martes, 11 de octubre de 2016

LAVADEROS Y ABREVADEROS DE ALCANTARILLA




Pedro L. Cascales López

            El traslado de la población desde su antiguo al actual emplazamiento a partir de octubre de 1545 supuso un cambio en cuanto a sus recursos hídricos se refiere.
            En su ubicación inicial, Alcantarilla se encontraba limitando con el Río Segura por la parte norte, mientras que por la parte sur limitaba con la acequia mayor de Barreras a partir de que ésta fuese construida. También la aldea o alquería limitaba con el Río Guadalentín por el poniente, cuyo caudal en aquella época, debía de ser apreciable si bien intermitente.
            Esta cercanía a diferentes cauces le supondría, sin duda, el poder desarrollar un sistema de abastecimiento de agua a la población constante y abundante.
Alcantarilla medieval colindante al Río Segura, al Río Guadalentín y a la acequia Mayor de Barreras o Alquibla
           
            El cambio de ubicación supuso el que ese abundante acceso a recursos hídricos se viese mermado. El único cauce que pasaba cercano a la nueva población era la cequeta de la noria construida cien años antes (con alguna variación posterior) y que discurría colindante y a poniente del nuevo solar de la aldea. También se podía disponer de las aguas de la cercana acequia del Turbedal, pero ésta discurría a unos cien metros de los límites de la aldea por su parte de levante, y sobre todo existía el problema de que se encontraba a una cota inferior.
Sistema hídrico de la nueva Alcantarilla con sus acequias, abrevaderos, lavaderos y llenadores. El lavadero grafiado “moderno” corresponde a 1916
           
            La cequeta permitía el que las viviendas pudieran surtirse de agua para sus pozos y sus necesidades simplemente levantando un tablacho. Faltaban todavía muchos años para que esa población, creciendo hacia el oeste, sobrepasara la línea de ese cauce y por lo tanto tuviese mucho más complicado el tener acceso al agua.
            No existe ninguna fuente documental que haga mención a qué lavaderos o qué abrevaderos existían en la población anteriormente al siglo XIX, por lo que necesariamente habremos de recurrir a la lógica y a las costumbres con respecto al agua en la huerta de Murcia.
            La cequeta discurría a cielo abierto desde la noria hasta la pedanía murciana de Nonduermas, y solamente el paso del tiempo dio lugar a que se cimbrase en algunas zonas e incluso, ya más tardíamente, se llegase a edificar sobre ella hasta hacerla desaparecer por completo.
            El Callejón del Val, aparte de corresponder al paso de esta acequia, inicialmente debió de servir para desviar las aguas de las lluvias que bajaban desde el alto de San Roque para desviarlas fuera de la Calle Mayor, en unos tiempos en que este callejón se encontraba en el extremo poniente de la población.
            A finales del XIX Alcantarilla se abastecía de agua de dos formas según que las viviendas se encontrasen por debajo o por encima del nivel de la cequeta. En el primer caso, se podía incluso tener permiso para contar con una captación de agua para pozos, usos domésticos y riego de huertos de la propia vivienda. En el segundo caso había que recurrir a los lavaderos y abrevaderos públicos o bien contratar los servicios de los aguadores que a su vez tomaban el agua de la propia acequia en los llamados “llenadores” realizando una labor fundamental en el pueblo.

            Este es el testimonio sobre uno de aquellos aguadores:

            “Mi padre era Luis Carrillo Navarro. Veintiocho días antes de nacer murió el suyo, mi abuelo, y al poco murió su madre. Con ocho años comenzó a trabajar en la Posada del Viruta y luego cuidando ganados del Chico Mateo a cambio de la comida. Él veía a los aguadores, y envidiaba su trasiego de dinero y de actividad, por lo que sobre los diez u once años se hizo una plataforma de madera con ocho agujeros para ocho cántaros fiados a la que enganchó una mula que le regalaron porque ya no valía para el trabajo y a la que puso 'Jardinera'. Y como él le decía 'Jardinera' a la mula, las mujeres, cuando le pedían agua, le llamaban 'Jardinera' a él. De ahí que nos digan 'Jardinera'. José Carrillo Blesa, 91 años. 10-10-2016”.     

