasta negarles alojamientos dignos para sus familias. Este comportamiento de los emboscados en el poder gubernamental contra la Guardia Civil ha sido algo que siempre ha estado ligado a su historia, pero de nada les ha servido. Ellos no han desaparecido, pero ya no tienen fuerza contra la Guardia Civil. Un Cuerpo que sigue cada día más vivo, y ya tiene 177 años. Ninguna fuerza policial en España había alcanzado esta longevidad sin perder un ápice de su efectividad; al contrario, aumentando cada día más su presencia y sus servicios a los españoles.

            1847 – La Guardia Civil lleva a cabo su primera misión internacional ayudando a mantener el orden en la ciudad de Oporto.

            1848 – Se produce un motín revolucionario apoyado por una parte de los militares ligados a la masonería. En Madrid se llevan a cabo duros combates. La Guardia Civil de casi toda España se centraliza en la capital para acabar con los altercados “ya que era la única fuerza eficaz en la que se podía confiar”. El levantamiento es sofocado y da paso a los inmediatos fusilamientos y los destierros a Filipinas. Ramón Cabrera entra en España y entabla algunos combates pero no consigue pasar el Ebro.

            Se inaugura el primer ferrocarril de España entre Barcelona y Mataró     

1849 – Carlos VI es detenido y acaba la 2ª Guerra Carlista tras incendiar con duros combates buena parte del norte, levante y Andalucía en los que intervino la Guardia Civil. Llegado este momento se acuerda que ese Cuerpo vuelva a su objetivo original de control del medio rural.

1854 – Desde 1843 habían existido 16 gobiernos en la llamada “Década moderada” bajo el control de Narváez. Se inicia ahora el “Bienio Progresista” con el Pronunciamiento del general Leopoldo O´Donnnell en Vicálvaro y Francisco Serrano y Domínguez en Manzanares contra la corrupción política. Madrid, Valencia, Zaragoza y otras ciudades se ven envueltas en levantamientos que hasta amenazan la vida de la reina madre María Cristina. O´Donnell y Serrano lanzan el “Manifiesto de Manzanares” para movilizar a la población civil. La Guardia Civil defiende el Palacio Real ante el asalto de las turbas. No cesan los movimientos y revueltas. Madrid es un sangriento campo de batalla. Espartero es nominalmente jefe del gobierno, pero el poder lo ostentan los militares con O´Donnell a la cabeza. Por otro lado, los caminos comienzan a ser seguros y los bandoleros ya saben que tienen frente a ellos a una fuerza eficaz e incorruptible: la Guardia Civil, muy alejada en su funcionamiento del que había sido el de las anteriores fuerzas policiales. Sin embargo, por temas políticos y temas inconfesables, se intenta hacerla desaparecer y que vuelva la Milicia Nacional. Se hacen cambios en el uniforme para hacerlo más práctico.

Hacia 1855 – Fotografía de un Guardia Civil con el primitivo uniforme de guerrera azul y pantalón blanco (D.G. de la G.C.) 

1855 – Nueva desamortización eclesiástica de Pascual Madoz. Comienza un levantamiento carlista, sobre todo en Cataluña, con una gran descoordinación y dando lugar a numerosos fusilamientos. 

1856 – Se redacta una nueva Constitución que nunca llega a aplicarse por lo que se llama la “non nata”. Un golpe de Estado, tras largos meses de revueltas, lleva a Leopoldo O´Donnell al poder y supone el fin de Espartero, pero la Milicia Nacional que había sido recreada, aunque muy débilmente, provoca un levantamiento que es sofocado por la Guardia Civil. Esta Milicia Nacional es desarmada y disuelta otra vez. Cae O´Donnell y entra Narváez. Hasta 1868 habrá 14 gobiernos dentro de la llamada “Reacción moderada”.

1857 – El uniforme de la Guardia Civil es nuevamente modificado. Cae el general Narváez. 

1858 – Vuelve al poder el general O´Donnell y su partido de Unión Liberal. 

1859 – En Alcantarilla, los 5 o 6 vecinos del caserío de la Voz Negra, en término de Murcia, se dedican a meter contrabando en el pueblo, el Ayuntamiento da cuenta al Administrador de Hacienda ante la imposibilidad de actuar por tratarse de otra jurisdicción.

1860 – España se lanza a la conquista del norte de África buscando una compensación a la pérdida de las colonias en América. Tiene lugar la batalla de Castillejos ganada no sin esfuerzo por el general Prim. Se entra en Tetuán. Llega la batalla y paz de Wad-Rass acordada entre el sultán y el general O´Donnell.

Se produce un desembarco carlista en San Carlos de la Rápita que acaba rápidamente y el general impulsor es fusilado.
En Alcantarilla ya no tenemos libros de actas hasta 1874. Desaparecieron. 

1861 – Revuelta republicana. Juan de Borbón y Braganza, hermano de Carlos Luis, reclama el trono de España como Juan III. 

1864 – La reina, aconsejada por su madre, llama de nuevo al general Narváez. Los progresistas se agrupan alrededor de Juan Prim y Prats, los socialistas con Pi y Margall, y los demócratas o republicanos con Emilio Castelar. La Guardia Civil sofoca un levantamiento en Madrid. 

1866 – Nuevos pronunciamientos militares que acaban con fusilamientos. Gran crisis económica. Prim huye a Londres. El Perú declara la guerra a España.

1867 – O´Donnell, harto de la reina, se retira a Biarritz en donde muere. Vuelve Narváez al poder. Desde el extranjero, Prim, Pierrad, Milans del Bosch, Pavía, Sagasta y Becerra preparan la invasión por el Pirineo, algunos Carabineros de Frontera se pasan a ese bando pero todo es disuelto por la Guardia Civil.

En este año, en el padrón de Alcantarilla, uno de los pocos documentos salvados del expolio, ya tenemos datos fehacientes: el cuartel estaba ubicado en la Calle del Cura y los guardias civiles que lo ocupaban eran los siguientes:

Vicente Giles, de 30 años, casado y una hija, 1 año y 1 mes residiendo en Alcantarilla

Antonio López, de 44 años, casado, 1 año y 1 mes residiendo en Alcantarilla
Juan Payá, de 35 años, casado y una hermana, 1 año y 1 mes residiendo en Alcantarilla
Juan Díaz, de 34 años, casado, 6 años residiendo en Alcantarilla
Tomás Hurrea, de 36 años, soltero, 1 año y 1 mes residiendo en Alcantarilla
José Carrasco, de 28 años, soltero, 6 años residiendo en Alcantarilla
Pedro Carrillo, de 28 años, soltero, 6 años residiendo en Alcantarilla
Antonio Hurrea, de 29 años, soltero, 1 año residiendo en Alcantarilla 

Por lo tanto, hemos de deducir que en una fecha indeterminada entre 1861 y 1867 el Puesto de la Guardia Civil pasa del Convento de los Mínimos, a un caserón de la Calle del Cura. Y si observamos que la mayoría de los guardias anteriormente citados llevaban sobre un año en Alcantarilla, podríamos deducir que ese traslado se pudo realizar en el año 1866. En estos momentos ya es casi seguro que existiesen dos parejas a caballo.

Fachada del antiguo Cuartel de la Guardia Civil en la Calle del Cura. 1983 (PLCascalesL)

 

Sobre el plano catastral de urbana del año 1972 se refleja la parcela de este cuartel que tenía entrada principal por la Calle del Cura y accesoria, para los caballos, por la Calle Empedrada

1868 – Muere el general Narváez e Isabel II queda sin protección. Estalla una revolución “democrática” denominada “La Gloriosa” a cargo de los generales Juan Prim y Prats, Francisco Serrano y Juan Bautista Topete y Carballo. Duros combates en Cádiz, Zaragoza, Barcelona, Valladolid, Tarragona… La voluble Isabel II es destronada y se refugia en Francia. El general Prim entra en Madrid y comienza el llamado “Sexenio Liberal”. Carlos María de Borbón y Austria hijo de Juan III y nieto de Carlos V reclama el trono de España como Carlos VII. La situación en España es insostenible por la delincuencia y los continuos levantamientos que siempre acaban con quemas y destrucción de conventos.

1869 – Juan Prim y Prats es el nuevo jefe del gobierno. Se promulga la 4ª Constitución Española que contiene más aspectos sobre las libertades públicas y consagra la fórmula de la monarquía democrática. Se reprime una insurrección en Cuba. La retirada de la Guardia Civil de los campos para involucrarla en causas políticas en las ciudades hace aumentar el bandolerismo en Andalucía.

1870 – Amadeo I de Saboya, hijo del Rey Víctor Manuel de Italia, es proclamado Rey de España. Su reinado duraría tres años sin aceptación alguna por parte de nadie. La inestabilidad política es muy grande y en dos años se suceden seis gobiernos. Es asesinado en Madrid el general Juan Prim y Prats y posiblemente con esta muerte se cambió la historia de España. Se suprime una invasión carlista por Guipúzcoa gracias al coronel José Escoda que tras fingirse carlista derrota a los insurrectos; es lo que se llama “La Escodada”. 

1871 – Se pronuncia un nuevo levantamiento carlista que parecía contar con suficientes apoyos, pero las fuerzas militares implicadas retroceden y el levantamiento fracasa.

            1872 – Los carlistas inician la 3ª guerra en el norte y levante propagándose después por toda España y tomando importantes ciudades. Existen levantamientos obreros y alzamientos republicanos. Los generales Arsenio Martínez Campos y Fernando Primo de Rivera derrotan finalmente a los carlistas en Cataluña. Don Carlos se despide de España con el célebre “volveré”. A partir de entonces el carlismo siguió latente en España traduciéndose ya en la Guerra Civil como “Comunión Tradicionalista”, los Requetés. Amadeo I de Saboya abandona España más que harto. En Murcia, el masón Antonete Gálvez, “generalísimo de tierra y mar”, al frente de una partida armada toma por la fuerza el ayuntamiento de Murcia dentro de un sangriento e iluso levantamiento cantonal que solamente produce desgracias.

 

            1873 – Se proclama la Primera República Española de carácter Federal que llega a tener cuatro presidentes en un año, Figueras, Pi y Margall, Salmerón y Castelar, así como el Estado Catalán. La Guardia Civil se ve involucrada en luchas partidistas y personalistas. El Capitán General de Madrid Manuel Pavía toma Madrid y la Guardia Civil toma el Congreso nada más comenzar el siguiente año. Se da paso a una República Española Unitaria bajo el mando del general Francisco Serrano que duraría casi un año con tres presidentes: Serrano, Zabala y Sagasta. El pueblo, pasando duras necesidades, ya desconfía de las promesas de los políticos. Sigue el cantonalismo que pretende hacer de cada pueblo de España un Cantón independiente. Abundan los asesinatos de políticos en la calles.

La presencia de un grupo de guardias civiles enviados por el general Pavía siembra el pánico en el Congreso. Era el 2 de enero de 1874. Imagen parecida, pero esta vez sin salir corriendo sus señorías, ocurrió el 23 de febrero de 1981, algo más de cien años después (Colección particular. Marqués de Lozoya. Madrid)

1874 – La Guardia Civil anula una intentona legitimista de Carlos VII. Alfonso XII, hijo de Isabel II, exiliado en Inglaterra, promete una Monarquía Constitucional. El general de división Arsenio Martínez Campos lleva a cabo un pronunciamiento en Sagunto que instaura en el trono a Alfonso XII dando paso a la “Restauración Borbónica”. El Rey desembarca en Barcelona y quiere ir a Valencia en donde tiene un recibimiento delirante. Posteriormente hace una triunfal entrada en Madrid.

            En Alcantarilla “se nombra Alguacil a Andrés Giménez Manzanera y para Alcayde de las Cárceles Nacionales a Diego López Molina, quien deberá ocupar la casa que para este empleo está destinada”.

Todo parece indicar que estas cárceles debían ubicarse en el antiguo Cuartel de la Milicia Nacional, organización que ya hacía tiempo era inoperante.
“Para guardias rurales se nombra a los vecinos de esta Villa Juan Cascales Hidalgo (*) y Antonio Cascales, quienes hallándose presentes aceptaron sus respectivos nombramientos y juraron desempeñar bien y fielmente su cometido”
“Seguidamente, el mismo Sr. Presidente manifestó que se estaba en el caso de nombrar un alguacil de esta Alcaldía por hallarse vacante la plaza que servía Andrés Giménez Manzanera, el cual había sido reducido a prisión por la Guardia Civil, y que si bien en cierto período de tiempo había sido desempeñado por su hermano Diego, en la actualidad éste estaba incluido en la reserva extraordinaria de 125.000 hombres y había sido declarado soldado por el Ayuntamiento, razón porque no podía seguir desempeñándolo”.
(*) Hermano del bisabuelo del que esto suscribe. 

Por primera vez se nombra a la Guardia Civil en las Actas Capitulares, aunque como hemos visto, sus efectivos eran de 8 guardias que tenían que cubrir un amplio territorio, por lo que se sigue recurriendo a las patrullas civiles para perseguir a los delincuentes:

“Acto seguido se dio cuenta a la Corporación de la Circular del Excmo. Sr. Gobernador Militar de esta Provincia de dos del actual, en la que recomienda la obligación en que están los Ayuntamientos de vigilar su término para evitar que se cometan robos y otros delitos, perseguir y aprehender malhechores, gente de mal vivir, vagos, prófugos y a los que no se hallan provistos de cédulas de empadronamiento, creando al efecto rondas o patrullas para prestar dicho servicio y especialmente la custodia de la vía férrea y telegráfica.
            Enterados que de esto fueron los señores concejales y teniendo presente lo reducido de este término municipal: Acordaron organizar el servicio de que se trata con los dependientes de este Ayuntamiento y guardias rurales, haciendo el servicio de la manera que se indica en la condición segunda de dicha circular. Todo con el fin de evitar molestias a estos vecinos y teniendo en consideración que en la actualidad se goza de tranquilidad por haber sido reducidos a prisión algunos individuos de mal vivir. Pero que cuando las circunstancias lo exigieran se utilizarían los servicios de los vecinos honrados, quedando facultado el Sr Alcalde para organizar las rondas que se prescriben en la condición primera de la citada circular”.

1876 – Termina la 3ª Guerra Carlista con la salida de Carlos VII tras duros combates en la zona norte. Se aprueba una nueva Constitución, la 5ª, que pretende terminar con el enfrentamiento entre moderados y progresistas. Tenemos una monarquía parlamentaria liderada por los partidos Liberal Conservador de Antonio Cánovas del Castillo y Liberal Fusionista de Práxedes Mateo Sagasta. Disminuye la conflictividad obrera y desaparece la locura del cantonalismo así como el republicanismo tras su tremendo coste humano y su estruendoso fracaso. La Milicia Nacional es ya disuelta de forma definitiva. Alfonso XII demuestra ser el más inteligente de los borbones, aunque desgraciadamente tuvo que soportar la prematura muerte de su prima y esposa María de las Mercedes así como el tener una débil salud, influyendo todo ello de forma decisoria en la existencia de un reinado más fructífero. 

Alcantarilla se suma al acontecimiento con un Bando de su Alcaldía:

       “DON FRANCISCO PALACIOS PARRA, ALCALDE PRESIDENTE DEL AYUNTAMIENTO DE ALCANTARILLA.

            HAGO SABER:

            Que acordado por el Ayuntamiento que presido celebrar fiestas nacionales por la completa terminación de la guerra civil y entrada triunfal de S. M. el Rey en la Corte, tendrán estas lugar en los días 20 y 21 del presente mes bajo el programa que se publicará oportunamente.
            En su virtud invito a todos los habitantes de este Pueblo que en la sensatez que les es característica, tomen parte de ella, dando así una prueba de la alta satisfacción que les ha causado tan trascendental acontecimiento para el porvenir de la Nación y de la simpatía hacia el joven Monarca que ha compartido con el invicto ejército liberal los azares de la guerra, dando cima a los maquiavélicos planes del absolutismo derrotado.
            Más que nadie debemos congratularnos los hijos de Alcantarilla, porque en tan empeñada lucha, no ha sucumbido ninguno de sus hermanos que han cruzado sus armas con los enemigos de la libertad y de la Patria.
            Espero confiadamente que el público en general no defraudará las esperanzas de esta Corporación, contribuyendo a solemnizar las fiestas con colgaduras e iluminaciones.
            Alcantarilla 17 de marzo de 1876”.

            1878 – El Ayuntamiento parece tener un problema con los recaudadores y se dirige al Gobernador solicitando la colaboración de la Guardia Civil:

            “El Sr. Presidente exponía al Ayuntamiento la conveniencia de dar el último paso conciliatorio para no irrogarles demasiados perjuicios, cual era dirigirse en atenta comunicación al Sr. Gobernador Civil de la provincia para que les hiciera saber se presenten dichos recaudadores en término breve a practicar la citada liquidación, y en caso de no efectuarlo que tuviera a bien pasar la orden al benemérito Cuerpo de la Guardia Civil para que fueran conducidos a presencia de esta Corporación”.
        

1879 – Pablo Iglesias Posse (1850-1925) funda el Partido Socialista Obrero Español, PSOE.

En Alcantarilla, tras el desastre de una inundación en el mes de octubre (riada de Santa Teresa) se hace mención a la ayuda que presta la “pareja de la Guardia Civil que estaba de servicio de carretera”; pero en los primeros momentos son los miembros del Ayuntamiento los que colaboran sin hacer mención alguna a que se avisase a más miembros del Puesto, ya que posiblemente estuviesen en otros lugares de la huerta:
            “A la voz de alarma extendida por la población, y que fue producida por la terrible avenida que se inició en esta villa procedente de los ríos de Sangonera y del Segura a las diez y media de la noche del día anterior, a cuya alarma contribuyó la pareja de la Guardia Civil que estaba de servicio de carretera, se unieron los señores concejales de la Casa Consistorial bajo la presidencia del alcalde Don Juan Vivo Guzmán.
            Los individuos de la corporación se habían dedicado desde las primeras horas de la avenida a salvar las personas que había dentro de las casas; y merced al auxilio de varias personas caritativas, entre los que merecen expresa mención Agustín y José Menárguez, Silvestre, Juan Giménez Plaza, Juan José Melgarejo González, Pedro del Cerro Benito y otros; merced también al heroico comportamiento del benemérito Cuerpo de la Guardia Civil, y especialmente de su digno jefe el Alférez Don Pascual Estañ Pérez, consiguieron ver fuera de peligro a los habitantes de la calle Mayor y otras adyacentes”.
            “Se dio conocimiento de la orden del Jefe de la Guardia Civil de la provincia, por la que reclamaba veinte hombres que fuesen a auxiliar a la fuerza de su mando para extraer los cadáveres ahogados que había en los pueblos de Nonduermas, Hera Alta y Aljucer; y el Ayuntamiento respondiendo a este acto filantrópico acordó la remisión de los veinte hombres, socorriéndoles con ración de pan y jornal y abonándoles de los fondos del presupuesto, si el Gobierno no libraba cantidad alguna del fondo de Calamidades”.
            “La Corporación acordó poner una comunicación al Sr. Jefe de la Guardia Civil de esta Línea Don Pascual Estañ Pérez, dándoles las gracias por su heroico comportamiento y el de la fuerza de su mando durante la inundación, dirigiendo también otra al Sr. Comandante primer Jefe de la Provincia de lo satisfecho que ha quedado este Ayuntamiento del proceder de la fuerza de Guardia Civil de este Puesto”.

Grabado del pintor e ilustrador Juan Comba García en el que se idealiza románticamente a un Alfonso XII rodeado de huertanos afectados por la inundación

            1880 – Continuó la vida en el pueblo tras la gran riada y nos encontramos en mayo de este año que algunos guardias civiles del Puesto de Alcantarilla que habían sido destinados a los Puestos de Pacheco y Fuente Álamo necesitaban ayuda para el traslado, por lo que el Ayuntamiento acordó:

            “El Ayuntamiento quedó enterado de que se habían facilitado a la Guardia Civil de este Puesto siete carros para trasladar el equipaje y sus familias a las villas de Pacheco y Fuente Álamo, y acuerdan subvencionar dichos carruajes en treinta y una pesetas, extendiendo un libramiento por dicho valor a favor de Jaime Cascales Martínez con cargo al capítulo de Imprevistos”.

            También se acordó el pago de los gastos originados por un accidente:

            “El Ayuntamiento quedó enterado de que se habían abonado al tartanero Agustín Pérez Sánchez dieciséis pesetas por conducir a Cañada Hermosa a deshora de la noche al facultativo titular de esta villa Don Emilio López Palacios y una pareja de la Guardia Civil, con objeto de practicar un reconocimiento de un herido de gravedad, por interesarlo así el Sr. Coronel primer Jefe de la Guardia Civil de esta provincia, y acordó tener como bien ordenado dicho pago”.

            1881 – En Alcantarilla, la venta del Convento por parte del Estado, que hemos supuesto primer emplazamiento del pequeño Puesto de la Guardia Civil, dio paso a su instalación en la Calle del Cura tal y como anteriormente hemos visto, no obstante, este nuevo emplazamiento quedaba ya pequeño con el aumento de efectivos, por lo que el Jefe de Línea de Mula, a la que pertenecía Alcantarilla, solicita ayuda al Ayuntamiento:

            “Se dio cuenta de la comunicación del Sr. Capitán de la Guardia Civil Jefe de la línea de Mula, Don Joaquín Hernández Buendía, solicitando de la Alcaldía se le manifieste si existe en esta villa alguna casa que por su capacidad y demás condiciones pueda destinarse a Cuartel para el Puesto, mediante a no ser útil la que hoy ocupan los guardias. La corporación acordó que por el Alcalde se conteste a dicho capitán, manifestándole que no se encuentran casas de las condiciones deseadas en esta villa, a no utilizar el edificio conocido por la posada del Sol, y a condición de que quiera habilitarlo el dueño”.

            No parece que se utilizara la citada Posada del Sol fuera de algunos alojamientos puntuales ya que el Cuartel sigue en la Calle del Cura. Esta posada estaba situada, según José. A. Caride, en la Calle Mayor esquina al hoy denominado Callejón del Viruta; es decir se trataba de la luego llamada Posada del Viruta.

Posada del Viruta en dos apuntes del natural de Ángel Martínez fechados ambos en el año 1915, aunque por las diferencias existentes entre ellos tuvieron que ser hechos en fechas distintas. Aparecen sobre la “acera” las llamadas “Piedras de D. Emilio”, extraídas del terreno colindante y de presunto origen romano (Apuntes cedidos por su nieta África Martínez, Archivo Histórico Municipal de Alcantarilla) 

1883 – Intentona republicana del general Serafín Asensio Vega que termina con casi doscientas penas de muerte. La Guardia Civil llega a tener ya una fuerza de 16.000 hombres. Crece en Andalucía la delincuencia bajo las llamadas bandas de la “Mano Negra”, mezcla de anarquismo y bandolerismo. Aumentan los asesinatos. Todo es desmantelado por la Guardia Civil. 

1884 – Tenemos una nueva riada (riada de La Ascensión) esta vez extrañamente en el mes de mayo, quedando así relatada en las actas:

“También expuso el Sr. Presidente, que en los primeros momentos de la inundación del día 22 del actual, se constituyó en el sitio de la catástrofe, acompañado de varios concejales, de todos los dependientes de este Municipio, de una multitud de vecinos, que ansiosos de socorrer y librar de un peligro inminente a los inundados se prestaban gustosos a auxiliarles en todo lo que pudieran, y por último del benemérito Cuerpo de la Guardia Civil, que en esta ocasión, como en 1879, ha dado pruebas de abnegación y arrojo, y desde aquel instante se principió a prestar los auxilios necesarios para evitar desgracias personales, como por fortuna se ha conseguido.
            Los señores concejales oyeron con el mayor gusto la relación de servicios prestados en la inundación citada, y dando al Sr. Alcalde un voto de gracias por la actividad y celo desplegados, por unanimidad tomaron, entre otros, el acuerdo siguiente: Que se dirija atenta comunicación al Sr. Comandante del Puesto de la Guardia Civil de esta villa por su heroico comportamiento y el de la fuerza a sus órdenes, poniéndolo también en conocimiento del Sr. Comandante Jefe de la provincia, dando un voto de gracias”.

1885 – Muere Alfonso XII en el Palacio de El Pardo a los 28 años quedando como Regente su esposa María Cristina Habsburgo-Lorena que poco después daría a luz al futuro rey Alfonso XIII. El poder político se alterna entre Antonio Cánovas del Castillo y Práxedes Mateo Sagasta.

1886 – Nace Alfonso XIII. Y lo hace dentro de una situación política falsamente estable hasta el punto que acabaría con su salida de España y la llegada de la II República el 14 de abril de 1931. 

