Pedro L. Cascales López
El que una población pueda contar
con datos ciertos y más o menos completos sobre su trama urbana primitiva es
sin duda una suerte enorme.
Sobre
la cercana Murcia, a través de varios planos del siglo XIX, datos puntuales de archivo
y los hallazgos arqueológicos realizados, es posible conocer con una cierta
exactitud –a veces más suponiendo que con certezas– su primitivo trazado árabe,
pero el reciente hallazgo del yacimiento de San Esteban, aunque sus
características no puedan ser extrapolables al resto de la ciudad, sí prueba
con absoluta exactitud el trazado viario y habitacional de un importante barrio
aunque fuese tardío y extramuros.
Alcantarilla
es un caso absolutamente distinto, ya que nos encontramos ante una población
que cambió de ubicación. No se construyó sobre su solar primitivo, por lo que
es de suponer que las cimentaciones deben permanecer intactas bajo una capa de
tierras de cultivo. Y posiblemente bajo ellas pudieran existir estratos de
construcciones todavía más antiguas.
Hasta
hace pocos años nadie había delimitado con exactitud los límites de esa
primitiva Alcantarilla o Qantara Askabach, así como el sitio exacto en el que
el Guadalentín desembocaba en el Segura junto a esta población, a pesar de que
diversos autores venían haciendo mención a ello desde varios siglos atrás, eso
sí, sin aportar documentación gráfica o descripción suficiente para poder
determinar su exacta ubicación y su perímetro.
Ahora
esa ubicación se conoce, y durante centenares de años ha estado más o menos
libre de alteraciones o destrucciones; pues bien, qué duda cabe, que sería de
un gran interés, difícilmente valorable en estos momentos –ahora que la huerta
ya no se cultiva y se supone que no deben de existir problemas con los
propietarios del suelo– el proceder a los oportunos estudios con catas arqueológicas
para comprobar si existen esos restos de cimentaciones; y de ser así, la
importancia de sacar a la luz ese trazado urbano sería extraordinaria;
tendríamos pruebas fehacientes de cómo era una primitiva aldea árabe completa y
de una cierta identidad, algo que ni existe, ni puede existir aparte de este
caso, en todo el valle de la Huerta de Murcia. Y muchas familias de
Alcantarilla podrían conocer, además, cómo era la población de sus
ascendientes, pisando las mismas calles que ellos pisaron hace casi 500 años.
Esa
primitiva aldea se ubicaba junto al que era Camino Real de Murcia a Andalucía,
antigua calzada romana, en una suave elevación a salvo de las crecidas del río,
en un lugar topográficamente único en toda la huerta, porque en ningún otro
lugar, salvo el Rincón de Beniscornia y en la propia Murcia, es posible
encontrar una ubicación con esas características topográficas de cercanía al
río y elevación suficiente para evitar las avenidas.
Aldea de la antigua Alcantarilla
Fotografía de Julio Ruiz de Alda del año 1929 con la
delimitación de
la antigua Alcantarilla. Solamente existen un par de
edificaciones y
un barracón sobre el terreno. Todavía no está construida
la carretera
de la Fábrica de la Pólvora, y puede apreciarse
perfectamente la
ubicación de la antigua aceña junto a la acequia Mayor de
Barreras,
así como el Puente de las Pilas
Fotografía de hacia el año 1970. Existe alguna
construcción más sobre
el suelo de la antigua aldea, y también ya aparece la
carretera de la Pólvora
En el momento de la inundación que
acabó con la población a causa de la gran avenida del Río Guadalentín, que
rompió trenques y buscó su antiguo cauce, existían 140 casas que resultaron
destruidas; y una iglesia, construida tras la Reconquista, en la que existían dos
imágenes de la Virgen: una mayor para la hornacina del Altar Mayor, y una más pequeña,
para las rogativas y demandas. Eran Nuestra Señora la Mayor y Nuestra Señora la
Pequeña. El solar de la población tenía una superficie total de unos 18.000/19.000
m2 y albergaba unos 800 habitantes.