            Resulta muy probable que anterior al siglo XIX existiese en la cequeta a su paso por la Calle Mayor una toma de agua, pero solamente es una hipótesis que no ha podido ser confirmada documentalmente. La destrucción de los archivos por los franceses nos impide conocer también este hecho.
            De una manera o de otra, el sistema de abastecimiento de agua a la población no debió tener muchas variaciones desde la creación de la nueva población hasta que llegó el siglo XX. Hay que tener en cuenta que, una vez llegado este siglo, en solamente unos 20 años cambió todo lo que había durado 400 años.
            Las Actas Capitulares y la tradición oral (junto con la memoria personal todavía viva) permiten conocer qué sistema de abastecimiento existía en Alcantarilla en esos finales del XIX y principios del XX. En total existieron 4 puntos de servicio y abastecimiento: en la Calle de la Cuesta y colindantemente en la Calle Mula (dos); en el Camino Real al salir de la población, en la acequia del Turbedal (el Turbial, en lenguaje de la calle) y en la Calle San Sebastián solamente como lavadero. Fuera de la población, y para servicio de los transeúntes por el Camino Real, existía un pequeño abrevadero, que no lavadero ni llenador, incompatibles por no ser agua corriente, en el Puente de las Pilas.
            Denominador común en todos ellos y a lo largo de los años eran las quejas por la suciedad del agua a causa de los desaprensivos, tanto agricultores como propietarios de negocios que consideraban los cauces como una cloaca cuando ese agua se utilizaba incluso para beber. Poco ha cambiado esa mentalidad desde entonces. No hay remedio. La condición humana miserable, mezquina y potencialmente asesina, siempre está presente. Las quejas de los vecinos de El Palmar y zonas limítrofes sobre la contaminación de las aguas era algo cotidiano ya que ellos utilizaban esa agua de la cequeta y del Turbedal para beber. Pero es que incluso los propios aguadores que cargaban sus cántaros o pipas en la cequeta y en el Turbedal se quejaban ya de ello. Habría entonces que imaginar en qué condiciones estaba el agua de esos cauces una vez que dejaran la población de Alcantarilla. Terreno abonado para el cólera y otras graves enfermedades sin contar las no mortales y de incidencia casi diaria (ver “Año 1887. La traída de las aguas potables a Murcia" en www.plcascales.com) 
            Ya se ha comentado que la parte alta de la población era abastecida por aguadores que, bien en carretones, bien en carros con cántaros o bien en carros con grandes pipas (que daba lugar a quejas de los herederos de la rueda que les decían que cargaran en acequias de mayor caudal), servían el agua a las viviendas de la población. Estos aguadores tomaban el agua en los llamados “llenadores” existentes tanto en la cequeta como en el Turbedal.
Abrevadero de El Turbedal según fotografías de 1930, 1968 y actual. Este abrevadero, que tenía una bajada para las caballerías, era siempre motivo de disputa con los vecinos de El Palmar, que se surtían de agua potable de esta acequia. También existía queja porque por el brazal existente a todo lo largo de la Calle Mula llegaban hasta este punto las suciedades desde el lavadero de La Boquera cuando se eliminó el de la Calle de La Cuesta. Este abrevadero quedó integrado dentro de los terrenos de Hero

            La situación del llenador y abrevadero del Turbedal aparece clara, pero no así la del correspondiente a la cequeta, ya que parece que existieron dos ubicaciones, pero la falta de Actas impide conocer este hecho con seguridad. Posiblemente aparezcan en un futuro documentos que nos lo aclaren
            De siempre existió un lavadero que llamaban “de la Calle de la Cuesta”, pero no ha sido posible localizar documentación alguna que pruebe su exacta ubicación, solamente en el Acta de 31-10-1897 se dice que “los vecinos de la calle de la Cuesta se quejan de que el agua se encharca en la calle porque el lavadero impide que las aguas salgan a la calle Mula”. Esto implica que el lavadero debía encontrase en esa calle, en el tramo comprendido entre la cuesta y la Calle Mula, y dentro de ese tramo, solamente hay un trecho de unos cien metros en el que la cequeta discurre por esa calle, porque luego, siguiendo el nivel del terreno, cruza la manzana para salir a la calle de La Palmera.
            Ni en los planos, ni en la foto de Ruiz de Alda, ni en la tradición oral se encuentra nada, salvo cierta arboleda delatora, por lo que, de haber existido este emplazamiento habría sido sustituido, hacia los años 20, por el que ocupaba el llenador en la Calle Mula, llamado de La Boquera (nombre que en la población se le solía dar a la cequeta).

