jueves, 6 de junio de 2019

CASA DE CAYITAS. DATOS, HIPÓTESIS, ESCÁNDALOS E IMÁGENES



Pedro L. Cascales López

            Casa de las Cayitas, Casa de la Inquisición, Casa Cayitas, Casa del Santo Oficio, Casa de Cayitas, Caserón de la Calle Cartagena, Casa del Tribunal de la Inquisición… Desde hace algún tiempo se le vienen aplicando alguno de estos nombres al edificio actualmente sede del Archivo Histórico Municipal y Bien de Interés Cultural; pero hace ya algunos años, aparte de no causar el interés que luego ha despertado, ese edificio era simplemente la casa de López Pérez de Tudela o de Félix Mendaza o de López Arias.


            A raíz de la llegada a la alcaldía de Alcantarilla de Francisco Zapata Conesa y de los inicios de los trabajos del Plan General de Ordenación Municipal, a principio de los años ochenta, se negoció con su última propietaria Lucía Mendaza López, residente en Tarragona, la cesión del edificio al municipio. A ella no le gustaba el que se nombrase al edificio como “Casa de 'las' Cayitas”, ya que ese nombre procedía de su abuela Caya y de su tía, también Caya –nombre de claro origen latino–, y más utilizado en Navarra que aquí, de donde procedía la familia Mendaza.
            El equipo redactor del Plan respetó ese deseo y en la documentación de ese Plan se evitó el utilizar el nombre “Cayitas”, sustituyéndolo por el de “Casa de la Inquisición”, simplemente por encontrarse el escudo de esa institución en su fachada, ya que se carecía de cualquier otro dato que pudiera ser utilizado en su denominación. Con posterioridad ha arraigado totalmente el nombre de Cayitas, por lo que necesariamente así hay que aceptarlo: “Casa de Cayitas”, o “Casa Cayitas”, no “de las”.

            Si hay algún edificio importante en Alcantarilla cuyo origen y existencia sea un misterio es sin duda éste. Nada se sabe de su promotor, su origen, y su desarrollo hasta casi finales del siglo XIX. Los archivos municipales y regionales nada dicen o nada se ha podido localizar, y posiblemente la respuesta a esta pregunta pueda encontrarse en los Fondos Notariales y del Santo Oficio del Archivo General de la Región de Murcia o en el Archivo Histórico Nacional. El trabajo está pendiente, porque hasta ahora toda búsqueda ha resultado infructuosa.
Todo ello ha dado lugar a que circulen rocambolescas y disparatadas historias sobre tribunales, cárceles y tormentos ocurridos en este edificio. Todo absolutamente falso. Ni tribunal (que estaba en Murcia, que era único, y que llegaba a incluir hasta a Orihuela aparte de toda Murcia), ni cárceles y menos tormentos. Pura fantasía interesada de algunos iletrados en busca de protagonismo. Y la bibliografía seria que existe sobre la Inquisición en Murcia –aunque existe también mucha falsedad por eso del 'copiar y pegar'– es totalmente suficiente para desmentir tajantemente esas falsedades. No nos extendemos en este tema tan ya profusamente tratado y publicado.

Pero sí permanece la incógnita del origen del edificio, quién fue su promotor, cuál fue la fecha de su construcción, qué uso tenía y como se desarrolló la vida en él hasta finales del siglo XIX. Es un trabajo pendiente que ojalá alguien pueda desvelar algún día encontrando algunos documentos olvidados en cualquier archivo.

Sobre sus últimos propietarios, sí se sabe que en el año 1870 adquiere el inmueble José López Pérez de Tudela casado con Concepción Capdepón Musera. Este matrimonio tiene un hijo: José López Capdepón, que fue un insigne catedrático y casó con Caya Arias Castellanos, de ascendencia navarra. De este matrimonio nacieron dos hijas, Caya y Concepción López Arias, y mientras que la primera no tuvo descendencia, la segunda casó con el navarro Félix Mendaza y Fernández de Pinedo, teniendo a su vez dos hijos: Félix y Lucía Mendaza López, esta última, la propietaria de la casa antes de pasar a poder municipal.

El edificio hacia el año 1900, cuando en él residía la familia López Arias. Fotografía
cedida por Lucía Mendaza López. Archivo Histórico Municipal

¿Pero quién promovió la edificación de la casa y en qué fecha? Esto es lo que hasta el momento se desconoce.
Sí está claro que la mera existencia del escudo del Santo Oficio en la fachada no implica de ninguna manera que allí existiese tribunal alguno, y ni siquiera cárcel ni “mazmorra de tormentos”. Y sí resulta evidente que se trataba del domicilio de uno de los llamados “familiares” del Santo Oficio, una especie de red de informadores y receptores –a cambio– de grandes privilegios, creada por la Inquisición como base más baja de su estructura, pero que de ninguna manera gozaban de poderes ejecutivos, solamente ejercían la denuncia, la presencia, y sobre todo la intimidación.
Por lo tanto, deberíamos de centrarnos en estos “familiares” para intentar localizar al que fue promotor de la edificación.

Escudo existente en la fachada
y que tantas fábulas ha suscitado

Y aquí viene el problema, porque se desconoce la fecha de construcción del edificio, y solamente por sus características constructivas podemos suponer que fue realizado entre finales del siglo XVII y primera mitad del siglo XVIII.
Pero sí hay algo que podría afirmarse. Su promotor no llegó a verlo terminado. Falleció o lo enajenó antes de que la obra culminara. Más bien es lógico que fuese lo primero. Y para ello contamos con dos indicios importantes: la inacabada torre central y los encastres de andamios de la fachada sin eliminar.
Ese tipo de edificio, la torre de la huerta, era una construcción característica que siempre contaba con una torre de remate en la caja de escalera; y en este caso esa torre no existe y en su lugar solamente se realizó una pequeña cubierta realzada para albergar unas entradas de luz, algo atípico y absolutamente inusual.
Alzados oeste y sur de la edificación careciendo de la habitual
y característica torreta en la cumbre del tejado

Ningún familiar del Santo Oficio, cuya única meta era la relevancia social y el goce de privilegios, podía llegar a habitar un edificio tan representativo, y de tan alto coste, sin que antes los albañiles suprimiesen los huecos del andamiaje. De ninguna manera encaja.
Existe además otra incógnita, y es la anomalía que se detecta en el revestimiento de la fachada en el espacio comprendido entre la clave del arco de la puerta de entrada y la base del balcón de la primera planta. Esa zona parece preparada para el recibido de algún elemento. ¿Un escudo? ¿Alguna inscripción? ¿Se colocó y se quitó? ¿No llegó a colocarse?

Fachada de la Iglesia del convento de los Padres Mínimos, que sabemos
inacabada (Febrero 1978, P. Cascales), y fachada de la casa de Cayitas (Marzo 1978
P. Cascales). Ambas fachadas presentan el mismo caso: los huecos para la sujección
del andamiaje no han sido eliminados

Y así es como el edificio ha llegado hasta hoy. El segundo propietario que se hizo cargo de él, seguramente con la torre sin finalizar, eliminó gastos renunciando a terminarla y ejecutando un simple tejadillo con unas pequeñas ventanas, y desde luego no pensando en volver a colocar un nuevo andamiaje para solamente eliminar los huecos del anterior. Le valió todo tal y como estaba; porque además es muy probable que tuviese que afrontar numerosos gastos para el acabado interior del edificio. Desde luego tampoco se conoce el nombre de este segundo propietario, pero sí se puede intentar una cierta aproximación a la identidad del primero.