1893 – Ya hemos comentado anteriormente el, si no desprecio, sí intencionado abandono gubernamental hacia el Cuerpo de la Guardia Civil, y uno de los aspectos más sensibles era sin duda el ningunear la existencia de las Casas-Cuartel. Por ahí querían minar la moral de los guardias y buscar su desaparición: 

            “El señor Presidente manifestó que se había presentado el teniente de la Guardia Civil Jefe de esta línea Don Leandro Sánchez Baeza, manifestándole que sería necesario que por el Ayuntamiento se le facilitara Casa Cuartel para la fuerza de este Puesto si en lo sucesivo se pretendía su permanencia en esta población, pues de lo contrario, según órdenes que están recibidas del Gobierno, se trasladaría al punto dentro de la demarcación que gratuitamente se les proporcionara. La Corporación municipal oyó esta manifestación del presidente con extrañeza toda vez que teniendo tanto servicio que hacen la Guardia Civil en esta villa, pareció imposible su traslado sin que se resintieran los servicios a dicho instituto encomendados. Se abrió discusión sobre el particular y después de emitirse diferentes pareceres por los señores concejales, por unanimidad se tomó el siguiente Acuerdo: Que por ahora, y a causa de la escasez de recursos del Ayuntamiento no es posible facilitar por cuenta a los fondos municipales casa Cuartel para el alojamiento de la fuerza de la Guardia Civil de este pueblo, si bien debiera hacerse una tentativa entre los particulares de arraigo de este vecindario, por si pudiera conseguirse una suscripción para atender a este gasto hasta tanto que el Ayuntamiento pudiera hacerse cargo de él, e incluirlo en el presupuesto municipal, debiendo darse conocimiento de este acuerdo al expresado Sr. teniente, como tenía solicitado”.

            Y abundando en este tema, tras la dejadez del gobierno hacia la Guardia Civil, en fechas posteriores, el Alcalde comunica lo siguiente:

“El Señor Presidente dio cuenta de una carta de primero del corriente recibida del 1er. teniente Jefe de la línea de la Guardia Civil de este puesto D. Leandro Sánchez Baeza, por la que secundando los propósitos del Ilustre General que hoy está al frente de tan benemérito Instituto expone la idea, por todas partes bien acogida, del establecimiento del Montepío de la Guardia Civil, a cuyo efecto es citado el celo de las Corporaciones, Sociedades y personas acomodadas, para que contribuyan con su óbolo a los fines tan humanitarios de dicha Sociedad.
            El Ayuntamiento oyó con agrado tan patriótica exposición y queriendo de alguna manera coadyuvar a la realización de tan humanitaria obra, por unanimidad tomó los siguientes Acuerdos: 1º: Contribuir al establecimiento del Montepío del Guardia Civil con veinte y cinco pesetas pagadas de los fondos municipales con cargo al Capítulo de Imprevistos del Presupuesto corriente, extendiendo un libramiento por dicho valor a favor del Sargento Comandante de este puesto Don Pedro Navarro Herrera, que es el comisionado por la aludida carta para recibir los fondos que se destinan al fin indicado. 2º: Contribuir particularmente los individuos de la corporación con la cantidad que a bien tengan, y hacer propaganda entre el vecindario para que la suscripción dé los mayores rendimientos posibles”.

            1894 – El edificio de la Calle del Cura que servía de cuartel a la Guardia Civil había sido vendido, y era necesario tratar con el nuevo propietario, Salvador Vivo García, por lo que el Ayuntamiento acuerda:

“Hallándose aprobado el presupuesto adicional del corriente año económico, y consignada en el mismo una partida para satisfacer el alquiler de la Casa Cuartel de la Guardia Civil, desde el pasado mes de octubre en adelante, el Sr. Alcalde manifestó que se estaba en el caso de acordar la forma en que habían de verificarse las pagas, toda vez que con el actual dueño de la casa Don Salvador Vivo García no se había verificado contrato alguno. Visto lo manifestado por el Sr. Alcalde y resultando de los antecedentes adquiridos que el contrato existente de la Casa-Cuartel es el de satisfacer mensualmente el alquiler; Considerando que habiéndose obligado este Ayuntamiento a satisfacer dicho alquiler sin hacer innovación alguna en el contrato, procede su abono en la misma forma que hasta aquí ha venido haciéndose y que continua de la misma manera en lo sucesivo y hasta tanto no se renueve el expresado contrato, los señores concejales, por unanimidad acordaron: Primero: Abonar a Don Salvador Vivo García, dueño de la Casa-Cuartel de la Guardia Civil, el alquiler devengado desde el pasado mes de octubre hasta la fecha a razón de una peseta diaria que es el precio estipulado. Segundo: Que en lo sucesivo e interín otra cosa no se disponga se le abone por mensualidades vencidas dicho alquiler”. 

Pero el citado cuartel sigue con sus problemas de habitabilidad, y el 29 de marzo el Comandante de Puesto lo expone al Ayuntamiento:

            “Diose cuenta de una comunicación del señor Comandante de Puesto de la Guardia Civil de esta Villa de 29 del pasado marzo en la que hace presente el mal estado en que se encuentra la Casa Cuartel que habitan, cuyo alquiler se satisface hoy por cuenta de estos fondos municipales. El Ayuntamiento acordó se interese del dueño de dicha casa D. Salvador Vivo una pronta reparación para evitar las justas quejas de la benemérita, dándole conocimiento de este acuerdo al citado Comandante”.

            Pasan los meses y de nuevo insiste el Comandante de Puesto:

            “Se dio cuenta de una comunicación de primero del corriente del Sr. Comandante del Puesto de la Guardia Civil de esta villa, denunciando las malas condiciones higiénicas y de seguridad en que se encuentra la Casa-Cuartel; y con este motivo el Sr. Presidente manifestó que se habían hecho varias gestiones hacia el dueño de la misma Don Salvador Vivo García para obtener su reparación sin resultado alguno favorable. En vista de lo cual los señores concejales por unanimidad acordaron: Que por el Sr. Alcalde se haga así saber al Comandante de este Puesto, por si a bien tiene ponerlo en conocimiento de sus superiores, pero haciendo constar que este Ayuntamiento está dispuesto como hasta aquí a contribuir con una peseta diaria para el alquiler del Cuartel cualquiera que sea el dueño que lo facilite”.

            Llegamos al mes de septiembre y el dueño de la Casa-Cuartel Salvador Vivo expone sus razones:

            “Diose cuenta de una comunicación de primero del corriente de Don Salvador Vivo García, dueño de la casa que habita la fuerza del Puesto de la Guardia Civil de esta villa, y en la que despide en legal forma a la citada fuerza para el término de dos meses por hallarse el edificio en inminente peligro de ruina y falto de condiciones higiénicas para la vida; y como quiera que el alquiler corre por cuenta de los fondos municipales, y el Ayuntamiento es el obligado a facilitar Casa-Cuartel a la mencionada fuerza, lo ponía en conocimiento de la Corporación para la resolución que estimara conveniente.
        Los Sres. Concejales quedaron enterados de la precitada comunicación, y comprendiendo la verdad de las razones expuestas en ellas, acordaron Admitir la despedida hecha por Don Salvador Vivo García para el primero del próximo noviembre de la casa de su propiedad destinada hoy a Cuartel de la Guardia Civil. De igual manera acordaron proceder a la adquisición de otra en alquiler que reúna las condiciones necesarias para albergar la fuerza. A este fin se nombró una comisión compuesta de los concejales Don Diego García López y Don Tomás Gurrea Lanuza, quienes acompañados del Sr. Comandande del Puesto practicarán las gestiones necesarias para conseguir el fin propuesto, dando cuenta a esta Corporación del resultado que obtengan”.

            Parece que todas las gestiones resultan inútiles:

            “La Comisión nombrada en la sesión del 16 del corriente para buscar Casa-Cuartel de la Guardia Civil hizo presente que, a pesar de sus gestiones no había podido encontrarse dicha casa con capacidad suficiente para albergar toda la fuerza. El Ayuntamiento quedó enterado acordando que sin perjuicio de seguir haciendo gestiones se manifieste así al Comandante de este Puesto por si particularmente pudiera gestionar al objeto de adquirir la casa en cuestión”.

            Ante la necesidad urgente de encontrar una ubicación para la casa cuartel, el Ayuntamiento hace un general llamamiento a la población en búsqueda de un edificio que reúna las oportunas condiciones, haciéndose cargo del pago del alquiler. 

            “El Sr. Presidente manifestó que el 30 del pasado mes de septiembre se le había presentado el Jefe de la línea de la Guardia Civil de este Puesto, interesándole su declaración en un expediente que se hallaba instruyendo sobre la despedida de la fuerza hecha por el dueño de la Casa-Cuartel. Que en el siguiente día, primero del actual, se le había remitido una comunicación para que se manifestara por la Alcaldía si este Ayuntamiento estaba dispuesto a seguir pagando como hasta aquí el alquiler para la nueva Casa-Cuartel; y por último, en el día dos se había recibido otra comunicación del mismo señor acompañando un edicto para su exposición al público, convocando a los propietarios de casas que quieran hacer proposiciones para facilitar lo que ha de destinarse a cuartel. Se presentaron dichas comunicaciones y el Ayuntamiento quedó enterado de ellas, así  como de la contestación del Sr. Alcalde de que la municipalidad se obligaba en el presente año a contribuir con una peseta diaria para el alquiler citado como máximo, siendo lo probable que en los siguientes años siguiese igual conducta, a menos que variasen las circunstancias que la obligaron a esta resolución. Enterado que fue el Ayuntamiento en lo expuesto por el Sr. Alcalde, de las comunicaciones recibidas y de la contestación dada, y por último, de todas las gestiones practicadas, unas con carácter oficial y otras particular en este asunto, por unanimidad acordó Aprobar su conducta haciendo suya la contestación dada sobre subvención de la Casa-Cuartel, consignando además que, como diferentes veces se lleva manifestado, esta Corporación municipal se encuentra dispuesta a abonar por alquiler de esta Casa-Cuartel una peseta diaria en el presente año, y a gestionar para que en los sucesivos se haga igual consignación en el presupuesto municipal”.

            El problema no parece tener solución, todas las gestiones por encontrar un edificio adecuado fracasan y así llegamos a finales del mes de noviembre:

            “El Sr. Alcalde manifestó que como ya constaba a los Sres. Concejales, el dueño de la casa que ocupa la fuerza de la Guardia Civil de este Puesto, Don Salvador Vivo García, y cuyo alquiler satisface este ayuntamiento, había despedido a dicha fuerza para que dejara libre y a su disposición la citada casa para el último día de octubre. Que posteriormente y encontrándose muchas dificultades para buscar casa, el Jefe de la citada fuerza había conseguido del Sr. Vivo que les permitiera un mes más, o sea hasta fin del presente, vivir en aquella, hasta proporcionarse nuevo alojamiento aunque fuera provisionalmente. Que lo dicho se hallaba confirmado por cartas del Sr. Capitán de la Guardia Civil a que pertenece la fuerza de esta villa, y así lo hacía presente a la Corporación municipal, con el fin de que estuviera enterada del curso que lleva la cuestión del Cuartel. Los Sres. Concejales quedaron enterados, y como quiera que según lo que se halla consignado en anteriores sesiones, el Ayuntamiento únicamente se obligó a pagar una peseta diaria por alquiler de la Casa-Cuartel, sea quien fuese la persona que la facilitara, acordaron:
Primero.- Satisfacer al actual dueño Don Salvador Vivo García el alquiler de los cinco meses transcurridos desde primero de julio hasta el treinta del corriente de la casa que hoy habita la Guardia civil, a razón de una peseta por día.
Segundo.- Que debiendo ser desalojada dicha casa en primero de diciembre, se satisfaga en lo sucesivo dicho alquiler al nuevo dueño que facilite otra aunque sea provisionalmente, según el parte que produzca el Jefe del Puesto”.

            Ante la situación creada de que la Guardia Civil debía abandonar el edificio de la Calle del Cura, Antonio Soler Cámara ofrece dos viviendas de su propiedad de manera provisional para alojamiento de los guardias.

            Estos edificios son: uno situado en la acera norte de la Calle Mayor, entre las calles de la Cuesta y Amargura, y otro en la acera norte de la Calle del Rosario entre la Plaza del Olmo y la Calle Estrecha, sin que exactamente podamos determinar cuáles eran.
“Se dio cuenta de otra comunicación del Sr. Comandante del puesto de la Guardia Civil de esta villa, de 28 del pasado mes de noviembre, transcribiendo otra del Sr. Capitán de la compañía, en la que ordena que el último día de dicho mes se traslade la fuerza de la casa que hasta la fecha ha venido habitando a las proporcionadas interinamente por Don Antonio Soler Cámara, situadas en la calle Mayor de esta población nº 64 y en la del Rosario nº 25. Habiéndose hecho ya dicho traslado se acordó que con arreglo a la obligación contraída por el Ayuntamiento y crédito consignado en el presupuesto municipal, se satisfaga desde el primero del presente mes el alquiler de una peseta diaria al Sr. Soler y Cámara”.

Ubicación aproximada de las dos casas cedidas a la Guardia Civil por Antonio Soler Cámara en las Calles Mayor y Rosario. Fondo: plano catastral de urbana de 1972

1895 – Guerra de la Independencia Cubana. En la guerra participa la Guardia Civil.

Mientras que en América otro desastre se avecina para España, en Alcantarilla tenemos una noticia de indudable importancia: un vecino de la localidad (médico) dice de CONSTRUIR UN EDIFICIO EXCLUSIVO para Casa-Cuartel de la Guardia Civil:
“Diose cuenta de una instancia de Don Emilio López Palacios del 11 del corriente (mayo) en la que solicita permiso para hacer un edificio que se destinará por ahora a Casa-Cuartel de la Guardia Civil en un terreno de su propiedad situado en el pago de las Eras de esta jurisdicción contiguo a la calle de ese nombre y a otras casas del pueblo. El Ayuntamiento quedó enterado de la citada instancia y del plano que la acompaña; y con el fin de proceder en este asunto con el acierto que él requiere, siendo conocido de todos el terreno de que se trata y existiendo varios acuerdos de este Ayuntamiento respecto a alineación de calles en aquel punto, los Sres. Concejales por unanimidad acordaron: Que pase la citada instancia a informe de la Comisión de Policía urbana y rural, la cual para evacuarlo tendrá a la vista los antecedentes que existen en este archivo respecto al particular, y además la necesidad de que el edificio que ha de construirse forme calle por el viento del norte con la casa de Don Diego y Doña Lorenza García López, por levante que se utilice la línea de fachada más conveniente que da a la calle de las Eras; y por la parte de poniente que se tome el terreno necesario para que resulte una calle que sea prolongación de la que hoy existe entre las casas de Don Diego García López y Don Juan Vivo García; evacuado cuyo informe se presentará al Ayuntamiento para su concesión en debida forma”.

Terreno del médico don Emilio López Palacios para la construcción de una Casa-Cuartel de la Guardia Civil

            No tardó Emilio López Palacios en acometer las obras de la Casa-Cuartel, y así, a primeros de septiembre ya estaba el edificio listo para ser ocupado:

            “Se dio cuenta de una comunicación del Sr. Comandante del Puesto de la Guardia Civil de esta villa del día 10 del corriente (septiembre) dando traslado a esta Alcaldía de la del Sr. Teniente Coronel Primer Jefe de la Provincia en la que manifiesta que, hallándose terminados los nuevos edificios destinados a Casa-Cuartel y construidos en esta villa por Don Emilio López Palacios, disponía la traslación a ellos de la citada fuerza con el carácter de provisional y hasta tanto no se termine el expediente de contrato de arriendo. El Ayuntamiento quedó enterado de la citada comunicación acordando que no hay inconveniente en que se lleve a efecto dicha traslación, haciéndolo así saber al Comandante de dicho Puesto para que lo ponga en conocimiento de la Alcaldía tan luego llegue a efectuarse para abonar a cada uno de los partícipes el alquiler correspondiente a los días que ocupen las casas a razón de una peseta, que es a lo que quedó obligada esta Corporación y lo que consta en los presupuestos”.

            Ya tenemos por primera vez en Alcantarilla una Casa-Cuartel de la Guardia Civil construida en un edificio diseñado para ese fin (diseño no muy afortunado, por cierto), muy céntrico y con accesos suficientes y salida hacia los campos de Sangonera. Y tenemos el día y la hora de ese acontecimiento:

            “Se dio cuenta de una comunicación del Sr. Comandante del Puesto de la Guardia Civil de esta villa de 17 del corriente (septiembre), participando que el día anterior a las 6 de la tarde le habían sido entregadas las llaves de la nueva Casa-Cuartel, propiedad de Don Emilio López Palacios, a la que se habían trasladado en la fecha de la citada comunicación, habiendo sido también entregadas al encargado don Antonio Soler las llaves de las casas destinadas hasta aquella fecha a alojar la fuerza. La Corporación quedó enterada acordando que del alquiler correspondiente al presente mes se satisfaga los primeros dieciséis días a Don Antonio Soler Cámara, y el resto, así como los sucesivos meses al nuevo propietario Don Emilio López Palacios.
            Siendo no más que provisional la instalación de la fuerza de la Guardia Civil en la nueva Casa-Cuartel de la propiedad de Don Emilio López Palacios, y debiendo efectuarse en breve plazo el contrato definitivo de arrendamiento, el Ayuntamiento autorizó al Alcalde Don Diego García López para que en su representación asista a dicho acto y estipule las condiciones que crea más favorables a esta Corporación, teniendo siempre presente que el precio del arriendo no puede exceder de una peseta diaria, que es lo consignado en presupuesto”.

            Un par de meses después se oficializa el contrato de arrendamiento:

            “El Sr. Alcalde puso de manifiesto el acta de contrato de la Casa destinada a Cuartel de la Guardia Civil de Puesto de esta villa que había recibido por conducto del Sargento Comandante con comunicación del 15 del corriente (noviembre), de la cual resulta que dicho contrato había sido aprobado por Real Orden del Ministerio de la Gobernación de 30 de octubre anterior. Examinadas las condiciones que constan en el expresado contrato autorizadas por el Sr. Alcalde y por el Sr. Teniente Coronel Primer Jefe de la Comandancia de esta Provincia, la Corporación municipal acordó prestarle también su aprobación y que se una al expediente, participando al dueño de la casa Don Emilio López Palacios que el día que a sus intereses convenga la recesión del contrato lo participe con dos meses de antelación al Primer Jefe de esta Comandancia y a la Alcaldía de esta villa”.

            1896 - ¡A buenas horas Mangas Verdes!, le decían a la Santa Hermandad. Y eso mismo habría que decirle a la Comisión de Policía Urbana, sin duda abrumada de trabajo, que casi diez meses después de la solicitud de López Palacios para construir una casa cuartel informa sobre el expediente:

            “Diose cuenta del informe remitido por la Comisión de Policía urbana y rural (20 de febrero) en el expediente instruido sobre concesión de permiso a Don Emilio López Palacios para construir una casa en terreno de su propiedad en el pago de las Eras de esta jurisdicción, y que destina a Cuartel de la Guardia Civil. En dicho informe se propone se acceda a lo solicitado por el Sr. López Palacios, si bien teniendo presente que la construcción del edificio ha de llevarse a cabo de manera tal, que queden dos calles, una al viento norte y otra al poniente, dando de esta forma cumplimiento a los varios acuerdos que en anteriores años se tienen tomados sobre el particular. Pero como quiera que esta edificación lleva consigo la apertura de nuevas calles y consiguientemente la expropiación de terrenos, los Sres. Concejales, por unanimidad tomaron los siguientes acuerdos:
Primero: Conceder a Don Emilio López Palacios el permiso que tiene solicitado en su instancia del once de mayo de 1895 para construir un edificio urbano en el terreno que posee en el pago de las Eras de esta jurisdicción contiguo a la calle del mismo nombre y a otras casas particulares, sujetándose en la construcción a las condiciones fijadas por la Comisión de Policía urbana de las que se le dará copia.
Segundo: Incoar el expediente de expropiación de los terrenos situados al norte y poniente de la casa que se pretende construir, toda vez que han de ser destinados a calles públicas; pero especialmente de las que están al poniente, de la propiedad de Don Juan Vivo Guzmán, que hoy son consideradas como tierra de campo, y cuya extensión asciende a 138 metros cuadrados.
Tercero: Dar conocimiento de estos acuerdos a Don Emilio López Palacios”. 

Sigue la Comisión sin dar ni una, ya que mientras habla de hacer expropiaciones, el afectado por ellas ya estaba ofreciendo los terrenos de forma gratuita al Ayuntamiento:

            “Diose cuenta de la instancia que con fecha 24 de febrero pasado tiene presentada en este Ayuntamiento el vecino Don Juan Vivo Guzmán en la que manifiesta que habiendo llegado a su conocimiento que se trata de instruir expediente para la expropiación de un trozo de terreno de su propiedad situado en el pago de las Eras de esta jurisdicción de extensión de 138 metros cuadrados que ha de destinarse a calle pública, en virtud de la concesión hecha a su convecino Don Emilio López Palacios para construir un edificio contiguo a dicho terreno, lo cede gratuitamente a favor del Ayuntamiento, pero a condición de que sea destinado a calle pública, y que se le permita a él o a sus herederos edificar en la línea marcada el demás terreno que posee, abriendo huecos y ventanas al que cede por este acto y que ha de convertirse en calle pública, sin otras limitaciones que las prescriben las reglas de la policía. Vista la mencionada instancia y la ratificación que de la misma hace el Sr. Vivo Guzmán, los Sres. Concejales por unanimidad acordaron Aceptar la cesión gratuita que hace dicho señor a favor del Ayuntamiento de un trozo de terreno situado en el pago de las Eras de esta jurisdicción de 138 metros cuadrados de extensión que linda a levante Don Emilio López Palacios, mediodía Don Salvador Ortiz Arnaldos, poniente Don Juan Vivo Guzmán, y norte la calle pública que existe entre las casas de Don Diego García López y Don Juan Vivo García que da acceso a la calle Mayor, y cuyo terreno será destinado exclusivamente a calle pública, permitiéndose como tal al donante el que pueda abrir huecos y ventanas si intentara construir edificios en el demás terreno que posee.
            De la misma manera acordó el Ayuntamiento autorizar al Sr. Presidente Don Diego García López para que concurra en su nombre al otorgamiento de la oportuna escritura de cesión gratuita, dándole para ello los poderes que en derecho son necesarios, y sufragándose con cargo a los fondos municipales los gastos que se ocasionen de la escritura.
            Por último se acordó dar las gracias a Don Juan Vivo Guzmán por la donación hecha del terreno en cuestión”.

En julio de este mismo año el Gobernador publica un Bando en el que encarece la persecución de las armas sin licencia, el cierre de tabernas y casas de bebidas fuera del horario autorizado, las rondas nocturnas musicales, el disparo de petardos, los escándalos y todo aquello que atente contra el orden público. 

1897 – Cánovas del Castillo es asesinado por un anarquista.

1898 – El siglo había comenzado con guerras y termina también con ellas. Tenemos guerra con Estados Unidos, Cuba, Filipinas y Marruecos. Mientras los políticos disfrutan en los toros y las fiestas. Puerto Rico pasa a manos de Estados Unidos. Al igual que en Cuba, en Filipinas también intervienen tropas de la Guardia Civil. ¿Cuánta sangre, cuántos muertos, saqueos, ruinas y desgracias costaron este siglo? 

Había pues acabado este siglo XIX pleno, como decimos, de guerras y revueltas populares, y podría pensarse que el pueblo español estaba sediento de sangre y que manipulado y engañado por agitadores se lanzaba a la calle un día sí y otro también; y sí que esto es cierto, pero sólo en una menguada parte. Si ocurrió todo lo que ocurrió, y lo que siguió ocurriendo después, solamente tuvo un origen: la ceguera de los poderosos políticos, y de la actuación de indignos, privilegiados y potentados gobernantes, que no supieron o no quisieron salir de un sistema elitista, avariento y acaparador, explotando y originando enormes padecimientos en la población.

Muchos historiadores han escrito sobre este tema, pero posiblemente sea Benito Pérez Galdós de nuevo, en un tono más novelesco y narrativo que histórico, el que ha reflejado de una forma breve y acertada cuál era la situación que se había creado en España por parte de una culpable minoría:

“Mañana, pensaba yo, se juzgarán estos hechos como atentados a la propiedad, como profanación de la ley o arrebatos de salvaje cólera. ¡Y las culpas de esta brutal plebe nadie las atenuará con el recuerdo de las horribles violaciones de toda ley moral y cristiana que se contienen en el gobierno regular de las sociedades; nadie verá la inmensa barbarie que encierra el régimen burocrático, expoliador del ciudadano y martirizador de pobres y ricos; nadie se acordará el sinnúmero de verdugos que constituyen la familia oficial, y cuya única misión es oprimir, vejar, expoliar y apurar la paciencia, la sangre y el bolsillo de tantos miles de españoles que sufren y callan!... Nadie se fijará en el crimen lento, hipócrita, metodizado, de la acción gobernante, mientras que salta a la vista el crimen desnudo, instantáneo, de unas gavillas de insensatos que asaltan, queman, matan, sin respetar haciendas ni vidas. Nadie ve las víctimas oscuras que inmoló la ambición de los poderosos, ni los atropellos que se suceden en el seno recatado de una paz artificiosa, sostenida por la fuerza bruta dominante, y todos se horrorizan de que la fuerza oprimida y dominada se sacuda un día y, aprovechando un descuido del domador, tome venganza en horas breves de los ultrajes y castigos de siglos largos… (…).
Puestos todos a violar, no creo que deban cargarse a la cuenta de la plebe las más escandalosas violaciones. El favoritismo en altas esferas no hace menos estragos que la desatada barbarie en las bajas. No es el pueblo quien da forma de embudo a las leyes, ni quien envenena las aguas del poder en su propio manantial. Su ignorancia no es el único mal; otros males hay, de lo que son responsables los que leen de corrido, los que escriben con buena sintaxis, y los que hablan con sonora elocuencia”. 