   Ubicaciones del llenador de agua (1968 y actual) en la Calle Mula y Cuesta. En la fotografía de la izquierda todavía es posible distinguir el llenador de agua para los aguadores  

Calle de la Cuesta en la parte cercana a la Calle Mula (1963). A la izquierda, en azul, trazado de la cequeta y ubicación del lavadero. A la derecha vista del mismo lugar desde la parte interior. En amarillo, parte del antiguo lavadero. Este patio pertenecía a D. Ginés el Cura y después a Miguel Cascales. Por el lugar en el que circula el coche siempre existían grandes charcos por acumulación de aguas cuando llovía hasta que se pavimentó la calle
Al entubarla, se cambia el trazado de la cequeta para centrarla con la calle, por lo que eran almacenes de Miguel Cascales. En la foto de la derecha se aprecian los restos del antiguo llenador de La Boquera

Cerca de la Calle Mula (1982), la cequeta deja su antiguo cauce, entre los muros, y pasa a discurrir entubada por la hoy Calle del médico Antonio Soler
  
            De hecho, a principios de 1916 un informe del inspector municipal de sanidad Pedro Legaz Pérez certifica que “el lavadero de la Calle de la Cuesta” no reúne condiciones y produce lodazales y barrancadas “en la calle”, siendo necesario echar grava. El lavadero tiene 21 metros de largo dando servicio a 6.000 almas (no habla de abrevadero ni de llenador). El ayuntamiento acuerda que se construya otro lavadero en la Calle San Sebastián y que “se repare éste”. Parece no existir duda, por lo tanto, de que el lavadero se encontraba en la Calle de la Cuesta, y que en la Calle Mula existía el llenador llamado de La Boquera, de unos 6 metros de largo, que prácticamente ha sobrevivido hasta los años 70 sirviendo de lavadero para muchas mujeres que acudían a él a lavar ropa y menaje una vez que sus funciones como llenador habían dejado de existir. Yo mismo he conocido el paso de esas mujeres a media mañana o a media tarde con barreños en la cabeza o calderos en las manos portando la ropa o los platos al lavadero. Y recuerdo los nombre de muchas de ellas.
 Ubicación de acequias, lavaderos, abrevaderos y llenadores sobre fotografía de 1946 y plano de 1981

            Unos tres meses después del acuerdo municipal se pasa factura de la construcción del nuevo lavadero y de la reparación del “existente” por valor de 792 pesetas, y que los 70 eucaliptus plantados (es de suponer que en varios lugares) los ha regalado Francisco Tortosa dueño de la Voz Negra.

            No obstante, sí que encontramos probado que a finales de los años veinte no existía lavadero alguno en la calle de la Cuesta, pero es que resulta que en aquellos años ya tenemos que Alcantarilla contaba con una red de agua potable que, desde le Cabezo de las Aguas, antiguo Cabezo Verde, daba abastecimiento a la población, por lo que previsiblemente el lavadero de la Calle de la Cuesta y el lavadero de la calle de San Sebastián fueron suprimidos. No así el llenador de la Calle Mula, que permaneció en activo hasta casi los años 70 como anteriormente ya se ha referido.

            El lavadero de la Calle de San Sebastián estuvo en funcionamiento muy poco tiempo por lo ya aludido de que Alcantarilla fue dotada de una instalación de aguas potables que llegaba a la mayoría de las viviendas, instalándose además fuentes en la parte alta de la población.
            La actual Calle de la Fuente, antigua Calle Bernal, antigua Calle Matías Montero, se llama así por esa razón.

            La llegada de esas llamadas aguas potables a Alcantarilla la veremos otro día. 
   
 Lavadero de la Calle de San Sebastián. Fotografías de 1930, 1968 y actual. En la primera se aprecian los árboles que siempre acompañan a los lavaderos y a los abrevaderos. Los edificios de esa zona quedaron retranqueados por ese motivo













               

           

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