            Pero hay más. Todos los datos nos llevan a considerar de una manera sólida que la antigua vía romana que unía Cartagena con Begastri era la actual carretera llamada Camino de los Soldados o de la Morda hacia El Palmar, que entra en Alcantarilla con el nombre de Avenida de Santa Ana.
            Y esta vía enlazaba exactamente con la actual Calle de los Pasos para continuar por el llamado Camino Viejo de Pliego, pero en un momento indeterminado, su trazado se alteró a partir de la acequia del Turbedal para, discurriendo por la citada y actual Avenida de Santa Ana, llegar a la actual Calle Mayor de manera perpendicular por la llamada Calle Cartagena, cuando su trazado primitivo era en ángulo agudo tal y como sucede con la Calle de Los Pasos que es su prolongación natural.
            Y curiosamente, esa alteración en su trazado da lugar a que la nueva vía enfile directamente a la Casa de Cayitas viniendo de Cartagena. Desde las ventanas de esa casa puede verse perfectamente y desde mucha distancia quién se acerca o quién se aleja de Alcantarilla por ese camino; y a la vez, ese edificio puede divisarse desde muy lejos, en un lugar preferente: en el centro de la vía. Y si ahora es así, mucho más lo era cuando no existía ninguna edificación aparte de la citada Casa de Cayitas. No parece que esto sea casualidad, porque el actual trazado no responde a un itinerario lógico pero, ¿el cambio se llevó a cabo antes de edificar la casa o se realizó de manera simultánea a su construcción y a causa de ella? Desde luego ese cambio tuvo que llevarse a cabo mucho después de 1545 y antes de 1740 aproximadamente, porque hubo de realizarse cuando todavía las edificaciones no habían llegado a colmatar la zona. ¿Por qué la Calle Cartagena tiene anchos tan dispares antes y después de su cruce con la antigua Calle de los Carros? Todo apunta a que el tramo de la Calle Cartagena entre la Calle Mayor y la de los Carros es de un trazado antiguo. El pueblo acababa ahí, y por ese punto llegaba y salía el camino –antigua vía romana– hacia Cartagena. Pero a partir de la Calle de los Carros la actual Calle de Cartagena se estrecha, porque una vez cruzado el camino de Cartagena esa calle no debía ser entonces más que un simple sendero agrícola.   
            Teniendo en cuenta que el poder de un familiar del Santo Oficio era casi absoluto en una población como Alcantarilla, cabe dentro de lo posible el que la construcción de la casa –o la idea de su construcción– llevase emparejado el cambio de trazado del camino a Cartagena. Pero con seguridad no lo sabemos ahora ni posiblemente lo sabremos nunca.

Plano base del siglo XVII. El Camino de Cartagena discurre directo a coincidir con
la luego Calle de los Pasos. La casa Cayitas todavía no está construida.
Plano base del siglo XVIII. El Camino de Cartagena ya ha sido desviado por la hoy
Calle de Cartagena. La casa Cayitas ya está construida.
Actualidad. Superposición sobre la actual trama urbana de los trazados de
las vías romanas y caminos medievales.
En los tres casos, la ubicación de la Casa de Cayitas se encuentra marcada
con un círculo

Los franceses destruyeron el archivo municipal, y los padrones municipales de Alcantarilla no constan en otros archivos, aparte de que sus inicios en los ayuntamientos hay que fecharlos a finales del siglo XVIII, por lo que no nos valdrían.
Pero tenemos dos fuentes en esas fechas: el Catastro del Marqués de la Ensenada (1756), y los libros parroquiales de la Iglesia de San Pedro.

En el Catastro de la Ensenada no existe ningún edificio de esas características y localización entre los bienes eclesiásticos o ligados de alguna manera a la iglesia. Por lo tanto, eliminada esa posibilidad hay que recurrir al listado seglar de propietarios, y allí nos encontramos que en Alcantarilla existía un solo familiar del Santo Oficio, y se llamaba José Pérez, sin indicar apellido.

La citación de José Pérez como familiar del
Santo Oficio en el Catastro de la Ensenada

Esto parece entrar en contradicción, aunque no tanto, con lo citado por Saura Mira en un Boletín Municipal sobre un tal Ginés Sánchez casado con Lorenza Pérez, ambos de Javalí Nuevo que presenta documentación ante el ayuntamiento de Alcantarilla para acceder a familiar del Santo Oficio, pero no constan más datos ni fuentes y tampoco consta en el Catastro de la Ensenada, aunque en los libros parroquiales aparece un Ginés Sánchez Vázquez nacido en el año 1691 y Ginés Sánchez Martínez nacido en el año 1707, así como es citado Antonio Avilés Carrillo como también familiar de ese Santo Oficio. También existió un pleito –objeto de decenas de 'copia y pega'–, resuelto por sentencia real el 13-2-1745 entre familiares del Santo Oficio y el Obispado sobre la exigencia de contar los primeros con un lugar preeminente en la Iglesia de San Pedro. Pero lo cierto es que no sabemos si esos nombramientos fueron efectivos, ya que el único que aparece en el Catastro, y con suficientes bienes, es el citado José Pérez.
Al desconocerse el segundo apellido, y ni siquiera si era nacido en Alcantarilla o no, lo cierto es que entre el año 1650 y 1750 en los libros parroquiales de nacimientos aparecen los siguientes 'José Pérez':

Pérez Ayala, José, hijo de Sebastián y María – 1686 – 51vto
Pérez Riquelme, José, hijo de Salvador y María – 1696 – 124vto
Pérez Riquelme, José, hijo de Salvador y María – 1701 – 154
Pérez Martínez, José, hijo de José y María – 1701 – 157vto
Pérez García, José, hijo de Francisco e Isabel – 1727 – 150vto
Pérez Martínez, José, hijo de Alonso y María – 1729 – 207
Pérez Sánchez, José, hijo de Lorenzo y Josefa – 1738 – 123vto

            De estas siete personas habría que eliminar a los tres últimos, ya que no parece creíble que con 28, 26 y 18 años respectivamente pudieran haber llegado a ostentar la nominación de familiar del Santo Oficio y además gozar con una gran cantidad de bienes, y aun teniéndolos por herencia, el factor edad parece insalvable.
            También hay que eliminar al segundo, ya que claramente falleció prematuramente y sus padres tuvieron un nuevo hijo al que pusieron el mismo nombre.
            Por lo tanto, caso de tratarse de una persona nacida en Alcantarilla, el familiar del Santo Oficio relacionado en el catastro debería ser uno de estos tres:
            José Pérez Ayala, nacido en 1686, de 70 años,
            o José Pérez Riquelme, nacido en 1701, de 55 años,
            o José Pérez Martínez, nacido también en 1701, de 55 años.

            Y habida cuenta de los bienes acumulados –más creíbles en el primero por la edad–, y que veremos a continuación, y la posibilidad ya comentada de que pudiera haber fallecido antes de ver terminada la casa que estaba construyendo; con todas las reservas, pudiera ser que el promotor de la casa hoy llamada de Cayitas fuese José Pérez Ayala, nacido en el año 1686 sin que conste en los libros la fecha de su defunción. Todo ello sin perjuicio de que posibles posteriores averiguaciones lo confirmen o desmientan.
            Vamos a ver ahora la posible relación de sus propiedades, como familiar del Santo Oficio, con la casa de Cayitas. Solamente nos movemos con indicios más o menos sólidos, pero es lo único de lo que se dispone por ahora.
           
Cuando los alcantarilleros apenas contaban con una sola vivienda y algún pedazo de tierra, José Pérez (¿Ayala?) contaba según el catastro con los siguientes bienes y sus correspondientes valoraciones de renta:

1 - La mitad de una casa baja en la Calle Diego Lorente, confrontando por la derecha con el dueño y por la izquierda con otra de Francisco Pérez. 14 reales y 22 maravedíes y 2/3.
2 - La mitad de otra casa alta situada en dicha calle, confrontando por la derecha con la de Juan Lorente y por la izquierda con el dueño. 36 reales y 22 maravedíes.
3 - Otra casa baja situada en la Calle de Mula. Confronta por la derecha con otra del dueño y por la izquierda con  la de José Belchí. 44 reales.
4 - Otra casa baja situada en la Calle de Diego Lorente. Confronta por la derecha con la de José Belda y por la izquierda con la calle pública. 44 reales.
5 - Otra casa baja situada en la Calle Mayor. Confronta por la derecha con la de Francisco Cánovas y por la izquierda con la de Alonso Rodríguez. 58 reales y 22 maravedíes y 2/3.
6 - Otra casa baja situada en la Calle Del Horno. Confronta por la derecha con la de Diego Serrano y por la izquierda con otra del dueño. 44 reales.
7 - Otra casa alta situada en la Calle del Horno. Confronta por la derecha con otra de dueño y por la izquierda por la Calle. 132 reales.
8 - Otra casa baja situada en dicha Calle del Horno. Confronta por la derecha con otra del dueño y por la izquierda con la de Pedro Hernández. 29 reales y 9 maravedíes.
9 - Otra casa baja situada en dicha Calle del Horno. Confronta por la derecha e izquierda con el dueño. 29 reales y 9 maravedíes.
10 - Otra casa alta situada en la Calle del Raso. Confronta por la derecha con la de Herederos de Juan Cascales. 88 reales.
11 - Otra casa alta situada en dicha Calle del Raso. Confronta por la derecha con otra del dueño y por la izquierda con la de Lorenzo Carrillo. 88 reales.
12 - Otra casa alta. Confronta por la derecha con otra del Convento de las Mercedarias de Murcia y por la izquierda con la de Francisco Martínez. 102 reales y 22 maravedíes y 2/3.
13 - Un Parador situado en el Barrio del Norte. Confronta por la derecha con la casa de Antonio Riquelme y por la izquierda con otra de Pedro Menárguez. 44 reales.
14 - Otra casa baja. Confronta por la derecha con otra de Ginesa Carrillo y por la izquierda con otra del dueño. 36 reales y 22 maravedíes y 2/3.
15 - Otra casa alta. Confronta por la derecha e izquierda con otras del dueño. 75 reales y 9 maravedíes.
16 - Otra casa baja. Confronta por la derecha con la de Silverio Sandoval y por la izquierda con otra del dueño. 40 reales.
17 - Otra casa baja. Confronta por la derecha e izquierda con otras del dueño. 44 reales.
18 - La tercera parte de una fanega de sembradura de secano de segunda calidad en el sitio de las Heras. Linda por levante con Obra Pía, norte con Andrés Pujante, poniente con Matías Pacheco y sur con Alonso Pacheco.
19 - Tres fanegas y media de sembradura de secano de segunda calidad en el sitio de las Heras. Linda por levante con Lorenzo Carrillo, norte con Camino de Pliego, poniente con José Rocamora y por el sur con Camino de Cuesta Blanca.
20 - Dos tercios de fanega de sembradura de secano de segunda calidad en el sitio de las Heras. Linda por levante con casas de la población, norte con Esteban Saavedra, poniente con Matías Pacheco y por el sur con Juan Carrillo.
21 - Una fanega y un cuarto de sembradura de secano de segunda calidad en el sitio de las Heras. Linda por levante con vereda de las eras, norte con Andrés Pujante, poniente con Matías Pacheco y sur con Alonso Pacheco.
22 - Una barraca de ocho andanas en el partido de Chantre Cavero. Derruida.
23 - Cuatro tahúllas de moreral de regadío de primera calidad en el sitio de Chantre Cavero. Linda por levante con Antonio Tomás, norte con Juana Cascales, poniente con Juan Martínez y sur con Ginés Sánchez. A portillo.
24 - Tres cuartas de moreral de regadío de primera calidad en el sitio del Fondón, riego de la noria. Linda por levante y norte con Pedro Pujol, por poniente con acequia del Turbedal y por el sur con Ánimas.
25 - Una casa baja sita en la Calle del Yelo. Confronta por la derecha con la de Mateo Muñoz, por la izquierda con otra de Francisco Cayuela. 58 reales y 22 maravedíes.
26 - Otra casa alta sita en la Calle de los Huertos. Confronta por la derecha con la de Francisco Saavedra y por la izquierda con otra de los herederos de Alonso Cascales. 44 reales.
27 - Otra casa baja sita en el Barrio del Norte. Confronta por la derecha con la de Bárbara Cascales y por la izquierda con otra de Sebastián Almela. 22 reales.
28 - Dos tahúllas de labradío de regadío de portillo de segunda calidad en el sitio de Chantre y Cavero. Linda por levante y norte con Andrés Pujante, por poniente con José Pérez y por sur con Pedro Aranda.

Tal acumulación de propiedades en una población como Alcantarilla no puede ser en buena lógica consecuencia de una herencia, porque ello implicaría el traspasar a sus padres el misterio de cómo llegaron a poseer semejante patrimonio en un pueblo de escasos caudales. Por lo tanto, se abre la hipótesis de que la posesión de estos bienes tuviera alguna relación con su cargo de familiar del Santo Oficio, ya que las principales fuentes de ingresos de esa entidad eran precisamente las confiscaciones de bienes a los condenados; y aunque era el rey el que recibía la mayor parte, a nadie puede escapar el hecho de que en el camino, esas confiscaciones sufrían las convenientes mermas en pago de comisiones y privilegios.
José Pérez estaba pues perfectamente en disposición de poder ejecutar una obra de la envergadura como la de esta casa que nos ocupa (Cayitas) y que tan alejada estaba de las posibilidades económicas del resto de los habitantes de Alcantarilla.

La duda se encuentra ahora en saber si esta casa puede encontrase dentro de la relación catastral teniendo en cuenta ubicación y renta.
Eliminamos en primer lugar los suelos agrícolas y la barraca, nº 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24 y 28.
Eliminamos las edificaciones ubicadas en el llamado Barrio del Norte u otras calles conocidas de la población, nº 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 13, 25, 26 y 27.
Eliminamos las edificaciones de planta baja, nº 9, 14, 16 y 17.
Nos quedan las nº 10, 11, 12 y 15 como posibles Casa de Cayitas.
Veamos cada una de ellas:
nº 10 – Calle del Raso. Linda por la derecha con casa de Herederos de Juan Cascales. Nada dice del lindero izquierdo ¿era huerta o campo, o era él mismo? Renta de 88 reales.
nº 11 – Calle del Raso. Linda por la derecha con él mismo y por la izquierda con casa de Lorenzo Carrillo. Renta de 88 reales. ¿Lindaba con la anterior?
nº 12 – No da ubicación. Linda por la derecha con casa de las Mercedarias y por la izquierda con la de Francisco Martínez. Renta de 102 reales, 22 maravedíes y 2/3. Es la de mayor renta.
nº 15 – No da ubicación. Linda por derecha e izquierda con él mismo. Renta de 75 reales y 9 maravedíes.

Visto lo anterior estamos en manos de los errores cometidos en la confección del catastro, ya que en la nº 10 no especifica el lindero de la parte izquierda y en las nº 12 y 15 no señala ubicación.
Podemos sin embargo eliminar la nº 12 porque dice lindar por ambos lados con otras edificaciones y este no es el caso para el edificio que nos ocupa.
Por lo tanto, solamente existe la posibilidad de que la hoy Casa de Cayitas pudiera ser la nº 10 o la nº 15. No podemos saber cuál era o si era alguna de las dos, o ninguna de ellas, pero sí sabemos que la posibilidad es real. Existe. No aparecen datos en contrario que invaliden la hipótesis de que el promotor de la Casa de Cayitas pudiese ser José Pérez Ayala, no existe catastrado otro edificio en esa zona que cumpla con los requisitos necesarios.

Casa nº 10

Casa nº 15

            Y si la casa estaba en construcción avanzada fue catalogada en el catastro, pero posiblemente su propietario no llegase a verla terminada. El nivel de renta también nos indica que era una construcción de una cierta importancia.
            Por lo tanto, a falta de documentación que pruebe lo contrario, podría considerarse, con todas las reservas, que el promotor de la Casa de Cayitas fue José Pérez Ayala, familiar en Alcantarilla del Santo Oficio, nacido en el año 1686 y fallecido poco después del año 1756.

            A partir de aquí se abre un paréntesis en donde no existen datos por el momento de las personas que ostentaron la titularidad del inmueble hasta que llegamos al año 1870 tal y como anteriormente se ha expuesto.
            Y es en el año 1941, tras la Guerra Civil, cuando la casa pasa a propiedad de Caya y Concepción López Arias, casada con Félix Mendaza y Fernández de Pinedo.
            Cuatro años antes, en 1937, en plena guerra, se da la circunstancia de que el “Comité de Enlace del Partido Socialista y Comunista de Alcantarilla” emite una circular de búsqueda y captura de Félix Mendaza y de algunos industriales de la población que habían abandonado Alcantarilla ante el aviso de amigos del PSOE de que les iban a dar “el paseo” en el Puerto de la Cadena, por lo que ayudados por esos mismos amigos, habían llegado hasta Inglaterra y de allí a formar parte del Ejército Nacional, estando sus industrias incautadas y administradas por “comités revolucionarios” de personas que, sobre todo, no habían ido a luchar al frente.