Los años pasaban y la historia seguía. En 1902 el Rey Alfonso XIII llega a la mayoría de edad al cumplir los 16 años, y ya al año siguiente, en 1903, pasa por Alcantarilla camino de Cartagena, estando la estación del ferrocarril protegida por la Guardia Civil del Puesto de la población reforzada con guardias procedentes de otros puestos. Era el mes de junio:  

“Se dio cuenta y el Ayuntamiento quedó enterado de unos telegramas del señor Gobernador Civil de la provincia y Alcalde de Murcia, participando el primero que S.M. el Rey (q.D.g.) pasaría por esta estación con dirección a Cartagena el día 22 del actual, como así sucedió en efecto, a la hora de las seis de la mañana; y el segundo, o sea, el Alcalde de Murcia, invitando a esta Corporación Municipal a la recepción que se verificó en los Salones de aquel Ayuntamiento en el día de ayer.
            Acto seguido el señor Presidente manifestó que, como ya constaba a los señores Concejales, se había festejado a S.M. el Rey a su paso por esta estación, saliendo la Corporación en pleno, la banda municipal y un inmenso gentío que invadió todos los andenes, siendo aclamado y vitoreado por el pueblo todo, a los acordes de la marcha real; que referente a la atenta invitación del señor Alcalde de la Capital, concurrió ayer a aquellos Salones una nutrida representación de este Ayuntamiento, teniendo lugar la recepción que excedió los deseos de aquella autoridad, tanto por lo instruida cuanto por lo espontánea que fue, terminándose el acto a las seis de la tarde, en que S.M. y acompañamiento altamente complacidos salieron con dirección a Madrid.
            La Corporación acordó consignar en actas esta manifestación del señor Alcalde, como también que a reiteradas instancias del de la ciudad de Murcia habían ido de este pueblo en el citado día, las jóvenes Carmen Montoya Mercader y Ángeles Cascales Carrillo, vestidas con el típico traje huertano, a ofrecer flores y frutas a S.M. el Rey, en nombre de este pueblo”.

            La miseria en que vivía España en estos años llevaba a situaciones que hoy en día pueden resultar inimaginables; los ayuntamientos se hacían cargo de una asistencia sanitaria mínima de la población por medio del médico y farmacéutico titulares, aunque lógicamente esa asistencia resultaba muy deficiente por motivos obvios así como por la ausencia de tantos medicamentos que todavía no existían; y la Guardia Civil estaba además desamparada en ese aspecto sanitario mínimo hasta finales de este año de 1903:

            “Se dio cuenta de una Real Orden del Ministerio de la Gobernación de 23 de noviembre pasado por la que se concede a las fuerzas de la guardia Civil la asistencia médica y farmacéutica gratuita, considerándolas como incluidas en el artículo tercero del reglamento de partidas médicas del 14 de junio de 1891. El Ayuntamiento quedó enterado de la citada disposición, acordando consignar en actas que está conforme con ella por ser de justicia a que a tan benemérito Cuerpo se le presten los citados servicios, ya que los sueldos que tienen asignados apenas les bastan para cubrir las necesidades de la vida, y por lo tanto, que se haga así saber por medio de oportuna comunicación al Comandante de este puesto, a fin de que entren los individuos de la fuerza de su mando seguidamente en el disfrute de dicho beneficio, y que se ponga también en conocimiento de los médicos titulares”.

            En este año de 1903 muere Práxedes Mateo Sagasta, que junto con Antonio Cánovas del Castillo (asesinado en 1897) habían dado unos años de cierta estabilidad a España.

            Al año siguiente 1904 se consigue establecer el descanso dominical para los trabajadores, ya no se trabajarían 14 o 16 horas al día durante los siete días de la semana. Sólo se haría en seis.

            En Alcantarilla se recrudecen los problemas con los habitantes de las cuevas, en su mayoría gente honrada desplazada de las minas de la costa, pero no pueden evitarse las condiciones insalubres de vida y los focos de delincuencia generados más por hambre que por otra cosa. En todo caso, el asunto estaba controlado por la Guardia Civil. La droga todavía no existía.

            El Rey Alfonso XIII es objeto de un atentado el día de su boda el 31 de mayo de 1906.

            En 1907 el socialismo de tintes románticos va pasando a ser un partido compacto y bien dirigido con una estrategia eficaz y sin luchas internas, que gana popularidad por su oposición a la Guerra de Marruecos. Los regionalismos comienzan a apuntar veleidades separatistas en Vasconia, Cataluña y algo en Galicia. El desgobierno endémico no desaparece y Antonio Maura tiene que lidiar con la catástrofe militar de Marruecos y la revolución en Cataluña.

            Alcantarilla, afortunadamente más tranquila, afronta problemas de mucha menor importancia:

            “Se dio cuenta de una comunicación del señor Comandante del Puesto de la Guardia Civil de esta villa, de 18 del corriente (diciembre), interesando se proceda al blanqueo de la Casa que ocupa la fuerza de su mando, según instrucciones dictadas por el Señor coronel Subinspector del Tercio. El Ayuntamiento quedó enterado, acordándose dar traslado de ella al dueño de la casa, interesando su pronta reparación”.
 

Casa-Cuartel de la Calle de las Eras (PLCascalesL)

            La penuria secular del Ayuntamiento en este año de 1908, y también en los anteriores y posteriores, les lleva a tener que aprobar el gasto para “comprar una bandera de España” ya que a ello les obligaba un Real Decreto de primeros de año y solamente se disponía de “una bandera del pueblo”.

            La Semana Trágica de Barcelona (25 de julio a 2 de agosto) de 1909 con motivo del embarque de tropas para África, produce casi cien muertos, quema de conventos (deporte nacional), asalto a armerías, saqueos y más de cien edificios incendiados.

            La Guerra de Marruecos, una guerra a la que el pueblo no ve sentido, se encuentra en una situación muy complicada ya que ninguna expectativa se cumple.

            A finales de año se produce en Alcantarilla un incendio en el que actúa la Guardia Civil y así se hace constar en las Actas Capitulares:

            “El señor Presidente manifestó que, como ya constaba a los Señores Concejales, el día treinta del pasado noviembre se inició un incendio en la casa de Pedro Martínez Vallejos, situada en la calle de Cayuela de esta población, y en ella hizo esfuerzos extraordinarios la pareja de la Guardia Civil formada por los individuos Dionisio Navarro Ruiz y Antonio Giménez García, los que consiguieron, ayudados de varios vecinos y especialmente del albañil Francisco Guillamón Lorente, localizar el incendio extinguiéndolo a las pocas horas. Que de este hecho había dado conocimiento al señor Gobernador Civil de la provincia, haciéndole presente los méritos contraídos por la pareja de la Guardia Civil, la cual se había hecho acreedora a una recompensa. El Ayuntamiento quedó enterado aprobando la conducta del señor Alcalde y haciendo suyas las manifestaciones hechas por el mismo”.

            Al siguiente año de 1910 se establece el servicio militar obligatorio, con unos listados que controla la Guardia Civil, y también se crea el sindicato anarquista CNT, Confederación Nacional del Trabajo, que lograría más adelante, en 1919, el implantar la jornada laboral de 8 horas y 48 horas a la semana.

          En el año 1912 se crea el Protectorado de Marruecos, y también, en este año de 1912, el día 10 de abril, vemos por primera vez a un avión sobrevolar el cielo de Alcantarilla. Se trataba de un modelo Bleriot pilotado por el francés Léonce Garnier, que estuvo haciendo tomas y despegues en un campo acondicionado al oeste de la población, el mismo terreno sobre el que años después nacería una base aérea y escuela de paracaidistas. La multitud que se aglomeró fue enorme, desplazándose tanto desde Murcia como desde todas las poblaciones vecinas. La Guardia Civil de Alcantarilla fue la encargada de controlar el acontecimiento que fue un verdadero éxito.

Cartel anunciador de los vuelos de Garnier en Murcia a partir del día 6 de abril, Domingo de Resurrección, despegando desde un campo de Espinardo. El día 10 lo haría sobre Alcantarilla

 

Léonce Garnier con su Bleriot

            El Ayuntamiento de Alcantarilla uniforma por vez primera a su Guardia Municipal en este año de 1913 coincidiendo con el paso por la estación del ferrocarril del Rey Alfonso XIII con dirección, como siempre, a Cartagena:

“El señor Alcalde manifestó que con motivo del paso por esta estación de S.M. el Rey, y Presidente de la República francesa en el pasado mes de Octubre, con dirección a Cartagena, y regreso de S.M. de dicha ciudad a Madrid, se había acumulado en esta población un número considerable de fuerzas de la Guardia Civil para custodiar el trayecto de la línea férrea en varios kilómetros. Que para cumplimentar bien de este servicio, que lo harían tanto de noche como de día, hubo necesidad de proporcionarles cama y toda clase de utensilios, que eran llevados al Cuartel de la Guardia Civil de este Puesto y Casas de Hospedaje de esta villa, porque teniendo que renovarse constantemente la guardia, y haciéndose el servicio de noches más que de día, no podía, ni convenía alojarse la fuerza en casas particulares y diseminadas, por las grandes molestias que esto causaba, tanto a los vecinos como a los mismos guardias.
            Además, siendo Alcantarilla el punto donde bifurcan las líneas férreas de Granada, Alicante y Madrid, todos los individuos repatriados de la Guerra de Melilla, que se dirigían a la provincia de Alicante y otras del litoral, hacían noche en este pueblo, de donde tenían que salir de madrugada para la indicada línea. También esto causaba molestias a los vecinos, y para evitarlas, no facilitando alojamiento en horas intempestivas, se había ordenado a varias casas de huéspedes próximas a la estación férrea, les facilitasen alojamiento y cama, cuyo gasto sería abonado con cargo a fondos municipales”.

            Anteriormente hemos visto el estado de las arcas municipales con respecto a la compra de una bandera, pero es que el problema era más grave, tal y como se hace constar en la sesión del 15 de mayo de 1915:

            “Los sueldos municipales con tan mezquinos que apenas tienen los empleados lo necesario para su alimentación y hay que abonarles además los meses que se les deben para que puedan atender a su subsistencia”.

            Por eso, no extraña que en septiembre de ese mismo año se discuta el siguiente acuerdo:

            “En lo relativo a la subvención de la Casa donde se halla instalada la fuerza de la Guardia Civil, opina la Comisión que debe suprimirse; pero como esta determinación puede dar lugar a exigencias de la Superioridad por los muchos años que se viene consignando una peseta diaria para el alquiler, lo dejaba a la discreción de la Corporación Municipal.
            El Ayuntamiento acordó no suprimir la consignación en el presupuesto para 1916, pero denunciar el contrato antes de primero de noviembre próximo con arreglo a las bases en él establecidas”.

            Ya hemos visto como en 1895 se logró el tener una Casa-Cuartel para la Guardia Civil, pero sólo era cuestión de tiempo el que este nuevo cuartel, no muy bien diseñado, y con sólo 6 viviendas, fuese insuficiente para absorber un aumento de efectivos, lo que ya ocurrió en noviembre de 1915:

            “Se dio cuenta de un oficio del Jefe de la Línea de la Guardia Civil interesando se le manifieste si sabe hay en esta localidad algún propietario o entidad que facilite gratuitamente casa para el alojamiento de la fuerza de este Puesto. El Ayuntamiento acordó se le conteste indicándole que de momento no sabe que existan ningún propietario ni entidad dispuesta a lo que se pretende, pero que hará las gestiones necesarias, y si diesen resultado favorable se le comunicará oportunamente”.

            El Ayuntamiento estaba mal de recursos, pero la negativa a seguir abonando el alquiler de la Casa-Cuartel, que podía significar la desaparición de la Guardia Civil del pueblo moviliza inmediatamente a los vecinos:

            “Se dio cuenta de una instancia presentada por varios vecinos de esta villa en la que manifiestan que, habiendo tenido noticias de que la Corporación Municipal había denunciado el contrato mediante el cual venía obligada a facilitar casa para alojamiento de la fuerza de la Guardia Civil, abonando el alquiler correspondiente de fondos municipales, con cuyo acuerdo se corre el riesgo de que desaparezca de esta localidad, esta institución solicitaban quedase aquel sin efecto, en previsión de los males que pudiesen derivarse de desaparecer la fuerza pública de la población. Fundamentan su petición en que celebrándose dos mercados semanales, y siendo esta localidad punto de bifurcación de ferrocarriles y carreteras, motivos ambos de gran afluencia de forasteros, se hace necesaria e indispensable la presencia de la Guardia Civil, para reprimir en el acto cualquier incidente o desmán que pudiera ocurrir, y para la defensa inmediata de personas y bienes, que no se conseguiría tan rápida si el Puesto se trasladase a otra localidad. Enterados los Señores Concejales de la pretensión de los solicitantes, y los fundamentos que aducen en su apoyo, que por lo que valen y representan no pueden negar, discutido ampliamente el asunto, por unanimidad acordaron: Proceder a lo solicitado en la instancia de que se ha dado cuenta, y en su virtud dejar sin efecto el acuerdo de 30 de septiembre pasado en el que se mandaba denunciar el contrato mediante el cual venía obligado el Ayuntamiento a satisfacer de fondos Municipales el alquiler de la casa que habita la Guardia Civil, teniendo como no hecha la indicada denuncia y continuando vigente el contrato con todas sus consecuencias en la parte que afecta a la Corporación Municipal, todo lo que se pondrá en conocimiento del Teniente Jefe de la línea de la Guardia Civil, encargado de instruir el expediente para la busca de casa para instalar la fuerza, a fin de que surta en el mismo sus efectos, y a Don Diego García primer firmante de la instancia de referencia”.

            El Ayuntamiento rectifica y acuerda pagar el alquiler que se encontraba sin abonar:

“Hallándose en descubierto el pago de la casa-matadero, la de telégrafos y de Cuartel de la Guardia Civil por el alquiler correspondiente al segundo semestre de este año, el Ayuntamiento acordó se verifique su pago que consiste; el de la casa-matadero en noventa pesetas; el de la de telégrafos ciento treinta y siete pesetas con cincuenta céntimos; y ciento ochenta y cuatro por la del Cuartel, extendiendo los oportunos libramientos a sus respectivos dueños.
            El señor Alcalde manifestó que siguiendo la norma de conducta de antiguo establecida respecto al alojamiento de la Guardia Civil, con motivo de la incorporación al Cuerpo de los reclutas, por ser esta villa punto de bifurcación de dos líneas de ferrocarril, y en armonía al acuerdo tomado en la sesión de 27 de febrero pasado, había ordenado al dueño de la hospedería inmediata al ferrocarril José Ataz (*), facilitase cama a cuatro Guardias Civiles por espacio de tres días que dicha fuerza permaneció en esta localidad, con motivo de la incorporación a filas del cupo de instrucción de 1912; y con esta disposición el expresado señor Ataz presentaba el recibo del importe del alojamiento de cuatro Guardias Civiles durante el espacio de tres días que importaba nueve pesetas.
            Los señores Concejales aprobaron la conducta del señor Alcalde disponiendo se abone el indicado recibo”.
            (*) Más adelante, al llegar la Guerra Civil, nos encontraremos con la historia de Joaquín Ataz, hijo de José.

            En 1917 el reinado de Alfonso XIII se va complicando y dentro del ejército se crean unas Juntas de Defensa clandestinas que sin embargo Eduardo Dato e Iradier, Presidente del Gobierno, acaba por reconocer, con lo cual lo único que hace es facilitar el que se cree un poder incontrolado. La inestabilidad afecta también a los partidos y todo se acrecienta con los desastres en Marruecos. El 20 de julio estalla una huelga general revolucionaria en Valencia ligada al ferrocarril y el aumento de precios, con el fin último de dar un golpe de estado. La pone en marcha el PSOE, UGT y CNT y hay decenas de muertos en toda España. Se declara el Estado de Guerra y llegan a Alcantarilla numerosos guardias civiles para controlar el nudo ferroviario:

“Se dio lectura al bando del señor Gobernador Civil de la provincia del 13 del corriente, que se publica en Boletín Extraordinario de dicho día, haciendo la declaración de Estado de Guerra en esta provincia, resignando el mando de la misma en la Autoridad Militar, de conformidad con las instrucciones recibidas del Gobierno de S.M. y en atención a las anormales circunstancias por que atraviesa la provincia.
            Igualmente se dio lectura del bando del Excmo. señor Gobernador Militar de la provincia y plaza de Cartagena con la declaración del Estado de Guerra, haciendo las observaciones más pertinentes para la conservación del orden público. Uno y otro bando habían sido expuestos al público para su conocimiento, en las fechas en que se recibieron.
            Los señores Concejales quedaron enterados, acordando que durante el tiempo en que continúe dicha anormalidad, el Alcalde Presidente esté en contacto con las Autoridades Militar y Civil, a quienes comunicará con frecuencia el estado de opinión de este vecindario, reprimiendo cualquier conato de alteración.
         El señor Presidente manifestó que, como consecuencia de las anormales circunstancias por que atraviesa la población, le había indicado el Comandante del Puesto de la Guardia Civil de esta villa, se iba a reconcentrar aquí fuerza de dicho Instituto para la custodia de las líneas férreas, puentes y garantizar la libertad individual, y que con este motivo necesitaba se le facilitase camas en el Cuartel donde se alojaría la fuerza que a este fin se destinara. El Ayuntamiento quedó enterado, acordando autorizar al señor Alcalde para que en la cuantía y medida que las necesidades lo reclamen, facilite las camas que sean necesarias, sufragando el importe de lo que este gasto represente, del capítulo de Imprevistos, así como también cualquier otro gasto que para la conservación del orden público se origine, cooperando de este modo a los buenos propósitos del Gobierno”.

            Prueba de la desidia recalcitrante de todos los gobiernos hacia la Guardia Civil es la situación en la que queda la familia de un guardia víctima de la huelga revolucionaria, sin que exista, estatalmente, ningún tipo de ayuda y haya que recurrir a las aportaciones particulares o de entidades: 

“El señor Alcalde manifestó que había recibido un telegrama del señor Gobernador Civil de la provincia, recomendando se contribuya en lo posible a la suscripción pública iniciada a favor de la viuda e hijos del Guardia Civil Juan Bernabé Martínez, muerto en cumplimiento de su deber en los recientes sucesos de Yecla. Los señores Concejales quedaron enterados, y dado el fin benéfico de la suscripción, acordaron contribuir a ella con la suma de veinticinco pesetas, con cargo al capítulo de imprevistos”.

Desde que en el año 1912 Garnier había volado sobre Alcantarilla, los terrenos sobre los que había despegado y aterrizado con su Bleriot no habían tenido uso, pero en el año 1919 el también francés Pierre Georges Latécoère estableció una línea postal aérea entre Francia y Marruecos eligiendo estos terrenos como campo de emergencia o asistencia técnica. Para ello contactó tanto con el Alcalde de Alcantarilla como con el Puesto de la Guardia Civil para solicitar la vigilancia de los aviones caso de tener que realizar cualquier aterrizaje de emergencia, como así sucedió en diversas ocasiones en los años siguientes. Y en estos casos, que podemos decir que eran verdaderos acontecimientos para el público, era habitual la presencia del fotógrafo “Mateo” que realizaba las oportunas instantáneas en las que no faltaban los guardias civiles del Puesto de Alcantarilla.

Aterrizaje de un avión postal (Arch. J. A. Caride)

 

Tras los tripulantes y el fuselaje aparece un sonriente Guardia Civil (Arch. J. A. Caride) 

Los guardias civiles posan junto a los tripulantes y autoridades (Arch. B. Montes Bernárdez)

            Los desastres en Marruecos van en aumento y en el año 1920 José Millán-Astray funda la Legión. El rifeño Abd-el-Krim, muy conocedor de la manera de actuar de los españoles y franceses, endurece los combates.

            Al año siguiente 1921, una escisión del PSOE funda el Partido Comunista de España.

            Tras el escrito presentado por los vecinos en defensa de la permanencia de la Guardia Civil en el pueblo de Alcantarilla, el ayuntamiento había reconsiderado su decisión sobre el pago de alquiler de la Casa-Cuartel, que aparece ya a nombre de otro titular:

            “El Ayuntamiento acordó se abone a doña Soledad López Gómez de Albacete el alquiler de la Casa Cuartel de esta villa correspondiente al cuarto trimestre del año 1920-1921, importando ciento veinticinco pesetas, y el primer trimestre del actual año económico 1921-1922 importando ciento ochenta y siete pesetas cincuenta céntimos”.

En 1922 se declara una huelga general en Correos. El terrorismo, los desórdenes, los atentados y asesinatos no cesan, siendo objetivo principal los eclesiásticos, patronos y periodistas. La situación se va haciendo insostenible. 

Llegamos a abril de 1923 y nos encontramos que Alfonso XIII pasa de nuevo por Alcantarilla, y desde luego va a Cartagena, la que había sido patria de la masonería y el cantonalismo:      

“El Sr. Alcalde Pedro Cascales Vivancos expuso que para el paso de S. M. el Rey en su visita efectuada a Cartagena, había ordenado la instalación de treinta y dos lámparas eléctricas en la Estación de esta Villa a fin de poder garantizar con mayor acierto la seguridad del Monarca, y cuya instalación había ocasionado un gasto de sesenta pesetas. Los señores concejales aprobaron lo ordenado por el señor Presidente con cargo al apartado de imprevistos”. 

La población de Barcelona, harta de desmanes, acoge el 23 de junio de una manera apoteósica al Capitán General de Cataluña Miguel Primo de Rivera y Estella.

El 13 de septiembre da un golpe de Estado y Alfonso XIII le llama el 14, nombrándole el día 15 Jefe de Gobierno. Comienza una Dictadura Militar.

El pueblo en general acoge bien la medida. La situación a la que se estaba llegando recordaba el pasado siglo XIX que hundió a España en la miseria. Primo de Rivera es recibido en todas partes con muestras de apoyo. La Dictadura duraría hasta el 28 de enero de 1930.

Sus consecuencias políticas fueron inmediatas, y así se describe en el Acta Capitular:

 “En Alcantarilla y siendo las diez horas y cuarenta y cinco minutos de este día primero de octubre de mil novecientos veinte y tres, se personó en esta Casa Consistorial el Comandante del Puesto de la Guardia Civil Sargento Don Juan López Fuentes y guardias a sus órdenes, exhibiéndome a mí el Secretario de la Corporación la copia de un telegrama del Gobierno Civil de esta provincia en el que dice que hoy Lunes publica La Gaceta de Madrid un Real Decreto del Directorio Militar por el que cesaban en sus funciones en el día de hoy finalizando su cometido todos los Concejales de los Ayuntamientos de la Nación que serán recuperados instantáneamente por los Vocales Asociados del mismo Ayuntamiento quienes sustituirán a los concejales el mismo día bajo la Presidencia e intervención de la Autoridad Militar. Acto seguido e instantáneamente de personarse en este Ayuntamiento y entregarme dicho documento, lacró, selló y dejó custodiada la caja y documentación con la pareja a sus órdenes.
 Seguidamente fueron citados al Ayuntamiento y Vocales Asociados a la presente Sesión a la que asistieron el Alcalde Don Pedro Cascales Vivancos (*) y Concejales Don Enrique López Pérez de Tudela, Don José Legaz Saavedra, Don José Caride Sisto, Don Mariano Soler Barceló, Don Diego Cano Giménez, Don Antonio Pérez García, Don Antonio Vera Fenollar, Don Francisco López Menárguez, Don Pedro López Menárguez y Don Francisco Vivo López, dejando de asistir por encontrarse ausentes Don Antonio Aledo Sánchez y Don Antonio Cobarro Tornero. Asimismo asistieron los Vocales Asociados señores Don Juan Hernández Avilés, Don Ángel Riquelme Valera, Don Rodrigo Hidalgo Menchón, Don Ángel Martínez Cabezón, Don José Gambín Talón, Don Jesús Costa Hernández, Don Pascual Guzmán Jara, Don Vicente López Pérez, Don Fulgencio Sánchez Espada, Don Francisco Sánchez Martínez, Don Juan Clares González y Don Ginés Guzmán Hurtado, dejando de asistir Don Francisco García Baño por hallarse ausente, presididos todos por el citado Comandante del Puesto de la Guardia Civil Sargento Don Juan López Fuentes.
     Declarado abierto el acto por el Sr. Presidente dio orden a mí el Secretario para que procediese a la lectura del telegrama citado al principio lo que fue efectuado íntegramente. El Sr. Presidente en su consecuencia exhortó a los reunidos al cumplimiento exacto de lo ordenado en el R. D. de referencia y de acuerdo con el artículo 1º del mismo cesaron en sus funciones todos los Señores Concejales que componían el Ayuntamiento los que sin protesta ni resistencia alguna abandonaron el Salón y siendo reemplazados instantáneamente por los señores Vocales Asociados de este Ayuntamiento presentes al acto, los que se posesionaron de sus cargos.
    El Sr. Presidente manifestó que se estaba en el caso de nombrar Alcalde el cual sería elegido en votación secreta entre Vocales Asociados posesionados de los cargos de concejales que ostentase título profesional o ejerciesen industria técnica o privilegiada y en su defecto los mayores contribuyentes y que los demás cargos concejiles se nombraran inmediatamente también por elección entre todos los demás Vocales Asociados. Enterado y percatado el nuevo Ayuntamiento de lo que había que realizar y teniendo en cuenta que entre los nuevos concejales sólo existía uno con título profesional que lo era Don Ángel Riquelme Valera, quien ostenta el título de Perito Agrónomo, quien se encontraba enfermo de reúma hasta el punto de haber asistido a esta sesión en carruaje y asistido por dos familiares, el Ayuntamiento acordó equipararlo con los mayores contribuyentes puesto que industriales de industria técnica o privilegiada no los hay”.
     (*) Abuelo del que esto suscribe.