La iglesia fue la única edificación
que aguantó la riada debido a su construcción más sólida; constaba de una torre
con campana construida de ladrillo y pequeña nave con arcadas de ladrillo y
piedra. Colindante a ella, a su mediodía, y separada por tapias almenadas,
existía una casa de dos plantas y un patio. En total la finca tenía una
extensión de unos 1.500 m2 con diverso arbolado, y lindaba por el
poniente con el camino que va al río y por el norte con la acequia Mayor.
En 1704 fue ocupada por los Padres
Mínimos mientras que no se edificaba su Convento Hospicio en la hoy Plaza de
San Francisco, pasando a llamarse entonces Convento de la Salud.
Antigua y primitiva Iglesia de Alcantarilla de la Virgen
de la Salud
que pasó a denominarse Convento de la Salud tras la
llegada de los
frailes Franciscanos. Plano de amojonamiento del año 1728
En los planos siguientes puede
apreciarse las características del terreno, su altimetría, edificaciones y
secciones según documentación del año 1973 (foto de 1972), antes de hacerse la
nueva carretera y puente a La Ñora así como que la empresa Hero afectara a la
parte de poniente del yacimiento.
Plano aereofotogramétrico (restaurado) realizado en el año
1973 con equidistancia
de curvas de 1 metro. En él se indican las secciones A, B
y C del terreno
Sección
A-A´
Sección B-B´
Sección C-C´
El yacimiento del poblado ha sufrido
diversas afecciones a lo largo del tiempo: edificaciones, la antigua carretera
de La Ñora, la carretera de la Pólvora; y más recientemente, las más agresivas
de la nueva carretera de La Ñora y la destrucción de hormas y suelo de la aldea
por parte de la empresa Hero, ante la conocida y siempre irresponsable
pasividad municipal.
Afecciones al yacimiento de la antigua Alcantarilla.
Con independencia de las edificaciones:
1.- Destrucción de hormas por parte de Hero
2.- Trazado de la nueva carretera a La Ñora
3.- Destrucción de suelo por parte de Hero
4.- Trazado de la carretera de La Pólvora
Foto Google Maps
En 1973 el trazado de la nueva
carretera y puente entre Alcantarilla y La Ñora destruyó sin contemplaciones
una cierta extensión de suelo del antiguo solar de Alcantarilla. No sabemos qué
pudieron extraer las máquinas, pero sí tenemos testimonios de que aparecieron
restos de edificaciones; y en fotografías aéreas realizadas el 11-8-1973 se
detecta claramente un suelo blanquecino que indica la presencia de yesos o
cales.
Obras para la construcción de la nueva carretera a La
Ñora y
construcción del puente sobre el Río Segura. Fotografías
realizadas
el día 11-8-1973. Puede apreciarse el tono blanquecino
del suelo
en la zona excavada (CascalesLópez)
Hace unos veinte años la empresa
Hero agrandó sus instalaciones haciendo desaparecer el camino de El Vado y
destruyendo las hormazas de piedra que recaían a él. Con ello se perdió una
importante información sobre esa mampostería que debía pertenecer a la antigua
Iglesia de la Virgen de la Salud.
Camino de Vado, que pasaba por el Puente de Las Pilas,
con las hormas
de los bancales superiores, con una mampostería posiblemente
procedente de la Iglesia de la Virgen de la Salud
(CascalesLópez marzo 1976)
Este poblado es uno de los dos “San
Esteban” que tiene Alcantarilla. Un poblado que, de ser excavado, despejaría
importantes incógnitas sobre la historia de esta población.
El otro “San Esteban” (aunque más
alterado) es el poblado ibérico del Cabezo del Agua Salada. Nada puede ser
aportado a lo ya aportado y publicado. Hace casi cuarenta años que se hicieron
unas catas, se descubrió lo que se descubrió, y a partir de entonces, “todo
dios” venga a nombrar y a hablar del dichoso cabezo: que si es un enclave
único, que si venían los fenicios, que si había un templo dedicado a no sé quién,
que…¡era Tartessos!, y hasta uno de esos “historiadores” que recientemente
tiene Alcantarilla, sustituyendo a Gila, ha publicado en un “libro” anunciado a
bombo y platillo, que ¡en él se encontraba la Alcantarilla medieval!.