Circular del Comité del Partido Socialista y Comunista de Alcantarilla

            Pasaron los años y fallecidas las hermanas Caya y Concepción López Arias, la propiedad pasó a manos de los hijos de la segunda, Félix y Lucía Mendaza López, que se ausentaron de Alcantarilla quedando el edificio abandonado. Félix era heredero de la mitad del huerto y Lucía de la otra mitad más la casa.

Fotos aéreas comparativas. A la izquierda fotografía de Julio Ruiz de Alda del año 1929,
y a la derecha fotografía de la empresa Paisajes Españoles de 18-8-1968
Vista aérea del huerto y la casa. 6-12-1965. P. Cascales

Vista aérea del huerto y la casa. 11-8-1973. P. Cascales

            Una vez ausentes, y pasados los años, los propietarios consideraron que la ruina del edificio se acentuaba y que no cabía otra posibilidad que derribarlo y construir tanto en su solar como en el huerto anexo, teniendo contactos con algunos promotores de la población, pero el 30 de noviembre de 1976, la Comisión Provincial del Patrimonio Histórico-Artístico inicia un expediente sobre el edificio, para su declaración como Edificio Histórico Local, por lo que cualquier actuación en el entorno requeriría la aprobación de esa Comisión o de la Dirección General del Patrimonio Artístico y Cultural (BOE de 4-1-1977), aunque esta protección era del todo insuficiente porque en todo caso afectaba únicamente a mantener la fachada.
            Mientras, el edificio seguía cerrado y la ruina aumentaba ayudada por las humedades y el vandalismo. La noticia salta a la prensa y durante todo ese año 1977 son varios los artículos y las opiniones que se publican al respecto en los diarios La Verdad y Línea de la prensa provincial.

Fachada del edificio. Agosto de 1977.
P. Cascales

Panorámica desde el cruce con la Calle San Sebastián. Agosto 1977. P. Cascales

            Con fecha 22 de agosto, el arquitecto técnico de urbanismo del Ayuntamiento de Murcia Pedro L. Cascales López –el que esto suscribe– presentó un escrito al Ayuntamiento de Alcantarilla solicitando que de acuerdo con la ley se controlase la composición estética de las fachadas de los edificios colindantes, que se reordenase la manzana, ya que el entonces Plan de Ordenación vigente para nada contemplaba el valor histórico del edificio, así como que se tuviese en cuenta la vegetación de grandes árboles y palmeras existentes, para lo cual se aportaba un estudio volumétrico y unos planos de ordenación (algo prácticamente igual a lo que finalmente resultó) en los que se mantenía, como no podía ser de otra manera, los derechos volumétricos de la propiedad pero se creaba un jardín y el edificio pasaba a propiedad municipal.
            Ese mismo mes, el PSOE solicita que se adopten las medidas necesarias para conservar el edificio, porque su situación es alarmante.

Desde el Camino de la Voz Negra, la tapia del huerto
infundía un aire de misterio. Agosto 1977. P. Cascales

Uno de los dos grandes nogales que rodeaban la casa.
Agosto de 1977. P. Cascales

Entrando desde la Calle Mayor por la Calle Cartagena, al acercarse
a la casa destacaban los grandes nogales del huerto, y al
fondo, todavía estaban las ruinas de las viviendas adosadas
a la casa mientras que por encima sobresalía la fachada de la
fábrica de la Esencia de los Hernández Pagán
Agosto 1977. P. Cascales

            Casi un año después, en el mes de julio, es la Delegación Provincial del Ministerio de Cultura la que remite un escrito al Ayuntamiento en el que solicita que se le informe del estado en el que se encuentra el edificio y las medidas que el Ayuntamiento ha adoptado para su conservación.
            Pero a finales del año 1978 salta la alarma cuando la maquinaria comienza a arrancar todo el arbolado del entorno. Estos hechos aparecen en la prensa y por el momento nogales y palmeras se salvan de su desaparición. Había que comprender que tanto los propietarios de esta finca como otros muchos propietarios y constructores de Alcantarilla llevaban demasiados años sufriendo un parón en la edificación por culpa de un Plan de Ordenación inaplicable y sin que se pudiese poner solución al problema de la noche a la mañana por parte del ayuntamiento.
            La situación era muy complicada tanto para el ayuntamiento como para los propietarios de la casa y huerto de Cayitas. Por un lado, Cultura exigía al ayuntamiento que asumiese las medidas oportunas para impedir la ruina del inmueble, pero esto no era algo tan sencillo de ejecutar como de decir, era un asunto complicado técnicamente y muy costoso para una entidad que en aquellos años no disponía de los fondos necesarios como podría ser en la actualidad. Y por otro lado la propiedad tampoco podía asumir grandes gastos en algo que estaba catalogado por Cultura, que no tenía salida comercial, y cuya única solución era el que la administración se quedara con el inmueble. Pero el problema estaba en cómo hacerlo, al no existir un planeamiento urbanístico adecuado que pudiese ser marco para una negociación entre ayuntamiento y propiedad.
Plano del huerto con la ubicación de nogales y palmeras
en mayo de 1980. P. Cascales

Fachada sur de la casa. Se aprecian los restos de
las terrazas que tenía la casa con vistas al huerto. 
Diciembre 1978. P. Cascales

Fachadas de mediodía y de poniente. En esta última aparece la
puerta y balcón que recaían al callejón. Diciembre 1978. P. Cascales

Conjunto de palmeras y nogal junto a la casa.
Diciembre 1978. P. Cascales

Nogal junto a la tapia al Camino de la Voz Negra.
Al fondo destaca la fachada de la fábrica de La Esencia.
Diciembre de 1978. P. Cascales

Pareja de palmeras junto a la tapia al Camino de
la Voz Negra. Diciembre de 1978. P. Cascales

Marcas de los golpes de una pala a los troncos
de los nogales. Diciembre de 1978. P. Cascales

Margen de poniente de la finca, de algo más de metro y
medio de altura. En este margen se hallaban muchos restos
ibéricos que encontrábamos junto a Daniel Serrano.
Diciembre de 1978. P. Cascales

Toda la zona del huerto fue objeto de extracción de arcillas para
los cercanos tejares en una época indeterminada, posiblemente a
mediados del siglo XIX, por lo que muchos restos ibéricos
desaparecieron quedando solamente algunos de ellos
en el margen medianero de la propiedad. Estas arcillas procedían
del Río Guadalentín. Puede apreciarse el desmonte realizado
en las curvas de nivel de la parte izquierda

Vista hacia poniente del huerto. Al fondo el margen medianero,
y en el centro hacia la derecha, tras las palmeras, las casas de la Calle Hurtado
Lorente en donde se encontró el vaso griego. Diciembre 1978. P. Cascales

Vista general del huerto con los limoneros arrancados. Todavía permanecen
los nogales y las palmeras. Diciembre de 1978. P. Cascales

            El alcalde Fulgencio Pérez Artero era un hombre con muy buena voluntad y deseos de hacer lo mejor para su pueblo, pero su tiempo de mandato coincidió con unos momentos muy difíciles políticamente hablando, y para más desgracia, en el tema del urbanismo puede decirse que no tuvo suerte, o mejor dicho, tuvo toda la suerte en contra.
            En primer lugar, cuando llegó a la alcaldía se encontró con un Plan Comarcal de la Huerta de Murcia en el que estaba incluida Alcantarilla y que simplemente eran un par de planos y unas ideas generales difusas e inconcretas, con un nivel técnico muy somero, de casi imposible aplicación, y con un desarrollo totalmente nulo en cuanto a normativas, alineaciones, volumetrías, etc. Todo ello amenizado con innumerables  contradicciones y omisiones.
            Se optó entonces, con toda lógica, por encargar un Plan de Ordenación propio de Alcantarilla y para ello se adjudicó el proyecto a una empresa de Madrid, pero después de varios años el ayuntamiento se encontró con un documento que, aunque técnicamente era muy superior al anterior, también resultaba muy deficiente y en algunos casos llegaba a ser prácticamente inaplicable. Además, en el año 1976 había sido publicada la nueva Ley del Suelo que establecía nuevos conceptos sobre el urbanismo que se había de aplicar. Sin embargo, la redacción de este Plan tuvo de positivo que Alcantarilla pudiese contar con una plano fotogramétrico de todo el término municipal a escala 1/.2.000 que hoy es un documento de un gran valor.
            El agobio que urbanísticamente vivía Alcantarilla en aquellos momentos era muy grande por falta de un planeamiento adecuado y de un marco legal en donde moverse, a lo que había que sumar la presión de los grupos políticos que se preparaban para optar al ayuntamiento en las cercanas elecciones del año 1979.
            El alcalde Fulgencio Pérez se encontraba pues en un callejón sin salida. En aquellos momentos, el caso de Cayitas era simplemente un problema más de las decenas de casos que se amontonaban en la mesa de la alcaldía.