Sello municipal del Ayuntamiento de Alcantarilla de esa época (Archivo Histórico Municipal)

 

    Efectuada la votación resultó elegido como Alcalde Don Ángel Martínez Cabezón por seis votos, y a continuación el resto de la nueva Corporación.

    Para seguir cumpliendo lo ordenado “el Ayuntamiento en Pleno se trasladó a la dependencia de esta Casa Consistorial en que se halla instalada la Caja Municipal la que se hallaba custodiada por la pareja de la Guardia Civil desde el momento que llegó la fuerza, observando además todos los señores concejales que se hallaba precintada y lacrada con el sello en lacre de esta Comandancia del Puesto de la Guardia Civil cuyo precinto fue roto de orden del Sr. Presidente extrayéndose de la misma los valores que se abran y todos los libros de contabilidad, todo lo cual fue trasladado al Salón de Actos bajo la custodia de la Guardia Civil”. 

  Todos los libros fueron examinados y contabilizados, encontrándose “que el Sr. Alcalde había pagado de su bolsillo diversas facturas por no existir suficientes fondos en el Ayuntamiento”, así como que una máquina de escribir y dos de sumar existentes eran propiedad del Secretario de la Corporación.

  Por primera y única vez hasta ahora, tenemos de Presidente de la Corporación de Alcantarilla a una Autoridad Militar, en este caso el sargento de la Guardia Civil Juan López Fuentes al mando de una pareja de guardias. Aquí está su firma:



Firma de Juan López Fuentes como “Sargento Presidente” de la Corporación Municipal de Alcantarilla. Actas Capitulares (Archivo Histórico Municipal) 

 Primo de Rivera era una persona íntegra, sin dobleces, y fiel a su Patria. Acabó con el pistolerismo y la inseguridad y llevó a cabo una serie de grandes obras públicas, algunas en Murcia, que crearon miles de empleos y que todavía utilizamos. Acabó la sangrienta guerra de Marruecos con el desembarco de Alhucemas el 8 de septiembre de 1925.

Alcantarilla, al igual que El Palmar, Monteagudo y Espinardo quedaron unidos a Murcia por calzadas adoquinadas que permitieron por vez primera unos cómodos y limpios trayectos sin charcos ni polvaredas. Vino el agua potable a Alcantarilla y se crearon escuelas y servicios en toda España. Intentó consensos políticos e incluso designó a Francisco Largo Caballero del PSOE como Consejero de Estado. Pero Primo de Rivera también quiso luchar contra la corrupción de alto nivel de guante blanco, y entre otras, esa también fue la causa de su caída. Alfonso XIII lo “bornoneó” justo al día siguiente de decir el general que a él no lo “borboneaba” nadie. Murió en Paris el 16 de marzo de 1930, 47 días después de haber sido destituido. El rey duraría solamente un año más en el trono. El hijo del general, José Antonio Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, fundaría el 29 de octubre de 1933 Falange Española, partido ajeno a la derecha caciquil, paternalista y culpable, y a la izquierda demagoga, revolucionaria y sangrienta. La Falange, estaba sustentada por sólidos fundamentos patrióticos, republicanos y sobre todo de justicia social: la defensa de los trabajadores, especialmente en las facetas de seguridad social, sanidad, salarios, y vivienda; aspectos que en buena parte se desarrollaron durante el Régimen de Franco por los ministros falangistas.

 En el mes de noviembre todavía se mantenían pendientes de pago los gastos ocasionados por el paso del Rey Alfonso XIII por la estación en el mes de abril:

“Por los señores Don Cristóbal Mateos, Don Federico Sánchez, Don Pedro Ponce, Don Onofre Alarcón y Don Pedro Vázquez, dueños de hospederías se presentaron las cuentas de gastos de hospedaje de camas para los Guardias Civiles concentrados en esta población con motivo del paso para Cartagena de S. M. el Rey, importando treinta y una pesetas veinte y cinco céntimos, treinta pesetas, cuarenta pesetas, treinta y tres pesetas setenta y cinco céntimos y cincuenta y una pesetas veinte y cinco céntimos, o sea, un total de ciento ochenta y seis pesetas con veinte y cinco céntimos”.

 En mayo de 1925, se pide una bandera para la Guardia Civil. ¡A esto se llegaba!

“El Señor Alcalde manifestó que el Sr. Comandante de Puesto de la Guardia Civil de esta villa le había solicitado una bandera nacional para la Casa Cuartel, añadiendo que sería seguramente éste uno de los escasísimos Puestos que no la tenían, lo que exponía a la Comisión Permanente para que resolviera. La Comisión Permanente quedó enterada, y considerando que la bandera nacional debe ondear en todos los edificios nacionales, acordó adquirir una bandera para la Casa Cuartel igual a la existente en el Ayuntamiento”.
También paga el Ayuntamiento de forma habitual a la Compañía Peninsular Telefónica el nuevo servicio del “teléfono”, que importa una media de 25 pesetas mensuales entre Ayuntamiento y Guardia Civil.

En septiembre, una operación combinada franco-española realiza el desembarco de Alhucemas y ataca las posiciones rifeñas. 

Abd-el-krim, el jefe de las partidas rifeñas se entrega a los franceses en mayo de 1926 tras el desembarco de Alhucemas temeroso de caer en manos de los españoles. La guerra de Marruecos ha terminado.

Todos los corruptos cacicones, chupócteros y logias que se ven perjudicados en sus intereses económicos con la Dictadura de Primo de Rivera, apoyados por otro sector descontento sin causa, el de los artilleros, conspiran para lograr su cese. 

El pago del alquiler de la Casa-Cuartel a su propietaria Soledad López Gómez de Albacete se va incrementando progresivamente: en 1921 era de 42 pesetas/mes; en 1922 62 pesetas/mes y en 1928 la cantidad asciende a 146 pesetas/mes.          

 En 1929 muere la reina madre Maria Cristina. Los cortesanos que rodean a Alfonso XIII y que antes conspiraban contra los políticos ahora lo hacen contra Primo de Rivera.

El día 28 de enero de 1930 “dimite” el general Primo de Rivera y entra a formar gobierno el general Dámaso Berenguer. Primo de Rivera se exilia en Paris en donde muere el día 3 de marzo.

Las llamadas “sociedades secretas” que tanta influencia habían tenido en 1820 y 1868 se vuelven muy activas. Están formadas sobre todo por logias masónicas.
 El ejército, alentado por esos poderes en la sombra, se subleva en Jaca en mayo. Alborotos en Madrid y en diversas capitales. Parece que vuelven los peores momentos del siglo XIX. Se quiere que venga una república y se presenta por todos como algo “milagroso”.

  En Alcantarilla, se busca la ampliación de la Guardia Civil con fuerzas de caballería (es el primer dato específico y exclusivo de “caballería” con el que nos encontramos), presentándose el problema de que la Casa-Cuartel no podría alojar materialmente a esos nuevos refuerzos, por lo que es necesario encontrar una ubicación para ellos:

“El señor Alcalde manifestó que, como ya sabían los señores concejales, estaba realizando gestiones para conseguir la ampliación de la fuerza de la Guardia Civil de este Puesto con dos parejas y un Cabo de Caballería, con el fin de que ellos se dedicaran a los servicios de carreteras y distantes de la población, y la fuerza de Infantería actual que atendiera al pueblo y a la huerta. Que como quiera que esta ampliación había de afectar así mismo a la Capital, puesto que nuestra Comandancia de la Guardia Civil tiene que cuidar de varias Diputaciones de Murcia, había convenido con el Alcalde de dicha Ciudad que el alquiler que había que abonar con motivo del alojamiento de la nueva fuerza fuese satisfecho por partes iguales por el Ayuntamiento de Murcia y este de Alcantarilla. Que llevando las expresadas gestiones un buen camino, teniendo la creencia de que se puede conseguir el aumento, a pesar de los inconvenientes y dificultades de importancia que existían, se estaba en el caso de que el Ayuntamiento Pleno resolviera sobre este interesantísimo punto, para remitir certificación del acuerdo al señor Jefe de la Línea Instructor del correspondiente expediente de aumento de la fuerza de la Guardia Civil.
Los señores Concejales quedaron enterados, y después de discutido suficientemente el asunto, por unanimidad se adoptaron los siguientes acuerdos:
Primero.- Aceptar gustosamente por considerarlo muy conveniente y beneficioso para los intereses de Alcantarilla y Murcia, sino para el interés general, el aumento de dos parejas y un cabo de Caballería de la Guardia Civil en este pueblo.
Segundo.- Que el Ayuntamiento de Alcantarilla se compromete a dar alojamiento capaz y apropiado a la expresada fuerza que se aumenta, en local separado provisionalmente del que tiene la fuerza de Infantería, por ser el edificio que ocupa éste insuficiente para toda la fuerza, y no ser tampoco susceptible de ampliación, no existiendo tampoco en la localidad edificios que puedan adaptarse para reunir en uno solo toda la dotación de la Guardia Civil, no encontrándose así mismo, por el momento, el Municipio en condiciones económicas para edificar una Casa Cuartel a propósito.
Tercero.- Que el Ayuntamiento de Alcantarilla cobre del de Murcia la cantidad o mitad del alquiler que se pague en el nuevo edificio de alojamiento de la fuerza de Caballería.
Cuarto.- Facultar al señor Alcalde tan ampliamente como se requiera para que prosiga con las gestiones hasta la consecución del aumento de la fuerza de la Guardia Civil, y arriende el local que estime más conveniente para el alojamiento, introduciendo las reformas necesarias para el mejor acomodo de la fuerza y sus anexos, hasta dejar el local en las condiciones que se exijan por el señor Juez Instructor del expediente que ha de incoarse con motivo de esta ampliación”. 

En el padrón correspondiente a este año de 1930 aparecen los siguientes guardias en el emplazamiento de la Calle de las Eras:

       “En la Casa Cuartel de la calle Eras, núm. 6, vivían los siguientes guardias civiles: 
           Alfonso Riana Martínez, suboficial

y los guardias

Mariano Nicolás González

José Gómez Díaz

Miguel Gómez Provencio

Roque Gómez Provencio

José Caravaca Lozano

Dionisio Egidos Alarcón

Francisco Navarro Sánchez

Juan Castellanos Navarro

Antonio Cerezo López

El 14 de abril del año 1931 llega a España la II República y Alfonso XIII sale de la nación. El nuevo régimen es acogido en España con gran ilusión por casi todas las partes, incluso Falange Española, como una solución a los conflictos que durante tantos años estaban asolando España, pero muy pronto vino el desencanto cuando se vio que en vez de luchar todos a una para solucionar los graves problemas de desigualdad y pobreza, la clase política se enzarzaba en luchas partidistas y personalistas, mientras que los desórdenes callejeros hacían inviable la convivencia pacífica. La República comenzó su estruendoso fracaso nada más nacer.

Se aprueba la 6ª Constitución Española. 

Los graves y continuos desórdenes callejeros dan lugar a que ya en mayo de ese mismo año de 1931 el Ministro de la Gobernación Antonio Maura decida crear un Cuerpo de Seguridad habida cuenta de que la Guardia Civil no estaba dotada ni era su cometido actuar en ese tipo de incidentes. Este Cuerpo de Seguridad pasaría a denominarse Guardia de Seguridad y Asalto en el mes de febrero del siguiente año. Se encarga de su dirección y organización el entonces teniente coronel Agustín Muñoz Grandes, que tras la Guerra Civil, ya como general, tendría a su cargo la División Azul en Rusia.   

Nos aparece por vez primera el “Cuartel de Caballería” en la sesión del 10 de mayo de 1931, y que curiosamente se ubica en el mismo edificio que años atrás, hasta 1894, había estado el Puesto de la Guardia Civil en la Calle del Cura, desconociéndose qué paso con ese edificio en los años intermedios.

El Ayuntamiento realiza diversos gastos en el edificio: cinco cribas llevadas por Gil García que importan 12´50 pesetas; se pinta el tablero de la fachada por parte de Sebastián Lorente importando 5 pesetas; 1 pala, 2 cubos y 12 ganchos de percha servidos por José García Huertas que importan 21 pesetas; diversos trabajos de carpintería realizados por Esteban Gómez que importan 362´35 pesetas pero que también incluyen los realizados en el propio Ayuntamiento, Plaza de Abastos y Escuelas de Ruiz Carrillo y 4 lámparas y un garvillo entregados por José García Huertas por un coste de 9´50 pesetas.
Los recibos de la Compañía Telefónica Nacional de cada mes, entre Ayuntamiento y Cuartel de Infantería importan normalmente 68´85 pesetas, y el del Cuartel de Caballería 13´50 pesetas. Estos pagos de línea telefónica es ya algo habitual, presentándose así, por separado; de una parte el Ayuntamiento y el Cuartel de Infantería, y de otra el de Caballería. También se abona el alquiler a pagar a Soledad López Gómez de Albacete por el cuartel de la Calle de las Eras que sigue siendo 146 pesetas/mes abonables por trimestres. 

Y por vez primera nos llega el alquiler de la casa de la Calle del Cura, siendo los titulares Félix y José Legaz Saavedra, y parece que este dato nos aporta la fecha de comienzo de actividad de este cuartel, que podría haber sido sobre el 20 de julio de 1931, ya que “se presentó la cuenta del alquiler del Cuartel de Caballería de la Guardia Civil correspondiente a los diez últimos días de julio y agosto y septiembre del actual año, importante cuatrocientas treinta y siete pesetas con cincuenta céntimos”.

En este año o inmediatos sucesivos la propiedad del Cuartel de Infantería de la Calle de las Eras pasa de Soledad López Gómez de Albacete a José Abellán Romero.

Hoja catastral del Cuartel de Infantería de la Calle de las Eras (Archivo Histórico Municipal)

 

Hoja catastral del Cuartel de Caballería de la Calle del Cura (Archivo Histórico Municipal)

Los nuevos aires republicanos ya se dejan también sentir en el Ayuntamiento de Alcantarilla, y en el mes de febrero de 1932 tenemos sus primeras y tan características manifestaciones:

"El Sr. López Ortuño, como Presidente de la Comisión de Orden Público informa que el Cabo de la Guardia Municipal, presenta una denuncia al Alcalde por haberlo amenazado con un arma un individuo, y que le dijo el Alcalde que para pasar el hecho al Juzgado le presentara la dimisión, y que jamás ha visto a un sereno por la noche ni sabe cuál es su misión como Presidente de la Comisión de Orden Público, dándose el caso de haberse pregonado la prohibición de la entrada de ganados en el mercado de los viernes y haberse denunciado el caso, y no se han castigado a los infractores, a pesar de manifestarle particular ante el Sr. Domingo que se iba a ser inflexibles, teniendo que mandar un propio a buscar a su ganado para decirle que no entrara al mercado hasta la hora que se tenía marcada, y en cambio entraron otros a los que se denunció, y no se les ha impuesto ni multa ni sanción alguna. El Sr. Alcalde contesta relatando el hecho a que hace referencia el Sr. Ortuño relacionado con el Cabo de la Guardia Municipal, y fue que en la noche del 23 de diciembre último, un individuo en estado de embriaguez le amenazó, según manifestó, con una navaja, y al día siguiente Nochebuena, le presentó la denuncia, preguntándole entonces si estaba detenido, a lo que manifestó que no lo estaba. Ante esto le manifestó que no había cumplido con su deber, que era el de detener a dicho individuo e ingresarlo en la cárcel, y si no era él bastante, haber requerido el auxilio de la Guardia Civil, pero que no habiéndolo hecho se encontraba en el caso de que siendo Nochebuena y siendo costumbre tradicional el que se pongan dicho día en libertad a todos los detenidos no sujetos a proceso según circulares de los Sres. Gobernadores Civiles, estaba en el caso de no ordenarle la detención por dicha circunstancia, y entonces el Cabo le contestó que en ese caso él como ciudadano lo denunciaría al Juzgado, lo cual constituía una insubordinación, que por el mismo hecho de ser la Nochebuena se la dispensó, pero que tenía que decirle que para hacer eso lo primero era el presentarle la dimisión como Guardia Municipal. Este es el caso relatado con toda exactitud, y en cuanto a las multas a las que alude el Sr. Ortuño relativas a la entrada de ganados, no puedo retrotraer a su memoria el caso concreto, pero que si se le cursaran las denuncias, les impondría las multas”. 

La situación en España se vuelve muy preocupante: desgobierno, atentados, muertos entre patronos, obreros, sacerdotes, guardias…; se intenta infructuosamente volar el Cristo de Monteagudo.

El 10 de agosto de este año de 1932 el general José Sanjurjo Sacanell da un precipitado golpe de estado. El golpe triunfa en Sevilla pero fracasa en Madrid. Sanjurjo es detenido y condenado a muerte, pero la condena es conmutada por cadena perpetua. Al final se le amnistía y se refugia en Estoril. 

Los hechos se precipitan: en octubre se aprueba la Ley de Incautación de los bienes de Grandes de España, algunos de ellos precisamente promotores de la I República, y todo ello para hacer una “gran reforma agraria” que nunca se hizo.

El consejo de ministros prohíbe que en cualquier partido aparezca la palabra “nacional”. 

En enero de 1933 el Teniente Coronel Jefe de la Guardia Civil de la provincia visita los acuartelamientos de la población y felicita al Ayuntamiento.

 También, nada más empezar este año ya nos encontramos, el 10 de enero, con los trágicos sucesos de “Casas Viejas” entre anarquistas, guardias civiles y guardias de asalto. La repercusión es enorme en toda España. Manuel Azaña dimite como Presidente del Gobierno unos meses después.

En agosto, el concejal Enrique Alemán hace suyo el asunto del Cuartel de Caballería en cuanto a que ese Cuerpo presta sobre todo sus servicios en varias diputaciones del colindante Ayuntamiento de Murcia, a fin de que, lógicamente, ese Ayuntamiento colabore en el mantenimiento de esa fuerza aunque se encontrase ésta acuartelada en Alcantarilla, para lo que propone hacer las oportunas gestiones ante el citado Ayuntamiento de Murcia e incluso ante el Gobierno Civil.

Esta sensata propuesta es contestada por el concejal Martínez Martínez que duda que nadie le preste atención al Ayuntamiento de Alcantarilla y propone que para el próximo año se suprima del presupuesto el pago del alquiler de dicho cuartel. Le apoya el también concejal Pérez Sánchez diciendo que efectivamente este cuerpo de caballería “hace muy poca cosa a favor del pueblo” ya que el término de Alcantarilla es muy pequeño, y que ese dinero que se destina al pago del alquiler podría dedicarse a otra cosa. 

Para “complicar” más las cosas para el Ayuntamiento, en septiembre, el Puesto de Alcantarilla es elevado a Cabecera de Línea (hasta este momento el Puesto de Alcantarilla había pertenecido a la Línea de Mula), abarcando tanto el pueblo como pedanías colindantes de Murcia (Las Sangoneras, La Ñora, Nonduermas, Era Alta, Puebla de Soto, La Raya, El Palmar y Corvera) y Librilla.

A tal efecto, se presenta en el Ayuntamiento el nuevo teniente Jefe de Línea para solicitar al Alcalde que se le facilitase una casa-vivienda, a la vez que se comprometía a gestionar con la Jefatura Provincial el asunto del alquiler del Cuartel de Caballería ante el Ayuntamiento de Murcia. 

Prácticamente todos los miembros de la Corporación coinciden en que no corresponde a este Ayuntamiento de Alcantarilla asumir los gastos de alquiler del Cuartel de Caballería, presentando el Alcalde la siguiente moción:

“Es un hecho indiscutible que sobre el modesto presupuesto municipal pesan una serie de atenciones ineludibles que se hace preciso restringirlas, y especialmente las que se crean nuevamente. Así sucede con los alquileres de las Casas-Cuarteles de la Guardia Civil, que gravan el presupuesto en cuatro mil pesetas anuales. No ha lugar a discutir, según mi criterio, la utilidad de la Guardia Civil en esta población, que por su situación, por las numerosas carreteras que convergen a ella, las estaciones ferroviarias y su gran tráfico hacen necesaria e imprescindible dicha fuerza, tanto más si se tiene en cuenta que no existiendo guardería rural en esta villa, cumple dichos fines la Guardia Civil. Pero recientemente se ha elevado a cabeza de línea la población, y requiere dicha línea que el municipio satisfaga el alquiler del pabellón del oficial. Ante esto, el firmante propone que se acuerde por el Ayuntamiento solicitar al Ministerio correspondiente, que se construya en esta población una Casa-Cuartel que sea capaz de atender el acuartelamiento de todas las fuerzas, incluido el oficial, efectuándose dicha construcción por el Estado, ofreciendo el terreno donde haya de construirse, que pudiera ser de propiedad del municipio, existente en el lindero de la carretera de Lorca, y satisfacer el 25 % del importe de la obra por anualidades de tres mil pesetas.
   De este modo, opina el que suscribe, quedaría resuelto para siempre el problema, quedando a postre un edificio Cuartel de la Guardia Civil en la población como corresponde a su importancia, y vendría por el momento a disminuir el coste de alquileres, y después a no tener que satisfacer nada por este concepto una vez pagada la obra.
   El Ayuntamiento no obstante acordará conforme sea lo más pertinente”. 

 Mientras, la solicitud verbal realizada por el teniente se oficializa:

“Se dio cuenta de una comunicación del Teniente de la Guardia Civil Don Antonio Vázquez, dando cuenta de que habiéndose constituido en esta localidad una cabecera de línea de la Guardia Civil bajo su mando, y que no existiendo en ninguna de las Casas-Cuarteles Pabellón de Oficial, rogaba a la Corporación que manifestara si estaba conforme abonarle, a partir del mes actual, una cantidad y su cuantía para alquiler de casa. El Ayuntamiento acordó que pasaría a informe de la Comisión correspondiente el citado oficio.
La Comisión entiende, desde luego, que con la creación de dicha cabecera de línea se da importancia a la población, pero en los actuales presupuestos no existe consignación para dicho objeto, por lo que es imposible destinar a dicho fin cantidad alguna, y para lo sucesivo, el Ayuntamiento, si lo estima procedente, puede señalar en los presupuestos venideros cantidad para dicho fin, y sin que esto sea propugnar porque se consigne cantidad o no, que la Comisión deja a la libre resolución del Municipio. El mencionado informe fue aprobado”. 

El 29 de octubre de este año de 1933 se presenta en el Teatro de la Comedia de Madrid Falange Española. 