Lo cierto es que todo este tiempo
nada se ha hecho. Ni Ayuntamiento ni Comunidad, ni Universidad han movido un
dedo. Y los restos de ese poblado ibérico siguen ahí, o mejor, lo que quede de
ellos, puesto que ya en el siglo XVIII y XIX se procedió a efectuar desmontes
para acondicionar las tierras al regadío una vez que se hizo un acueducto desde
la noria, y además se colocó un arte o aceña metálica en la parte superior,
utilizando la mampostería del poblado para hacer las hormas de los bancales.
Reconstrucción ideal del poblado ibérico del Cabezo del
Agua Salada
y de su entorno más cercano (CascalesLópez 2018)
Reconstrucción topográfica del mismo entorno anterior con
curvas de equidistancia de 1 metro y referencias actuales
Plano aereofotogramétrico del Cabezo del Agua Salada con
equidistancia
de curvas de 1 metro. Puede observarse el aterrazamiento
efectuado que
sin duda debe haber afectado al yacimiento. Plano de 1973
(restaurado),
sobre vuelo del año 1972
Foto aérea del Cabezo del Agua Salada. 26-11-1966
CascalesLópez
Estos son los dos poblados antiguos
existentes en Alcantarilla, porque podía existir otro, pero en los últimos
cuarenta años ha sido destruido a la vista de todos sin que ni Ayuntamiento ni
Comunidad hiciesen nada por impedirlo y al menos rescatar objetos y documentar
los hallazgos. Las palas, preferiblemente en domingo, extraían sin
contemplaciones los restos iberorromanos que iban derechos al vertedero. Se
trata del poblado de la Avenida de Santa Ana, que cronológicamente fue el
sucesor del Cabezo del Agua Salada.
En esta zona del entorno de Cayitas
nos encontramos con este poblado, una necrópolis y una posible 'mansión' romana
o albergue o venta al servicio de las calzadas. Pero toda esta zona se
encuentra dentro de la zona urbana, al contrario del Cabezo del Agua Salada y
el emplazamiento de la Alcantarilla medieval, y las consecuencias de ello han
sido contundentes ya que casi todo se ha perdido.
Las primeras afecciones se llevaron
a cabo cuando en el entorno de la Calle Eras se instalaron una serie de tejares
que aprovechaban las excelentes arcillas del Río Guadalentín para fabricar
tejas y ladrillos, dando lugar con ello al vaciado de grandes extensiones de
suelo y arrastrando con ello a cualquier resto arqueológico que pudiese
existir. Ese célebre oinochoe griego, que justamente sale hasta en la sopa,
solamente se salvó porque se encontraba bajo unas edificaciones de finales del
XVIII y principios del XIX, pero no tuvo tanto suerte el resto de la necrópolis,
y solamente hay que estar atentos a lo que pudiera existir bajo el resto de
antiguas edificaciones colindantes, lo que ya se hizo en el caso de una de
ellas, junto a la Casa Cayitas.
Respecto al poblado de la Avenida de
Santa Ana, se supone que más de la mitad de su extensión, como ya se ha dicho,
fue destruida no hace mucho tiempo, pero todavía quedan zonas libres de
edificaciones y sin alterar, por lo que hay que preservar lo que queda y desde
luego hacer catas exploratorias previas a cualquier licencia de obras.
Zona de la necrópolis y del poblado de Santa Ana
Google Maps
En cuanto a la mansión romana, ésta
debería encontrarse en el entorno de las actuales calles de Cartagena,
Sebastián Lorente, Mayor y Viruta. Ya se conocen las célebres “piedras” del
bancal de Don Emilio el médico, en la Calle Mayor, frente a la hoy Calle de la
Nona. Los testimonios orales inducen a pensar que se trataban de grandes
sillares de piedra que deberían pertenecer a alguna construcción de importancia
cercana y que habían sido allí depositados. Posiblemente se encuentren ahora
enterrados sirviendo de cimentación a cualquiera de los edificios que se
erigieron posteriormente.