            Ante esta situación de verdadero caos, el ayuntamiento acordó convocar un concurso para redactar un nuevo Plan de Ordenación, el tercero en unos diez años, y poder contar así, de una vez, con la necesaria herramienta para poder trabajar y solucionar problemas, y que se encontrase además adaptado a la nueva Ley del Suelo. Y todo ello con unas elecciones locales a la vista en las que se suponía que resultaría ganador el partido de Unión de Centro Democrático UCD de Adolfo Suárez.
            Al concurso se presentaron tres equipos, uno apoyado por el ayuntamiento, otro casi desconocido y un tercero formado por técnicos de urbanismo del Ayuntamiento de Murcia que era el preferido por el PSOE, o sea, por el presumible candidato a la alcaldía Francisco Zapata Conesa.
            El concurso fue limpio y al final fue este equipo el que obtuvo mayor puntuación a pesar de la preferencias del ayuntamiento, y de inmediato se comenzaron a elaborar los oportunos trabajos de planeamiento, trabajos que, por otra parte, ya se encontraban bastante adelantados en algunas zonas por el que esto suscribe, ya que se confiaba plenamente en que se obtendría la concesión.

            El asunto de Cayitas, sobre todo por la existencia de un edificio en ruinas, fue un tema que se abordó de forma inmediata; y lo que había que hacer se sabía perfectamente, solamente había que poder plasmarlo bajo el amparo de una normativa legal.

Detalles de la fachada del edificio. Enero 1979. P. Cascales

Fachada de la casa. Marzo 1979. P. Cascales

Fachadas de mediodía y de levante junto con los restos de las antiguas
casas adosadas a la edificación. Marzo 1979. P. Cascales

Esquina SO del edificio con el anexo que tenía adosado.
Al fondo la Calle de Cartagena. Marzo 1979. P. Cascales

Detalles de la fachada. Marzo 1979. P. Cascales

Detalle de la cerrajería de los huecos.
Marzo 1979. P. Cascales


Fachadas de poniente y mediodía. Marzo 1979. P. Cascales

Ya ha desaparecido el muro de cerramiento al camino de
La Voz Negra y queda en solitario uno de los dos nogales.
Al fondo la fachada de la fábrica de conservas de los hermanos
Hernández Pagán o de La Esencia. Marzo 1979. P. Cascales

Panorámica desde el extremo suroeste del huerto. Se está
procediendo al acopio de tierra para subir el nivel del suelo.
Marzo 1979. P. Cascales

Panorámica desde el extremo opuesto al anterior. Marzo 1979.
P. Cascales

Dibujo de Fulgencio Saura Mira

Vista aérea de la zona. Junio de 1979. P. Cascales

Plano del Plan de Ordenación, el huerto se
incluye en una Unidad de Actuación en donde se
ordenan los volúmenes y se definen los espacios libres.
Se marcan expresamente los nogales y las palmeras

            Las elecciones, contra todo pronóstico, fueron ganadas por el PSOE, siendo proclamado alcalde el 19-4-1979 Francisco Zapata Conesa (sobre este hecho puede verse en este mismo blog “Constitución del Ayuntamiento de Alcantarilla en el año 1979”).
            Uno de los primeros asuntos que como alcalde tuvo que solucionar Francisco Zapata, dado el estado de ruina del inmueble, la repercusión que el tema había tenido en la prensa, el daño que se estaba causando a la familia propietaria y el interés municipal en que la Casa de Cayitas se conservase y pasase a uso público, fue el solucionar definitivamente este problema. Para ello se estableció contacto con  la familia Mendaza López y pronto se mantuvo una reunión, ya que dentro de los trabajos del Plan de Ordenación, el tema de la casa y huerto de Cayitas era algo que hacía tiempo se encontraba perfectamente estudiado y definido técnicamente.
A ese primer contacto promovido por el alcalde Zapata acudieron los dos hermanos Lucia y Félix Mendaza López así como el arquitecto técnico Pedro L, Cascales López como miembro del equipo redactor del Plan General de Ordenación Municipal.
No era una reunión normal entre administradores y administrados ya que Francisco Zapata Conesa acababa de llegar a la alcaldía por el partido 'socialista' y eso era algo que en aquellos momentos en España causaba en amplios sectores una cierta “prevención” (ya hemos visto lo ocurrido en 1937), pero toda esa “prevención” quedó disipada desde los primeros momentos cuando Zapata –sincero, llano y creíble– explicó claramente su postura de respeto a la legislación urbanística, de respeto a los derechos de la propiedad, y sobre todo que el problema se solucionase con el pleno acuerdo y satisfacción de ambas partes y lo antes posible.
De forma inmediata, por la parte técnica, se fue perfilando exactamente los aprovechamientos, alineaciones, alturas, delimitación de unidad de actuación, etc.; el huerto de Cayitas tendría idéntico aprovechamiento que el resto del suelo que se encontraba en su misma situación urbanística, 1,2 m2/m2 de edificación sobre el área contemplada en la Unidad de Actuación correspondiente. Que más o menos eran las aspiraciones de la propiedad en cuanto al aprovechamiento comercial.

Otra cosa era el tema de la casa, un edifico catalogado y de alto interés histórico para Alcantarilla (protección que sería incrementada con fecha 24-7-1982, BOE 21-9-1982, Real Decreto 2330/1982) que tenía un solo propietario (Lucía Mendaza) y no cabían más que tres posibilidades: incluirlo en la Unidad de Actuación y sumar su valor en gastos de urbanización (previo cálculo del mismo, y sin duda alto), algo muy problemático para la propiedad de cara a la venta del suelo, como luego veremos, ya que previamente existía como gasto de urbanización el construir el jardín; directamente adquirirlo (algo igualmente problemático, en este caso para el ayuntamiento); o recurrir a la expropiación (algo más complicado todavía y muy largo de resolver y justificar).
Existía no obstante una solución técnica, simple y rápida, pero que debía de contar con la aprobación y colaboración de la propiedad. Se le expuso el caso a esa propiedad que se mostró conforme con ello. La cifra de la superficie construida de la casa se incluiría dentro de la Unidad de Actuación, aunque la casa quedaba fuera de ella, aumentando con ello el aprovechamiento de la Unidad y siendo ya un tema a resolver entre ambos hermanos propietarios la partición de suelo o mantenimiento en proindiviso teniendo en cuenta el incremento de derechos correspondiente a Lucía Mendaza. El ayuntamiento tuvo acceso así, de manera inmediata a la propiedad de la Casa de Cayitas sin coste alguno y, sobre todo, con el total acuerdo de la propiedad.

Titular del diario La Verdad de 16 de abril de 1980

El asunto de la casa de Cayitas, tras demasiados años de polémica, había terminado, no existirían más titulares de periódicos sobre el tema, o al menos eso se pensaba en aquellos momentos. El edifico ya era propiedad municipal.