Llegamos al año 1934 y en la primera sesión municipal:

“El señor Martínez Martínez hizo constar su extrañeza al darse lectura a la partida correspondiente en la que figura la subvención a la casa del Jefe de la Línea, la que fue consignada en el proyecto de presupuesto sin conocimiento de la Comisión de Hacienda, y que por tanto se oponía a ello, y respecto a este particular dice al señor Alcalde que ha podido contar con su confianza, pero no hasta el punto de que suplantando su persona se presente al Ayuntamiento como proponente de una cosa sobre la cual ya conocía su opinión, y a tal efecto recuerda que no hace mucho tiempo el Alcalde convocó a la minoría radical a una reunión particular para tratar de la subvención por casa-habitación al Teniente de la Guardia Civil, en cuya reunión el dicente se pronunció en contra de tal propósito, fundándose en que el Ayuntamiento no atendía suficientemente por escasez de medios económicos los diferentes servicios municipales, y le parecía descabellado atender obligaciones ajenas cuando no podían atenderse las de casa, haciendo la salvedad de que sus palabras no se interpretaran como de enemistad hacia la Guardia Civil, para la que dedica toda clase de elogios. Termina rogando a la Presidencia que se hagan constar sus manifestaciones en acta, y al mismo tiempo le invita a que medite sobre su proceder ordenando la inclusión de dicha subvención en el proyecto de presupuestos sin conocimiento de la Comisión, que puede decirse ha estado integrada solamente por el que habla, ya que nadie asistía a sus sesiones.
  El señor Alcalde manifiesta que nunca ha contado con la confianza de nadie, y que él por su parte no ha ordenado que se incluya en el proyecto de presupuesto la partida correspondiente a la subvención del Teniente de la Guardia Civil.
  Dice el Secretario que, si bien son ciertas las manifestaciones que ha hecho constar el Concejal señor Martínez, y de las cuales tomó la oportuna nota, no se han hecho constar en el acta, porque después de la discusión sobre dichos puntos se llegó a adoptar el acuerdo por unanimidad, y por tanto con arreglo a la Ley y a las Prácticas Administrativas, cuando los acuerdos son adoptados así, aún cuando para llegar a esa unanimidad se haya sostenido toda clase de discusiones, sólo se hace constar, omitiendo toda clase de discusión.
   El señor Alemán dice que por su parte no aprueba ninguna partida del presupuesto referente a subvención de la casa-habitación del Jefe de la Línea de la guardia Civil, de la que dice que, si bien no es opuesto a ella, tampoco particularmente la necesita. Así como que figure en el presupuesto de ingresos la parte que tiene que abonar el Ayuntamiento de Murcia por el Cuartel de la Guardia Civil, ya que dicho Ayuntamiento no entrega ninguna cantidad.
     El señor Vivo se asocia a las manifestaciones del señor Martínez, y dice que la actitud del señor Alcalde es bastante censurable toda vez que con su proceder enfrenta al señor Martínez con el Teniente de la Guardia Civil, porque el señor Martínez al defender los intereses del Municipio forzosamente tiene que lastimar los del Teniente al oponerse a  la subvención que se ha aprobado.
      El señor Alcalde dice que, por las manifestaciones hechas por el señor Secretario quedaba todo aclarado.
      Preguntados por el señor Alcalde si se aprobaba el acta, quedó aprobada, y que se hiciera constar las manifestaciones de los señores Concejales”.

  El mes de febrero se presenta con problemas generalizados, Alcantarilla no puede evitar el verse salpicada de esos problemas que recorren España:

“El señor Pérez Sánchez dice que el día cinco del actual ocurrieron en esta población hechos de los que no se ha tratado, y a su juicio es necesario esclarecerlos y protestar por ellos. Sigue diciendo que, con motivo de la subida del pan se formó el mencionado día cinco una manifestación pacífica compuesta por mujeres y niños la mayor parte como protesta de dicha subida, y que inopinadamente se presentó una sección de Guardias de Asalto que en forma violenta atacó a los manifestantes.
  El señor Pacheco Martínez dice que no contestó al señor Pérez Sánchez en otra ocasión que le hizo esta pregunta porque necesitaba informarse de lo ocurrido, pudiendo ahora decir que le sorprendió en su domicilio la noticia de que había una manifestación que se dirigía al Ayuntamiento. Inmediatamente salió para la Casa Consistorial y en el Salón de Sesiones precisamente conferenciaron una comisión de dichos manifestantes y él como Alcalde, en cuyos momentos observó la presencia de los Guardias de Asalto que inmediatamente mandó llamar al jefe de la fuerza para que no interviniera, ya que a su juicio no lo creía necesario, que parece ser que el Guardia Civil apellidado Egidos llamó al Ayuntamiento preguntando por la importancia de la manifestación y el número de que se componía, cuya pregunta fue contestada por un Guardia Municipal, y entonces avisó dicho Guardia a la Comandancia de la Guardia Civil de Murcia, quien se dispuso a enviar fuerzas de la Guardia Civil, las cuales no vinieron porque al dar cuenta de ello el Jefe de la Comandancia al Gobierno Civil se les dijo en aquel Centro que mandarían una sección de Asalto.
 El señor Pérez Sánchez manifiesta que no creyó nunca que fuera el señor Pacheco quien llamara a dicha fuerza y que aclarado ya, proponía se adoptara el acuerdo de protestar contra la persona que llamó a la Fuerza de Asalto, y ver con disgusto la actuación de los mismos por la violenta forma que actuaron”. 

La idea que ya venía manejándose en el Ayuntamiento sobre construir un nuevo cuartel para la Guardia Civil con la suficiente capacidad para albergar todas las necesidades lleva al Alcalde a desplazarse a Madrid en el mes de marzo para llevar a cabo las oportunas gestiones:

“El señor Alcalde cuenta de sus gestiones en Madrid, exponiendo que había visitado, acompañado del Diputado por Murcia señor Cardona, los distintos Ministerios en que había que despachar asuntos, pudiendo adelantar que el asunto de la construcción de la Casa Cuartel de la Guardia Civil se había tomado el asunto con gran interés, y seguramente será uno de los que se comprenderán en el Presupuesto General extraordinario que se está confeccionando por el Gobierno”. 

Este año 1934 pasaría a la historia como el de un golpe de estado fallido. El 5 de octubre el PSOE, la UGT, el PCE, la CNT y la FAI declaran una Huelga General Revolucionaria en toda España para asaltar el poder siguiendo el ejemplo de Rusia habida cuenta de que las urnas les eran sistemáticamente adversas. Francisco Largo Caballero dice que “había que alcanzar el socialismo abandonando la vía parlamentaria”. La Constitución de 1931 tenía que ser abolida. España es un polvorín, sobre todo Asturias, Castilla y Barcelona, en donde Luis Company al frente de Izquierda Republicana declara el estado catalán. La revuelta pretende formar un ejército rojo, provocar duras represalias y justificar entonces la toma del gobierno, pero la huelga no es uniforme, la inmensa mayoría de la población no apoya el golpe, ya está harta. En Barcelona hay miles de muertos; pero es en Asturias, en donde los revolucionarios tienen acceso a todo tipo de armas, incluso cañones, por lo que el enfrentamiento es más sangriento. El presidente Alejandro Lerroux, del Partido Radical, declara el Estado de Guerra y los generales López Ochoa, Franco y Goded al frente del ejército y efectivos de la Guardia Civil se enfrentan a los golpistas, Oviedo es arrasado e incluso desde el mar los buques bombardean a los rebeldes; mueren sólo en Asturias unos 120 militares, guardias civiles y de asalto. Las víctimas civiles se cuentan por miles.

Al final, tras un baño de sangre el golpe de estado es controlado. Se ejecutan a los instigadores, pero sólo a los de tercera o cuarta fila con delitos de sangre, los políticos organizadores e ideólogos son indultados bajo la protección masónica. Socialistas y comunistas habían perdido toda la autoridad moral ante el golpe de estado de signo contrario que llegaría en 1936. A la escalada revolucionaria dictatorial no se le veía contención ni retorno. 

En Alcantarilla hay un refuerzo de guardias civiles, se solicita iluminar las fachadas del cuartel ante el temor de asaltos nocturnos. Se abona al mesonero Pallarés el importe del alojamiento de los refuerzos de la Guardia Civil desplazados a la población.

Vuelta momentáneamente a una tensa calma y a principio de 1935 el concejal Enrique Alemán vuelve a insistir en el cobro al Ayuntamiento de Murcia por el caso del alquiler de la casa en donde se ubica el Cuartel de Caballería.

Mientras, el Alcalde sigue apostando por la opción de la construcción de un nuevo cuartel, aunque sus gestiones no son todo lo fructíferas que hubieran sido de desear:

 “Considera el señor Alcalde (mes de agosto) que la solución posible es de la ofrecer al Estado el solar que se posee de mil quinientos metros cuadrados lindero a la carretera de Granada, y comprometerse a pagar el veinticinco por ciento del importe de la edificación, mediante anualidades de tres mil pesetas, y de este modo se resolvería el problema del acuartelamiento de la Guardia Civil y se proporcionaría trabajo a los obreros en paro involuntario.
 Varios señores concejales hacen uso de la palabra, exponiendo varios razonamientos, acordándose por unanimidad:
Primero: Exponer el deseo ferviente del Ayuntamiento de que se construya en la población Casa Cuartel de la Guardia Civil, con sujeción a las normas para esta clase de edificios.
Segundo: Que como demostración del expresado interés, se ofrezca al Estado el solar que posee el municipio en la carretera de Granada, de una extensión superficial de mil quinientos metros cuadrados, y que reúne inmejorables condiciones para dicho Cuartel, por su situación dentro de la población.
Tercero: Que además de ceder gratuitamente el citado solar se compromete el Ayuntamiento a satisfacer el veinticinco por ciento del importe total de la obra, satisfaciéndolo hasta su extinción, por anualidades de tres mil pesetas.
Cuarto: Que se comuniquen estos acuerdos al Excmo. Señor Gobernador Civil de la provincia”. 

Llega 1936 otra vez con aires revolucionarios. Se forma el Frente Popular. En las elecciones se impide votar a los que se sospecha no ser “afectos”. Las masas se adueñan de las calles. En algunos colegios se impide matricularse a algunos niños “por ser sus padres desafectos a la república”. Volvemos a tener incendios, saqueos, asesinatos, daba la sensación de que socialistas y comunistas estaban pidiendo a gritos una guerra civil para así llegar “justificadamente” al poder, algo que las urnas no les daban.

El 13 de julio es asesinado José Calvo Sotelo. La guerra ya es inevitable.

La llegada del alzamiento militar del 18 de julio de 1936 supuso para la Guardia Civil el mayor problema al que tenía que enfrentarse desde su fundación. La envergadura de ese levantamiento y el odio acumulado por ambas partes durante demasiado tiempo, había creado un potencial de destrucción muy superior a todo lo que se conocía del anterior siglo. Por un lado la Guardia Civil tenía que obedecer las órdenes recibidas, y por otro lado era testigo mudo de que quien daba esas órdenes vulneraba todo lo vulnerable, por lo que el principio de autoridad quedaba en entredicho y anulaba la obediencia debida, llevando a España a un desastre irreversible. Los hechos que habían venido ocurriendo desde la llegada de la república, que casi nadie pudo haberlos imaginado, eran intolerables y estaban siendo sufridos por una gran mayoría de una asustada población que se veía silenciada y perseguida.   

En Alcantarilla se destruyen en la Iglesia de San Pedro el Sagrado Corazón de Jesús a tamaño natural (autor desconocido); Nuestro Padre Jesús Nazareno (de Salzillo); la Virgen de la Aurora, de tamaño natural (de Salzillo); San José, también a tamaño natural (autor desconocido); la Virgen del Rosario (autor desconocido); el Cristo del Consuelo, que al ser metálico fue troceado y arrojado a la basura (recompuesto después por Juan Lorente Ocaña en los Talleres de Aviación y hoy colocado en la capilla del cementerio); el retablo completo del siglo XVI fue destruido, así como el órgano y todo objeto religioso, y la iglesia de San Pedro se utilizó como garaje para los coches requisados a sus propietarios por parte de los políticos, el PSOE, el PC, la UGT, la FAI, la UHP y la CNT.

En el convento de San Francisco se echa a la hoguera un San Francisco de Paula de Salzillo; una Virgen de la Salud (autor desconocido) que ya estaba en la iglesia de la antigua Alcantarilla junto al río en el siglo XV, y otras imágenes sin catalogar.

Se saqueó también el Convento de las Hermanas Salesianas, la ermita particular de Ángel Galindo Caballero y la casa del sacerdote don Elías Martínez Mercader. 

El caso de la Ermita de San Roque es más siniestro, ya que en ella fueron encerradas todos aquellas personas que el Comité Socialista-Comunista de Alcantarilla consideraba que eran patronos o comerciantes y que no eran “afectos” a la República según el citado Comité. En total unas 40 personas que estuvieron allí encerradas e incomunicadas durante unos ochenta días hasta que fueron trasladas ante el temible Tribunal Popular. Durante su estancia en la ermita fueron obligados a “con picos y palas destruir los altares”, “sacar los escombros a las calle siendo apedreados por la chiquillería”, “echarles gasolina diciéndoles que los iban a quemar vivos”, “tenían marcas en el suelo de las que no podían moverse bajo amenaza de pegarles un tiro”, “colocarles la pistola en la nuca amartillándola y riéndose al decirles que les iban a saltar los sesos”, “impidiéndoles dormir”, “preguntando continuamente que dónde tenían el armamento”, “decir de llevarlos al Potrox para fusilarlos”, “matar a los curas porque así irían a la Gloria”, “continuos maltratos de palabra y obra a algunos que acababan con costillas y huesos rotos”, “exigiendo continuamente dinero y saqueando sus casas particulares”. (Documentación de la Causa General).

No hay constancia de intervención de ninguna fuerza pública, de donde se deduce la orden tajante del Gobierno Civil de “no intervenir para que el pueblo diera rienda suelta a sus legítimos valores democráticos”, como era lo habitual.

Tampoco escapó Alcantarilla a los asesinatos incontrolados cuyos autores, con absoluta impunidad, nunca fueron molestados por autoridad alguna.

El 27 de agosto fue muerto de un tiro de pistola en la sien Ginés Soto Romero de Puebla de Soto, por ser de filiación derechista y mientras segaba en la huerta, por parte de 3 personas y otras más desconocidas (Causa General).

Pero posiblemente el crimen más execrable fue el realizado sobre un seminarista que se trasladaba a Murcia tras ver a su madre:

“Una tarde del mes de agosto de 1936, viajaba en el tren que hace el trayecto entre Lorca y Alcantarilla un joven religioso al parecer, que a su paso por la estación de Alhama fue reconocido por algún miliciano corriendo el riesgo de ser asesinado por ellos, evitando entonces dicho crimen los milicianos que prestaban servicio de escolta en el tren (…) llamando el primero de estos por teléfono al Frente Popular de Alcantarilla desconociéndose con qué propósitos, reclamando fuerzas que estuvieran a las órdenes de dicho organismo a la llegada de dicho tren, siendo mandados a este efecto (…) los que juntamente con los milicianos de escolta en el tren indicado anteriormente, condujeron al joven religioso al local del Frente Popular de Alcantarilla haciendo entrega del mismo a los individuos directivos del referido organismo introduciéndolo en una habitación en la que se hallaban reunidos los restantes componentes y siendo invitados los cuatro milicianos cuyos nombres se indican en espera de la resolución definitiva, después de transcurrido algún corto espacio de tiempo vuelven a sacar dicho directivo al detenido que juntamente con los cuatro milicianos que se indican, es decir, los dos de la escolta del tren y los dos que fueron a la estación a la llegada del tren y otro sujeto llamado (…) salieron hasta la puerta del local en donde había parado un coche subiendo todos excepto uno de los dos directivos del Frente Popular, partieron en marcha hacia el cementerio formándose un piquete compuesto por (…) y colocándose con una pistola a la derecha del pelotón el directivo del Frente Popular, ordenando estos dos últimos a los cuatro sujetos indicados anteriormente para que hicieran fuego sobre el joven religioso que habían colocado junto a la tapia del cementerio, y una vez la víctima en el suelo dispararon otra vez los milicianos su arma contra la misma. Después de transcurridas algunas horas y al enterarse del crimen cometido el cabo de la Guardia Municipal, se dirigió con dos agentes al lugar del asesinato uniéndoseles también (…) y al llegar al cementerio, alumbrados por unas cerillas, estuvieron recociendo el cadáver y al manifestar el Cabo: 'Parece mentira que haya en Alcantarilla hombres capaces de hacer esto', contestó (…) 'Pues si sacas tú la cara por él a ver si es que tú eres también un fascista, mira tú lo que hago yo con los fascistas' y volviéndose de espaldas al cadáver y poniéndose en cuclillas hizo como para hacer una ventosidad”. (Causa General).
Dicen los Autos: “Se ignoraba su nombre (del asesinado) aparentaba unos 25 años de edad, varón, estatura regular, no grueso, pelo negro, afeitado. Al parecer se trataba de un religioso que llegó en el tren procedente de Lorca”.

No hay constancia de intervención alguna de la Guardia Civil ni que siquiera conocieran el hecho o que alguien les avisara.

Tras la Guerra, los cuatro miembros del piquete fueron ajusticiados, otro miliciano que no había disparado fue condenado a cárcel y otro huyó (Causa General). 

Sobre estos sucesos de Alcantarilla, tenemos también el testimonio del maestro armero del Ejército Republicano, Agustín Baños “el Romanero”.

Agustín sí fue de los que lucharon en el frente durante toda la guerra, había nacido el 30 de junio de 1905 e hizo el servicio militar adquiriendo el grado de maestro armero, por lo que pronto fue llamado para enrolarse en el Ejército Republicano una vez comenzada la guerra.
Este es, muy resumido, su relato, en el que incluimos también párrafos sobre su vida en el frente de guerra fuera de Alcantarilla. Pensamos que a él le gustaría y es lo menos que podemos hacer en su memoria, una persona que posiblemente evitó una gran masacre en este pueblo:
“Cuando comenzó la guerra en Alcantarilla había problemas con algunos grupos de gentuza que solamente querían robar e incluso matar; iban impunemente casa por casa exigiendo dinero, robando y maltratando a personas honradas, y precisamente algunas muy de izquierdas, llevando a muchos de ellos a la Iglesia de San Roque. Su propósito era el encerrarlos allí para por la noche prenderle fuego a la iglesia con ellos dentro.
Cuando me enteré de ese disparate me cité en el casino con el jefe del partido socialista y apartándonos en una habitación para que nadie nos viera le conté lo que sucedía y que había que evitarlo. Le dije que como vecinos de Alcantarilla teníamos que evitar que eso ocurriera, pero sin armas no podíamos enfrentarnos a ellos, por lo que le ofrecí 35 fusiles y 200 cartuchos que yo tenía porque la FAI de Murcia me los había traído desde el Palacio Episcopal para repasarlos, advirtiéndole de que guardara el secreto y de que él me respondiera de la entrega.
Llamamos a un chófer de confianza que manejaba un coche Opel que había sido requisado a los Cascales y fuimos a la calle Marqueses de Aledo en donde yo tenía un pequeño taller, lo cargamos todo en el coche y lo llevamos al casino metiéndolo todo por la puerta que daba a la Calle San Antonio.
Para organizar la defensa pensamos que la persona en que podíamos confiar era Paco Ibáñez, maestro de la fábrica de Galindo. Se le explicó lo que tenía que hacer, colocando seis hombres en cada bocacalle que accedía a la iglesia con orden de dar el “alto” a cualquiera y si no hacían caso disparar. Yo me metí dentro de la iglesia y me subí al coro con un fusil y suficiente munición por si alguno llegaba a entrar.
Efectivamente, cerca de la medianoche aparecieron los grupos de exaltados con hachas, picos, palos, algunas pistolas y latas de gasolina, pero cuando se les dio el alto y vieron los fusiles apuntándoles maldijeron y chillaron pero no se atrevieron a seguir adelante. A las seis de la mañana salí de la iglesia viendo que el peligro había pasado y me fui a mi casa a dormir. 

Otro día, como yo sabía conducir, vinieron a verme (…) para que los llevara a detener a un cura que venía en el tren de Lorca, pero yo me olí algo raro y les puse la excusa de que estaba citado en Murcia y que no podía. Luego me enteré de lo que había pasado. No hay palabras.

Me incorporé a la 97 Brigada Mixta y salimos para Madrid, al Puente de Arganda, y comenzaron los enfrentamientos. Un día tres “Pavas” (Junker JU-52) nos bombardearon y salí vivo de milagro, hubo muchos muertos. Las bombas nos caían por todos lados. Reparé 3 ametralladoras rusas (él dice máquinas) Maxim en sólo 4 días cuando el comandante me había dado 15 y salimos para el frente de Garabitas, Puerta de Hierro y el Clínico en Madrid. En uno de los ataques en el Puente de Los Franceses tuvimos muchas bajas y me ordenaron a mí recoger las documentaciones de los caídos. No se lo deseo a nadie.

Aproximadamente al mes de estar en Madrid salimos hacia Málaga con la Internacional Rusa y al llegar a Almería la aviación comenzó un gran bombardeo que destrozó media ciudad y los barcos que había en el puerto, creo recordar que uno era el Jaime I. Como pudimos salimos hacia Málaga encontrándonos propaganda fascista en Adra, pero sólo era eso, propaganda, porque el enemigo no había llegado allí. A partir de este pueblo, por la carretera de la costa todo era un caos, miles y miles de personas con la ropas hechas girones, algunos descalzos, niños llorando, animales que caían reventados, mientras soportaban el continuo bombardeo de aviones y barcos que barrían la carretera.
Llegamos por fin a las Cuestas de Motril y esperamos al enemigo en las trincheras para impedirles el paso. Ocupamos Motril y nos instalamos en el Cortijo de Moré en Guacho pero el enemigo había llevado las tropas a otro lugar y no hubo avance. No obstante, en un ataque les arrebatamos 4 ametralladoras (él dice máquinas) y el comandante Lomas y el capitán Carnero de la 64 División me enviaron a Almería para repararlas de los daños que tenían (…).
Estabilizado el frente nos enviaron a Córdoba, en el camino todo era un desastre, sólo había ruinas. Al poco, como éramos Brigadas de Choque junto con la Internacional Rusa, nos mandaron al frente de Teruel, que había caído en manos de los nacionales (…).
Nos instalamos en el Peñón del Moro, a la vista de Teruel, allí estaba el general Miaja, el comandante Gallo… todos los jefes. Hicimos prácticas con las ametralladoras para enseñar a los que las iban a utilizar y cuando terminó el ejercicio el coronel ruso de la Internacional preguntó por mí y quiso conocerme para felicitarme, y chapurreando me dijo que le gustaría hacerme un obsequio para que me acordara de él y de esta guerra en la que estábamos luchando. Yo le agradecí el detalle y le dije que lo que necesitábamos era armamento y que me gustaba mucho esa pistola que llevaba a la bandolera. El coronel se la quitó, me la entregó y me firmó un vale para 200 cartuchos. Era una pistola Tokarev TT-33 calibre 7´62x25 que era lo mejor que había en aquellos momentos (…).
Para engañar al enemigo se enviaban camiones cargados de tropa de día y los camiones volvían de noche con las luces apagadas y se volvían a mandar de día, por lo que el enemigo creía que éramos muchos cuando no era así. Entramos en Teruel de paseo (…). 

Un día desmontando espoletas de bombas sin explotar tuve un accidente en las piernas, no grave, pero me imposibilitaba para andar bien. Yo pensé entonces pedir un permiso e irme a Madrid para casarme con una mujer que había conocido allí, porque la guerra se veía perdida y si no lo hacía así la cosa iba a ser difícil. Tuve suerte y el médico me dio 29 días, el máximo que se podía dar a un oficial, salí para Madrid, me casé y me traje a mi mujer al frente alojándola en una casa en donde había varias mujeres de oficiales, en Mas de Jacinto (…).

Más adelante la guerra se iba complicando y llegó la orden de que ninguna mujer podía estar en la zona del frente, por lo que le pedí permiso al coronel para llevar a las mujeres a Madrid y así lo hice aunque nos costó trabajo pasar el control de Cuenca (…).
Se veía todo muy feo, y yo escuchaba hablar a los jefes de que había que escapar saliendo hacia Madrid y me dijeron que les acompañase, pero yo tenía mi Chevrolet furgoneta-taller y tenía otro plan: volver a mi casa de Alcantarilla, por lo que en compañía de otros compañeros salimos hacia Albacete en donde les regalé el coche y yo cogí un tren que me llevó a mi pueblo. Ellos se fueron a Alicante y fueron detenidos. Y yo encantado de la vida de que todo terminara. Yo había estado en el bando republicano lo mismo que podía haber estado en el otro, no dependió de mí.

A los ocho días de llegar a Alcantarilla estábamos cenando toda la familia, ya que mi mujer había podido venir de Madrid, cuando se presentó el Egidos y de malas maneras me dijo que tenía que acompañarlo. Me llevó al sótano de la casa de Juan Antonio López en donde había varias personas, y al día siguiente, una pareja de la Guardia Civil me trasladaron a Murcia en donde, a la vista de mi expediente, en vez de ir a la cárcel me llevaron a un convento en el Plano de San Francisco.