Alcantarilla, en función de todos
los datos y hallazgos conocidos hasta ahora debió contar en época romana con el
citado poblado de Santa Ana. Dos villas, una junto a la Rambla del Potrox, en
la actual carretera del Javalí Nuevo y otra en el Cabezo del Convento. Una
mansión en el lugar ya citado anteriormente. Un posible puesto de guarnición
junto al paso del Río Segura, en lo que luego fue la primitiva Alcantarilla. Y
otra villa más importante en la actual Voz Negra, que en aquellos momentos se
encontraba a orillas del Río Guadalentín.
Ubicación de las zonas arqueológicas de Alcantarilla
1.- Restos romanos de La
Tejera. Se trata de un área muy transformada desde hace casi un siglo. No
parece que pueda contener ya ningún tipo de estructuras, pero durante muchos
años, a uno y otro lado de la rambla aparecían restos de cerámica y mampostería
romana. Podría tratarse de un anexo de la supuesta y cercana villa del Potrox.
2.- Villa romana del Potrox.
Al igual que la zona anterior, ésta ha sido transformada y modificada hace ya
mucho tiempo. En ella se encontraron monedas, utillaje, ladrillos y mampostería
en grandes cantidades. Actualmente está edificada con naves industriales, pero
ya antes de ocurrir esto cualquier rastro había desaparecido.
3.- Ramblas de las Zorreras y el
Potrox. Esta zona, recientemente allanada, ofrecía grandes cantidades de
cerámica romana. Su cercanía a la citada villa anterior y al acueducto de Los
Arcos podría significar la existencia de alguna estructura.
4.- Túnel del canal romano. Lugar
en donde recientemente se ha efectuada una cata de comprobación con resultado
positivo tal y como puede consultarse en esta misma publicación con fecha
23-12-2019.
5.- Cabezo del Agua Salada.
Poblado ibérico sobre el que se hicieron en su día exploraciones de urgencia
con resultado positivo y que está esperando, por fin, su metódica excavación
con la esperanza de que los abancalamientos no hayan dañado demasiado su estructura
original.
6.- Villa del Cabezo del Convento.
Lugar de emplazamiento de otra posible villa romana dados los hallazgos
efectuados en su zona circundante. Desde luego, caso de haber sido así, sus
materiales, al igual que los de la villa del Potrox, habrían servido de cantera
para la construcción de edificios, sobre todo a partir del siglo XVI en que se
trasladó la población a su emplazamiento actual.
7.- Antigua Alcantarilla. Ya
se ha tratado más arriba este caso, y solamente se incide aquí en el aspecto de
la necesidad de conseguir las necesarias subvenciones y ayudas.
8.- Mansión romana. Posible
origen de la citadas “piedras de don Emilio”. Hace casi un siglo, en la esquina
de la Calle Mayor con la de Cartagena, aparte de una gran cantidad de mampostería
y cerámica apareció un ánfora romana de aproximadamente un metro de altura. Es
necesario controlar las licencias de obras en toda esta zona.
9.- Necrópolis ibérica. Poco
queda de ella. Primero los tejares y luego las edificaciones han casi acabado
con ella. Pero sin duda, bajo algunas de las casas de la Calle Hurtado Lorente
y Eras podrían todavía aparecer restos importantes. Es necesario controlar las
licencias de obras de toda esa zona.
10.- Poblado iberorromano de
Santa Ana. Cuando hace ya unos 50 o 60 años se hicieron las primeras edificaciones en
la zona, aparecieron gran cantidad de restos de estructura y cerámica, pero ha
sido hace pocos años, en los noventa, cuando al hacer las nuevas construcciones,
aparecieron gran cantidad de restos que fueron directamente al vertedero,
incluso se hicieron las excavaciones en festivos para evitar en lo posible
testigos, pero no pudieron evitar que los vecinos lo pudieran ver desde sus
balcones ¿Dónde estaban los responsables municipales? No obstante, es posible
que parte del poblado siga intacto en la zona no edificada. Otro lugar en que
sería necesario el realizar catas arqueológicas para comprobarlo.