Titular del diario Línea de fecha 26 de junio de 1982

Dibujo de Fulgencio Saura Mira

Titular del diario Línea de fecha 28 de julio de 1982

            Llegado este momento, se buscaron las oportunas ayudas para restaurar completamente el edificio y destinarlo a un uso de equipamiento público.
            Se encargó el proyecto de restauración al arquitecto de Alcantarilla Andrés Terol Díaz, y prácticamente fue necesario vaciar completamente el edificio, aunque como luego se verá, posiblemente se cometió un fallo de libro a la hora del tipo de forjado que se decidió emplear, aparte de otros detalles, como es el caso de la escalera, ya que posiblemente no se restauraron de la manera adecuada. Y sobre todo suprimir el balcón existente en la fachada.

Puerta de entrada. Foto: Juan Cánovas Orcajada.
Archivo Histórico Municipal

Puerta de paso desde el vestíbulo a la caja de escalera
completamente alterada en la restauración
Archivo Histórico Municipal

Caja de escalera. Arriba la ventana para luces de escalera.
La primitiva escalera de bóveda ha sido sustituida en la
restauración por simples tramos de apoyo planos.
Archivo Histórico Municipal

Estado de uno de los forjados de la planta baja.
Archivo Histórico Municipal

Otro de los forjados.
Archivo Histórico Municipal

Construcción del nuevo forjado en la planta segunda.
Archivo Histórico Municipal

Forjado de la última planta. Posiblemente este no era
el tipo de forjado que habría que haberse utilizado, y no
ha sido posible localizar los planos del proyecto de ejecución
(hay quién dice que no existe) para poder conocer los datos
de carga de ese forjado como algo fundamental para saber
 qué usos pueden darse al edifico y cuáles no.
Archivo Histórico Municipal

            Pero en año 1987 Francisco Zapata renunció a seguir en la alcaldía y le sustituyó como cabeza de lista, por descarte de otros, Pedro Manuel Toledo Valero. Y ya las cosas no iban a ser igual, no podían ser igual, ya que ocurre a menudo que llegan a ostentar cargos públicos personas cuya capacidad política no es convergente con las necesidades que implican el cargo que les ha caído en suerte –nunca mejor dicho– representar.

            Parece además que sobre la Casa de Cayitas existe un mal fario, y aunque este no es el lugar para tratar temas de ese contenido, es inevitable el confirmar que eso parece ser así. Existen pruebas de ello. De que todos los que actuaron negativamente contra la propiedad, de una forma o de otra, antes o después, se vieron afectados. Lo mismo que también existen pruebas de que cosas que no son explicables ocurren de puertas para adentro. Da la sensación de que la “Casa” se venga de los que atentan de una forma o de otra contra ella o su entorno.

            Llevaba Toledo de alcalde apenas un par de meses cuando ya de entrada, sin solicitar informe técnico alguno y de una manera absolutamente irregular, incluye en los presupuestos del año 1988 la realización del “Parque de las Cayitas”. Y así, el día 21 de marzo de 1988 se reúne la Comisión de Gobierno formada por el alcalde Pedro M. Toledo Valero y los teniente de alcalde Alfonso Guirao Pérez (“el Marrias”), Juan Diego Toledo Valero, José Marín Navarro (el de las máquinas), José Domingo Cubillana Herrero, José Antonio Ferrer Cano (concejal de urbanismo) y Alfonso Fernández Porras, actuando como secretario Jesús García Navarro (un abogado de Murcia amigo de Toledo).
            Y en esta comisión, en su punto segundo se aprueba por unanimidad la construcción del citado “Parque de las Cayitas”.

            Por decreto de alcaldía (no de urbanismo) el día 14-10-1991 se aprueba una certificación de obra (nº 604, hoja 40 del listado de resoluciones y decretos) del “Parque Cayitas” por importe de 4.299.340 pesetas.
            También por decreto de alcaldía (se insiste, no de urbanismo) el día 5-11-1991 se aprueba “declarar la forma de contratación directa de la construcción del Parque Cayitas” (nº 760, hoja 53) y el siguiente día 7, por decreto de alcaldía (nº 761) se aprueba el Pliego de Condiciones para la construcción del citado Parque de Cayitas.
            Y el día 18-11-1991 un nuevo decreto de alcaldía (nº 787, hoja 55) adjudica la obra de construcción del Parque de Cayitas a D. Mateo Martínez Martínez por importe de 12.317.050 pesetas.

            De libro. El alcalde Pedro Manuel Toledo Valero, a iniciativa propia, sin que sus compañeros de corporación supuestamente tengan la más mínima idea, aprueba una certificación de obra antes de que la obra se realice, ni exista pliego de condiciones, ni exista contratista, y hay un técnico que firma una certificación de una obra que no existe. Luego aprueba un pliego de condiciones. Divide el importe para que cuele administrativamente y a continuación le adjudica la obra directamente a una empresa determinada elegida por él. Todo ha durado 34 días. Un genio. De la torpeza, desde luego, porque posiblemente con todo ello había despertado al “mal fario” de la Casa de Cayitas.

            Esa Casa de Cayitas tenía varios “pretendientes” una vez restaurada, uno de ellos el destinarla a una difusa “Casa de la Juventud”, o una “Casa de la Cultura”, pero antes de darle un uso más o menos definitivo ocurrieron unos hechos que confirmaban ese “mal fario” a que anteriormente se ha hecho alusión. El 5 de octubre del año 1995 el diario regional “Diario 16” lanzaba a toda página un titular que volvía a convertir a este edificio en noticia, y como no, para desgracia de Alcantarilla.

Titular de Diario 16 de fecha 5 de octubre de 1995

            Este día, en un artículo sobre la urbanización del huerto de la casa se decía, entre otras cosas, lo siguiente:

            “Bajo el mandato del socialista Pedro Toledo, desembolsó del erario municipal 17 millones de pesetas para contratar las obras de urbanización del jardín de Las Cayitas, que según la Ley del Suelo debió abonar el propietario (promotor) de las parcelas”.

“Los terrenos fueron adquiridos por la empresa PROYCO de la que es socio Fernando López García, hermano del entonces secretario  particular y hombre de confianza de Toledo, Santiago López García”.

“Así, PROYCO se hizo con los terrenos en 1991 libres de gastos de urbanización, excepto de la Calle Hurtado”.

“¿Por qué la comisión de Gobierno acuerda urbanizar por su cuenta y exonerar de dicho gasto a los propietarios cuando la Ley del Suelo especifica que son estos o los constructores quienes tienen la obligación de 'costear los gastos de urbanización y efectuar las cesiones de terrenos destinados a viales y dotaciones'”.

“¿Por qué la comisión de Gobierno desatiende la ley y las normas del PGOU y vuelve a compensar doblemente a los propietarios al exonerarlos esta vez de los costes de urbanización si ya se les había otorgado mayor volumen de edificabilidad? Y si es así, ¿a cambio de qué fue?”

“Pedro Manuel Toledo alega que el jardín era necesario construirlo con urgencia por su proximidad a la Casa de la Inquisición, que se rehabilitaría para albergar la Casa de la Cultura. Toledo cree además que el exonerar de gastos de urbanización a los propietarios se debe a la compensación por ceder la Casa de la Inquisición”.

“Toledo, por no recordar, no recuerda ni el nombre del que entonces era su concejal de Urbanismo, que precisamente presentó la moción a la comisión de Gobierno”.

“(Las normas) permitían al ayuntamiento en caso de necesidad acometer las obras de urbanización sin tener que esperar a que se edificara antes; siempre, eso sí, que el coste fuera después cargado al propietario o promotor”.

“¿Por qué entonces corrió el Ayuntamiento con los gastos?”

“¿Por qué esa actuación “precipitada” de la comisión de Gobierno?”

El día 11 de octubre se presenta ante la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Murcia una denuncia de 56 páginas contra la actuación llevada a cabo en el jardín de Cayitas firmada por el exarquitecto técnico de planeamiento del Ayuntamiento de Murcia y exjefe de urbanismo del Ayuntamiento de Alcantarilla Pedro L. Cascales López, el mismo que esto suscribe.