Al poco me dieron una furgoneta de reparto de alimentos y gracias a eso mi familia y amigos no pasábamos necesidades pudiendo comer muchos chuscos. Yo iba a Alcantarilla y estaba con mi mujer y mi familia sin problemas. Un día me vio en Murcia Hernández Mora, que nos conocíamos de cuando jugábamos al fútbol, y me dijo que le hacía falta como mecánico, que tenía la contrata para abastecer de harina a 17 campos de concentración y que las máquinas no podían pararse y darle problemas. Habló con la autoridad y me dieron permiso para estar fuera de 9 de la mañana a 9 de la noche.
A los 11 meses me salió el juicio y me condenaron a 6 meses por lo que quedé en libertad en ese momento. Mi mujer vino con un taxi y nos fuimos a Alcantarilla (…).
Yo ya tengo 80 años y nunca he ido al médico, el día que vaya se acabó”.
Agustín Baños. 4 de abril de 1984.

Agustín Baños con Pedro L. Cascales López. Fotograma de un vídeo realizado el día 4 de abril de 1984 que dura 62 minutos. En este vídeo cuenta Agustín sus andanzas en la guerra y los hechos anteriormente relatados de Alcantarilla que ocurrieron pocos días antes de incorporarse al ejército. En sus manos la pistola Tokarev TT-33 a que se alude en el texto y que era una joya en aquella época. Sobre la mesa un fusil Mauser 7x57 de la primera serie fabricada en Berlín en el año 1893, usado desde Cuba y Filipinas hasta la Guerra Civil, y que según certificado del Museo del Ejército es el mejor conservado de los seis ejemplares existentes 

 

Corroborando el testimonio de Agustín Baños tenemos las declaraciones en comparecencias del Consejo de Guerra en mayo de 1940 de los miembros del PSOE local que evitaron el asalto. En la declaración, entre otras similares, de Santos Herrero López se contiene lo siguiente: “Que cuenta con 33 años, es aserrador mecánico y presidió la Casa del Pueblo para evitar que se apropiaran de ella los comunistas, que fue vicepresidente de la colectividad del ramo de la madera aunque no intervino directamente en su formación y todo se llevó a cabo de acuerdo mutuo entre patronos y obreros. Que no ha intervenido nunca en ninguna algarada ni movida y que en unión de sus compañeros del ramo de madera impidieron que fuera asaltada la Iglesia de San Roque en la que se encontraban detenidos más de cien individuos”.  

A finales de 1936 tanto la Guardia Civil como la Guardia de Seguridad y Asalto se integraron en un solo cuerpo policial: “La Guardia Nacional Republicana”. Con ello se aseguraba el poder político un mayor control sobre las fuerzas policiales. 

El 20 de noviembre es asesinado en Alicante José Antonio Primo de Rivera, y casi a la misma hora también es asesinado en Madrid por la espalda el líder anarquista Buenaventura Durruti. Los dos eran personas íntegras fieles a unas ideas que podía estar equivocadas o no. La Falange incluso había adoptado los colores negro y rojo del anarquismo. 

Murcia, tan cercana a Alcantarilla, sufrió en su patrimonio muchos daños irreparables ante la pasividad de las autoridades que dejaron actuar a las turbas porque todo era “una viva expresión del pueblo 'democrático' que se sentía liberado tras la llegada de la República y su lucha contra el fascismo”. Mientras, las fuerzas del orden seguían teniendo orden, especialmente la Guardia Civil, de mantenerse acuarteladas sin intervenir.

El Cronista Rafael Montes Bernárdez narra al detalle algunas muestras de estos criminales acontecimientos en su reciente libro “Destrucción del patrimonio arquitectónico de la ciudad de Murcia. 1712-2012”  (Editor Diego Marín, 2021), siendo esto algo, que como el propio autor reconoce, no ha tenido la suficiente atención y publicación por parte de los historiadores, posiblemente por un deseo de pasar página y olvidar, pero la realidad es que ese espacio que se ha ido dejando vacío, está siendo actualmente arteramente ocupado, falseando la verdad e intoxicando a las nuevas generaciones, describiendo la época republicana como una etapa idílica “democrática” de paz y trabajo con la que acabó un malvado y asesino dictador mediante un golpe de estado, una Guerra Civil y una “ferocísima” represión, aunque nunca se detalla y explica el porqué. Si eso fue así, que expliquen cómo fue posible que la mayor parte del pueblo español, harto ya de políticos, desórdenes, saqueos y asesinatos, apoyaran abiertamente el levantamiento militar buscando de una vez el poder vivir en paz.

Qué mejor que la narración del citado cronista Montes Bernárdez, con referencias de C. González Martínez, José Ballester y Fª. Baño Martínez, para hacernos una pequeña, muy pequeña idea, de lo que ocurrió en aquellos días y lo que supuso para los honrados habitantes de Murcia que no pudieron huir. Y todo esto ocurría exactamente a los cien años de haber ocurrido otros hechos similares tal y como anteriormente hemos relatado.

Solamente se conocen dos actuaciones para impedir incendios y saqueos: la de los bomberos, que fueron obligados por la turba y milicianos a retirarse y la de la Guardia Civil y el Ejército, que solamente intervino cuando recibió la orden del general Francisco Zubillaga que pasó del Gobernador Civil. Posiblemente en el dispositivo también intervinieron guardias civiles de Alcantarilla, pero lo cierto es que ni la Guardia Civil ni el ejército eran fuerzas antidisturbios. La norma era tres disparos de advertencia al aire y si no surtían efecto sencillamente disparar contra la turba agresiva y armada a discreción. Sobre esto ya existía experiencia, y en varias actuaciones de repeler a las turbas y evitar saqueos y asesinatos se habían producido auténticas carnicerías.

“EL DESASTRE DESTRUCTIVO DE 1931 A 1938

El comienzo de la guerra civil supuso un período sangriento que supuso la muerte de miles de murcianos, unos en el frente, otros en la retaguardia y no pocos en la posterior y dura represión. Este tema ha sido tratado por otros especialistas, más cualificados, pero la quema de documentación y especialmente de imágenes religiosas, conversión de templos en almacenes y otras barbaries han sido pasadas por alto, salvo excepciones (…). 

ARCHIVOS Y BIBLIOTECAS DESTRUIDOS

La quema de archivos parroquiales, total en Espinardo y parcial en otras parroquias nos ha cerrado la puerta a los investigadores de la historia local y regional. Fueron mutilados los archivos parroquiales de las iglesias de El Carmen, San Pedro, Santa Eulalia y San Bartolomé. Miles de datos de personajes murcianos o de simples familias han quedado borradas y se nos hace difícil seguirle la pista a personas investigadas, artistas, escritores, periodistas, políticos, carpinteros o albañiles…, han quedado en el anonimato.
No fueron mejor tratadas algunas bibliotecas. La de la Universidad (entonces ubicada en la calle Princesa, en el barrio de El Carmen), fue cuartel de las Brigadas Internacionales, hospital y dependencias del Tribunal Popular, fue diezmada. La biblioteca franciscana de Santa Catalina ardió al completo, con sus más de 7.000 volúmenes. En la biblioteca del Seminario Conciliar ardieron sus 12.000 libros. Peor fue la quema de la biblioteca del Palacio Episcopal, donde se instaló UGT con la Casa del Pueblo, quemaron 15.000 volúmenes que sirvieron para alimentar las estufas siendo incinerados también los documentos de la Curia Eclesiástica y de las Pías Fundaciones del cardenal Belluga.
No corrieron mejor suerte las bibliotecas de carmelitas (tomado por el Partido Comunista), agustinas (sede de las milicias) que perdió la documentación de sus orígenes o de los franciscanos de La Merced (sede de Federación Universitaria Española). La del Casino fue sede de las Juventudes Socialistas. El Instituto Alfonso X fue, desde 1937, “hospital Pasionaria”, desapareciendo numerosos libros.

ESCULTURAS, PINTURAS Y RETABLOS

Las esculturas destruidas fueron 139 así como 148 cuadros y diversos retablos y altares. Treinta y dos imágenes de Salzillo, siete de Nicolás Bussy o dieciocho de Roque López y algunas de Francisco Sánchez Araciel, Santiago Baglieto, Francisco Sánchez Tapia no corrieron suerte en la capital y en las pedanías. Las pinturas eran obra, entre otros de Senén Vila, Pablo Sistori o Joaquín Campos.
Los retablos dañados o destruidos fueron los de El Carmen, san Esteban, Agustinas, santa Ana, san Andrés, convento de san Antonio, san Bartolomé, Madres Carmelitas, ermita de san José, san Lorenzo, san Nicolás, convento de La Purísima, convento Madres Capuchinas, santuario de La Fuensanta, santo Domingo, iglesia de Santiago y el de la iglesia de san Juan de Beniaján.

DESTINO DE LOS EDIFICIOS ASALTADOS

Hasta 27 iglesias o conventos fueron asaltados y sufrieron desperfectos o destrucción del patrimonio religioso, utilizándose los edificios para funciones de lo más variopinto. Algunos se utilizaron para albergar a refugiados de otras provincias (convento Madres Carmelitas, iglesia de san Lorenzo, convento Madres Verónicas, ermita de Santiago), como almacén (iglesia del convento de La Merced, ermita de san José, iglesia de san Pedro, iglesia de El Carmen, Era Alta), cárcel (parroquia de san Juan Bautista, se vació la tumba de Floridablanca y la convirtieron en letrina), sede política (iglesia de san Nicolás, convento de La Merced, Carmelitas, iglesia de El Palmar, La Ñora e iglesia de Torreagüera), hospital (capilla de Santa Florentina, Universidad), farmacia (capilla san Juan de Dios), herrería y fábrica de tejidos (san Miguel), cuartel (convento Madres Isabelas, san Antolín, san Bartolomé, Javalí Viejo, Universidad), taller (iglesia de San Esteban), servicio de transportes (santa Eulalia) o alojamiento (La Fuensanta). 

CUERPOS PROFANADOS

Aparte del mencionado cuerpo del conde de Floridablanca, que acabó en la basura, distintos restos humanos de religiosas o religiosos fueron tratados con saña. Del convento de Capuchinas sacaron el cadáver de su fundadora sor Mª Ángela Astorch, siendo arrastrado y destruido. No corrió mejor suerte el de sor Mariana S. Simón, fundadora de las agustinas. En San Andrés también sacaron a la plaza el cuerpo de san Teodoro. Se salvó el cuerpo de Salzillo al ser escondido fuera del convento de Capuchinas. 

EDIFICIOS RELIGIOSOS DESTRUIDOS

Siendo importante la toma de edificios o la quema de documentación, fue peor la destrucción arquitectónica, escultórica y pictórica o piezas de orfebrería. Se produjeron intentos de quemar las iglesias de El Carmen y san Lorenzo. Destacaron las destrucciones totales de la portada de la parroquia de san Antolín (siglo XVIII), la demolición de la iglesia y convento de La Purísima (siglo XV), el convento de las Capuchinas (siglo XVII), santa Catalina del Monte, Convento de Verónicas y la ermita virgen de La Antigua en Javalí Nuevo.
El pistoletazo del inicio de la destrucción tenía lugar el martes día 12 de mayo de 1931. Comenzaba la mañana con el asalto al colegio de Jesús María. Al mediodía un grupo de hombres se concentraba frente al convento de los franciscanos, junto a la plaza de abastos, penetrando en el edificio, expulsando a los franciscanos y saqueando el interior. Aneja al convento se encontraba la iglesia de La Purísima, desvalijando los altares y sacando al exterior las imágenes. Organizaron su quema en una hoguera. Iglesia y convento fueron rociados con petróleo y gasolina, ardieron durante horas. Acudieron los bomberos, pero la turba impidió su intervención.
Al tiempo había sido saqueado el convento de las Isabelas (construido en 1751). Intervino el alcalde Ruiz del Toro, pero no logró frenar a los exaltados (…). La masa embravecida dirigió sus pasos al convento de Verónicas, también junto a la plaza, saqueando el edificio, si bien se libró de la quema en aquel momento. Posteriormente dirigieron sus pasos al convento de religiosas de San Antonio, pero no lograron asaltarlo. Tras varias horas campando a sus anchas intervino el general Francisco Zubillaga, que a las tres de la tarde enviaba a la Guardia Civil y tropas a proteger otros edificios religiosos. 
La iglesia de san Antolín se convirtió a comienzos de la guerra en cuartel y sede del “Cuartel de Pioneros Rojos Radio Lenin”, hasta que pensaron que el templo debía pasar a mejor vida, destruyéndolo hasta sus cimientos. El templo había sido construido entre 1745 y 1774. En la portada lucía un magnífico medallón en relieve, obra de Vicente Bort y Meliá, hermano de Jaime Bort. El interior ofrecía decorados barrocos, el altar mayor contaba con esculturas de Roque López, así como en alguna de las capillas, añadiéndose obras de Salzillo. 
La iglesia de La Purísima, a cargo de los franciscanos, comenzó su construcción en el siglo XV, con cambios y añadidos posteriores. El altar mayor existente era obra de Julián Hernández, retablista de fines del siglo XVIII e inicios del XIX. En el mismo existían diversos cuadros y la Inmaculada de Salzillo. La bóveda ofrecía magníficos frescos de ángeles, cuadros puertas, artesonados…, todo fue pasto de las llamas. 
Cerca de la ciudad se encontraba santa Catalina del Monte, convento franciscano con orígenes en 1411, si bien el edificio destruido era del siglo XVI con añadidos posteriores (…). Existían en el interior dos obras de Salzillo y una tabla atribuida al pintor manierista Luis Morales (a) El Divino (1509-1586).
El convento e iglesia de Capuchinas, abierto en 1645, guardaba la tumba de Francisco Salzillo, enterrado en 1783, que se salvó gracias a que sus restos fueron escondidos en el cementerio de Nuestro Padre Jesús. Sufrió el asalto el 22 de julio de 1936. Las obras de arte se salvaron gracias a la Junta Delegada de Incautación, Protección y Salvamento.
No se libraron de quemas o destrucciones importantes diversas pedanías de Murcia. Sufrieron incendios o serios destrozos las iglesias de La Alberca, Beniaján, Churra, Guadalupe, Javalí Nuevo, Nonduermas, Puebla de Soto, en Santo Ángel el Monasterio de la Luz, Torreagüera y Zeneta, así como la ermita de Los Dolores. Todos los edificios religiosos sufrieron robos de cientos de candelabros, cálices, ornamentos, órganos, estandartes, incensarios, campanas, cruces, pilas bautismales, cuadros, imágenes, todo fue arrasado y saqueado. 
En enero de 1933 se hizo un primer intento de volar el Cristo de Monteagudo. Sería finalmente dinamitado y derribado en el segundo intento, por acuerdo municipal del 11 de septiembre de 1936. Al tiempo se acordó averiguar quiénes lo habían sufragado…, para que corrieran con los gastos del desescombro”. 

Tenemos además un testimonio con un gran interés histórico por ser relatado por su protagonista y que refleja perfectamente el estado de salvajismo y terror que se vivía en Murcia y en la mayoría de las poblaciones.

Esto es lo que cuenta José Ataz Hernández, hijo de un socialista convencido y miembro de uno de esos “democráticos” y temibles “Tribunales Populares”.

¿MEMORIA HISTÓRICA? SÍ, PERO PARA TODOS. Editorial Plataforma 2009.

“Testimonio de una convicción.
En 1936, mi padre, Joaquín Ataz Hernández, trabajaba como fogonero en la compañía de ferrocarriles Madrid-Zaragoza-Alicante (MZA) (…). Era Secretario del Sindicato Ferroviario de UGT de Murcia, un sindicato poderoso porque tenía muchos afiliados, la mayoría personal de tracción y de talleres, gente decidida, y contaba con mayores recursos económicos que los demás sindicatos. Por este puesto, figuraba en la Ejecutiva del PSOE de Murcia.
Cuando se crearon los Tribunales Especiales Populares, por Decreto de agosto de 1936 (parto “genial” de mi paisano el Catedrático de Derecho Penal D. Mariano Ruiz-Funes), su partido socialista lo designó miembro del Jurado de este Tribunal que contaba con 3 jueces de derecho (Magistrados) y 14 jueces de hecho (los designados por los partidos políticos del Frente Popular). El Tribunal Popular de Murcia se constituyó el 2 o el 3 de septiembre y el día 4 ya estaba funcionando porque el Decreto fundacional disponía que los Jueces Especiales de Instrucción (en Murcia eran dos para toda la provincia) tenían que remitir al Tribunal Popular las causas al quinto día como máximo, desde que hubieran firmado la primera diligencia. Y los juicios también tenían que desarrollarse con la mayor rapidez. Por eso, llamaban a estos procedimientos “sumarísimos”. El 11 de septiembre, el Tribunal dictó sus primeras sentencias: De 27 procesados, condenó a muerte a 10, a 8 les impuso cadena perpetua, y, al resto penas de muchos años de prisión. Los condenados a muerte fueron fusilados en el patio de la cárcel de Murcia la mañana del domingo 13 de septiembre de 1936. Pero este asesinato merece párrafo aparte. 

Entre los condenados a muerte, estaba el primer Jefe Provincial de la Falange murciana, Federico Servet Clemencín, varios falangistas de la provincia, otras personas cuyo delito era tener una posición económica acomodada y el Párroco de la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, D. Sotero González Lerma, en la que yo había sido bautizado. Años después, mi padre me dijo que en el poco tiempo que había actuado en el Tribunal Popular, sólo había votado con bola negra a favor de la pena de muerte solicitada por el Fiscal dos veces: una, la de Federico Servet, por orden expresa, tajante e inexorable de su partido (el PSOE) y, otra, en un juicio posterior contra un miliciano de la FAI que había violado a una mujer y matado a un cabo y a un Guardia de Asalto cuando fueron a detenerlo, veredictos que fueron ratificados por la sección de Derecho del Tribunal. Mi padre conocía a Federico desde que eran muchachos, casi niños. No eran amigos, pero se caían bien y se respetaban. Por ello, cuando terminó el juicio, mi padre se acercó al que acababa de votar su muerte y empezó a decirle: “Federico, lo siento mucho…” Sin dejarle terminar, Federico le interrumpió: “No te preocupes, Joaquín, yo hubiera hecho lo mismo contigo, dame un cigarro”.

Antes he calificado de asesinato el fusilamiento de Federico Servet y los otros condenados a muerte, porque los acontecimientos de aquel domingo, día 13 de septiembre de 1936, en plena Feria de Septiembre murciana (con corrida de toros por la tarde) me marcaron para toda la vida. Por la mañana, muy temprano, me despertó el ruido de muchos camiones, llenos de hombres y mujeres huertanos, de los que algunos hacían sonar las caracolas, como cuando avisaban de que venía la riada, y otros gritaban “U.H.P. la cabeza de Servet”. Esta muchedumbre, más la que iba entrando por otros accesos de la ciudad, se concentró ante la Cárcel Provincial, porque “alguien” había hecho correr el rumor de que el Gobierno iba a indultar a los condenados a muerte, “y el pueblo estaba dispuesto a tomarse la justicia por su mano” (reseña de los periódicos locales). De la prisión avisaron al Gobernador Civil que la multitud iba a asaltarla y, para “resolver la situación”, la máxima autoridad provincial dispuso que se fusilara a los condenados allí mismo, en el patio de la cárcel, y que se abrieran las puertas para que el pueblo comprobara que se había cumplido la “justicia popular”. Estas órdenes se ejecutaron inmediatamente, a pesar de que el Gobernador sabía perfectamente que las sentencias no se habían aprobado por el Gobierno y que, de acuerdo con la legalidad vigente, cuando en las resoluciones de los Tribunales Populares figuraban penas de muerte, se remitía copia literal ‒por telegrama urgente‒ al Gobierno por conducto del Ministro de la Guerra, quien a su vez vista la sentencia decretaba o no su conmutación. Por consiguiente, la ejecución fue completamente ilegal porque no contaba con el preceptivo “Enterado, cúmplase” y, en teoría, ¡sólo en teoría, claro!, alguna pena de muerte se podría haber conmutado por reclusión perpetua. Por eso no hubo ejecución, sino asesinato, y, además, el permitir la entrada de las hordas en la cárcel que profanaron, mutilaron y se ensañaron ferozmente con los cadáveres, es una dejación de autoridad que transforma, al que no reacciona como es su obligación, en un miserable y criminal de la peor especie.

Yo lo vi, cuando todavía no había cumplido nueve años, y, desde entonces, aborrecí al sistema político que azuzaba, alentaba o permitía esas atrocidades. Que la primera autoridad provincial, ceda ante la presión del populacho, si es que no la provocó con unos intencionados rumores, la deslegitima y convierte en un rufián de la peor especie a quien, teniendo el remedio en su mano, lo permite. Y no hay incontrolados que valgan. Han pasado casi 70 años y lo tengo retratado en mi mente como si lo estuviera viviendo otra vez: A media mañana de ese nefasto domingo estaba yo jugando en la calle cuando vi y oí venir a un vociferante gentío, que parecía arrastrar algo con unas cuerdas de las que tiraban hombres y mujeres. Con la curiosidad y agilidad propias de un niño, me acerqué y lo que vi me hizo vomitar y ponerme enfermo. Era un cuerpo sanguinolento hecho jirones del choque con los adoquines del empedrado, que venían arrastrando desde la cárcel, a unos dos kilómetros desde donde yo estaba. Recuerdo que se adivinaba que estaba en ropa interior de felpa, con calzoncillos largos y camiseta de mangas largas. Cuando me recuperé (ninguno de aquellos viragos intentó detenerme para que no viera lo que una criatura no debe ver, ni tampoco me hicieron el menor caso cuando devolví y caí inconsciente al suelo), me fui a casa llorando. Mi madre me consoló y cuando vino mi padre le preguntó que cómo se toleraba que se cometieran esas salvajadas. Casi no respondió porque estaba avergonzado y eso que, en aquel momento, no sabíamos que al cadáver que yo había visto, el de D. Sotero González Lerma, cura párroco de la Iglesia del Carmen, le habían cortado los testículos, se los habían puesto en la boca, y las piltrafas que quedaban de su maltrecho cuerpo, las colgaron de una farola de brazo colocada en la pared de su iglesia, las rociaron con gasolina y les pegaron fuego, después de que un “heroico” miliciano le cortara una oreja y se metiera en una taberna para que se la hicieran a la plancha y comérsela acompañada de un vaso de vino.

Mi padre se dedicó en cuerpo y alma a librar de la injusticia de aquellos tiempos a todos los que pudo, y lo sé no sólo porque me lo dijeran años después, sino porque tengo mi evidencia personal, por manifestaciones de los propios interesados, de que salvó la vida, amparó de la persecución y libró de la cárcel, a muchos perseguidos (*).

             
(*) En Alcantarilla, se puede dar fe de lo relatado por José Ataz respecto a las actuaciones de su padre, ya que teniendo conocimiento que se les quería dar el “paseo” en el Puerto de la Cadena a una serie de comerciantes e industriales de la población, Joaquín les avisó y les trasladó en un coche oficial del PSOE al Puerto de Cartagena en donde embarcaron en un barco inglés que los trasladó a Inglaterra, desde donde pasaron a España una vez que cayó el frente del norte, alistándose en el Ejército Nacional, combatiendo en el Ebro y entrando en Murcia con la IV de Navarra dos años y medio después entre el aplauso de una multitud que abarrotaba las calles. En este salvamento, sólo uno más de los que Joaquín llevó a cabo, pudieron ponerse a salvo Eduardo Pagán Ruiz (fábrica de jabones), Miguel Zapata Sánchez (Perito Agrónomo, cuñado de Pedro y Miguel Cascales Sánchez), Pedro Cascales Sánchez (conservero, padre del que luego sería el torero Manuel Cascales), Miguel Cascales Sánchez (conservero, padre del que esto suscribe) y Ángel Riquelme Valera (Perito Agrónomo, padre del luego Alcalde Diego Riquelme Rodríguez). No estaban en el pueblo José Caride Sisto y su hijo Jesús Caride Lorente ni Félix Mendaza (militar tradicionalista, dueño de la Casa Cayitas) que ya se habían puesto a salvo.

Orden de búsqueda dictada por el Partido Socialista y Comunista de Alcantarilla

 

Membrete


Búsqueda de “elementos peligrosos”, “enemigos del nuevo Régimen y de la clase trabajadora”

Firmas de los miembros del comité

El autor relata luego como su padre renunció a su puesto en el Tribunal Popular y fue a trabajar al campo de concentración de Totana, un lugar de relativa paz, en donde le llegó el final de la guerra, por lo que dijo a todos que huía en un barco desde Alicante (la gran farsa de que desde Alicante se iba a evacuar a todo el que quisiese fue la última gran mentira de los políticos hacia todos aquellos que con buena o mala fe les habían apoyado. No había barcos para esa evacuación, todos fueron detenidos y recluidos en el campo de concentración de Albatera. Mientras, los políticos huían por vía aérea a Argelia desde Novelda o Totana con sus abultadas maletas). 