11.- Villa de La Voz Negra.
Posiblemente nos encontremos ante la villa romana más importante de toda esta
zona y que además, relativamente, podría encontrarse bastante intacta. Lozano
ya lo dice, pero es que además, por ahí discurría el Río Guadalentín, y hasta
el siglo XVIII la zona estaba formada por una serie de tollos y barrancos que
quedaban de su antiguo cauce. Ahora bien, precisamente por ese motivo y por la
nivelación de tierras y los aluviones del río, los posibles restos podrían
encontrarse a una cierta profundidad. Y ahora nos encontramos con que la
circunvalación sur de la población parece que está proyectada que discurra
sobre esta zona, por lo que necesariamente hay que realizar de manera previa
sobre los terrenos que vayan a ser ocupados los pertinentes estudios
arqueológicos.
12.- La Torre de Alcantarilla.
Reinaba Carlos I y la población todavía se encontraba junto al río cuando un
grupo de malhechores construyeron una torre-fortaleza para defenderse de los
justicias de Murcia cuando vinieren a prenderlos. Las quejas del obispo no
sirvieron y al final la torre fue demolida. Pues bien, los cimientos de esa
torre, realizados como toda ella a base de tapial de unos 60 centímetros de
anchura, pueden encontrarse en el solar de la que fue casa del maestro Diego
Sáez “El Moruza” en el caserío de La Torrica. Esa casa fue demolida y ahora
convendría estar atentos a cualquier licencia de obra sobre ese solar.
Alcantarilla
ha pasado una larga noche cultural en los últimos años, sufriendo una dejación
de funciones por parte de unos cargos públicos, de esquelético currículum y
posibilidades, entregados más en cuerpo y alma a sus cosas mundanas, más
sabrosas y atractivas, mientras que colocaban con maestría la zanahoria ante la
nariz del asno, vanagloriándose de ejercer una cultura de pandereta dirigida a obtener
el aplauso, el escenario y la foto, colmando de paso pesebres y vanidades de
amigotes. Todo ello ha causado unos vacíos y unos daños ya irreversibles; y
esos vacíos han sido ocupados por algunos cómicos sénecas, de única ceja, que
dicen enseñar historia, cultura y descubrimientos a unos indoctos admiradores
palmeros que vibran de emoción mientras que aplauden y lloran ante su mera presencia.
Pero no hay mal que mil años
dure, y en la actualidad tenemos un alcalde, Joaquín Buendía, y una concejalía
de cultura, que con hechos están probando su decida voluntad de trabajar por la
historia y el patrimonio cultural de Alcantarilla, algo impensable desde hace
demasiados años con los otros dos alcaldes que le precedieron, teniendo el que
esto suscribe la honra y la enorme satisfacción de no haber tenido relación
alguna con ninguno de los dos.
Parece
que estamos recuperando un lugar que teníamos perdido con respecto a la Cultura
–con C mayúscula– en comparación a los demás municipios de esta Región de
Murcia, y posiblemente solamente falte un mecanismo municipal que tenga como
única meta la consecución de subvenciones, ayudas y cooperaciones.
Si
otros municipios mucho menos importantes, y con un menguado potencial histórico
lo consiguen, ¿por qué no Alcantarilla? Basta ver el calendario de excavaciones
de la Comunidad y de la Universidad para estar convencidos que la importancia
del potencial arqueológico de Alcantarilla merece la atención y la ayuda de los
organismos públicos y la concesión de fondos para esa causa. Que no es tanto.
Una
vez que existe voluntad política, solamente falta eso. Fondos económicos para
que la recuperación de la historia de este pueblo, que es la de toda Murcia, no
repercutan en la economía municipal. Es interés local, pero también es interés
general.
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