Y el día 13 siguiente tenemos este nuevo titular:

Titular de Diario 16 de fecha 13 de octubre de 1995

            Este día se publicaba lo siguiente:

            “El ex alcalde de Alcantarilla, Pedro Manuel Toledo Valero, y 13 personas más, entre ellas funcionarios, arquitecto y técnicos municipales, han sido denunciados por presuntos delitos de prevaricación, cohecho, malversación de fondos públicos, complicidad y encubrimiento, por su presunta implicación en distinto grado en la financiación irregular de las obras de urbanización del jardín de Cayitas, costeado por el Ayuntamiento con 17 millones de pesetas”.

            “Implicados: Pedro M. Toledo. Ex alcalde, por prevaricación, malversación de fondos públicos y posible cohecho en relación con PROYCO.
            José Antonio Ferrer Cano. Ex teniente de alcalde y concejal de Urbanismo por presunta prevaricación, complicidad y encubrimiento para la comisión de un delito.
            Comisión de Gobierno que votaron a favor: Alfonso Guirao Pérez, Juan Diego Toledo Valero, José Marín Navarro, José Domingo Cubillana Herrero y Alfonso Fernández Porras, por presunta prevaricación, complicidad y encubrimiento.
            Jesús García Navarro. Abogado asesor del Ayuntamiento por presunta prevaricación, complicidad y encubrimiento para la comisión de un delito al actuar como secretario de la comisión de Gobierno
            Santiago López García. Secretario particular y persona de confianza de Toledo, hermano de uno de los socios de PROYCO, como posible inductor y mediador necesario para la presunta comisión de un delito de cohecho y cómplice y encubridor de otros delitos de prevaricación, encubrimiento y malversación.
            Secretarias en funciones. Auxiliares administrativos que desempeñaban funciones de secretarias municipales, como posibles responsables del informe jurídico preceptivo ligado a la licencia de urbanización, así como la adecuación a la ley de los acuerdos municipales.
            Elvira Badenes Navarro. Arquitecta municipal desde 1988. Responsable de los informes técnicos que la ley señala y que “no consta que existiesen”, como presunta autora de un delito de prevaricación, complicidad, encubrimiento y cohecho con relación a PROYCO.
            Empresa PROYCO y su arquitecto Javier Mancilla Millón, que “no consta que incluyera en los proyectos la partida de urbanización”, como presunto cómplice y encubridor.
            Administrador de la empresa PROYCO. Posible responsable de un delito de cohecho”.

La corporación municipal decide actuar tal y como lo recogen las
páginas del mismo diario con fecha 25 de octubre

“El alcalde Lázaro Mellado solicitará la creación de una Comisión Especial de Investigación relacionada con la posible financiación irregular de la urbanización y construcción de la zona verde del denominado Jardín de Cayitas. Un informe de los servicios jurídicos del ayuntamiento señala la posible nulidad del acuerdo adoptado por la comisión de Gobierno bajo el mandato de Toledo. La comisión de investigación será creada. Según el actual alcalde Lázaro Mellado, “ante las grandes dudas que al grupo municipal popular y a esta alcaldía le han suscitado estas gravísimas denuncias sobre la construcción de este jardín y por los datos que del informe jurídico que ha recibido el teniente de alcalde de Urbanismo se desprenden”.

Diario 16 de fecha 26 de octubre
           
“El PSOE apoya la gestión de Toledo en el jardín de las Cayitas. Nosotros tenemos plena confianza en Toledo mientras que no se demuestre lo contrario”.

Noviembre de 1995, en las obras del jardín de Cayitas aparecen
los carteles de la empresa promotora. Al menos el cartel transmite
algo positivo y habla de “Parque de Cayitas”. Sin “las” y “parque”.
Algo de agradecer. P. Cascales











Jardín de Cayitas. Una obra que tanto revuelo originó y que sin embargo  
tuvo una vida muy breve, al parecer por fallos de diseño que produjeron
algunos accidentes y que no acababa de ser aceptada por los vecinos. Los
nogales había sido secados y arrancados así como un buen número de
palmeras. El mal fario. Noviembre de 1995. P. Cascales

Diario 16 de fecha 21 de noviembre

            “El ex edil de urbanismo dice “no recordar mucho” sobre Cayitas”.
“El ex teniente de alcalde de urbanismo del Ayuntamiento de Alcantarilla, el socialista José Ferrer Cano ha manifestado a la comisión de investigación del jardín de Cayitas “no recordar muchos aspectos de este tema”.
La nota municipal dice que Ferrer Cano “tomaba como una muletilla lo que decían los informes técnicos sobre los costes de urbanización” y que está convencido de que “hubo que haber hecho otro tipo de tramitación. Teníamos prisas en hacer el jardín, ya que iba en nuestro programa electoral y era un compromiso que había que cumplir”. Ante la comisión investigadora también declaró el antecesor de Toledo, Francisco Zapata, que estuvo en la alcaldía desde 1979 a 1987, aclaró que se responsabiliza de lo que hizo bajo su mandato y nada más, y respondió “que nunca se habló con los propietarios nada respecto a los costes de la urbanización. Nunca negocié con la familia propietaria de los terrenos, ni con la empresa que construyó las viviendas posteriormente, yo no llevé esas negociaciones.
El jardín y la decisión de exonerar de gastos de urbanización a los propietarios fue realizada bajo el mandato de Toledo”.

Diario 16 de fecha 22 de noviembre

Diario La Verdad de fecha 3 de diciembre

“El ayuntamiento detecta firmas falsificadas en la adjudicación de unas obras.
La comisión de investigación del ayuntamiento de Alcantarilla ha detectado irregularidades en los expedientes presentados por las empresas constructoras.
Los propietarios de las constructoras “Martínez”, “Cerezo” y Hernández” fueron convocados por la comisión para aclarar esas irregularidades en una reunión en la que el primer empresario no acudió. Mientras que los dos últimos declararon que nunca habían realizado las ofertas presentadas al ayuntamiento. Según estos, propietarios de las empresas “Cerezo” y “Hernández” en los escritos presentaban sus respectivos anagramas fotocopiados y sus firmas falsificadas, por lo cual se mostraron “muy sorprendidos y confusos de que pudieran obrar en ese expediente unas falsificaciones que utilizaran sus empresas y nombres.
La comisión optó por citar de nuevo al propietario de la empresa “Martínez” y requerir la presencia del anterior equipo de gobierno socialista.
El jardín fue contratado el pasado 20 de mayo en dos fases, una por importe de 15,6 millones de pesetas y la segunda por 12,3 millones, cantidades en las que superaron sus ofertas las empresas “Cerezo” y “Hernández”, mientras que fueron exactas a la cantidad fijada las de la constructora “Martínez”. Esta empresa no realizó ninguna baja al precio fijado por la Corporación”.

Diario La Opinión de fecha 3 de diciembre


Diario 16 de 3 de diciembre

Diario 16 5 de diciembre

“El PSOE se retira de la comisión de investigación de Cayitas por creerla un juicio sumarísimo al PSOE.
Acusa de “pervertir la legítima actuación de la misma intentando obtener rentabilidad política a costa de interpretar una farsa”. Para “engañar a la opinión pública de Alcantarilla haciéndoles creer que la gestión municipal socialista ha sido un cúmulo de irregularidades. La ambición ciega de llegar al poder les hace emplear cualquier tipo de método sin importarles el daño que pueden hacer”.
El PSOE no acudió a la última sesión de la comisión en la que se encontraron indicios de irregularidades en las ofertas de las empresas constructoras que habían mostrado que sus anagramas y firmas habían sido falsificadas en el ayuntamiento”.

Diario La Opinión de 6 de diciembre


Diario 16 de 12 de diciembre

“La fiscalía investiga las irregularidades de Cayitas. El denunciante, traslada ahora al fiscal jefe del TSJ la presunta falsificación de firmas así como que recoge sospechas fundadas de que estas irregularidades podrían extenderse a otras contrataciones realizadas de forma directa por el ex alcalde Pedro M. Toledo y que, de ser ciertas, afectarían a un buen número de obras realizadas en toda la población”.