La familia se trasladó a Alcantarilla: “A los pocos días, vino una hermana de mi padre y nos llevó a todos a Alcantarilla, a la casa de mis abuelos. Esta casa, situada enfrente de la estación de MZA, era muy grande, y mis abuelos tenían allí una Casa de Huéspedes”. Poco después se trasladaron a Murcia y todos los hermanos comenzaron a trabajar en distintos oficios. “Uno de los favorecidos por mi padre ofreció que yo volviera a empezar el Bachiller y en mis ratos libres, llevara la cuenta de los cupones de las cartillas de racionamiento de la panadería que tenía (…). Jamás sufrí la menor discriminación y siempre fui tratado como un muchacho más de los de mi generación, sin ningún tipo de recriminaciones y, menos todavía, humillaciones o vejaciones. Entre mis compañeros de bachillerato, que empecé en octubre de 1940, había una parte de hijos de asesinados (con o sin juicio, es decir, de personas a las que les habían dado el típico “paseo”, hasta los ejecutados según sentencia, pasando por los oficiales de Marina y Guardias Civiles del tercio de Albacete, que habían sido arrojados vivos al mar, de dos en dos, con una bala de cañón al cuello, en Cartagena, desde los barcos prisión “Río Sil” (10 asesinados cuando los llevaban al penal y 57 tirados al agua) y “España nº 3” (152 hombres que los llevaron a popa, amarrados de dos en dos y lastrados fueron arrojados al agua, según el informe del entonces Comandante Militar de Marina del puerto de Cartagena al Comandante General del Arsenal. Otro grupo (de compañeros de colegio) hijos de perseguidos con más o menos intensidad; otro grupo, el mayoritario, de hijos de profesionales, comerciantes y huertanos, que no habían tenido más intervención en la guerra que la obligada por las movilizaciones y, finalmente el grupo más pequeño: los que éramos hijos de los vencidos (…).” 

Relata a continuación su apacible época de estudiante y de cómo se enteró de que su padre no había huido sino que estaba escondido en Alcantarilla en casa de sus padres: “Leía, escuchaba la radio, tomaba mucho café y fumaba más que una máquina (…) nadie fuera de la familia lo sabía y para no despertar sospechas, lo veíamos turnándonos los domingos, yo hablé con él de todo lo divino y lo humano y mucho de política. Obviamente le comenté mi descubrimiento de José Antonio, del que él sólo conocía que era hijo de Don Miguel Primo de Rivera, que era el fundador de la Falange y que Indalecio Prieto, su ídolo, lo apreciaba mucho, pero, naturalmente, no sabía nada de su doctrina. Le hice leer el discurso del cine Madrid y su testamento y quedó impresionado por su altura intelectual y humana. Me dijo que su condena a muerte era inevitable porque lo había ordenado Moscú (…)”.

Era ya el año 1948, y: “Mi padre, harto ya de su encierro decidió salir de él pasara lo que pasara. Le preparamos una documentación a su verdadero nombre y su fotografía, y una noche tomó el correo Cartagena-Madrid en Alcantarilla, y se vino a trabajar, como encargado a una tienda de lámparas eléctricas sita en la Puerta del Sol, al principio de Arenal (…). En esta tienda estuvo año y medio aproximadamente, y confiando en que no había pasado nada quiso volver a Murcia (…). Una vez más, uno de sus innumerables favorecidos le contrató como encargado de una fábrica de conservas de Alcantarilla, a donde todos los días iba y regresaba en autobús. Así estuvo más de un año y, naturalmente, sabiéndolo todo el mundo y sin que nadie se metiera con él.

Una tarde de octubre de 1951, cuando yo estaba terminando las prácticas de Alférez en el Regimiento Sevilla nº 40, de guarnición en Cartagena, dos primos carnales míos fueron a la Residencia de Oficiales donde yo vivía, para decirme que a mi padre lo habían denunciado, había sido detenido, y estaba en el Cuartel de la Guardia Civil de Alcantarilla”.
Relata a continuación como inmediatamente, junto a sus primos, se trasladaron a Alcantarilla en un taxi: En el cuartelillo de la Guardia Civil me recibieron amable y disciplinadamente, iba de uniforme y el Comandante de Puesto era Brigada, y pude hablar con mi padre todo el tiempo que quise. A la salida le pregunté al Brigada por la dirección del denunciante que, lógicamente, se negó a darme, pero de lo que sí me informó es que ellos sabían hacía tiempo que mi padre había vuelto a Alcantarilla, que investigaron y al comprobar que no había iniciado ni reanudado ninguna relación política y que todo el mundo les decía que era un gran persona, lo dejaron en paz. (…) Del cuartelillo de la Guardia Civil de Alcantarilla llevaron a mi padre a la Cárcel Provincial de Murcia, en donde estuvo en prisión preventiva unos tres o cuatro meses que a nosotros nos parecieron eternos. Conseguimos su libertad provisional, le nombraron defensor a un Teniente de Artillería que era Licenciado en Derecho, y se señaló el Consejo de Guerra. Lo convocaron para una mañana de la primavera de 1952, en el Cuartel de Artillería de Murcia, donde fuimos a acompañarlo los tres hermanos varones. Como sabíamos que el Fiscal Militar pedía la pena de muerte, yo fui con un maletín para si se confirmaba, salir zumbando a Valencia para hablar con el Auditor, con el Capitán General de la Región o con quién fuera, de allí o de Madrid, porque a lo que no estaba dispuesto era volver a Murcia sin el indulto de mi padre. 

Se inició el Consejo de Guerra con la Sala absolutamente llena de amigos y favorecidos de mi padre, por nosotros y algún otro allegado, destacando entre todos el Catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad de Murcia, Don Salvador Martínez-Moya, Subsecretario de Justicia en el gobierno de Lerroux al que mi padre, jugándose el tipo, había conseguido que le conmutaran la pena de muerte por cadena perpetua, y que con su apasionada y lúcida intervención como testigo, contribuyó mucho a aclarar los hechos.

Declararon los testigos, todos personas de relieve en la sociedad murciana, detallando cada uno lo que mi padre había hecho por ellos. No hubo ningún testigo de la acusación, porque no los había, y tampoco compareció el denunciante. A pesar de todo, el Capitán Jurídico que actuaba de Fiscal ratificó su petición de pena de muerte, por lo que, de acuerdo con el Código de Justicia Militar vigente en la época, todos los asistentes al juicio: los cinco miembros del Tribunal, el fiscal, el defensor, el reo y todo el público tuvimos que ponernos en pie, para oír la sacramental frase: “En nombre de la Ley, solicito se imponga al acusado la pena de muerte”. No es agradable, desde luego. Después de informar el defensor, el Presidente ordenó que se desalojara la Sala para que el Tribunal deliberara.
Salimos a la Plaza de Armas del Cuartel, y al cabo de una media hora, nos volvieron a llamar. El Presidente dijo que se condenaba al acusado a la pena de 30 años de reclusión mayor, con aplicación automática de todos los indultos dictados hasta la fecha, por lo que quedaba en libertad desde ese momento. Desbordantes de alegría, nos fuimos a celebrarlo”.
Todos aquellos a los que ayudó no lo habían olvidado ni dejado abandonado. 

José Ataz siguió su vida trabajando en el bufete de Martínez Moya y curiosamente junto a Ramón Servet, el hijo mayor de Federico, existiendo entre ellos una estrecha amistad; pero éste, desengañado de la política, por no estarse llevando a cabo la labor social de la Falange por la que su padre había muerto, se fue de España y nunca regresó. Cuando murió Joaquín, el padre de José, al entierro asistió Manuel, el otro hijo de Federico Servet, fundiéndose los dos en un largo abrazo.

 Siguió José posteriormente su carrera funcionarial en Hacienda ostentando altos cargos en diversas capitales españolas. Tras pedir la excedencia trabajó en la banca oficial del Estado.
Madrid. Diciembre de 2005.
José Ataz Hernández murió en Madrid el 11 de septiembre de 2011 a los 83 años tras publicar en el año 2009 su libro. 

A finales de los años sesenta Juan de Contreras y López de Ayala, IX Marqués de Lozoya (1893-1978) escribía lo siguiente en su “Historia de España”:

“El tiempo va cubriendo el hambre y la carencia de todo en la zona republicana, maldades y heroísmos, con un velo de lejanía, y los españoles somos muy parcos en contar nuestras cosas. Nunca sabrán las generaciones futuras lo que fue el drama de cada familia española en 1936. Pero además de una crueldad y de una barbarie sin precedentes, la entrega de las armas ‒y del poder con ellas‒ a un populacho sin freno fue, para la causa de la república, un inmenso error. El gobierno que lo tenía todo. El oro, las armas, el reconocimiento de las potencias, los grandes centros fabriles y comerciales, dejo pasar el momento propicio y dio tiempo a que se organizasen los que no tenían nada, pero cuya penuria de todo estaba compensada por inmensos valores: la inteligencia y la ciencia militar en los mandos, la ciega disciplina en las masas y el valor desesperado en todos. Se dio el caso singularísimo de que incendios, saqueos y abandono del trabajo causaran prematuramente el hambre y la carencia de todo en la zona republicana, en tanto, que todo abundaba en la España Nacional”.

Este es un simple esquema del caótico desarrollo gubernamental de esa república.

           
  Presidente de la Republica Niceto Alcalá Zamora y Torres

  Presidentes del Consejo de Ministros

 1º - 14-04-31 a 14-10-31 – Gobierno Provisional Constituyente - Niceto Alcalá Zamora, de Derecha Liberal Republicana, en coalición con 7 partidos. Se aprueba la 6ª Constitución Española.

  2º - 14-10-31 a 16-12-31 - Manuel Azaña Díaz, de Acción Republicana, en coalición con 5 partidos.
  3º - 16-12-31 a 12-06-33 - Manuel Azaña, en coalición con 5 partidos.
  4º - 12-06-33 a 12-09-33 -  Manuel Azaña, en coalición con 6 partidos.
  5º - 12-09-33 a 09-10-33 - Alejandro Lerroux García, del Partido Republicano Radical, en coalición con 5 partidos.
  6º - 09-10-33 a 16-12-33 - Diego Martínez Barrio, de Unión Republicana, en coalición con 5 partidos.
  7º - 16-12-33 a 03-03-34 - Alejandro Lerroux, en coalición con 5 partidos.
  8º - 03-03-34 a 28-04-34 -  Alejandro Lerroux, en coalición con 5 partidos.
  9º - 28-04-34 a 04-10-34 - Ricardo Samper Ibáñez, del Partido Republicano Radical, en coalición con 4 partidos.
  10º - 04-10-34 a 03-04-35 - Alejandro Lerroux, en coalición con 3 partidos.
  11º - 03-04-35 a 06-05-35 - Alejandro Lerroux, en coalición con otro partido.
  12º - 06-05-35 a 25-09-35 - Alejandro Lerroux, en coalición con 3 partidos.
  13º - 25-09-35 a 29-10-35 - Joaquín Chapaprieta Torregrosa, independiente, en coalición con 3 partidos.
  14º - 29-10-35 a 14-12-35 - Joaquín Chapaprieta Torregrosa, en coalición con 3 partidos.
   15º - 14-12-35 a 30-12-35 - Manuel Portela Valladares, de Centro Democrático, en coalición con 4 partidos.
   16º - 30-12-35 a 19-02-36 - Manuel Portela Valladares, en coalición con otro partido.
   17º - 19-02-36 a 07-04-36 - Manuel Azaña, Primer Gobierno del Frente Popular. El 13 de marzo se suspende Falange Española y se encarcela a José Antonio Primo de Rivera, Julio Ruiz de Alda, Raimundo Fernández Cuesta y Rafael Sánchez Mazas.
    18º - 07-04-36 a 10-05-36 - Manuel Azaña, Segundo Gobierno del Frente Popular.
   19º - 10-05-36 a 13-05-36 - Augusto Barcia Trelles, de Acción Republicana. Tercer Gobierno del Frente Popular.
   20º - 13-05-36 a 19-07-36 - Santiago Casares Quiroga, de Izquierda Republicana. Cuarto Gobierno del Frente Popular. Cuando el 17 de julio por la tarde se le notificó que el Ejército se había “levantado” en Marruecos contestó: “Muy bien, pues yo voy a acostarme”.
  19-07-36, dura 1 hora - Diego Martínez Barrio, de Unión Republicana. Primer Gobierno de la Guerra Civil, en coalición con 3 partidos.
   21º - 19-07-36 a 04-09-36 - José Giral Pereira, de Acción Republicana, Segundo Gobierno de la Guerra Civil, en coalición con 2 partidos.
   22º - 04-09-36 a 04-11-36 - Francisco Largo Caballero, del Partido Socialista Obrero Español. Tercer Gobierno en la Guerra Civil, en coalición con 5 partidos.
   23º - 04-11-36 a 16-05-37 - Francisco Largo Caballero. Cuarto Gobierno en la Guerra Civil, en coalición con 6 partidos.
  24º - 16-05-37 a 05-04-38 - Juan Negrín López, de Partido Socialista Obrero Español. Quinto Gobierno en la Guerra Civil, en coalición con 6 partidos.
  25º - 05-04-38 a 06-03-39 - Juan Negrín López. Sexto Gobierno en la Guerra Civil, en coalición con 7 partidos.
  26º - 06-03-39 a 26-03-39 - El coronel Casado da un golpe de Estado en Madrid y los políticos huyen a escondidas desde varios aeródromos hacia Argelia con el futuro económico bien asegurado, oro del Banco de España y del Museo Arqueológico incluidos, a la vez que ordenan que “el pueblo resistiera”, “que ellos estaban en ¡Valencia!”. Se forma un Consejo Nacional de Defensa encabezado por el general José Miaja Menant con integrantes de cuatro partidos; y entre ellos se encontraba Julián Besteiro Fernández (PSOE), Consejero de Estado, que pudo entregar Madrid al Ejército Nacional evitando miles de muertos. Besteiro ‒ninguneado casi siempre por su propio partido mientras se ensalza a Largo Caballero (el “Lenin” español)‒ era un hombre íntegro que intentó evitar a toda costa más inútiles derramamientos de sangre a pesar de las órdenes de José Stalin.

En total la República había tenido 26 gobiernos en algo más de ocho años, y hasta la guerra, casi todos los jefes de gobierno eran masones.

El 1 de abril de 1939 la guerra había terminado, y Franco decidió disolver la Guardia Civil. Motivos: sobre todo los sangrientos hechos de Barcelona, en los que la actuación de la Guardia Civil fue decisiva, y que acabaron con el fusilamiento del general Manuel Goded Llopis y otros militares el 12 de agosto de 1936 en los fosos del Castillo de Monjuitch.

 El Decreto estaba en la mesa listo para firmar, pero el general Camilo Alonso Vega, a la sazón Director General de la Guardia Civil, se lo quitó de la cabeza a Franco argumentando la gran labor que la Guardia Civil estaba realizando contra el “maquis”, una invasión guerrillera por el Pirineo que causaba más molestias que otra cosa, en una acción quijotesca alentada desde fuera, desde la tranquila retaguardia, por el comunista estalinista Santiago Carrillo Solares que enviaba a sus “camaradas” directamente al matadero haciéndoles creer que “se podía derrotar a Franco porque el pueblo español se pondría inmediatamente de parte de ellos”.

Nunca había estado la Guardia Civil tan cerca de su desaparición, aunque es muy posible que más que nada influyese en la decisión de Franco el hecho de que la inmensa mayoría de las fuerzas de la Guardia Civil había apoyado el alzamiento del 18 de julio; y no sólo eso, sino que muchos de ellos que estaban en la zona roja fueron asesinados sin más y otros sufrieron históricos asedios con diferentes desenlaces como ocurrió por ejemplo con El Alcázar o Santa María de la Cabeza.

España entró en un período de tranquilidad social y seguridad ciudadana que no había tenido desde el siglo XVIII. La llegada de la República pudo haber sido el momento ideal para acabar con los desastres y salvar a España, pero gobernada por unos políticos ineptos solamente agravó más la ya peligrosa situación.

Por el contrario, las herramientas de Franco eran sencillas pero muy pragmáticas, y estaba claro que no habían otras opciones: él, como todos los de su generación sabía los desastres que habían asolado a España a lo largo de tantos años. Sabía la catadura de la “clase política” y en sus planes no tenían cabida ninguno de esos políticos, fuesen de derechas, de centro o de izquierdas. Había que adoptar medidas drásticas si no se quería caer en los mismos errores. Primero había que pacificarlo todo, para lo que era necesario el que la nación entera estuviera unida, sin política, para solucionar juntos los problemas, empujar todos en el mismo sentido y poner en marcha, sobre todo, unas medidas sociales efectivas. Todos los esfuerzos utilizados en luchas partidistas había que suprimirlos y dedicar todo ese inútil esfuerzo a una causa común. Y desde luego, lo primero que había que hacer era acabar con la inaceptable e indecente pobreza generalizada. La Guerra Civil de 1936 no había comenzado en ese año, había comenzado mucho antes, en 1814 con la primera represión de Fernando VII ‒y es curioso como este hecho no se suele relatar‒. Desde entonces, en todo ese largo espacio de tiempo, en España había existido una sola, continúa y sangrienta guerra civil, con unos comportamientos del poder no sólo inaceptables sino criminales, con golpes de estado y pronunciamientos un día sí y otro también. Y todo esto ya era demasiado para cualquier pueblo. El pueblo quería poder vivir, quería paz y quería progreso, y todo lo demás ya llegó un momento que le daba igual. Y se llenó de esperanza dando un gran apoyo a un nuevo régimen que parecía que iba a poner fin a tanta locura y a tanto indeseable. De no haber sido así, de no haber contado con ese apoyo de una gran parte de la población, que no podía vivir en paz, que estaba harta de políticos, una gran necesidad de tranquilidad, esperanza y de vivir mejor cada día, Franco no habría durado mucho en el poder. También resulta innegable el reconocer el enorme tacto político y desprendido hacia su persona de Francisco Franco, con un “saber hacer” poco habitual en un dictador militar. Bastantes ejemplos de fracasos en ese aspecto tenemos desde los inicios del siglo XIX.

Se suprimieron libertades individuales, la libertad de prensa, los partidos políticos, las huelgas, las reuniones, las asociaciones, y sobre todo la masonería y el comunismo. Y la sola presencia de un Guardia Civil infundía respeto, algo que desde su fundación no había pasado en tan alto grado. Se tenía ya suficiente experiencia de lo que ocurre cuando a las “sagradas” libertades se les da un uso que es canalizado y monopolizado para un beneficio propio por políticos, agitadores profesionales y poderes en la sombra.

Pasados unos pocos años desde el fin de la contienda, la población solamente buscaba el tener una prosperidad económica: tener vivienda propia, poder comer todos los días de sobra, colegios para sus hijos, tener trabajo, seguridad social, sanidad pública, pagas extraordinarias, seguridad en la calle y los hogares, tener ahorros, hijos en la universidad, obras públicas, servicios…, y luego vinieron los electrodomésticos, la moto, el 600 y las vacaciones. Se había creado la clase media española. La nación era otra aunque todavía faltasen muchas cosas por hacer. España había caído desde 1814 en un pozo demasiado profundo. 

En Alcantarilla se reanudan algunos de los temas que la guerra había dejado aparcados, y uno de ellos era el de la Casa Cuartel para la Guardia Civil. En agosto de 1939 el Alcalde informa a los concejales:     

“El señor Presidente expuso a la Comisión Gestora que como ya tenían noticias particulares por el señor Alcalde Don Ángel Galindo Caballero, se había llegado con el dueño de la Casa Cuartel de la Guardia Civil de Infantería a un acuerdo, adquiriendo el Ayuntamiento la propiedad de dicho inmueble en condiciones verdaderamente ventajosas y convenientes para el Municipio, según podrán comprobar los señores Gestores por el documento firmado en principio, y que se somete a la aprobación de la Gestora, cuyas condiciones son las siguientes:
Primero.- José Abellán Romero vende al expresado Ayuntamiento la Casa Cuartel de Infantería que posee en esta población calle de las Eras por el precio de Veintitres mil pesetas.
Segundo.- El precio de la venta será pagado de la siguiente forma: Tres mil pesetas durante el presupuesto del año actual de mil novecientos treinta y nueve; Diez mil pesetas en el presupuesto de mil novecientos cuarenta, y las diez mil pesetas restantes en el de mil novecientos cuarenta y uno.
Tercero.- Se otorgará la correspondiente escritura de venta bajo las expresadas condiciones tan pronto como el Ayuntamiento requiera al señor Abellán para efectuarlo.
Cuarto.- La finca se halla libre de toda carga y gravamen, en cuyas condiciones se conviene la venta
Quinto.- No se considerará realizada totalmente la venta hasta tanto que por el Municipio se haya satisfecho toda la cantidad importe de ella.
 Sigue diciendo el señor Presidente que, como se deduce de las citadas condiciones, el Ayuntamiento con un mínimo esfuerzo adquirirá un inmueble de valor superior al fijado, y por el que se abona la cantidad de mil setecientas pesetas de alquiler anual, edificio además que fue construido expresamente para Casa Cuartel, y que por lo tanto reúne las mejores condiciones. Todos los señores Gestores unánimemente felicitaron al señor Alcalde Don Ángel Galindo Caballero por el feliz resultado de las gestiones que llevaba a efecto, y considerando que la expresada adquisición es en extremo favorable a los intereses municipales, y mucho más en las condiciones que puede adquirirse, facultaron ampliamente al señor Alcalde para formalizar debida y legalmente la mencionada compra de la Casa Cuartel de la Guardia Civil, aprobando el compromiso contraído con el dueño de la finca, congratulándose todos de haber resuelto tan favorablemente para el Municipio y la población el problema de Casa Cuartel de la Guardia Civil”.

El día 7 de febrero del año 1940, siendo alcalde Ángel Galindo Caballero, José Abellán Romero, que había comprado el Cuartel de la Guardia Civil a María Soledad López Gómez de Albacete en el año 1931, vende al Ayuntamiento de Alcantarilla el citado Cuartel por el precio de 23.000 pesetas. Esta compra significaba un gran acierto porque se terminaban los problemas que durante más de setenta años estaba generando el alojamiento y ubicación de un Cuartel de la Guardia Civil en la localidad.

Con esta compra, el Ayuntamiento, Alcantarilla, tenía ya asegurado al menos este lugar como Cuartel de Infantería y seguía teniendo en arriendo el antiguo Cuartel de Caballería en la Calle del Cura.

No obstante, operativamente lo ideal sería que en un futuro toda la fuerza se encontrase ubicada en un solo lugar. Ya llegaría ese momento. Por lo pronto se había dado un paso muy importante. 

Vinieron después los años de privaciones y de lenta recuperación económica, de las cartillas de racionamiento, de aislamiento internacional, y también del regreso a sus casas y trabajos desde las cárceles o campos de concentración de aquellos que no llevaban a cuestas delitos graves o que eran de escasa entidad, había prisa por vaciar cárceles y que todo volviera a la normalidad lo antes posible. Los indultos eran habituales en cada consejo de ministros.

En Alcantarilla, la Guardia Civil sigue en su cuartel de la Calle de las Eras y parece que también en el de la Calle del Cura pero por poco tiempo. La delincuencia había desaparecido prácticamente y ya las patrullas a caballo no tenían sentido y se solían utilizar bicicletas. Las parejas de guardias hacían sus rondas por las calles y recorridos rurales dentro de un marco de total tranquilidad, y es de suponer que el número de efectivos en la localidad disminuyó. También el Puesto de Corvera, que había pertenecido a la Línea de Alcantarilla dejó de serlo, y unos años después dejó de serlo el Puesto de Librilla.

Poco se puede relatar por lo tanto de esos años. Sí que tenemos un informe del 24 de octubre del año 1952 en el que el conocido maestro de obras de Alcantarilla Andrés Cánovas dice de la necesidad de reparar todo el tejado del Cuartel de Caballería, por lo que en ese año todavía podría encontrarse en funcionamiento. O eso suponemos, porque no se han localizado más datos que confirmen esa suposición ni de que el arreglo se llevase siquiera a cabo. Lo cierto es que ya a mediados de la década de los cincuenta no existían efectivos en esa casa de la Calle del Cura. Tenemos por lo tanto un vacío en estos años sobre la suerte que corrió ese antiguo cuartel.

Lo que sí seguía en proyecto era el de hacer una nueva Casa-Cuartel que acogiera a las fuerzas de la Guardia Civil, siendo esto algo a lo que el Ayuntamiento no había renunciado. Ya en años anteriores se había pensado en la opción de un solar en la carretera de Lorca (después Avenida de Calvo Sotelo y después Calle Mayor) propiedad del Ayuntamiento, pero ese lugar se había utilizado para la construcción del Matadero Municipal, por lo que surgió la opción de los terrenos del antiguo cementerio municipal de El Salvador en la Calle Madrid, en esos momentos Calle del general Sanjurjo.