Un simple ejemplo adjuntado en la denuncia a la fiscalía, para no extendernos:
Con fecha 15 de diciembre de 1989 el arquitecto Javier Mancilla Millón firma una certificación de obra terminada del jardín de Vistabella por valor de 25.000.000 de pesetas.
Con fecha 24 de enero de 1990 el notario D. Carlos Peñafiel de Río, en acta notarial, “hace constar expresamente que las obras de dicha plaza se reducen a una somera cimentación realizada en tres de los cuatro linderos”, adjuntando fotos y descripción completa.

Seguimos con Cayitas, pero antes dejar constancia que el ayuntamiento gobernado por el PP siendo alcalde Lázaro Mellado, nombró hijo adoptivo a Pedro M. Toledo Valero (es natural de Cuevas de Almanzora), le puso su nombre a una calle y, cómo no, su retrato cuelga en la planta noble del ayuntamiento. Hoy por mí y mañana por ti. España.

En el año 1996 se decidió ubicar la biblioteca pública municipal a cargo de María José Gómez Guillén en la Casa de Cayitas, y allí permaneció hasta el año 2013 en que se trasladó a un edificio mucho más apto y funcional para ese fin y poder acoger así el gran número de usuarios que se incrementa día a día, lo que no hubiese sido posible en la anterior ubicación de Cayitas.

Fotografía aérea de 10 de noviembre de 2002.
La Biblioteca Municipal está ubicada en el edificio en
esta fecha. P. Cascales

Fotografía aérea de 10 de noviembre de 2002.
P. Cascales

            En el mes de diciembre del año 2015 se trasladó a esta Casa el archivo municipal tras deambular por distintas ubicaciones, y a cuál de ellas más inadecuada e insuficiente. En la actualidad se ha limitado el archivo, por problemas de espacio y de forjados, al llamado Archivo Histórico, permaneciendo el resto de documentación en la planta baja de su anterior ubicación. Pero eso no quiere decir que en esa planta baja no sigan depositados documentos de hasta el siglo XIX, por lo que el riesgo de deterioro o desaparición es demasiado importante y alarmante.   

El huerto y Casa de Cayitas en la actualidad. El famoso “Parque” de Toledo ha
pasado a la historia, pero consiguió que Alcantarilla saliera en la prensa encabezando
en Murcia la lista, la negra lista, que una llamada “clase política” ha creado en España.
P. Cascales. 8 de abril de 2019


Cartel existente en la fachada de la Casa de Cayitas.
Se desconoce al autor del texto de este cartel, pero
esa casa no parece que fuera nunca del Santo Oficio, y menos
Tribunal de la Inquisición. También es dudosa la fecha del siglo XVIII.
Sí acierta en que es Bien de Interés Cultural y de que ahí
está ubicado el Archivo Histórico Municipal

Fotos comparativas del huerto y Casa de Cayitas en los últimos
y trascendentales momentos de su historia. 1977, 1979 y 2019



EL FUTURO

            Con permiso de ese mal fario que parece rodear la casa y al que tanto hemos hecho referencia, nos vamos a permitir hacer una proyección sobre lo que actualmente es la Casa y lo que sería deseable que fuese ya, y que fuese en un futuro, habida cuenta de que por fin su actual uso parece ser del agrado de los 'custodios espirituales' de ese entorno. Por lo tanto tranquilos en ese aspecto. No obstante, no puede evitarse que cosas que en su momento se hicieron muy mal, repercutan ahora, muchos años después, cuando parece que las aguas han vuelto a su cauce.
            La Casa como sede del Archivo Histórico Municipal puede considerarse que es idónea, pero solamente lo es por ahora, porque su situación no es sostenible a la vuelta de unos pocos años. El tema de los archivos municipales va cada día teniendo más importancia. Su uso es mayor y sus responsabilidades también, y muchas personas vienen a consultar documentos o acuden a entregar esos documentos o fotografías u objetos; pero eso sí, seguirán haciéndolo si observan que el servicio que existe es serio y adecuado. En caso contrario ocurrirá lo que había venido ocurrido siempre hasta que se ceó el archivo y desde que los franceses quemaron lo que había, y es que cada cual tenga en su casa lo que quiera sin importar el objetivo común, acabando todo al final en la basura.
            No puede ser que poblaciones muy inferiores en población e historia a Alcantarilla cuenten con unos archivos municipales dotados de unas instalaciones y un personal que aquí suenan a quimera. No puede ser que un archivo municipal sea “ese sitio para guardar trastos y papeles”.
Y para ir avanzando en lograr ese objetivo de contar con una instalación y un servicio adecuado, tenemos que solucionar una serie de problemas:

1.- Se desconoce la capacidad de carga de los forjados y por lo tanto la posibilidad de almacenar documentación de archivo es muy limitada. Este tema hay que aclararlo de forma definitiva. No puede existir un archivo con sus dependencias vacías porque no se sabe si el suelo va a aguantar el peso de estanterías y legajos.

2.- El archivo municipal de una población como Alcantarilla no puede estar dividido en dos locales muy distantes entre sí y que cada vez que hace falta un documento haya que coger un vehículo y desplazarse a un bajo que además tiene problemas de filtraciones de aguas fecales. Y roturas ya han ocurrido.

3.- Este servicio necesita como mínimo, aparte del puesto de archivero/a municipal un funcionario/a con titulación para el manejo de documentación. Es básico. Es lo mínimo.

4.- No es adecuado ni causa buena imagen para quien visita el archivo el que la puerta de acceso al edificio, de madera y paineles, no tenga una segunda puerta de cristal para poder permitir que esta puerta de madera se encuentre abierta y no cerrada, y de que pueda mantenerse la climatización adecuada en el edificio. No puede ser que haya que llamar a un timbre y que desde la planta superior tenga que asomarse al balcón la archivera municipal a ver quién es y bajar a abrir la puerta subiendo y bajando escaleras, ¿cuántas veces al día?, son bastantes, ¿qué deja de hacer mientras?, ¿es esto serio?

5.- El ayuntamiento debe reflexionar y tomarse muy en serio que es necesario unificar el archivo en una sola dependencia y para ello hacer las oportunas averiguaciones para ver la posibilidad y la forma de que el edificio colindante con la Casa Cayitas por su parte norte pase a propiedad municipal, se derribe y se construya un edifico que se integre con el ya existente, con una estructura adecuada que soporte la carga, pudiendo así unificar el archivo, ser capaz de absorber todo lo que se avecina en los próximos años y poder contar con ascensor y accesos para minusválidos. Ayudas existen para eso, pero hay que pedirlas. Hay que moverse. Con moverse la centésima parte que para las fiestas sobra. O esto se lleva a cabo o dentro de unos años la Casa Cayitas tendrá que desaparecer como archivo municipal porque no podrá ser operativo. Habrá que buscar otro emplazamiento.

6.- El archivo municipal no puede ser que cuente con menos medios que cualquier otra oficina municipal. Debe dotársele de un utillaje mínimo absolutamente necesario como un escáner adecuado y qué menos que ¡un archivador de planos! Que hasta eso falta.

Confiemos en el alcalde, en los concejales, en la corporación municipal, en todos; y confiemos también en que el mal fario, como parece, haya desaparecido o que en el peor de los casos no tome venganza contra los que tratan mal a la "Casa".





Adenda.

D. Ricardo Montes Bernárdez ha tenido la deferencia de adjuntarme con fecha 9-11-2019 un interesante artículo sobre la Casa de Cayitas publicado en la revista Nayades nº 2, páginas 57 a 62, al cual me remito en internet. Se trata de un completo e importante trabajo sobre las diferentes propiedades de las que esa edificación ha sido objeto, a la vez que incide, una vez más, en la serie de falsedades que sobre ese edificio se han vertido y se siguen vertiendo. Entre todos, poco a poco hay que ir desmintiendo todo aquello que falsea la historia de Alcantarilla. Bienvenidos sean todos estos trabajos basados en el rigor y en el trabajo serio de investigación.   






  
           
           




           












    

2 comentarios:

  1. Un trabajo minucioso y serio del que se sacan consecuencias dignas de tener en cuenta. Felicito al autor y pido a las autoridades que no las echen en caso roto.

    ResponderEliminar
  2. Excelente artículo de nuestro patrimonio

    ResponderEliminar