Puede consultarse: http://historiasdealcantarilla-murcia.blogspot.com/2020/10/los-cementerios-de-la-villa.html  

El Ayuntamiento, presidido por el alcalde Juan Martínez Beltrán se volcó en el proyecto y el 20 de febrero de 1959 tiene entrada en el ayuntamiento el siguiente escrito:     

“El Excmo. Señor Teniente General Director General del Cuerpo, en escrito de E. M. Jefatura de Obras, número 21 de fecha 7 de los corrientes participa a esta Jefatura: “El Excmo Señor Ministro de la Gobernación, en escrito de la Secretaría Técnica de Orden Público número 34, de fecha 31 del anterior, dice a este Centro.- Excmo Señor: Si por el Ayuntamiento de ALCANTARILLA, (Murcia) se han llenado los requisitos previos establecidos por la legislación de Régimen Local vigente, queda V. E. autorizado para aceptar la donación al Estado, libre de toda carga y gravamen, con destino a la construcción de una casa cuartel para la Guardia Civil en la propia localidad del solar de emplazamiento y una cantidad en metálico equivalente al 10% del importe total del presupuesto de las obras para ayuda de los trabajos que a tal fin ofrece aquel Municipio, quedando designado el primer Jefe de la Comandancia respectiva para que, en representación de este Departamento, firme la escritura pública que se extienda.- Lo que me complazco en participar a V. E. para su conocimiento y efectos.- Lo que traslado a V. S. para que interese del citado Municipio el ingreso de la cantidad de 180.000´00 pesetas a que asciende aproximadamente el 10% del importe total del presupuesto y proceda en su día a la escrituración del solar e inscripción en el Registro de la Propiedad, una vez se le haya comunicado por este Centro que el solar elegido reúne las condiciones técnicas para la construcción del acuartelamiento que se proyecta, como consecuencia del informe que se tiene solicitado del Arquitecto de ese Sector.
    Lo que me complazco en transcribir a V. para su conocimiento y como consecuencia del acuerdo adoptado en Sesión Plenaria celebrada por la Corporación Municipal de su digna Presidencia con fecha 31 de octubre pasado y que me remitió con su atento escrito número 2784 de fecha 24 de noviembre último, significándole que el citado ingreso por la cantidad expresada, puede verificarlo en la Caja del 35º Tercio de la Guardia Civil de esta Capital (Calle Saurín número 2) previa notificación a esta Jefatura.
   En cuanto a la escrituración del solar a favor del Estado, quedo en notificarle oportunamente la resolución que sobre el particular adopte la Dirección General de este Cuerpo a la vista del informe que tiene solicitado el Arquitecto de ese Sector”.
    Dios guarde a V. muchos años
    Murcia a 10 de febrero de 1.959
   EL TENIENTE CORONEL PRIMER JEFE
   Al Sr. Alcalde-Presidente del Ayuntamiento de ALCANTARILLA

Escrito de entrada al Ayuntamiento el 20 de febrero de 1959 (Archivo Histórico Municipal) 

  Y el 2 de mayo de ese mismo año, el Boletín Oficial de la Provincia publica el correspondiente Edicto para iniciar el largo proceso burocrático de la construcción del cuartel:

“Boletín Oficial  Provincia Murcia. 2 Mayo 1959. Pág. 545.

  EDICTO: El alcalde de Alcantarilla.
“Hace saber que el Ayuntamiento Pleno de mi presidencia, en sesión celebrada el día 24 del actual y con las formalidades legales, acordó ceder gratuitamente al Estado un trozo de 1.676,34 m², del solar propiedad de este Municipio, sito en calle del General Sanjurjo (antes Madrid) donde estuvo enclavado el Cementerio Viejo, ya secularizado, con destino a la construcción sobre el mismo de un nuevo Cuartel para las fuerzas de la Guardia Civil de esta Provincia, cuyo acuerdo, para su efectividad, ha de ser aprobado por el Ministerio de la Gobernación, a tenor de lo establecido en el art. 189 de la Ley de Régimen Local Vigente y 95 del Reglamento de Bienes de las Entidades Locales, de 27 de mayo de 1955. Alcantarilla 27 de abril de 1959. El Alcalde, Juan Martínez Beltrán”.

Aún tendrían que pasar cinco años, 1964, hasta que el Consejo de Ministros aprueba el proyecto de la realización de la obra:

 “DECRETO 3306/1964, de 8 de octubre, sobre construcción de casa-cuartel para la Guardia Civil en Alcantarilla (Murcia)

  Examinado el expediente instruido por el Ministerio de la Gobernación para la construcción, por el régimen de “viviendas de renta limitada”, de un edificio destinado a acuartelamiento de la Guardia Civil en Alcantarilla (Murcia), y apreciándose que en el mismo se han cumplido los requisitos legales; de conformidad con lo dictaminado por la Comisión Permanente del Consejo de Estado, a propuesta del Ministro de la Gobernación y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día treinta de septiembre de mil novecientos sesenta y cuatro,
               DISPONGO:
  Artículo primero.- Conforme a lo dispuesto en la Ley de quince de julio de mil novecientos cincuenta y cuatro, que establece el régimen de “viviendas de renta limitada”, hecho extensivo a la Guardia Civil por Orden de la Presidencia del Gobierno de primero de febrero de mil novecientos sesenta y dos, se autoriza al Ministerio de la Gobernación para concertar con el Instituto Nacional de la Vivienda la operación oportuna para la construcción de un edificio destinado a casa-cuartel de la Guardia Civil en Alcantarilla (Murcia), con presupuesto total de dos millones treinta y ocho mil quinientas cuatro pesetas con sesenta y ocho céntimos, adjuntándose al proyecto formalizado por el Organismo técnico correspondiente de la Dirección General de aquel Cuerpo, y en la ejecución de cuyas obras se aplicará el procedimiento de subasta pública que prevé el artículo cuarenta y nueve de la Ley de veinte de diciembre de mil novecientos cincuenta y dos, que sustituye la redacción del capítulo quinto de la de Administración y Contabilidad de la Hacienda Pública de primero de julio de mil novecientos once.
    Artículo segundo.- De la suma indicada en el artículo anterior el Instituto Nacional de la Vivienda anticipará, sin interés alguno, la cantidad de un millón seiscientas ochenta y seis mil seiscientas cuarenta y seis pesetas con dos céntimos, de cuyo anticipo se resarcirá en cincuenta anualidades, a razón de treinta y tres mil seiscientas treinta y dos pesetas con noventa y tres céntimos, a partir del año mil novecientos sesenta y cuatro inclusive, con cargo a la consignación figurada para construcción de cuarteles del Cuerpo mencionado en los Presupuestos Generales del estado.
     Artículo tercero.- Como aportación preceptiva e inmediata el Estado contribuirá con la cantidad de ciento un mil novecientas veintiocho pesetas con sesenta y seis céntimos, que será cargada a la titulación figurada en la Sección dieciséis, capítulo seiscientos, artículo seiscientos diez, servicio trescientos siete de los presupuestos correspondientes al año mil novecientos sesenta y tres y vigente, el Ayuntamiento de la citada localidad aporta la cantidad de ciento sesenta y un mil cuatrocientas treinta pesetas en metálico para ayuda de las obras, siendo el valor asignado al solar de setenta y ocho mil quinientas pesetas.
      Artículo cuarto.- Por los Ministerios de Hacienda y de la Gobernación se dictarán las disposiciones convenientes en ejecución de este Decreto.
       Así lo dispongo por el presente Decreto, dado en Madrid a ocho de octubre de mil novecientos sesenta y cuatro”.
       FRANCISCO FRANCO
       El Ministro de la Gobernación
       CAMILO ALONSO VEGA

Publicación en el Boletín Oficial del Estado de la construcción de la Casa-Cuartel de la Guardia Civil de Alcantarilla (Archivo Histórico Municipal)

Con fecha 26 de octubre de 1964, el mismo Boletín Oficial de la Provincia publica el proyecto de la Casa-Cuartel realizado en el año 1961 por el arquitecto Manuel Sáinz de Vicuña García Prieto.

Las obras se inician de inmediato con la sorpresa de la aparición de restos humanos en el solar, señal inequívoca de que la llamada “monda” del mismo, realizada en enero / febrero de 1936, no había sido la adecuada.

Obras del nuevo cuartel de la Guardia Civil. 6-12-1965 (PLCascalesL) 

            Mientras, los guardias viven sus últimos días ubicados en el antiguo Cuartel de Infantería que ya en estas fechas cumplía sus 70 años de existencia.



Cuartel de Infantería. Un anónimo guardia mira desde el patio el paso del avión. 6-12-1965 (PLCascalesL)

 

Cuartel de Infantería ya abandonado poco antes de su derribo. 18-8-1968 (Foto Paisajes Españoles)

 La Guardia Civil ya se encontraba instalada en su nueva Casa-Cuartel que poco a poco se iba acondicionando según las necesidades: construcción de trasteros, garajes, pavimentado del patio, jardinería…

Mensualmente, para poder cobrar los haberes todos los integrantes del cuartel y los que se encontraban en situación de reserva y tenían su domicilio en Alcantarilla, se hacia una relación de mayor a menor por empleos, llamada Revista de Comisario, a la que le daba el visto bueno el Alcalde de Alcantarilla, con lo que se daba fe de que esa persona “estaba vivo” ese día uno de ese mes.

El cuartel a falta todavía del bloque posterior para garajes y viviendas. 11-8-1973 (PLCascalesL)

 

Plano catastral de urbana de 1973

En 1975 muere Francisco Franco siendo la fecha oficial de su muerte la del 20 de noviembre, curiosamente coincidiendo con el aniversario de los asesinatos de José Antonio Primo de Rivera Sáenz de Heredia y de Buenaventura Durruti Dumange.

Calma absoluta en toda España y larguísimas colas en Madrid durante varios días para poder acceder a la capilla ardiente del general.
En España, durante los casi cuarenta años de gobierno franquista solamente el Partido Comunista se había mantenido con una cierta organización, más sindical que otra cosa, pero siempre bajo un estricto control policial. El socialismo sencillamente desapareció.
Y llegó el momento de la transición política. Y surgieron los partidos como setas, la colección de siglas daba para hacer numerosos chistes y películas cómicas, pero todo dentro de una normalidad absoluta. Los que auguraban, y posiblemente deseaban, revoluciones, algaradas y desastres se equivocaron. La población no estaba para eso. Las elecciones generales del 15 de junio de 1977 no sólo se realizaron con toda normalidad, sino que existía un gran ambiente de paz y tranquilidad en todos sitios.
Parecía que se había logrado algo insólito en España, parecía que se había aprendido de la historia. Todos los partidos dejaron de atacarse unos a otros derrochando fuerzas inútilmente y dedicaron todos sus esfuerzos a trabajar para mejorar ellos cada día más. Se comenzó a hacer política normal, mejor o peor, más acertada o menos acertada, pero “normal”. Había un rey, nieto de aquel que salió huyendo y que apuntaba buenas maneras y que daba “estabilidad” dejando la Jefatura del Estado fuera de las manos de los políticos. Un alto cargo de Falange ayuda al cambio político, Santiago Carrillo, con su Partido Comunista legalizado le da la mano a un ministro de Franco y acepta la bandera nacional, los socialistas se bajan del monte al que se habían subido en la república y se olvidan de eso de la “república socialista soviética”, asesorados y sobre todo “avisados” por la socialdemocracia europea y por los servicios norteamericanos (antes de morir Franco ya tenía orden la policía de no molestar a Felipe González Márquez “Isidoro”). Y entre el “pueblo”, nadie hablaba del pasado porque no venía a cuento, nadie le echaba en cara nada a nadie. La Guerra Civil era ya algo tan lejano, y a la vez tan conocido y asumido por todos que no había necesidad de hablar de ello fuera del contexto estrictamente histórico. Solamente se trabajaba pensando en el progreso y bienestar del país (y sobre todo de la familia de cada uno). Derechas e izquierdas trabajando juntos. Ver para creer. En Alcantarilla las elecciones municipales del 19 de abril de 1979 fueron todo un ejemplo de cordura y además tuvimos la suerte de tener a un muy buen alcalde del PSOE durante ocho años al menos. Y el progreso de España, con sus defectos, fue enorme durante 40 años. Inimaginable. Solamente el inútil y minoritario pero dañino terrorismo empañó estos años. Es muy fácil matar a traición. Pero también acabó.

El 1 de octubre de 1978 llega a Alcantarilla la Policía Armada (luego Policía Nacional) y la Comisaría se instala de manera provisional en las antiguas escuelas de la Calle Ruiz Carrillo (antigua Calle de la Amargura). La dotación la forman 1 teniente, 2 sargentos, 4 cabos y 29 policías. La Guardia Civil se ve descargada en parte de sus servicios en Alcantarilla casco urbano. Ha estado unos 133 años prestando sus servicios en la población.

Y solamente tres de meses después, el 28 de diciembre, se aprueba en las Cortes la Constitución Española, la 7ª.

La Casa-Cuartel en junio de 1979. Ya está construido el edificio trasero para garajes y viviendas. (PLCascalesL)

Tenemos el hecho curioso de que el Duque de Ahumada tenía unas propiedades en Cehegín y cerca de Alcantarilla, en la carretera de Barqueros, en donde sus nietos heredaron una finca a la que solían venir en los veranos en las décadas de los setenta y ochenta del pasado siglo. Esta finca estaba pues dentro de la jurisdicción del Puesto de la Guardia Civil de Alcantarilla. El mundo es muy pequeño. 

El 23 de febrero de 1981, en una España azotada por el terrorismo, se da un golpe de estado incruento que nunca se supo quién ideó ni organizó, pero en el que al final quedó un Guardia Civil como imagen del mismo para la historia. El teniente coronel Antonio Tejero Molina tomó el Congreso de los Diputados cuando todas sus señorías estaban reunidas y sentadas. Tras su fracaso, esta vez no hubo fusilamientos como siempre había ocurrido en los años del XIX, pero en lo que sí se coincidió con lo de aquellos pasados años, fue en que fueron juzgados, condenados y cumplieron condena sólo “de los sargentos para abajo”. 

El Cuartel de Alcantarilla seguía siendo Cabecera de Línea, por lo que se encontraba totalmente operativo.

Fotografía del año 1985. Pedro Carrillo. Serie oficina técnica (Archivo Histórico Municipal) 

   En julio de 1988 se proyectó llevar a cabo una serie de reformas en el cuartel para lo cual el subteniente Fernando del Cerro le encargó a Pedro L. Cascales la realización de un plano del mismo. Existían 17 viviendas en total, cuartos trasteros, garajes; y el pabellón de entrada constaba en su planta baja de despacho y oficina del Jefe de Línea, despacho del Comandante de Puesto, Intervención de Armas, guardia de puertas y almacén.







    Pero la existencia de la Guardia Civil en Alcantarilla llegaba a su fin:

    Estimaciones operativas del mando dieron lugar al cierre definitivo del Puesto de Alcantarilla el día 10 de octubre de 2013.
    Acababa así una presencia de la Guardia Civil en Alcantarilla que había comenzado en el año 1845.

Pabellón de entrada del cuartel. 29 de julio de 2013 (Juan Cánovas Orcajada) 

  En nada se parece la actual Guardia Civil a aquella que no tenía donde dormir ni le daban asistencia médica, y hacía ya mucho tiempo que el riesgo de su desaparición ya no existía.

Y en España, tras ochenta años de tranquilidad, ahora parece que algunos que no tienen pajolera idea de nada o que sencillamente su catadura intelectual y moral les debería haber impedido el estar donde están, quieren volver a épocas pasadas, escribir una falsa historia, usando siempre como arma la mentira y apareciendo revestidos de una teatral y rabiosa ansia de no se sabe qué venganza, así como de un revanchismo que tampoco se sabe muy bien de donde les nace, ya que muchos de sus padres o abuelos fueron falangistas o derechistas que vivieron muy bien y progresaron lo indecible con un Francisco Franco al que adoraban, y que gracias a ello han vivido como han vivido sus hijos y nietos. 

Parece que los políticos, si es que los hay, deberían decididamente centrarse en políticas sociales reales y no populistas ante los graves problemas que están apareciendo para miles y miles de familias; también en una reforma de la Ley Electoral para que el voto de un ciudadano no valga cuatro veces más que el de otro y acabar así con tanto chantaje de unas ínfimas minorías basurales que se ha permitido que manden en todos los españoles; y en un Código Penal justo que evite que los delincuentes se rían en su cara de una Guardia Civil y de una Policía Nacional cuyo serio, enorme y profesional trabajo va casi siempre a parar a la basura hundiendo en el desamparo y en el hartazgo a todos los ciudadanos honrados que son la inmensa mayoría.

Y no hay que preocuparse ni darle importancia al “quitarle eso inmediatamente”, de algún político, al final pasará lo que matemáticamente se deduce que tendrá que pasar.

La Virgen del Pilar en su Basílica de Zaragoza, patrona de la Guardia Civil, con los emblemas y distintivos del Cuerpo de esa Guardia Civil (D.G. de la G.C.)

BANDERAS, ESCUDOS Y EMBLEMAS

La Guardia Civil, a lo largo de su historia ha cumplido sus misiones bajo dos banderas y seis escudos en líneas generales. La primera bandera española tal y como la conocemos hoy en día, fue instituida por el Rey Carlos III en el año 1785, constando de tres franjas, dos rojas de igual anchura y una amarilla central, siendo esta última de un ancho doble que la de las otras. La segunda bandera fue la correspondiente a la II República Española y se diferenciaba de la anterior en la franja inferior morada y que las tres mantenían el mismo ancho.

Respecto a los escudos, hemos de remontarnos a los Reyes Católicos que fueron los primeros monarcas que hicieron figurar en su escudo, pleno de rigor heráldico, la representación de todos los territorios pertenecientes a la corona de España, incluyendo los cuarteles de Aragón-Sicilia. Todo ello sobre el águila de San Juan y bajo el escudo las insignias de Fernando y de Isabel: el yugo y el haz de flechas apuntadas hacia abajo.

Lo mantuvo su hija, y su nieto Carlos I le añadió el águila bicéfala del Sacro Imperio Romano Germánico más los motivos correspondientes de los diferentes territorios heredados de su padre en Europa, así como la Cruz de Borgoña. Añade además dos columnas laterales con referencia a los territorios de ultramar con la leyenda “Plvs Vltra”

Felipe II tuvo que eliminar el águila bicéfala germánica pero no añadió el águila de San Juan originaria de sus bisabuelos los Reyes Católicos, suprimió las columnas y añadió los nuevos territorios incluido Portugal en un escusón central.

El escudo se mantuvo con ligeras variantes durante el reinado de los Austrias hasta la llegada de Felipe V. Este rey suprime lógicamente el escusón de Portugal, Flandes y El Tirol e incorpora un escusón central con las tres flores de lis borbónicas en oro sobre campo azul.

Carlos IV incorpora las armas de su madre, las de los Farnesio, pero su hijo Fernando VII utiliza un escudo ovalado partido con solamente las armas de Castilla y de León.

Durante este reinado llega la Guerra de la Independencia y es rey José I Bonaparte que a pesar de su corto reinado le da tiempo a diseñar un nuevo escudo que rompe con los modelos anteriores. Divide el escudo en seis cuarteles: Castilla, León, Aragón, Granada, las dos columnas con un hemisferio, y Navarra, que por primera vez aparece en el escudo de España. El escudete central es ocupado por un águila en oro sobre campo azul de los Bonaparte.

Vuelve Fernando VII que junto con su hija mantienen el escudo ovalado hasta la llegada de la revolución de 1868, que se limita a recuperar el escudo de José I pero con sólo cuatro cuarteles: Castilla, León, Navarra y Granada, cambiando la corona real por una mural y sacando las columnas del cuartel inferior derecho al exterior.

Nombrado Amadeo I de Saboya Rey de España adopta el escudo anterior con la corona real lógicamente y añadiendo el escudete central con la cruz blanca de los Saboya sobre fondo rojo.

La llegada de la breve I República significa el acoger el escudo anterior eliminando la corona real, la corona del león ¡pobre!, las de las columnas y utiliza también el escudo de cuatro cuarteles más Granada y las dos columnas en el exterior, todo “coronado” con una corona mural.

De aquí hasta la llegada de la II República se sigue usando el mismo escudo cambiando únicamente el tipo de corona, y de nuevo, con la llegada de esa república se vuelve a colocar la corona mural.

Franco opta por una representación heráldica que incide en la unidad de España, que ya en esos momentos había comenzado a ser un molesto e innecesario problema. Mantiene en esencia el escudo nacido con José I y modificado en 1868 que era básicamente el que había tenido más aceptación, pero le añade el águila de San Juan de los Reyes Católicos precisamente para dejar clara la defensa de esa unidad. En la parte superior, coloca la leyenda de “Una Grande Libre”, y las columnas son coronadas.

La llegada del régimen democrático nos trae un nuevo escudo que puede decirse que es idéntico al de Amadeo de Saboya con las solas excepciones del cambio del escusón de la Casa de Saboya por el de los Borbones, manteniendo las columnas coronadas del escudo de Franco. Y desde luego, el inocente león de León mantiene su histórica corona que ya había recuperado con Franco.

Composición con las banderas y los escudos existentes durante la existencia de la Guardia Civil. En el centro, dos guardias civiles a caballo que perfectamente podríamos imaginarlos cruzando un vado del Río Guadalentín. Óleo de Augusto Ferrer-Dalmau Nieto para el libro de Lorenzo Manuel Silva Amador “Sereno en el peligro”

Dentro de la heráldica, la utilización en los escudos nacionales de las figuras de animales está muy extendida, siendo el águila, junto al león, la más utilizada. En la actualidad, hasta cuarenta países la tienen en sus escudos nacionales.

Comenzando por los estandartes de las águilas del Imperio Romano que recorrieron medio mundo y dieron paso a la cultura occidental, ya en la Edad Moderna la primera nación en representar el águila en su escudo fue España de manos de los Reyes Católicos, el águila de San Juan, aunque anteriormente ya aparecía en los escudos de los hijos de Fernando III el Santo de Castilla, así como también aparecía en el escudo de Navarra antes de adoptar las cadenas que rememoraban la victoria de la batalla de las Navas de Tolosa, aunque exista quien difiera de ese origen.

Y mientras que otros países la iban incorporando a su heráldica, aquí se suprimía en 1981 al considerar que el águila era “franquista” y “preconstitucional”, cuando el escudo de España con el águila de San Juan ya hemos visto que pertenecía a los Reyes Católicos y luego aparece en la primera página de la Constitución de 1978. Difícilmente puede ser “preconstitucional”. Evidentemente todo era una tonta y burda excusa, ya que lo que en realidad representaba el águila era la unidad de España, y queramos o no, eso no era “políticamente correcto” en esos momentos y menos ahora.

Se suprime también la leyenda de “Una Grande Libre” con referencia a España. Está claro que en eso se llevaba una abrumadora razón.

Y también se suprime el yugo y las flechas; el yugo de Fernando que representa al trabajo en los campos, y las flechas de Isabel con referencia a la unidad, el aunar esfuerzos, ya que también resulta evidente que los Reyes Católicos tenían fuertes connotaciones falangistas.

Primera página de la Constitución Española del año 1978

 

Mientras, el águila luce en los escudos de Estados Unidos, Alemania, Rusia, Egipto, Polonia, Méjico, Albania, Moldavia, Panamá, Emiratos Árabes, Irak, Jordania, Rumania, Armenia, Serbia… etc.; y Puerto Rico mantiene en su escudo la corona real española, la Y y la F de Isabel y Fernando, y el yugo y el haz de flechas que llevaba el escudo español.

Y el Real de a Ocho, con las columnas de Hércules y el “Plus Ultra” creados por Carlos I, figuró como moneda en Estados Unidos hasta mediados del siglo XIX como la moneda más estimada de entonces por su valía en plata; y el logotipo del dólar americano nace directamente de este par de columnas y la cinta que las envuelve con la citada leyenda de “Plus Ultra”.
 
 

Representaciones diversas del escudo de los Reyes Católicos

 

            Desde la fundación de la Guardia Civil su emblema se resumió en una letra G entrelazada con una letra C y sobre ellas la corona real.

            Este emblema se mantuvo invariable desde 1844 hasta 1943 con las solas variaciones de usar corona mural en períodos republicanos y corona real en períodos monárquicos.
            En el citado año de 1943 Franco cambió el emblema sustituyéndolo por un haz de lictores cruzado con una espada en posición vencida. Los lictores eran en la antigua Roma una especie de organización destinada a escoltas de personajes públicos y ejercer en general funciones de mantenimiento del orden. Representa la justicia y la ley.
            La espada que la cruza, en posición heráldica de pomo arriba, significa la fuerza pero sometida a la ley. El haz de lictores ha sido representado muchas veces a lo largo de la historia en diferentes países, pero quizás la representación más conocida y elocuente sea en el monumento de Abraham Lincoln en Washington.

 

Emblemas de la Guardia Civil desde su fundación a la actualidad

 

Monumento a Lincoln con los lictores en los soportes de los apoyabrazos